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Diabetes mellitus gestacional: una descripción general

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CONTEÚDO

ARTÍCULO DE REVISIÓN

PAIXÃO, Carmen Scheyla Dettmann [1], ZORZAL, Juliano Kacio [2]

PASIÓN, Carmen Scheyla Dettmann. ZORZAL, Juliano Kacio. Diabetes mellitus gestacional: una descripción general. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 05, Ed.10, Vol. 04, págs. 05-20. Octubre de 2020. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/salud/descripcion-general

RESUMEN

El principal objetivo de este artículo es apoyar acciones sobre Diabetes Mellitus a través de la asistencia farmacéutica durante el embarazo. A través del análisis de la literatura farmacéutica y también a través del estudio que aborda la Diabetes Mellitus durante el período gestacional. El papel principal de la asistencia farmacéutica es diseñar espacios para el desarrollo de la asistencia relacionada con la salud de las pacientes durante el embarazo. La metodología de esta investigación se basó en la base documental, con análisis de la literatura farmacéutica que normaliza las reglas de la Farmacia Brasileña. Entre las literaturas mencionamos a Tombini, Kitzmiller; Davidson, Bertini y otros autores que promueven la literatura brasileña. El resultado del presente estudio consiste en la identificación de los efectos y causas de la Diabetes Mellitus durante el período gestacional y, finalmente, buscar orientar y esclarecer algunas actitudes para orientar mejor a las gestantes durante el período de gestación.

Palabras clave: DMG, factores de riesgo, cuidados.

1. INTRODUCCIÓN

La disglucemia, es decir, la alteración de la glucemia es actualmente una de las mayores preocupaciones de la medicina mientras la mujer se encuentra en el período gestacional, convirtiéndola en uno de los factores de riesgo en el embarazo. Por lo tanto, la disminución de la sensibilización a la insulina es evidente en diferentes etapas de la vida, pero se considera una preocupación durante el período de embarazo.

Así, durante el embarazo se produce una difícil adecuación endocrino-metabólica, que implica cambios en la insulina, así como un aumento en la respuesta y masa de las células beta y también un pequeño aumento de la glucemia principalmente al final de las comidas, cambios en las tasas de fosfolípidos circulantes, ácidos grasos triglicéridos y colesterol.

El desequilibrio metabólico más común durante el embarazo es la diabetes gestacional y su presentación más prevalente se determina como un cambio en la glucosa en sangre de cualquier nivel, descubierto durante el período de embarazo.

Al expresar Diabetes Mellitus Gestacional es necesario definir los niveles de intolerancia a los carbohidratos, resulta en niveles elevados de glucosa en sangre de diversa magnitud, con origen o diagnóstico durante el embarazo. Se producen cambios importantes en la generación de energía y acumulación de grasa durante el embarazo normal. Este depósito de grasa se identifica especialmente en la primera mitad del embarazo, mientras que al final se produce un aumento del gasto metabólico de la madre.

De todos modos, es fundamental que la madre sea evaluada durante todo el período gestacional, observando el estado y los niveles de glucosa en sangre. De esta forma se proponen el control de peso, dietas y ejercicios y una glucemia en ayunas periódica.

2. ETIOLOGÍA

La diabetes mellitus (DM) es una patología metabólica, descrita como un aumento en el volumen de glucosa en sangre resultante de una deficiencia en la generación y / o acción de la insulina. A partir de esta conformación, se entiende por Diabetes Mellitus Gestacional (DMG) cualquier clase de intolerancia a la glucosa, con inicio o primer hallazgo en el embarazo.

Este concepto se adopta a pesar de la administración de insulina o si la coyuntura continúa después del parto y no elimina la posibilidad de que la intransigencia a la glucosa haya tenido éxito en el embarazo. Los cambios que se identifican en el metabolismo materno mientras dura el embarazo es fundamental para satisfacer las demandas del feto.

Otro tema importante es la aparición de resistencia a la insulina (RI) en la segunda parte del embarazo como resultado del ajuste fisiológico, impregnado por las hormonas antiinsulinas placentarias, para asegurar el suministro adecuado de glucosa al feto. Sin embargo, ciertas mujeres embarazadas que quedan embarazadas con algún grado de sobrepeso de RI y síndrome de ovario poliquístico, esta condición de RI fisiológico estará elevada en los tejidos periféricos.

Al mismo tiempo, existe una necesidad fisiológica de una mayor producción de insulina, así como la falta de capacidad del páncreas para responder a la RI fisiológica, ayuda a la hiperglucemia de diverso ímpetu, acusando al DMG.

Las mujeres embarazadas que ya son resistentes a la insulina no tienen la capacidad de aumentar la tasa de eliminación de la insulina, que es fundamental para satisfacer las necesidades de su embarazo. Esta resistencia ya está presente en la segunda mitad del embarazo y aumenta progresivamente hasta el final del embarazo, cuando se asemeja a la intolerancia a la glucosa que se observa en la diabetes tipo 2. Por lo tanto, la resistencia a la insulina ayuda a las demandas metabólicas del feto (mayor suministro de glucosa) y es el resultado de las hormonas placentarias circulantes.

La imperfección metabólica en gestantes con DMG es su falta de capacidad para producir insulina a niveles necesarios para la necesidad que es máxima en el 3er trimestre, lo que lleva a una concentración elevada de glucosa posprandial deficiente para causar síntomas, pero capaz de establecer efectos adversos feto (hipoglucemia neonatal y macrosomía) debido a demasiada glucosa transplacentaria.

2.1 IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO

Como se ve en las pruebas de diabetes, su causa exacta aún no se ha descubierto y los estudios han llevado a varias hipótesis. Sin embargo, según estudios de la American Diabetes Association (TOMBINI, 2002) se enumeran algunas hipótesis:

  • Hormonal – Kitzmiller; Davidson (2001) definen que mientras dura el período de embarazo la placenta produce grandes cantidades de hormonas y como la progesterona, el estrógeno y la somatomamotropina coriónica humana son esenciales para el desarrollo fetal, tiene el potencial de interferir con la acción de la insulina en el cuerpo materno, actuar como antagonista de la actividad de la insulina, provocando un aumento de la resistencia a la insulina en los dos últimos trimestres del embarazo;
  • Genética – Tombini (2002) declara la diabetes gestacional calificada por resistencia a la insulina análoga a lo que sucede con la diabetes tipo 2. En este contexto, las mujeres que manifiestan diabetes durante el embarazo tienen más probabilidades de tener diabetes tipo 2.
  • Obesidad – Tombini (2002) este tipo de diabetes es más común en mujeres en las que la obesidad forma parte de sus vidas. La obesidad puede desencadenar tanto diabetes gestacional como diabetes mellitus tipo 2.

El Ministerio de Salud recomendó en el Manual de embarazo de alto riesgo de 2012 el uso de factores de riesgo clínicos para DMG, combinados con glucosa en sangre en ayunas al comienzo del embarazo (hace 20 semanas anteriores o tan pronto como sea posible), para la investigación de DMG.

El estudio HAPO-2008 (IADPSG, 2010) utiliza la prueba de tolerancia oral a la glucosa de 75 gy 2 h (TOTG-75) entre 24-28 semanas sin cribado preliminar por los elementos de riesgo o mediante la prueba de tolerancia oral a la glucosa de 50 g de 1h (TOTG-50).

El TOTG-50 está diseñado para ser diagnóstico y requiere una dieta libre tres días antes del examen y las tasas anormales son en ayunas 92 mg / dL, 1 hora 180 mg / dL y 2 horas 153 mg / dL. Una tasa alterada es suficiente para que la prueba se considere positiva. Y si el ayuno es de 126 mg / dL, la diabetes se considera pregestacional.

La glucosa de la madre se transfiere a la porción fetal mediante la dilatación facilitada y, en ocasiones, si la madre es hiperglucémica, el feto, a su vez, también será hiperglucémico. A medida que el páncreas del feto se genera y se activa a partir de la décima semana, habrá una respuesta a esta estimulación, con la consiguiente hiperinsulinemia del feto.

La insulina, que es una hormona anabólica que, ligada al sustrato de la energía hiperglucémica, establecerá la macrosomía del feto junto con todas sus consecuencias, incluido el aumento del riesgo de traumatismo del muñón.

Otro trastorno de la hiperglucemia se produce junto con la diuresis fetal, lo que produce polihidramnios, un trastorno que ayuda a la rotura prematura de membranas y a la prematuridad. La hiperglucemia del útero intrauterino está ligada a la elevación de radicales libres de oxígeno, cargada con la mayor sucesión de malformaciones fetales en este público. Después de la esterilización del cordón umbilical, el recién nacido metaboliza levemente la glucosa para generar un exceso de insulina y, como resultado, presenta hipoglucemia neonatal.

Uno de los principales trastornos del feto en gestantes con DMG es la macrosomía7, que se relaciona con la obesidad infantil y también con el alto riesgo de síndrome metabólico (SM) en la edad adulta. No solo la macrosomía, sino también el agrandamiento intrauterino reducido están involucrados en la creación del síndrome metabólico y sus componentes.

La elevación de glucosa en sangre (hiperinsulinemia) también se incluye en la generación de surfactante pulmonar, provocando un retraso en la maduración pulmonar fetal y, en consecuencia, un riesgo elevado de síndrome de dificultad respiratoria (SDR) en el período neonatal.

Así, el aumento de la tasa de glucemia materna se relaciona con la mayor aglomeración de hemoglobina glucosilada (HbA1c), que a su vez, tiene mayor empatía por el oxígeno y beneficia a la hipoxia de grados desiguales. La retroalimentación fetal a la hipoxia es un aumento en la generación de glóbulos rojos, apoliglobulia.

La sobreabundancia o plétora fetal es responsable del mayor evento de ictericia neonatal, trombosis de la vena renal y alto riesgo de kernicterus. Sin embargo, los mayores riesgos de morbilidad y mortalidad se encuentran en estos casos y la muerte intrauterina, especialmente en las últimas cuatro semanas de gestación, es característica del DMG mal contenido y más común en fetos con macrosomía 15,16.

2.2 FISIOPATOLOGÍA

La diabetes mellitus (DM) representa un grupo de trastornos metabólicos identificados por la hiperglucemia resultante de la irregularidad de la insulina. Tal irregularidad puede deberse a una disminución de la generación pancreática o una liberación indebida y / o resistencia periférica a la insulina (8, 9, 13).

La designación de la etiopatogenia de la disglucemia beneficia la comprensión de la fisiopatología y proporciona la base para un cierto manejo de cada caso en las diferentes etapas de la vida de un individuo. El período de embarazo se caracteriza por el estado de resistencia a la insulina. Esta situación, asociada al marcado cambio en los dispositivos de control de la glucemia en relación con la aplicabilidad del gasto de glucosa por el embrión y el feto, puede contribuir a la aparición de cambios en la glucemia que favorezcan el desarrollo de DMG.

Hormonas como el cortisol, el lactógeno placentario, la prolactina generada por la placenta y otras que se encuentran elevadas debido al período gestacional, pueden estimular una disminución de la acción de la insulina en sus receptores y, finalmente, un aumento de la generación de insulina en embarazadas sanas.

Sin embargo, tal mecanismo tiene la posibilidad de no verse en mujeres embarazadas que ya tienen su capacidad de generación de insulina al límite. Esto ocurre en mujeres que tienen poco aumento en la generación de insulina y, por lo tanto, pueden tener diabetes durante el embarazo.

Las directrices vigentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la normativa fundamental para el manejo de la DM aconsejan que el aumento de la tasa de azúcar en sangre, la hiperglucemia detectada por primera vez en cualquier momento del embarazo debe ser clasificada y caracterizada en DMG o DM diagnosticada en gestación de la diabetes manifiesta inglesa (8, 9, 14, 15). Se divide en dos amplias categorías:

  • Diabetes Mellitus Gestacional (DMG): encontrada por primera vez en el período de gestación, con índices de glucemia en sangre que no completan las especificaciones diagnósticas de la DM.
  • Diabetes Mellitus encontrada en el embarazo (Diabetes manifiesta): sin diagnóstico previo de DM, con hiperglucemia detectada en el embarazo y con índices de glucemia en sangre que alcanzan las especificaciones de la OMS para DM en ausencia de embarazo.

Las manifestaciones fisiopatológicas de la DMG están asociadas con los ajustes metabólicos provocados durante el embarazo. Bertini (2001) lo define como la necesidad continua de ingerir glucosa y aminoácidos importantes para el feto, sumando las demandas de ácidos grasos y colesterol y cambios hormonales, fundamentalmente los definidos por glucagón, glucocorticoides, estrógenos, progesterona y somatotropina coriónica.

Según Kitzmiller y Davidson (2001) en el primer trimestre del embarazo, los cambios estimulados por hormonas placentarias como la gonadotropina cariónica humana (hCG) tienen una rara consecuencia directa sobre el metabolismo de los carbohidratos.

Haciendo una comparación con el desarrollo de la placenta, hay un aumento gradual en la generación de hormonas que antagonizan la acción de la insulina, como la progesterona, los estrógenos y especialmente la somatotropina coriónica humana. Así, en el segundo y tercer trimestre del embarazo, es visible un aumento en la resistencia a la insulina, lo que refleja un aumento en la acumulación de insulina.

Identificamos una demanda de producción de insulina mayor que la capacidad de las células pancreáticas para producir insulina, con la aparición de diabetes mellitus gestacional. Así, en el embarazo se observan dos etapas diferenciadas, una anabólica y una catabólica, la primera se evidencia por una reducción de la glucosa en sangre debido a un mayor almacenamiento de glucosa, mientras que la segunda se debe a una reducción de la glucosa en sangre debido a un mayor consumo de la glucosa. feto, (SANKOVSKI, 1999). En ese momento, se identifican condiciones metabólicas en la mujer embarazada normal caracterizadas por un estado de umbral de ayuno.

Bertini (2001) también establece como una condición de ayuno materno alargado que conduce a un estado metabólico desenfrenado de inanición, obligando al organismo a utilizar energía, específicamente la hidrólisis de triglicéridos en el tejido adiposo. Forzando la investigación de nuevas fuentes de glucosa que acaba generando nuevas reacciones que elevan los cuerpos cetónicos y los ácidos grasos libres.

2.3 SEÑALES Y SÍNTOMAS

La diabetes gestacional, como otros tipos de diabetes, puede ofrecer trastornos, tanto a corto como a largo plazo. Las mujeres embarazadas con DMG se clasifican como embarazadas de riesgo, ya que la indignación es una alta tasa de morbilidad, además de brindar mayores oportunidades para la intolerancia a la glucosa, lo que puede causar un mayor riesgo de tener DM2 después del embarazo.

Los cambios hormonales al comienzo del embarazo provocan vómitos y náuseas en muchas mujeres y en los diabéticos con neuropatía autónoma o gastroparesia, la hipermeresis puede ser destructiva (KITZMILLER; DAVIDSON, 2001).

Los riesgos y trastornos aún no están bien esclarecidos, por ello, en los últimos años se han realizado varias investigaciones sobre este tema, entre ellas abordar los nuevos métodos de diagnóstico de DMG, que enfrentaron modificaciones desde 2005 hasta la actualidad (FERRARA, 2007; SBD, 2014-2015).

A menudo, el diagnóstico de DMG se realiza mediante una investigación activa, con pruebas que estimulan una carga excesiva de glucosa, en el segundo trimestre del embarazo. Sin embargo, hoy en día se sugiere realizar la selección precoz de DMG en gestantes, desde la primera consulta prenatal, permitiendo así identificar casos de DM preexistentes, que probablemente no sean considerados DMG (SMCD, 2010 apud WEINERT, 2011; PANEL DE CONSENSO DE IADPSG, 2010).

En su análisis, Simon, Marques y Farhat (2013), afirman que hasta la fecha, existen muchos conflictos sobre el punto de corte de la glucemia en ayunas en la investigación de DMG, y que esta referencia varía según el público investigado y el punto de corte utilizado. Estos autores declaran que no se encontraron ocurrencias de DMG en pacientes que manifestaron glucosa en ayunas menor de 90 mg / dl en el primer trimestre o que no presentaban factor de riesgo o factores de riesgo.

Por ello, el SBD sugiere que se utilicen los nuevos requisitos internacionales para la investigación y el diagnóstico de DMG, porque, si bien expresan deficiencias, son los únicos que demuestran legítimamente mediante el estudio la combinación de las tasas de glucemia materna y sus consecuencias en la salud del recién nacido (SBD, 2014-2015), además de ayudar a verificar embarazos de alto riesgo, en los que se pueden evitar resultados adversos y su interferencia es plausiblemente simple (COUSTAN, 2012).

Por tanto, los nuevos criterios diagnósticos para DMG adoptados por la American Diabetes Association (ADA), ofrecidos por el Grupo Nacional de Datos de Diabetes (IADPSG), otro por la Organización Mundial de la Salud y también por la Sociedad Brasileña de Endocrinología y Metabología. La Asociación recomienda el seguimiento de las mujeres embarazadas hasta los 25 años y entre las semanas 24 y 28 de gestación, utilizando el índice glucémico de 1 hora después de la ingestión de 50 g de dextrosol (SULLIVAN y MAHAN apud y NOGUEIRA, 2001).

Hay discusiones entre los nuevos ítems para diagnóstico y el ítem antiguo, donde el punto de corte era de 85 mg / dL, porque en su investigación, el 13% de los pacientes necesitaron administración adicional de insulina para controlar su glucemia, que aún no había sido diagnosticados por estos nuevos requisitos de la IADPSG, lo que les hace creer que los nuevos fundamentos pueden interferir en el tratamiento incorrecto de algunas mujeres embarazadas (SIMON; MARQUES; FARHAT, 2013; SACKS et al, 2012).

Queiros, Magalhães y Medina (2006) también ratifican que la prueba de cribado se realice entre las semanas 24 y 28 de gestación. Si es negativo, debe repetirse después de la semana 32. Las mujeres embarazadas que, tal vez, expresen un alto riesgo de padecer la patología, preferiblemente deben realizarse la prueba poco después de que se revele el embarazo.

Si el índice glucémico en ayunas es mayor o igual a 126 mg / dL, esta mujer ya está diagnosticada de DMG, ya que este valor ya califica, por sí solo, Diabetes Mellitus (QUEIROS; MAGALHÃES; MEDINA, 2006; SBD, 2014-2015). La Sociedad Brasileña de Diabetes recomienda que se solicite el índice glucémico en ayunas en la primera visita prenatal y, si es menor de 92 mg / dL, se debe solicitar nuevamente la prueba del índice glucémico en ayunas en el segundo trimestre del embarazo. (SBD 2014-2015).

Al tener un resultado negativo, continúan con el mismo criterio para las otras embarazadas. En todos los casos de mujeres embarazadas se debe realizar la Prueba Oral de Tolerancia a la Glucosa (PTOG), con 100g de glucosa para certificación DMG, con una elaboración de ayuno entre 10 y 14 horas y la recolección debe realizarse por la mañana, en reposo. (QUEIROS; MAGALHÃES; MEDINA, 2006).

Después de dos semanas de dieta, si los niveles de glucosa en sangre permanecen alterados, con un valor en ayunas mayor o igual a 95 mg / dL y 1 hora postprandial igual o mayor a 140 mg / dL, o dos horas postprandial se encuentran mayores o igual a 120 mg / dL, es imprescindible iniciar tratamiento farmacológico.

3. PRECAUCIONES Y POSIBLE TRATAMIENTO

Teniendo en cuenta los posibles trastornos de la DMG, tanto para la madre como para el bebé, se vislumbra la relevancia de discutir más sobre el tema, sustancialmente debido al cambio en los patrones de diagnóstico de DMG que se produjo en 2005 y que son encontrado presente hasta el día de hoy.

Es fundamental que se examine a la paciente para determinar si ha vuelto a un estado de tolerancia normal a los carbohidratos y si el embarazo fue el marcador metabólico de la diabetes. Examinando la literatura, se pudo vislumbrar la relevancia de la dieta, la actividad física y el control glucémico en el tratamiento, ya que los hechos sobre el tratamiento farmacológico aún son insatisfactorios y cuestionables.

En lo que respecta al tratamiento farmacológico, según Pontes et al. (2010), el clorhidrato de metformina fue considerado el medicamento más conveniente para las mujeres embarazadas con DMG, sin embargo, aún hoy en día, existe poca literatura que reafirme su seguridad y eficacia, incluso si sus resultados se asociaron con macrosomía fetal, peso al nacer, ingreso al Neonatal. Unidad de Cuidados Intensivos, la tasa de hipoglucemias del recién nacido, entre otros trastornos, son cuestionables.

El embarazo requiere ciertas demandas nutricionales que requieren sustituciones en la dieta. Un tratamiento dietético adecuado para una mujer embarazada debe proporcionar una nutrición satisfactoria para la mujer embarazada y el feto, con el objetivo de alcanzar una casi euglucemia (BERTINI, 2001).

Aunque no se ha demostrado que el ejercicio sea beneficioso en mujeres con DMG, el cambio en el estilo de vida puede durar mucho después del parto y ayudar a prevenir la aparición de diabetes mellitus tipo 2 y sus trastornos extemporáneos (CEYSENS et al., 2007).

La revisión de BRODY et al. (2003) señala que un porcentaje de más del 70% de las mujeres con DMG desarrollan hiperglucemia leve y su tratamiento es solo con dieta. La ayuda del tratamiento intensivo en estas mujeres aún es incierta, pero en mujeres con hiperglucemia alta, el tratamiento con la administración de insulina disminuye la aparición de macrosomía. Solo un porcentaje del 30% de las mujeres embarazadas con DMG usa insulina como forma de tratamiento.

Según la Sociedad Brasileña de Diabetes (2014-2015), tan pronto como se detecta el DMG, se inicia el tratamiento no farmacológico, que se basa en la orientación dietética y las prácticas de actividad física, siempre que se tengan en cuenta las contraindicaciones obstétricas. La guía dietética tiene como objetivo el control metabólico y el aumento de peso masivo, con una ganancia de 300 a 400 g por semana, comenzando en el segundo trimestre del embarazo, siendo tolerada.

La dieta para las mujeres con DMG debe comprender de seis a siete comidas al día, con tres comidas principales, alrededor de dos a tres refrigerios y una antes de acostarse. Necesita ofrecer suficientes calorías y nutrientes para las necesidades del embarazo, así como alcanzar las metas de los niveles de glucosa en sangre establecidos preliminarmente para que se prescindan de los casos de hiperglucemia, hipoglucemia o cetosis. (QUEIROS; MAGALHÃES; MEDINA, 2006).

El aumento de peso varía según el IMC de cada embarazada. Para las mujeres con un IMC superior a 19,8 kg / m², el aumento de peso medio es de entre 12,5 y 18 kg; IMC entre 19,8 y 26 kg / m², elevación media de 11 a 16 kg; IMC entre 26,1 a 29 kg / m², elevación media de 7 a 11 kg; Elevación del IMC de 29 kg / m², elevación de menos de 6 kg (QUEIROS; MAGALHÃES; MEDINA, 2006).

La práctica de ejercicios físicos tiene como objetivo reducir la intolerancia a la glucosa mediante la restricción cardiovascular que produce aumento de la afinidad y unión de la insulina a su receptor mediante la reducción de la grasa intraabdominal, elevación de los transportadores de glucosa sensibles a la insulina en el músculo, aumento del flujo sanguíneo en los tejidos. sensible a la insulina y niveles reducidos de ácidos grasos libres.

La mayor preocupación es la seguridad del embarazo para la madre y el feto, el criterio más importante a evaluar durante la práctica deportiva es el bienestar materno-fetal, tales como: frecuencia cardíaca y frecuencia cardíaca fetal, presión arterial, temperatura y Dinámica materno-uterina.

Se han prescrito diversos tipos de equipos y actividades físicas para embarazadas con DMG, como: bicicleta estática vertical, remo, bicicleta estática horizontal (con respaldo) y ergómetro para miembros superiores.

En general, la insulina solo se introduce como medicamento cuando la dieta y el ejercicio no han logrado un control metabólico adecuado. La insulina se utilizó de forma aislada y se prescribió inicialmente en casos de diabetes. Entre los diferentes tipos de insulina disponibles en la actualidad tenemos la insulina de acción corta (lispro y regular) y la insulina de acción prolongada.

Weinertet et al. (2011) señala a la glibenclamida como el fármaco de elección entre las sulfonilureas para mujeres embarazadas, identificado como seguro y eficaz a partir del segundo trimestre del embarazo. Silva et al. (2007), en sus análisis, concluyeron que la clase de gestantes que exhibió mayores resultados con la administración de glibenclamida fueron aquellas con un período de gestación de más de 19 semanas y ganancia de peso de hasta 9 kg, además de no estar Los infantes notados, situación que refuerza la seguridad de su administración.

Sin embargo, existe un desacuerdo con respecto a la seguridad de la glibenclamida, cuando declaran que no está aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) y se necesita más investigación sobre este medicamento. En la investigación con animales, los medicamentos acarbosa, glibenclamida e insulina se denominan de clase B para su uso durante el embarazo, es decir, no exhibieron efectos fetales nocivos, y no existe ninguna investigación científica que confirme los efectos nocivos de estos medicamentos en humanos (LARIMORE; PETRIE, 2000; apud SILVA et al., 2005).

Las dosis de insulina recomendadas se administran de acuerdo con el control glucémico de la gestante, elevando la insulina regular cuando se produce insulina NPH, teniendo en cuenta la glucemia en ayunas y antes de las comidas.

El tratamiento con insulina para la diabetes gestacional se adopta cuando el control glucémico no es eficaz, se recomienda la administración de insulina, con una combinación de dieta y ejercicio. Sin embargo, no existe un protocolo de orientación estándar con respecto a las diferentes dosis para las diferentes etapas del embarazo, ya que cambian de acuerdo con la variación de peso (BASSO et al., 2007).

Según Detschet et al. (2012), la razón principal para la administración de insulina fue la unión entre DMG previa y causas de riesgo, como antecedentes familiares de DM en familiares de primer grado. Las principales causas de riesgo de DMG son: identificación tardía de DMG, edad mayor de 30 años, polihidramnios, crecimiento excesivo del feto, identificación de DMG tardía, inicio tardío de la atención prenatal, malformaciones del feto y muerte del feto o mortinatos. , obesidad o sobrepeso, baja estatura, acumulación de adiposidad abdominal, bajos ingresos familiares, antecedentes obstétricos de abortos repetidos, sobrecrecimiento fetal, ovario poliquístico, sobrecrecimiento fetal, macrosomía, hipertensión arterial o preeclampsia en el embarazo actual (COSTA et al., 2015 ; SBD 2014-2015; DETSCH et al., 2012).

4. CONCLUSIONES

El gran impacto del descubrimiento de la insulina, el conocimiento excesivo del dispositivo de afectación fetal por hiperglucemia y los criterios terapéuticos en la diabetes mellitus gestacional son de indudable relevancia. En consecuencia, la fuerte demanda de mecanismos opcionales y accesibles para toda la población es de suma importancia y debe ser valorada.

En resumen, DMG es una patología que afecta a las mujeres durante el embarazo. Durante el embarazo, las gestantes predispuestas pueden desarrollar complicaciones en el metabolismo, que pueden derivar en diabetes mellitus gestacional y su prevalencia varía del 3% al 13% del total de gestantes, variando según la población analizada y el criterio utilizado. (SBD, 2014-2015).

Así, la DMG pasó a ser considerada como un tormento de salud pública, e incluso cuando hay un prenatal bien atendido, pueden persistir algunos problemas como el crecimiento del feto y otros desequilibrios. De esta forma, la gestante deberá tener un buen prenatal y conocerá y conocerá los diagnósticos y fisiopatología, así como el tratamiento y las posibles complicaciones y riesgos que pueda correr el feto. Este cuidado es de suma importancia para un embarazo seguro y sin problemas para la madre y el bebé.

En este entendimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que un buen seguimiento de DMG contenga dieta, control metabólico satisfactorio, ejercicios físicos y medicación, además de la atención prenatal realizada por un equipo multidisciplinario especializado (OMS, 2013).

Este estudio tuvo como objetivo principal argumentar y reflexionar sobre el DMG teniendo una visión general sobre los cuidados, las posibles intervenciones y las complicaciones durante el embarazo. Así, el estudio contó con una metodología descriptiva y exploratoria de revisión bibliográfica, utilizando para ello los siguientes descriptores: DMG, Factores de Riesgo, Atención. La investigación cubrió el período de 2005 a 2018, ya que aborda la literatura científica más reciente sobre la diabetes mellitus gestacional.

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[1] Estudiante del Curso Superior de Farmacia.

[2] Tutor. Especialización en Educación Profesional y Tecnológica. Graduación en Farmacia. Graduado en Ciencias / Matemáticas.

Enviado: Mayo de 2020.

Aprobado: Noviembre de 2020.

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