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Representación negra femenina y legitimación de los derechos

RC: 55096
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CONTEÚDO

ARTÍCULO DE REVISIÓN

PIVA, Caroline Tito Miranda [1], COSTA, Tânia Gomes Ferreira da [2]

PIVA, Caroline Tito Miranda. COSTA, Tânia Gomes Ferreira da. Representación negra femenina y legitimación de los derechos. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 05, Ed. 05, Vol. 10, págs. 63-74. Mayo de 2020. ISSN: 2448-0959, enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/educacion-es/negro-hembra

RESUMEN

Este artículo de revisión aborda la importancia de la representación negra femenina en los espacios de poder, con el fin de superar la interseccionalidad de los ejes de subordinación que afectan a las mujeres negras, a través de la conciencia de su lugar de expresión y la necesidad de diálogo intercultural en la construcción de nuevos conocimientos destinados a hacer frente al racismo estructural, la vulnerabilidad de género y la implementación de políticas públicas encaminadas a mejorar su calidad de vida. Su finalidad es analizar el contexto histórico y social de la participación de las mujeres negras en los movimientos sociales, en busca de la legitimación de los derechos con género y raza. Para ello, revisamos los estudios de Djamila Ribeiro (2017), Nilma Lino Gomes (2017), Vera Maria Candau (2013) y Antonio Flávio Moreira (2013) sobre la valorización de la historia y la cultura africana y afrobrasera para romper con el silencio impuesto a las mujeres negras, definir el lugar del discurso en los espacios de toma de decisiones y oportunizar el diálogo intercultural para la emancipación y la institución de los derechos.

Palabras clave: Representación, feminismo, movimiento social, derechos, lugar de expresión.

1. INTRODUCCIÓN

El estudio desarrollado tiene como objetivo abordar algunas reflexiones sobre la representatividad femenina negra, analizando los mecanismos de los movimientos sociales para legitimar los espacios del habla y afrontar el racismo, con el objetivo de superar la visión estereotipada en relación con las desigualdades de género y raza.

Debate de legitimación de derechos en busca de acciones concretas para superar la invisibilidad sobre la interseccionalidad sufrida por las mujeres negras y cómo sus consecuencias se han consolidado históricamente. Su propuesta es entender las consecuencias del movimiento feminista negro para la implementación de políticas afirmativas para superar el racismo estructural que persiste en el ámbito social, político y económico del país.

La relevancia en la investigación de las demandas de reconocimiento de los derechos de las mujeres negras se debe principalmente a la necesidad de desafiar las normas hegemónicas y dar lugar al debate intercultural sobre las coyunturas opresivas que se construyeron y consolidaron en la construcción de la historia brasileña.

Desde esta perspectiva, la corporeidad de las mujeres negras es pensada como un mecanismo para fortalecer los movimientos de resistencia y la valorización de la cultura africana y afrobrasileña, contribuyendo al reconocimiento de la identidad y la ocupación de su lugar de expresión.

Este trabajo analiza los estudios de Djamila Ribeiro (2017), Nilma Lino Gomes (2017), Vera Maria Candau (2013) y Antonio Flávio Moreira (2013) sobre el reconocimiento de la cultura africana y afrobraseña, que fomentan la ocupación de espacios de poder por parte de las mujeres negras, permitiendo un diálogo intercultural para construir nuevos conocimientos, rompiendo con la lógica colonizadora y estableciendo derechos.

2. REPRESENTACIÓN NEGRA FEMENINA Y LA LEGITIMIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS

La movilización de las mujeres negras brasileñas como organización estuvo inicialmente vinculada al movimiento feminista y negro, en un momento marcado por la dictadura militar y la lucha por la democratización del país.

Las mujeres negras buscaron un lugar de habla, para reclamar sus derechos y dar voz a sus necesidades. Marcados por las fuerzas excluyentes del racismo y el sexismo, estaban doblemente subordinados a la pirámide social, siendo silenciados y oprimidos para que no creyeran en el poder de sus experiencias e identidades como medio de emancipación. Según Djamila Ribeiro:

Sería urgente cambiar el pensamiento hegemónico y renunciar a las identidades, ya sea de raza, género, clase, para que se pudieran construir nuevos lugares de expresión para permitir la voz y la visibilidad a los sujetos que se consideraban implícitos dentro de esta estandarización hegemónica (RIBEIRO, 2017, p. 45).

Los movimientos negros y feministas representaban un posible espacio para reclamar y conquistar derechos históricamente negados. La intersección de las demandas específicas de las mujeres negras, con los anti sexistas y anti-existir, no fue una tarea fácil. Sin embargo, la participación en espacios legítimos de discusión y construcción de conocimientos fue vital para el énfasis en la vulnerabilidad social impuesta a las mujeres negras.

Sobre la base de esta suposición, era necesario centrarse en la necesidad de especificar las demandas de las mujeres negras y ocupar espacios de representación política. En 1985, las mujeres negras mantuvieron vacantes en el Consejo Estatal y Nacional de los Derechos de la Mujer, hecho que generó investigaciones sobre las desigualdades raciales y de género y, en consecuencia, políticas públicas destinadas a combatir la violencia doméstica y sexual, que afecta a las mujeres negras en mayor número.

Por lo tanto, definir el lugar de habla de las mujeres negras representa reivindicar los diferentes puntos de análisis, tratando de entender de dónde se habla cuestionar las jerarquías. Según Candau:

En general, cuando se promueve el diálogo intercultural, se adopta un enfoque liberal y las interacciones entre diferentes grupos socioculturales a menudo se centran de manera superficial, reduciendo a la visibilidad de algunas expresiones culturales de estos grupos, sin enfrentar el tema de las relaciones de poder que impregnan las relaciones interculturales, ni las matrices profundas, mentalidades, imaginarios, creencias, configuración de su especificidad (CANDAU , 2013, p. 24–25).

La lucha negra femenina estuvo marcada por la superación de la invisibilidad de los problemas relacionados con la raza en el movimiento feminista y de género en el movimiento negro. Este hecho llevó a las mujeres negras a reflexionar sobre las nuevas epistemologías generadas desde su lugar social, valorando concepciones que convergieron en especificidades y tenían como objetivo garantizar derechos con género y raza.

Varios hitos históricos han puesto de relieve el logro de las mujeres negras como organización sin ánimo de lucro, especialmente las conferencias mundiales, que permitieron la formación de líderes y recibos de inversiones financieras para llevar a cabo proyectos sociales dirigidos a la formación y valorización de mujeres negras como: Geledes, Criola, Casa de cultura da mulher negra, Mie Andresa y Fala preta.

El movimiento feminista negro contribuyó a la promoción de la igualdad de género y la lucha contra la discriminación contra las mujeres, ya que colaboró activamente en la lucha por la consolidación de los derechos a través de la creación del Programa de Asistencia Integral para la Salud de la Mujer, creación de consejos de mujeres estatales y nacionales, implementación de comisarías de policía para la defensa de la mujer, garantía de derechos reproductivos, lanzamiento de la plataforma política feminista para la defensa de los derechos de las mujeres, regularización del trabajo doméstico, realización, por parte de la Fundación Carlos Chagas, investigación sobre género y desigualdades raciales en la educación, además de la aplicación de la ley 10.639/03 que inserta la enseñanza de la historia africana y la cultura afro-brasileña en la educación básica. Según Jurema Werneck:

Para entender la amplitud de la formulación incorporada en la respuesta político-ideológica de las mujeres negras, es necesario destacar el recurso y la valorización de diferentes elementos. Entre ellos se encuentran: la historia, recuperarse y denunciar la violencia de la dominación occidental eurocéntrica y patriarcal a lo largo del tiempo; tradición, entendida como un ámbito vivo de controversias, en el que las actualizaciones y supresiones de diferentes elementos de origen africano tienen el propósito de permitir nuevos arreglos de identidad apropiados para contextos y luchas; geografía y territorio, afirmando, valorando y articulando la perspectiva local y transnacional de las identidades, validando su aspecto diásporo, que entiende la dominación racista patriarcal como una lucha común de afrodescendientes en diferentes continentes; la perspectiva de la lucha, eligiendo el enfrentamiento con la violencia racista, heteroesexistista y eurocéntrica como central; y, por último, la búsqueda de autonomía y capacidad de acción para cambiar las condiciones de vida de las mujeres negras y de todo el grupo (WERNECK, 2009, p. 114-115).

Así, el movimiento feminista negro ha marcado irrefutablemente la historia del país, al luchar contra la hegemonía eurocéntrica en las dimensiones social, política, histórica y cultural, exigiendo acciones de reparación encaminadas a mejorar la calidad de vida de las mujeres negras, produciendo conocimientos desde diferentes enfoques, en la búsqueda de la legitimidad de los derechos, hacia la construcción de una nueva sociedad.

3. MUJERES NEGRAS Y REPRESENTATIVIDAD

Entender lo que es un lugar de habla y representatividad trae a la protuberancia de los debates de género y raza, el hecho de que siempre se ha dado una autorización discursiva al individuo que pertenece al grupo dominante y ocupa espacios de poder.

Analizar cómo se construyen estas narrativas significa desnaturalizar las exclusiones y asumir un lugar de activismo en la construcción de la historia misma.

El fin de las administraciones coloniales, por desgracia, no significó el fin de la colonización. Las jerarquías siguen existiendo en la sociedad actual, marcadas por la colonización del ser, el conocimiento y el poder.

Así, existe un proceso de exclusión de los pueblos subalternizados, siendo necesarios para pluralizar todas las voces, a través de la intensa participación y resistencia a la deshumanización impuesta a estas personas.

En este contexto, el lugar de expresión ocupa un papel fundamental, en la medida en que representa el lugar social del individuo, de dónde procede y cuáles son sus experiencias, definiendo si su situación es de privilegio o opresión. Según Djamila Ribeiro:

El lugar social no determina una conciencia discursiva sobre este lugar. Sin embargo, el lugar que ocupamos socialmente nos hace tener diferentes experiencias y otras perspectivas. La teoría desde el punto de vista feminista y el lugar del habla nos hace refutar una visión universal de la mujer y la oscuridad, y otras identidades (RIBEIRO, 2017, p.71).

Es necesario pluralizar todas las voces, a través de la ocupación de estos lugares por mujeres negras que experimentaron situaciones de opresión y subalternización. Por lo tanto, la representatividad está tomando el lugar del discurso en los espacios del poder.

Cuantas más personas, con sus especificidades, ocupen espacios de poder, más plurales serán las narrativas y más justas serán las decisiones. Es esencial cuestionar la formación de esta sociedad marcada por la jerarquica y que aporta a su estructura una visión universal.

El movimiento de las mujeres negras ha puesto de relieve la importancia del lugar del habla, porque sufren de la interseccionalidad de los ejes de la subordinación y creen que se basa en sus experiencias y diálogo intercultural que las políticas públicas pueden implementarse, dado el género y la raza. Según Moreira y Cámara:

En los diferentes grupos hay muchas distinciones entre sus miembros. En las mujeres, por ejemplo, hay blancos, negros, casados, solteros, divorciados, madres, residentes de diferentes ciudades, agradecidos de diversas manifestaciones culturales, jóvenes, ancianos. Por último, existen una serie de aspectos de identidad que los distinguen, así como hay puntos que los unen y permiten establecer vínculos y compartir valores y propósitos comunes (MOREIRA; CHAMBER, 2013, p.45).

La representación de las mujeres negras en los espacios de toma de decisiones ha sido fundamental para la conquista de diversos derechos. Entre estas mujeres, se evidencia el legado de los hombres brasileños, como Leila González (1935-1994), la primera mujer negra en ser miembro del Consejo Nacional de Derechos de la Mujer; Tereza de Benguela, nacida en el siglo XVIII, fue líder del quilombo quariter. La Ley No 12.987 definió el 25 de julio, en Brasil, como el Día Nacional de Tereza de Benguela y la Mujer Negra; Nilma Lino Gomes (1961), pedagoga brasileña. Se convirtió en la primera mujer negra en Brasil en dirigir una universidad pública federal. Corroboración, los estudios de Djamila Ribeiro señalan:

Tanto Leila González como Linda Alcoff, Spivak, entre otros, piensan en la necesidad de romper la epistemología dominante y debatir las identidades pensando en la forma en que el poder establecido articula estas identidades para oprimirlas y rectificarlas. Pensar en los lugares de expresión para estos pensadores sería desestabilizar y crear fisuras y tensiones para salir no sólo en contra de los discursos, sino[…] tratar de pensar otras posibilidades de existencias más allá de las impuestas por el régimen discursivo dominante (RIBEIRO, 2017, p. 91 – 92).

Así, la representación de las mujeres negras contribuyó decisivamente a un cambio de paradigma y a la construcción de nuevos conocimientos, ya que asumiendo sus narrativas desde su lugar de expresión, aceptaron sus responsabilidades en la difícil tarea de representar a todas las mujeres negras en los espacios de toma de decisiones y por lo tanto ciertamente están cambiando el curso de la historia, ya que colaboran para asegurar la lucha por los derechos fundamentales de cada ciudadano.

4. CORPOREIDAD FEMENINA NEGRA COMO FORMA DE EMANCIPACIÓN

Las iniciativas de las mujeres que desafiaron las normas hegemónicas, entendiendo que las condiciones de las mujeres negras las dejaban en una posición social distinta en una sociedad centrada en los mecanismos del sistema patriarcal, exigían un debate sobre las coyunturas opresivas y la conquista de la plena ciudadanía.

Las desigualdades que se reflejan en diversas dimensiones de la sociedad, como la violencia racial y de género, se han consolidado en la población negra en el proceso histórico del país, siendo estudiados más en profundidad a través del movimiento feminista negro.

Mujeres negras organizadas para exigir igualdad de derechos y oportunidades. Siendo negras y mujeres, buscaban empoderarse para no aceptar de manera normal la subordinación y el racismo estructural que se consolidaron en las dimensiones culturales, económicas y políticas del país, buscando reivindicar cada vez más su lugar de expresión, dentro de este escenario.

Los movimientos sociales y culturales fortalecidos por la conquista de las políticas públicas traen una declaración positiva, fomentando la resistencia a los prejuicios y la discriminación. La valorización de la cultura negra se debate y cuestiona ahora en la vida cotidiana de las comunidades quilombola y predominantemente de las hermandades negras, contribuyendo a la formación indentitaria de sus miembros.

El cuerpo negro llega a ser percibido desde otra perspectiva, como un apoyo para fortalecer su identidad. El lenguaje corporal, sus formas de saludos, ritmos musicales, religiosidad, valores culturales y culinarios llegan a tener visibilidad social y contribuyen a que la población negra asuma su lugar de pertenencia. Según Gomes:

En Brasil, el cuerpo negro gana visibilidad social en la tensión entre adaptarse, rebelarse o superar el pensamiento racista que lo toma como erótico, exótico y violento. Esta superación se produce a través de la publicación del tema racial como derecho, a través de prácticas, proyectos, acciones políticas, colección del Estado y del mundo privado de la presencia de la población negra en los medios de comunicación, en cursos de educación superior, en la política, en lugares de poder y decisión, en la moda, en el arte, entre otros. La denuncia del racismo, su inclusión como delito inaficazable e invisuscripto sujeto a la pena de prisión garantizada en la Constitución de 1988, la presencia de negros y negros en los medios de comunicación, en el mercado laboral y en las universidades forman parte de este escenario de luchas (GOMES, 2017, p.94).

En este contexto, las instituciones educativas, que son responsables de organizar, transmitir y socializar los conocimientos y valores culturales, ocupan un lugar privilegiado de intercambio cultural y experiencias vividas por diferentes individuos, proporcionando oportunidades para el debate de enfrentar el racismo y superar la visión estereotipada de la cultura africana y afrobraseña.

Las instituciones educativas se presentan como uno de los medios de socialización de los diálogos reglamentarios sobre el cuerpo negro. El movimiento negro, especialmente las mujeres negras, ha tratado de superar este concepto dominante, fomentando las intervenciones artísticas, poéticas y políticas a través de la juventud negra. Según Gomes:

La educación puede desarrollar una pedagogía corporal que resalte la riqueza de la cultura negra inscrita en el cuerpo, las técnicas corporales, los estilos de peinado y la ropa, que también se transmiten por vía oral. Son aprendizajes de la infancia y la adolescencia. El cuerpo negro puede ser tomado como un símbolo de belleza, no inferioridad. Puede ser visto como un cuerpo guerrero, una hermosa persona activa presente en la historia del negro de la diáspora, y no como un cuerpo de esclavo, servil, enfermo y encadenado (GOMES, 2003, p.6).

La lucha de la comunidad negra en Brasil por la emancipación de su cuerpo traspasa el sesgo regulatorio de una sociedad capitalista, racista y sexista. Esta regulación tiene lugar en armonía con la ideología de la raza biológica, enmascarada en el mito de la democracia racial. Da un nuevo significado al sistema de regulación conservadora es un papel político del movimiento negro, que a través de acciones afirmativas, necesita buscar alternativas para renunciar y recodificar las acciones políticas que fortalecen la construcción de la identidad del pueblo negro. A este respecto, GOMES dice que:

Es posible observar que los jóvenes y negros que participan en procesos de acción afirmativa tienden a establecer una relación diferente con su corporeidad. Existe, entonces, la producción de otros conocimientos sobre el cuerpo, que ahora se comparte con personas de otros segmentos étnico-raciales y que deben ser notados por las familias. En cierto modo, hay una ocupación del cuerpo negro en espacios que no estaban acostumbrados a tratar con tal corporeidad antes (GOMES, 2017, p.115).

Desde esta perspectiva, el debate sobre la corporeidad negra es fundamental para reeducar a los negros en este proceso contemporáneo marcado por la regulación de la tensión-emancipación social, buscando redefinir las acciones desarrolladas en las instituciones educativas que reciben todos los cuerpos, cada uno con sus peculiaridades, para esbozar otros contornos.

Es crucial hacer espacio para discutir lecturas sobre la belleza de las mujeres negras, cuál es su papel en el contexto sociocultural brasileño y cómo su figura se proyecta en los espacios ya ocupados.

Percibir el mundo es aprender y aprender el mundo del cuerpo, es percibir el cuerpo. Esto implica la integración de modelos sociales. El descubrimiento del cuerpo es la formación de la imagen corporal pasa por situaciones sociales. Es en la interacción con otras personas en el entorno social que los modelos están interiorizados, es decir, en las experiencias y experiencias, que son intransferibles y subjetivos (FREITAS, 2008. p.323).

Por lo tanto, renunciar y construir representaciones positivas de las mujeres negras, su historia, su cultura, su corporeidad y estética, son acciones fundamentales para corregir las desigualdades construidas en el proceso histórico del país, proporcionando oportunidades y derechos.

5. CONCLUSIÓN

Entender la importancia de la representatividad femenina negra en los espacios de toma de decisiones es fundamental para entender el contexto histórico y social que implica la lucha negra femenina y qué desafíos se encuentran para la legitimación de los derechos con el género y la raza.

En la época contemporánea, Djamila Ribeiro (2017) ha enfatizado el concepto de lugar de expresión, como fundamental para romper con los diversos ejes de subordinación impuestos a las mujeres negras. Para la autora, a través de la conciencia de su lugar de expresión, las mujeres negras legitiman la ocupación de los espacios de poder, con el objetivo de un intercambio intercultural en la construcción de nuevos conocimientos, que cumplan con sus especificidades y experiencias, rectificando sus derechos.

Moreira y Candau (2013) abordan la necesidad de reconocer el diálogo intercultural, en la medida en que las diferencias pueden verse como oportunidades para construir un proyecto común de sociedad que se reúna con diferentes identidades socioculturales.

Así, la lucha de las mujeres negras por ocupar espacios de poder y asumir sus particularidades, desde su lugar de expresión, representó un gran avance en la conquista de los derechos feministas negros, como la creación de los consejos de la condición femenina, las comisarías especializadas para el cuidado de las mujeres, la regularización del trabajo doméstico, los derechos reproductivos, además de la creación y financiación de varios proyectos destinados a la formación y atención de las mujeres negras.

Corroborando, Nilma Lino Gomes (2017) aclara que el cuerpo negro gana otra mirada cuando se considera un apoyo para reforzar su identidad. El lenguaje corporal valorado como símbolo de belleza y representación contribuye a la emancipación de las mujeres negras y a la búsqueda de su lugar de pertenencia.

Por lo tanto, la deconstrucción de los procesos de subalternización arraigados por la colonización requiere que las mujeres negras luchen interseccionalmente contra la opresión y el silencio impuestos hasta la contemporaneidad, para que reverberen políticas y acciones a favor de la calidad de vida y el reconocimiento del legado de estas grandes mujeres.

REFERENCIAS

CANDAU, Vera Maria. Multiculturalismo e educação: desafios para a prática pedagógica. In: MOREIRA, Antônio Flávio Barbosa; CANDAU, Vera Maria (orgs.). Multiculturalismo: diferenças culturais e práticas pedagógicas. 10.ed. Petrópolis, RJ: Vozes, 2013. p. 13-37.

FREITAS, Neli Klix. Esquema corporal, imagem visual e representação do próprio corpo: questões teórico-conceituais. Revista Ciências & Cognição,v. 13, n. 3, 2008.p. 318-324. Disponível em: <http://www.cienciasecognicao.org/pdf/v13_3/m318297.pdf> . Acesso em 28 abr. 2020.

GOMES, Nilma Lino. O movimento negro educador: saberes construídos nas lutas por emancipação. Petrópolis, RJ: Vozes, 2017.

______, Nilma Lino. Cultura negra em educação. Revista Brasileira de Educação, n. 23, Rio de janeiro, 2003. p.75-85. Disponível em: <https://doi.org/10.1590/S1413-24782003000200006>. Acesso em: 02 maio 2020.

MOREIRA, Antônio Flávio; CÂMARA, Michelle Januário. Reflexões sobre currículo e identidade: implicações para a prática pedagógica. In: MOREIRA, Antônio Flávio Barbosa; CANDAU, Vera Maria (Orgs.). Multiculturalismo: diferenças culturais e práticas pedagógicas. 10.ed. Petrópolis, RJ: Vozes, 2013. p. 38-66.

RIBEIRO, Djamila. O que é lugar de fala?. Belo Horizonte, MG: Letramento, 2017.

WERNECK, Jurema. Mulheres negras brasileiras e os resultados de Durban. In: PAULA, Marilene de; HERINGER, Rosana (orgs.). Caminhos convergentes: Estado e Sociedade na superação das desigualdades raciais no Brasil. Rio de Janeiro: Fundação Heinrich Boll e ActionAid, 2009. p. 111-136.

[1] Máster en Ciencias de la Educación, Universidad Grendal, Centro Teixeira de Freitas-BA. Especialista en Gestión Educativa – Colegio Bautista Brasileño (FBB). Especialista en Gestión del Trabajo Pedagógico – Universidad Vale do Cricaré (UNIVC). Especialista en Psicopedagogía Clínica e Institucional – Faculdade do Sul da Bahia (FASB). Especialista en Gestión de Políticas Públicas en Género y Raza – Colegio Federal de Bahía (UFBA). Licenciado en Pedagogía – Universidad Estatal de Bahía (UNEB).

[2] Máster en Ciencias de la Educación, Universidad Grendal, Centro Teixeira de Freitas-BA. Especialista en Gestión de Políticas Públicas en Género y Raza – Colegio Federal de Bahía (UFBA). Especialista en Supervisión, Coordinación, Dirección y Pedagogía Escolar – Universidad Vale do Cricaré (UNIVC). Especialista en Orientación Educativa – Colegios Integrados de Jacarepaguá -(FIJ). Licenciado en Pedagogía – Universidad del Estado de Bahía (UNEB). Licenciado en Historia – Facultad de Ciencias de Bahía- (FACIBA).

Enviado: Mayo, 2020.

Aprobado: Mayo, 2020.

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Caroline Tito Miranda Piva

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