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Comportamiento motor y cognición en niños participantes y no participantes en un programa de habilidades motoras

RC: 121125
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CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

PRADO, Rosa Luciana [1], MENDONÇA, Fernando Cruz de [2], SILVA, Jadisson Gois da [3]

PRADO, Rosa Luciana. MENDONÇA, Fernando Cruz de. SILVA, Jadisson Gois da. Comportamiento motor y cognición en niños participantes y no participantes en un programa de habilidades motoras. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 05, Ed. 08, vol. 03, pág. 168-180. Agosto 2020. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/educacion-fisica-es/comportamiento-motor ‎

RESUMEN

Introducción: La identificación de los niveles de desarrollo y funcionalidad del individuo es fundamental para el desarrollo de programas de intervención que tengan como objetivo potenciar el progreso de nuevas habilidades, remediar dificultades ya determinadas y/o desarrollar nuevos métodos de enseñanza. Objetivo: Verificar la efectividad de un programa de motricidad para niños (3-5 años), identificando diferencias significativas entre los grupos participantes (G1) y no participantes (G2) de un programa de motricidad en un colegio privado de la ciudad de Aracaju, Sergipe, Brasil. Metodología: Se utilizó una investigación experimental de campo con un enfoque transversal. Participaron en el estudio un total de 46 niños (3-5 años) de ambos sexos, 23 participantes en un programa de motricidad intervencionista (G1) y 23 no participantes (G2). La muestra fue seleccionada por conveniencia considerando los criterios establecidos para la inclusión de los sujetos: Edad, matrícula, participantes del programa (G1) y no participantes del programa (G2), haber firmado Término de Asentimiento. Para evaluar la Edad Motora (IM) se utilizó el Motor Development Scale Kit (EDM) (ROSA NETO, 2014) y para identificar la conservación cognitiva la batería Piagetiana (PIAGET, 1998). Resultados: Se evidenció homogeneidad en la distribución de los datos. La edad motora media mostró diferencias significativas entre los grupos (G1=75,04±4,7; G2=38,61±3,7) (t=6.063; p=0,00); en la evaluación Piagetiana de Cognición, se percibe que más sujetos (69,5%) se concentran en los niveles II y III, lo que significa mejores ajustes cognitivos en detrimento del grupo de edad, mientras que G2 prevalece la concentración en el nivel I (73,9%); Hubo diferencias significativas entre los grupos (G1; G2) tanto en la Edad Motora General como en los niveles de cognición (p≤0.05). A partir de los hallazgos obtenidos en la presente investigación, se encontraron cambios positivos confiables en los elementos de las habilidades motrices que fueron estimuladas. Conclusión: A la vista del análisis, se pueden apreciar cambios confiables cuando se estimulan las áreas psicomotrices en programas revelando que los niños insertos en este contexto muestran mejoras en las áreas estimuladas, por lo tanto, los niños que practican un programa de motricidad tienen mayor probabilidad de mejorar su desarrollo cognitivo que los niños no practicantes.

Palabras clave: Motricidad, Niños, Cognición.

1. INTRODUCCIÓN

En los primeros años de vida, el desarrollo motor se caracteriza por el logro de habilidades motrices amplias, que a través del control corporal le permite al individuo realizar habilidades básicas, como moverse y manipular numerosos objetos diferentes. Algunas de estas habilidades son requeridas al inicio de la vida, siendo indispensables para ser utilizadas en el día a día del niño, tanto en sus tareas del hogar como escolares (SANTOS; DANTAS; OLIVEIRA, 2004).

De esta forma, la evolución motriz se caracteriza como una constante modificación del individuo a lo largo de la vida, y los factores biológicos y las circunstancias del medio en que se encuentra el niño determinan las variaciones en el desempeño motriz, así como influyen en él, modificándolo (HAYWOOD; GETCHELL, 2004).

Para ello, el diagnóstico del desarrollo motor permite a los investigadores reconocer las causas que limitan el movimiento, facilitando la toma de decisiones sobre las capacidades y/o parámetros motores que deben ser enfocados en los programas, en el periodo de actuación de cada habilidad y , en las metas de rendimiento infantil. Este método continuo de cambio se puede observar en las fases de la vida, a partir de las cuales tiene su expansión directamente asociada con la edad (HAYWOOD; GETCHELL, 2004).

Por lo tanto, vale la pena señalar que existen varias razones que conducen a un interés paulatino por el desarrollo motor, entre ellas se encuentran las reacciones del diagnóstico de crecimiento y evolución del individuo, la rehabilitación del niño con retrasos o desviaciones en el desarrollo y las adaptaciones de los ambientes y funciones motoras en las etapas de desarrollo. Estos cambios motores cualitativos y cuantitativos son motivo de constante investigación, no solo con el objetivo de describir cambios en el comportamiento motor, sino también posibilitar investigaciones que puedan predecir estas variables (SANTOS; DANTAS; OLIVEIRA, 2004).

De esta forma, la identificación de los niveles de desarrollo y funcionalidad del individuo se vuelve fundamental para la elaboración de programas de intervención que tengan como objetivo potenciar el progreso de nuevas habilidades, remediar dificultades ya determinadas y/o desarrollar nuevos métodos de movimiento (CAMPOS et al., 2008).

En ese sentido, el presente estudio tuvo como objetivo verificar y discutir la efectividad de un programa de habilidades motrices para niños de 3 a 5 años de una escuela privada en la ciudad de Aracaju, Sergipe.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

La investigación se caracterizó como experimental y transversal a través de la investigación comparativa de dos grupos de niños (HULLEY; NEWMAN; CUMMINGS, 2003; SILVA, 2004). El primer grupo participó en un programa de habilidades motoras (grupo experimental – G1) y el segundo con niños que no participaron en actividades motoras formales (grupo control – G2). Participaron en el estudio 46 niños (28 niños y 18 niñas), con edades comprendidas entre los 3 y los 5 años, matriculados en una escuela privada del municipio de Aracaju, Sergipe.

Todos los niños fueron seleccionados por conveniencia, identificados a partir de su participación en el programa de motricidad (G1) y los demás niños por sorteo, considerando criterios de inclusión: 1) El estudiante debe estar matriculado, presentar asistencia regular a las actividades; 2) presentar un Término de Consentimiento Libre e Informado (TALE) firmado por los padres o tutor; 3) el niño debe estar interesado en participar en la recopilación de datos; 4) no tener ningún diagnóstico clínico, complejidad de aprendizaje, cambios conductuales o mentales, déficits sensoriales, deficiencias físicas que afecten el desarrollo motor o cognitivo; 5) ambos sexos, con edades comprendidas entre 3 y 5 años.

Para evaluar la Edad Motora (IM) se utilizó la Escala de Desarrollo Motor (EDM) que demostró el IM, el Cociente Motor General (QMG), y los cocientes de regiones motoras específicas como: ), motricidad global (coordinación) , equilibrio (postura estática), esquema corporal (postura de imitación, velocidad), organización espacial (percepción del espacio), organización temporal (lenguaje, estructuras temporales) y lateralidad (manos, ojos y pies) ( ROSA NETO, 2014).

Para evaluar la competencia intelectual se aplicó el test piagetiano, que evalúa el desarrollo cognitivo (PIAGET, 1998), detectando el nivel de pensamiento que alcanzan los niños de 2 a 7 años (ROSA NETO, 2014).

Después de la autorización del proyecto por el Comité de Ética en Investigación nº 3.294.819, permiso de la institución para la recolección de datos y la firma del TALE por los tutores de los participantes del estudio, los niños fueron analizados y observados individualmente en las pruebas EDM y Piagetiana, en la propia institución, en un lugar adecuado, con buena iluminación y sin interferencias externas, en dos sesiones de 30 a 50 minutos cada una.

Para el análisis de datos se utilizó el paquete Microsoft Excel para tabular los resultados y organizar las tablas y gráficos, y el paquete estadístico IBM SPSS Statistics 25 para comparar los grupos mediante la prueba t de Student y la correlación lineal de Pearson para verificar las relaciones existentes entre las variables estudiadas (IMG y Cognición).

3. RESULTADOS

Los resultados encontrados indican homogeneidad en la distribución de los datos y, por tanto, no hay distinción entre los géneros estudiados en cuanto a las variables Edad Motora General (IMG) (t= -0,617; p=0,541) y la media de las pruebas piagetianas para evaluar cognición (t =-0,965; p=0,34).

La Tabla 1 muestra las características de la muestra (n=46) distribuida en dos grupos de 23 sujetos (ambos sexos) y los datos están expresados ​​en (Media + desviación estándar) y distribución (frecuencia) para la variable Cognición (Nivel I, II y III). En cuanto al análisis de la distribución de sujetos en los grupos (G1; G2) las medias fueron: IM (G1=75,0) y (G2=38,6).

Teniendo en cuenta estos hallazgos, se destaca que el grupo que participa en el programa de motricidad (G1) tuvo un promedio significativamente mayor que el grupo no participante (G2). Así, se destaca que el análisis por prueba t para muestras independientes indica que existen diferencias significativas tanto en la variable IMG como en la media de la prueba de cognición (Piaget).

La distribución de los sujetos, por niveles de cognición, se muestra en la (Tabla 1) e indica una concentración de sujetos del G1 en un nivel por encima de lo normal – nivel II (60,9%) mientras que la concentración de sujetos del G2 está en el nivel I (considerado normales para el grupo de edad).

Tabla 1. Características de la muestra

VARIABLES/GRUPOS G1 G2
Muestra (n) 23 23
Edad cronológica –  IC (meses) 54,91±2,25 52,43±2,23
General Motor Edad –  IMG (meses) 75,04±4,7* 38,61±3,7*
Nivel I de cognición 7 (30,4%) 17 (73,9%)
Nivel II de cognición 14 (60,9%) 6 (26,1%)
Nivel III de cognición 2 (8,6%)
Media piagetiana 1,76±0,53** 1,28±0,42**

Los niveles I, II y III fueron clasificados según el promedio de los resultados de las pruebas (p 1, p 2, p 3, p 4, p 5, p 6) Nivel I (1 – 1,49); Nivel II (1.5 – 2.49); Nivel III (2.5 – 3). *(t=6.063; p=0,00) ** (t=0,813; p=0,000)

En cuanto a la Edad Motora General (IMG) también fue posible realizar un análisis por categoría de clasificación como se muestra en la tabla 2.

Tabla 2. Distribución respecto a la clasificación de la motricidad de los niños de 3 a 5 años participantes y no participantes de un programa

Calificación QMG Número de sujetos
G1 G2
Muy superior 12 0
Más alto 3 0
Alto normal 5 2
Promedio normal 3 7
Bajo normal 0 1
Abajo 0 3
Mucho más bajo 0 10

QMG=(IMG/IC) X100

Es posible identificar la distribución de los sujetos en términos de clasificación IMG a través de indicadores de riesgo del General Motor Quotient (QMG). Se puede observar que ninguno de los sujetos que participan en el programa se encuentra en situación de riesgo, mientras que el 69,3% de los niños que no participan en el programa de motricidad se encuentran por debajo del promedio esperado para su edad cronológica (Tabla 2). El deterioro de la estructuración motora afecta la cognición de los niños aún en una edad formativa.

Por su parte, los análisis piagetianos expresaron una interacción significativa entre los grupos observados, teniendo en cuenta las puntuaciones cognitivas. No hubo diferencia estadísticamente significativa entre los sexos en comparación con la media de las pruebas piagetianas para la evaluación de la cognición (t=-0,965; p=0,34) como se muestra en la Tabla 1. En el factor de grupo (G1, G2), hubo una diferencia significativa entre los grupos. El G1 que participa en el programa de motricidad mostró evolución positiva y significativa como exploración y manipulación, relación objetal. Los resultados observados sugieren efectos positivos de la intervención en el desarrollo cognitivo de los niños del programa de motricidad.

Tabla 3. Distribución de sujetos según el nivel alcanzado en las pruebas piagetianas.

GRUPOS Nivel alcanzado Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Prueba 6
G1* Nivel I 6 12 11 14 13 6
Nivel II 7 8 12 5 8 9
Nivel III 10 3 0 4 2 8
G2* Nivel I 15 18 21 20 18 15
Nivel II 5 5 2 2 4 6
Nivel III 3 0 0 1 1 2

Nivel I – Normal; Nivel II – Bueno; Nivel 3 – Excelente

La Tabla 3 muestra que el número de niños que alcanzaron los niveles II y III es mayor en G1 en comparación con G2. Al menos el 69,5% de los niños del G1 alcanzó los niveles II o III (bueno o excelente), mientras que en el G2 sólo el 26,1% alcanzó los niveles respectivos.

Se advierte que los niños que practican el programa de motricidad (G1) tienen más posibilidades de mejorar su desarrollo cognitivo que los niños que no lo practican.

4. DISCUSIÓN

Al correlacionar el desarrollo motor y cognitivo entre los sexos, se observa que no se detectó diferencia significativa entre los grupos (p=0,541). En la literatura todavía hay mucha inconsistencia relacionada con el desarrollo motor de niños de diferentes sexos. En este sentido, Lopes et al. (2003) refiere que la evolución de los niños es mayor, ya que tienen más oportunidad de practicar actividad física relacionada con cuestiones culturales, ocasiones vividas en la infancia y los tipos de juegos y juegos, que son diferentes entre los sexos, en desacuerdo con los hallazgos en el estudio presente investigación.

Sin embargo, otros estudios han encontrado que el desarrollo motor de los niños hasta los 11 años es lineal, no existe disimilitud entre los dos sexos, pero a partir de esta edad es posible percibir un mayor desarrollo de los niños en relación a las niñas de la misma edad, corroborando con los hallazgos de la presente investigación (ROSA NETO et al., 2007; PEREIRA et al., 2010; MIRANDA et al., 2011; NOBRE, 2012).

Los resultados de este estudio mostraron una interacción significativa entre los dos grupos (G1 x G2) participante y no participante, respectivamente en las puntuaciones motoras EDM y en la evaluación Piagetiana. El grupo participante en el programa de intervención logró un balance positivo y significativo en todas las puntuaciones motrices. Como se muestra en la Figura 1, la Edad Motora General promedio (IMG=75.04) fue mayor en relación al G2, de igual manera se comportó la variable Cognición, considerando una respuesta efectiva a la intervención ambiental (experiencias motoras). Tal comportamiento no ocurrió en el grupo (G2) que no asiste al proyecto, y es posible observar que el grupo presenta un retraso en el desarrollo motor en relación a la edad cronológica, ya que su IMG=38.61 indica un promedio de valores ​por debajo de su IC=52.43, mostrando un retraso considerable, resultando en una edad negativa.

En cuanto a la clasificación de la QMG, se identificaron todos los sujetos del grupo G1 que presentan mayores patrones de desarrollo (tabla 2). Así, se entiende que la mayoría de los niños tienen un cociente motor elevado para su edad cronológica. Aquí es posible hacer inferencias relevantes en el contexto de la efectividad del programa porque, además de favorecer su desarrollo, el programa puede jugar un papel relevante en el avance de las habilidades motrices, incluso mejorando aspectos cognitivos.

Vale la pena señalar que en el análisis del desempeño motor y cognitivo, los niños participantes del programa expresaron cambios positivos y significativos después de la evaluación de los puntajes cognitivos y motores, lo que confirma la primera hipótesis de la investigación. Esto está en línea con investigaciones previas que investigaron los beneficios de la intervención en los retrasos en el desarrollo motor y la coordinación motora (WILLRICH; AZEVEDO; FERNANDES, 2008; MULLER, 2008; SILVA et al., 2011; NOBRE, 2012).

para Caetano; Silveira y Gobbi (2005) tanto las circunstancias y el ambiente en que se inserta el niño, como las exigencias de las tareas sugeridas, inducen en gran medida el surgimiento de nuevas habilidades. En un estudio de revisión sistemática se sugiere que el efecto de la intervención motora en la evolución del niño en los primeros años de vida es beneficioso. Los autores destacan la relevancia del tipo de intervención dirigida a cada rango de edad (BRAGA, 2009).

Se observa en los resultados que la intervención genera un estímulo positivo en los cambios del desarrollo motor de cada niño que se sometió al plan de entrenamiento elaborado para cada ítem psicomotor, se pudo comprobar que cada niño fue capaz de adaptarse a la equivalente o superior para su grupo de edad. En el estudio de Nobre et al. (2012) se evidenció que la mayoría de los niños sometidos a las prácticas desarrolladas dentro de un programa de intervención motriz mostraron mejor desempeño en las prácticas locomotoras y control de objetos en relación a los niños que no fueron sometidos a un programa de intervención.

Braga et al. (2009) analizaron investigaciones tanto nacionales como internacionales, asociadas a la intervención, y los resultados encontrados mostraron que después del período de estimulación del programa, los niños mostraron una mejora significativa en el desempeño motor.

En un estudio desarrollado por Muller (2008), se observaron diferencias estadísticamente significativas en el programa motor implementado, reforzando así la importancia de desarrollar el desempeño motor de los niños con retraso motor y demostrando que cuanto antes se diagnostica este retraso, antes se implementan las propuestas intervencionistas con el fin de estimular el desarrollo motor del niño.

En otro estudio se verificó el efecto de un programa de intervención motora en los primeros años de vida de un niño. Estos efectos demostraron que actuar en la fase inicial puede ayudar en las ganancias del desarrollo humano y prevenir incapacidades o circunstancias indeseables en individuos con retrasos en el desarrollo (WILLRICH; AZEVEDO; FERNANDES, 2008).

Para Gallahue y Ozmun (2005) el niño de 2 a 9 años de edad, se encuentra en la fase de adquisición de movimientos fundamentales, en consecuencia estos formaron la base de toda una adquisición motriz próxima. Cabe señalar que varios autores justifican la relevancia del desempeño competente en habilidades motrices fundamentales para el proceso de evolución de los niños (VALENTINI, 2007; GABBARD, 2008; STODDEN et al., 2008; HAYWOOD; GETCHELL, 2009; GOODWAY; ROBINSON; CROWE; , 2010).

En el presente estudio, se notaron cambios confiables en cuanto a las áreas psicomotoras y cognitivas, lo que revela que el niño inserto en ese contexto presenta “evolución” en las áreas estimuladas dentro del programa de intervención de la motricidad. Este hecho evolutivo también se puede observar en la investigación realizada por Campos et al. (2008), en el que se comprobó el efecto de un programa de psicomotricidad dirigido a niños de bajo nivel social. El resultado alcanzado en la investigación obtuvo un aumento estadístico significativo de las puntuaciones en los dominios de tonicidad, equilibrio, praxis global, estructura fina y espacio-temporal en las muestras analizadas, lo que prueba la relevancia de los programas de interacción para el funcionamiento psicomotor.

Los resultados evidenciados por esta investigación, permiten reconocer la labor del profesional de Educación Física como uno de los profesionales que integran un equipo multiprofesional dirigido a la intervención temprana con el niño con retraso en la mejora de la coordinación motora fina, global, equilibrio y entre otras variables. De esta forma, el profesional de Educación Física especialista en psicomotricidad tiene funciones específicas, como las que se realizan en este estudio, como el entrenamiento en psicomotricidad, la aplicación de instrumentos de evaluación específicos y la elaboración de un programa de estimulación que responda a las necesidades reales del niño en proceso de desarrollo.

5. CONCLUSIÓN

Los fundamentos abordados en este estudio muestran el programa de motricidad y la importancia de la estimulación motriz para el desarrollo integral de los niños, que puede iniciarse en los primeros años de vida. Y a través de su cuerpo el niño conoce y descubre el mundo y experimenta sensaciones y las demuestra. En esa coherencia, se vuelve relevante y necesario que todas las condiciones favorables sean satisfactorias para que el niño pueda integrar adecuadamente las percepciones y la respuesta a los estímulos, favoreciendo la unión sensorial y la competencia para interactuar con el medio que lo rodea.

Así, se considera que los componentes de un programa de motricidad, cuando son estimulados tempranamente, proporcionan un desarrollo beneficioso, evitando y mitigando las limitaciones del desarrollo, potenciando mejoras en el proceso motor y cognitivo. Por lo tanto, los niños que practican las habilidades motoras tienen más probabilidades de mejorar su desarrollo cognitivo que los niños que no lo hacen.

REFERENCIAS

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[1] Maestría en Salud y Medio Ambiente de la Universidad de Tiradentes (UNIT); Especialización en Fisiología del Ejercicio (Centro Universitário Estácio de Sergipe); Graduado en Educación Física (Universidad Federal de Sergipe).

[2] Licenciatura en Educación Física (Centro Universitário Estácio de Sergipe).

[3] Residente Multiprofesional de Especialización en Salud Mental (Hospital Universitario de la Universidad Federal de Sergipe); Graduado en Educación Física (Centro Universitário Estácio de Sergipe).

Enviado: Julio de 2020.

Aprobado: Agosto de 2020.

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