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Bases de la cultura hindú: las escuelas filosóficas y su contribución a la espiritualidad mundial

RC: 84647
2.166
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DOI: 10.32749/nucleodoconhecimento.com.br/filosofia-es/espiritualidad-mundial

CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

MATTOS, Tatiana Morita Nobre [1], GAMA, Uberto Afonso Albuquerque da [2]

MATTOS, Tatiana Morita Nobre. GAMA. Uberto Afonso Albuquerque da. Bases de la cultura hindú: las escuelas filosóficas y su contribución a la espiritualidad mundial. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 06, Ed. 03, Vol. 16, pp. 43-72. Marzo de 2021. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/filosofia-es/espiritualidad-mundial, DOI: 10.32749/nucleodoconhecimento.com.br/filosofia-es/espiritualidad-mundial

RESUMEN

La cultura hindú es una de las estructuras filosóficas más antiguas y completas con propósito espiritista formulado en la historia de la humanidad. Reconocido por su profundidad, complejidad y amplitud de razonamiento, que asocia virtuosamente la raíz científica con temas espirituales en explicaciones sobre la manifestación y la realidad divina. Este artículo, cuyo objetivo general es presentar las bases en las que se basó este sistema filosófico-cultural, y su estructura de pensamiento, y, para objetivos específicos, para demostrar cómo contribuyó a la formulación de las principales religiones y filosofías del mundo, que tienen como objetivo ayudar al hombre a volver a encontrar su verdadera naturaleza. Como metodología, se llevó a cabo una investigación bibliográfica que abarcó tanto a autores occidentales, investigadores de cultura y filosofía de Oriente, como a autores orientales, reconocidos por su explicación sobre los estudios de la tradición hindú. Se encontró que las obras que explican la influencia de la antigua estructura del pensamiento filosófico y científico oriental, especialmente la tradición hindú, presentan la profundidad y dedicación que este tema requiere y evidencia la necesidad de continuidad y expansión del estudio llevado a cabo.

Palabras clave: Filosofía oriental, hinduismo, cultura hindú, escuelas filosóficas hindúes, Dárshanas.

1. INTRODUCCIÓN

Por lo tanto, ningún otro lugar ha dado a la espiritualidad mundial una contribución tan grande como la India. Más que cualquier otra gente, los indios mostraron una versatilidad espiritual increíble, que inspiró a muchas otras naciones y dio, en este siglo XX nuestro, la ayuda tan necesaria a la civilización occidental, tan deficiente en las cosas del Espíritu. (FEUERSTEIN, 2006, p. 99).

La cultura hindú es una de las estructuras filosóficas más antiguas y completas del pensamiento y el comportamiento espiritistas formulados en la historia de la humanidad. En palabras de Mircea Elíade, “la India se aplicó con un rigor sin precedentes al análisis de los diversos condicionamientos del ser humano” (ELÍADE, 2009, p. 12). Sus raíces se basan en la antigua civilización india, con más de 10.000 años de existencia, anteriormente llamada Maha Bharata[3], o Gran India, que floreció en las afueras y afluentes de los ríos Indo y Saraswati y en las laderas del Himalaya. Era la civilización más grande y antigua del planeta, incluso en comparación con las civilizaciones egipcias, mesopotámicas o chinas. (AUBOYER y AYMARD, 1965; MATTOSO, 1956; FEUERSTEIN, 2006)

Su sistema filosófico-cultural permanece prácticamente inalterado en su esencia hasta el día de hoy, persistiendo durante siglos de insistentes invasiones y dominios por diferentes pueblos -entre los que se encuentran los persas, griegos, hunos blancos, árabes y europeos, citando sólo unos pocos- y permanece firmemente consolidado en la identidad del pueblo indio y de los hindúes de todo el mundo.

La fuerza de esta cultura reside en su dedicación a una verdadera perquisición de la Verdad universal y la Esencia Divina detrás de cada manifestación, así como en la convicción de que el logro de este conocimiento es dado por la condición humana. El aprecio por todos los caminos sinceros dirigidos a la conciencia de esta realidad espiritual confirma que la cultura hindú tiene en el ecumenismo y en la versatilidad del pensamiento su base filosófica-espiritual. Por lo tanto, acepta, en esencia, todas las filosofías y religiones como caminos reales para el encuentro con la Esencia Divina, “para el desarrollo y cumplimiento del destino humano en la tierra” (GAMA y LIMA, 2019). Estos hallazgos ponen de relieve el hecho de que la cultura hindú no tiene un fundador, una fecha de fundación o una institución centralizadora (GAMA y LIMA, 2019).

Incluso antes de que sea reconocida como religión, la tradición cultural hindú es una filosofía de vida consolidada, llamada desde los tiempos de Sanatana Dharma, un término sánscrito que significa “Camino Eterno” o la “Ley Eterna”, impartida por la tradición oral (Paramparay) de maestro a discípulo, de padre a hijo, de generación en generación, incluso antes incluso de que sea escrita o codificada.

En este sentido, este artículo tiene como objetivo general presentar las bases en las que se basó este sistema filosófico-cultural. Basada en una búsqueda ética, la cultura hindú destaca la madurez espiritual alcanzada, reconocida por su profundidad, complejidad y amplitud de razonamiento, que proporciona contribuciones sustanciales a la ciencia y al ecumenismo global (ZIMMER, 2003; FEUERSTEIN, 1975).

Asimismo, tiene como objetivos específicos, demostrar que la mayoría de las escuelas filosóficas del planeta se originaron en el Dharma de Sanatana, que proporcionó a la humanidad el gran legado de espiritualidad asociado con una raíz científica viva. La Antigua India era el lugar de nacimiento y la morada de grandes sabios (Rishis[4]) y mesías ilustres, así como grandes revelaciones de la ciencia antigua y moderna, cantadas en las Vedas[5], así como en los Upanishads e Itihásas[6] (epopeyas), descritas en la Smritis (códigos de derecho), Puránas (leyendas y parábolas), Dárshanas (escuelas filosóficas o puntos de vista) y Shastras[7] (Escrituras) de cada área de la ciencia y las artes. Por lo tanto, esta antigua cultura también se llama Hindu Rishi o Yoga Rishi.

Como metodología, se llevó a cabo una investigación bibliográfica que abarcó tanto a autores occidentales, reconocidos investigadores de cultura y filosofía de Oriente, como Gama (2011 y 2019) Elíade (2009) y Feuerstein (2006); como autores orientales, reconocidos por su explicación de los estudios de la tradición hindú, que van desde bases espiritistas hasta fundamentos científicos, como Sivananda (2013a), Yogananda (2010 y 2011) y Tigunait (2011).

Se encontró que las obras que explican la influencia de la antigua estructura del pensamiento filosófico y científico oriental, especialmente la tradición hindú, presentan la profundidad y dedicación que este tema requiere y evidencia la necesidad de continuidad y profundización del estudio llevado a cabo.

2. LOS CIMIENTOS DE LA CULTURA HINDÚ

2.1 CULTURA HINDÚ Y LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD UNIVERSAL

Hindú no es un mero nombre. El nombre hindú no sólo es geográfico, sino también de importancia nacional y racial. Toda la historia de nuestra nación desde el principio está conectada a ella. Todas nuestras ideas e ideales están tan íntimamente conectados con él que es difícil dar una definición simple de ella. (SIVANANDA, 2013a, p. 23, nuestra traducción).

El nombre “hindú” tiene su origen extranjero, dado por los persas que llegaron a llamar a la población que vive a orillas del gran río Indo “hindúes”, así como “Sindhus” por los griegos. Y así el nombre hindú se hizo conocido en Occidente para referirse a los residentes de la antigua India (TIGUNAIT, 2011, p.05). El nombre original dado por los habitantes siempre fue Bharata o Maha-Bharata.

Durante el gobierno británico, el término hinduismo se utilizaba a menudo también para diferenciar, en términos estrictamente religiosos, a los seguidores de las religiones hindú y musulmana. Por lo tanto, la restricción a la adopción del carácter religioso, en detrimento de la dimensión cultural del nombre hinduismo es una herencia occidental. Como filosofía espiritista, cada vez más personas en todos los continentes son adoptadas y actualmente tienen más de 1.000 millones de seguidores (PEW RESERCH CENTER, 2012).

En la India, la cultura, la filosofía, la ciencia y la religión siempre están integradas, guían y aclaran todos los aspectos de la vida, las leyes, el orden moral, las costumbres, los rituales y la organización social, y todavía constituye una forma de vida milenaria, que se revitaliza y renueva con cada nueva generación (HINDUISMO HOY, 2007).

La civilización del valle del río Indo-Saraswati o civilización Harappeana[8] fue la sociedad que vivió y desarrolló la cultura hindú, y corresponde a una de las civilizaciones más grandes y antiguas que el hombre ha conocido[9] (FEUERSTEIN, 2006). Una cultura muy sofisticada y avanzada y, al mismo tiempo, aspectos extremadamente sencillos y funcionales, visibles en la gran organización y cohesión entre las diferentes ciudades implantadas en un vasto territorio, con extensas redes de comunicación y comercio (FEUERSTEIN, 2006, p. 143).

Esta civilización construyó ciudades, templos, calles, carreteras, grandes graneros y sistemas de infraestructura urbana con una capacidad técnica e integral mucho más avanzada que la alcanzada en el siglo XIX.C. en el mundo occidental. Fue a partir de los hallazgos arqueológicos que muchas preguntas sobre el origen del hinduismo fueron respondidas. Los residentes tradicionales, conocidos como el pueblo Dravidiano, ya tenían un amplio conjunto de aspectos culturales y artefactos materiales que datan de la tradición hindú conocida hoy en día (ELÍADE, 2009, p. 292).

“Las Vedas proclaman “Ekam Sat, Viprah Bahudha Vêdanti“: hay una verdad, sólo los hombres la describen de diferentes maneras.” (VISWANATHAN, 2015, nuestra traducción).

La cultura hindú se basa en la búsqueda inquebrantable de la Verdad universal, siempre existente y permanentemente accesible para todos los que la buscan, incluso si ignoran las Escrituras o ideales hindúes. Por lo tanto, no se proyecta como el único camino hacia la realización espiritual, ya que no reclama la propiedad exclusiva del conocimiento (SIVANANDA, 2013b; VIVEKANANDA, 2007). “Cualquiera que sea la forma en que uno puede buscar a Dios, siempre está en el camino de Dios” (VISWANATHAN, 2015, nuestra traducción).

El hinduismo está lleno de todo tipo de ideas y estructuras de pensamiento. Si por un lado, se puede encontrar, el altamente espiritista Vêdánta y Mimánsa, por otro, identifica la filosofía Sámkhyá, altamente realista o “la Charvaka altamente materialista, atea y hedonista, que no cree en Dios ni en las Vedas” (VISWANATHAN, 2015, nuestra traducción). Ambas idolatrías se consideran parte del hinduismo, como líneas filosóficas que no reconocen a ningún ídolo.

Las escuelas filosóficas hindúes (Dárshanas) fueron formuladas, intensamente debatidas para proporcionar un método amplio y sistemático para que cada hombre explorara sus potencialidades internas y luego lograra la conciencia suprema inherente a su propia existencia.

Hay y ha habido en la India algo que es de hecho filosofía. (…) Sus objetivos son precisamente aquellos que inspiraron altos vuelos filosóficos de pensadores como los del período preescrático: Parmenides, Empédocles, Pitágoras y Heraclitus (ZIMMER, 2003, p. 37 y 38).

Las preguntas sobre la manifestación, la formación del universo o la realidad divina impregnan una madurez lógica y científica, cuya estructura emprendió sobre todo la construcción de la filosofía y la ciencia occidentales (ZIMMER, 2003).

2.2 TRANSMISIÓN PERSISTENTE DE CONOCIMIENTOS QUE SIEMPRE HA EXISTIDO

El hinduismo es tan antiguo como el mundo mismo. El hinduismo es la madre de todas las religiones. Las Escrituras hindúes son las más antiguas del mundo, Sanatana-Dharma es llamada así, no sólo porque es eterna, sino también porque está protegida por Dios y porque puede hacernos eternos. (SIVANANDA, 2013a, p. 18, nuestra traducción).

Innumerables estudios dan fe del carácter atemporal de la conciencia y la cultura hindúes (SIVANANDA, 2013a; FEUERSTEIN, 2006; ZIMMER, 2003). Se puede decir que es la cultura, filosofía y religión más antigua del mundo. El conocimiento al que se refiere siempre ha existido en la India y ha ido incorporando elementos de los pueblos invasores, pero también los alimentó con amplios conocimientos científicos y espirituales (VISWANATHAN, 2015; SIVANANDA, 2013a).

La India se revela, especialmente a nivel religioso y conservador por excelencia: casi ninguna de sus herencias inmemoriales se perdió. Mejor comprendamos este hecho examinando las relaciones entre las civilizaciones proto-históricas del Indo y el hinduismo contemporáneo. (ELÍADE, 2009, p. 290).

El hinduismo comenzó con Shruti, una palabra sánscrita que significa “lo que se escucha” o “revelación divina”, entendida por Rishis que vivían en el tiempo inmemoriales y que escuchaban las Verdades eternas, transmitiéndolas al mundo. Cada rama del conocimiento está asociada con un arte y una ciencia altamente especializados y una forma de vida congruente, por lo que el aprendizaje se hace junto a un maestro (Guru) que enseña con su propio ejemplo, porque trae consigo la capacidad de entender la naturaleza de la manifestación divina.

Para los hindúes, cada individuo es un Sukshma-Jagat, es decir, un “mundo en miniatura”, corroborando la idea cristiana de que Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza (Génesis 1:26 y 27, En: KJA, 2016, p. 31). Por lo tanto, el autoconocimiento es una manera segura de encontrar su propia esencia divina (Purusha), porque al entender sus propias fuerzas internas, será capaz de entender todas las fuerzas de la naturaleza y del universo.

Es en este sentido que uno entiende por qué la intolerancia religiosa es el principal enemigo de la espiritualidad y no sólo ha sido responsable de muchos crímenes de lesa humanidad, lo que aleja al hombre de una verdadera búsqueda espiritual (SARMA, 1967, p. 121).

La historia de la India, tanto en la antigüedad como más tarde, se caracterizó por un estado prácticamente continuo de invasiones extranjeras, sin que hubiera pérdida en su profundidad filosófica y espiritual. La cultura hindú es una tradición que tiene una enorme fuerza para superar las barreras del tiempo, influencias, invasiones e imposiciones (KRISHNANANDA, 1997 y 2012).

Según Krisnananda (2012, p. 15), una de las razones presentadas es que “detrás de esta persistencia de la cultura india se encuentra su capacidad de adaptación, que no rechaza los ideales del pasado y no ignora los ideales que pueden avanzar en el futuro”. El poder de absorción y asimilación de la cultura hindú es tan grande que incluso una tradición religiosa claramente definida como cristianismo estuvo involucrada por la cultura india (FEUERSTEIN, 2006, p. 101). El apóstol de Jesús, Santo Tomás, emigró a la India para transmitir las enseñanzas cristianas, permaneció en la India hasta su muerte.

El ejército griego de Alejandro III de Macedonia, conocido como Alejandro Magno, entró en el subcontinente indio en el año 325 a. C.C., gobernando por un corto período de tiempo, no pasó el río Hifasis (actual río Beas), y no amplió su Imperio para la India, como ocurrió con las invasiones persas y los hunos blancos. Se puede afirmar sobre todo que los griegos y romanos absorbieron el conocimiento hindú y las estructuras de pensamiento para formular sus propias tradiciones culturales, que formaron los cimientos estructurales de la civilización occidental. (MUKUNDCHARANDÁS, 2011)

La India ecuménica todavía dio lugar a muchos misioneros que emigraron a Occidente[10] enseñando respeto, ecumenismo, como verdaderos valores de su propia creencia. La cultura hindú ha enseñado a la humanidad que la ética toma una acción más profunda sobre la existencia y que debe reflejarse en la cultura como un valor esencial de la vida social (KRISHNANANDA, 2012, p. 38).

2.3 BASE FILOSÓFICA PARA LAS PRINCIPALES RELIGIONES Y FILOSOFÍAS DEL MUNDO

O Arjuna, cada vez que la virtud (dharma) disminuye y predomina el vicio (adharma), me encarna como avatar. En forma visible aparezco, desde la edad hasta la edad, para proteger lo virtuoso y destruir el mal para restaurar la virtud. (YOGANANDA, 2010, p. 283, nota Nº 09).

La gran mayoría de la humanidad ha puesto sus vidas a los pies de grandes profetas, eruditos ilustres, considerados encarnaciones divinas que han formado las almas de las principales religiones y filosofías del mundo a lo largo de la historia. Cada profeta era y es una necesidad de su propio tiempo, “la          encarnación de lo que es mejor y más grande en su pueblo – el significado, la vida por la que este pueblo ha luchado desde tiempos inmemoriales; y él mismo es el impulso para el futuro, no sólo para su propia nación, sino para innumerables naciones del mundo” (YOGANANDA, 2010, p. 320).

La India fue el lugar de nacimiento y lugar de estudio, pasaje y morada de grandes sabios que la humanidad ha conocido. Siddharta Gautama el Buda era un príncipe indio (500 a.C.), líder del Clan Sakya, que abdicó de la comodidad de su reino para dedicarse a la búsqueda espiritual. Al llegar a la Ilustración (Samádhi), comprometió su vida a transmitir al mundo la sabiduría encontrada. El budismo tiene actualmente más de 500 millones de seguidores en todo el mundo (PEW RESERCH CENTER, 2012).

Al igual que Siddharta, Jesucristo vivió en la India, viviendo con grandes eruditos (Rishis), de quienes recibió enseñanzas y realizó prácticas espirituales, hasta que despertó su camino hacia la Verdad espiritual, y así regresó a su tierra natal para enseñar la sabiduría encontrada (KERSTEN, 2018). Se puede decir que los ideales enseñados por Cristo son los mismos que en las Escrituras de la India, análogos a las enseñanzas más altas posibles, que existían mucho antes de su venida[11], una nueva expresión del Sanatana Dharma (YOGANANDA, 2010, p. 280 y 281). Actualmente la tradición cristiana tiene más de 2.000 millones de seguidores (PEW RESERCH CENTER, 2012).

Mahavira (600 d.C.), también conocido como Vardhamana, fundador de la tradición religioso-espiritista jain, actualmente con cerca de 4 millones de seguidores (PEW RESERCH CENTER, 2012), fue un gran sabio indio y como Siddhartha, que salió de la comodidad de su entorno familiar para dedicarse a la vida espiritual. Del mismo modo, Nanak, nacido en el subcontinente indio en 1469, fue el fundador de Sikismo, una de las religiones más antiguas del mundo, hoy con más de 23 millones de seguidores (PEW RESERCH CENTER, 2012).

El gran maestro Bodhidharma, que nació en la India en el siglo V, difundió las enseñanzas de la cultura hindú en China, donde vivió hasta su muerte. Y en este período, fue ampliamente reconocido por la enseñanza de las artes marciales (Vajramushti), no sólo en Shaolin, sino en todo el continente (SIVANANDA, 2013c).

Encontramos referencias hindúes en mitos, leyendas, parábolas y escrituras de todos los ordenes en las principales civilizaciones y pueblos del mundo. Según Yogananda (2010), encontramos tanto en el libro Génesis, en los Diez Mandamientos de Moisés, en leyendas y rituales de la Biblia, como en los milagros realizados por Cristo un “paralelismo con la literatura más allá vista de la India. Las enseñanzas de Cristo en el Nuevo Testamento y Krshnaa en el Bhagavad Gita tienen una correspondencia exacta” (YOGANANDA, 2010, 281).

Además, en el campo de la ciencia, se reconocen los grandes logros de los maestros hindúes. La exquisita estructura gramatical de la lengua sánscrita, una de las más antiguas del mundo, conocida como Devanágari, es considerada la lengua materna y ha influido en idiomas de todo el planeta, como el inglés, el latín, el griego, el francés, etc. (GAMA y YAMADA, 1996). Fue codificado por el sabio Panini en 1600 ac.C. Además, Divodas Dhanvantari transmitió las enseñanzas de medicina y cirugía en 1.000 a.C., mucho antes del descubrimiento en Occidente. Junto con Sushruta, que vivió al mismo tiempo, son reconocidos como los padres de la medicina en el mundo, seguidos por Charak, que vivió a mediados de la década de 800.C. (SIVANANDA, 2013c).

Aryabhata (476 d.C.) fue uno de los primeros astrónomos y matemáticos líderes, el primer hombre que transmitió las enseñanzas del álgebra y la astronomía con enorme precisión, en una fecha mucho antes del descubrimiento aclamado por el pueblo occidental. Estuvo acompañado por el astrónomo Varahamihir (499 d.C.), quien describió las fuerzas de la gravedad más de un milenio antes que Isaac Newton (1.670 d.C.). También es conocido Baskaracharya (1114 d.C.), que fue un genio del álgebra, la aritmética y la geometría, cuyos escritos inspiraron a los viajeros persas y griegos e influyeron en la ciencia y la filosofía occidentales (MUKUNDCHARANDÁS, 2011).

Los hindúes fueron fundamentales para revelar la Verdad y enfatizar la importancia de esta búsqueda, ya sea por medios científicos, racionales, devocionales o espiritistas, e influyeron en las escuelas de todo el planeta. Estos hechos se enfatizan si tenemos en cuenta que, hace unos cinco mil años, “cuando los antepasados de británicos y galos, griegos y latinos, vagaban por los inmensos bosques de Europa en busca de comida, en plena barbarie, los hindúes ya se dedicaban a meditar sobre el misterio de la vida y la muerte”. (YOGANANDA, 2011, p. xii).

2.4 RAÍZ CIENTÍFICA Y FILOSÓFICA DE LA ESPIRITUALIDAD HINDÚ

Se entiende que para el pensamiento hindú el problema fundamental de toda filosofía, ciencia y arte es la búsqueda de la Verdad. Sin embargo, “la verdad no es valiosa en sí misma; se vuelve fundamental porque el conocimiento de la verdad ayuda al hombre a liberarse” (ELÍADE, 2009, p. 19), es el reconocimiento de las leyes de la naturaleza y que rigen su evolución. Para los hindúes, la causa del sufrimiento humano se debe a la ignorancia (Avidya) de su esencia divina.

Si por un lado, la concepción de la ciencia por occidente es una visión comúnmente antirreligiosa y no espiritista del hombre y del universo; para Oriente, la realidad material y espiritual, manifiesta e inmanifest, coexisten en interacción. La ciencia occidental divide el conocimiento en disciplinas, mientras que para la estructura del pensamiento oriental todo está permanentemente conectado e interrelacionado y no hay manera de ser entendido en su plenitud de forma aislada, como se puede entender en la formulación de las escuelas filosóficas hindúes (Dárshanas) (TAGORE, 1931).

La mayoría de los sistemas filosóficos hindúes integran metafísica, epistemología, lógica, cosmología, estética, ética, sociología, psicología y fisiología. Las disciplinas siempre están interrelacionadas, especialmente de una manera teórica y práctica. Y si no hay ninguna aplicación en la vida eficazmente, no se considera filosofía en absoluto. El profundo estudio de una disciplina sin duda traerá la comprensión de la otra. La pieza no puede separarse del todo sin pérdidas (GAMA y LIMA, 2019; TIGUNAIT, 2011). La integralidad aclamada por los eruditos hindúes ha llevado a una profundidad científica que la ciencia moderna todavía a tientas, como con la física cuántica, la teoría de cuerdas, la genética y la cosmología, por ejemplo.

La historia de violencia y agresión por motivos religiosos, como el caso de la persecución de herejes por parte de la Iglesia Católica o la guerra librada por musulmanes radicales hasta el día de hoy, explican las razones por las que Giordano Bruno o Descartes, por ejemplo, predicaban la liberación del pensamiento racional, previamente apegado al dogma religioso. Sin embargo, cabe señalar que en la India nunca ha habido un choque radical entre la ciencia y la religión. La filosofía hindú ha permanecido tradicional y renovada, de modo que la ciencia y la religión se han fortalecido y ayudado mutuamente, desde la antigüedad hasta la actualidad.

El punto de partida del reflejo filosófico de la tradición oriental es el verdadero límite de la capacidad humana de razonamiento y lógica. Según Tagore (1931), el universo descrito por el hombre está circunscrito a la realidad humana común, del mismo sentido que la visión científica también se limita a la mente científica del hombre. Sin embargo, el autor advierte del potencial humano de entender la Verdad, en el que “el modelo de razón y apreciación que le da acceso a la verdad es el modelo del Hombre Eterno, aquel que experimenta a través de nuestra experiencia” (TAGORE, 1931, pág. 203), corroborando el potencial humano de acceso a la Realidad divina.

El segundo punto de partida es que la Verdad es una con el Ser Universal, y es indiferente si llega a ella a través de la investigación filosófica, científica o espiritista. Para el hindú, la realidad primordial también debe ser investigada y cuestionada para ser entendida por la mente del hombre.

Las Vedas son consideradas la principal fuente de toda la cultura y sabiduría hindú, de la que las especulaciones filosóficas conducen a la Vêdánta, las formas de devoción conducen a la doctrina Bhakti, los rituales y sacrificios conducen a estudios de la escuela Mimánsa, las preguntas sobre la creación conducen a la cosmología de Sámkhyá, las descripciones prácticas conducen a la Sádhana del Yoga, y la lógica y la investigación de razonamiento introducen Nyáya y ciencia Vaishêshika. Todos claman por el rescate de los principios de la Verdad, en detrimento del somuch ritualista del significado y el contenido.

Es casi imposible definir cuándo y cómo las escuelas filosóficas hindúes (Dárshanas) fueron formuladas originalmente o incluso calcular su influencia en la base de tantos sistemas sólidos en todo el mundo. Se sabe que un espíritu de investigación filosófica y científica cantado de una manera pura en las Vedas, ya estaba en vigor en los días de los primeros Upanishads. Se trata de estudios sistemáticos, escritos en sutras[12], fruto de transmisiones orales fiables.

Con alta estima y respeto, las especulaciones de cada escuela filosófica se reconciliaron con las doctrinas de los sistemas existentes, puestas bajo crítica y análisis que dieron lugar a los numerosos comentarios, textos tan importantes como los originales de cada Dárshana. En la tradición hindú, es necesario reconocer el crecimiento que cada escuela ha adquirido con el tiempo, ya que no hay lugar para las escuelas que han tenido su importancia sólo durante un cierto período.

Las escuelas racionalistas, como Sámkhyá, Nyáya o Vaisheshika, influyeron fuertemente en pensadores occidentales como Pitágoras, Sócrates y Aristóteles, y contribuyeron al suministro de conocimiento a las bibliotecas más antiguas como Alejandría, por ejemplo, que formaron la base del pensamiento lógico y racional occidental entendido hoy en día como ciencia o filosofía.

2.5 ESCUELAS FILOSÓFICAS HINDÚES (DÁRSHANAS)

2.5.1 NYÁYA: CONOCIMIENTO A TRAVÉS DE LA LÓGICA

La escuela filosófica Nyáya, codificada por el sabio Shri Gautama en el año 600 a.C., también conocida como Aksapada Vidya, se aplica al describir las condiciones, validez y naturaleza del conocimiento correcto (Vidya), así como los medios para adquirirlo. La palabra sánscrita Nyáya significa “lógica, método” o “ciencia crítica del estudio”. Así, se reconoce por destacar la razón, la lógica y el razonamiento sistemático como un verdadero instrumento de conocimiento (GAMA, 2011, p. 72). Formó la estructura básica del razonamiento y la lógica de la filosofía oriental, especialmente para otras escuelas filosóficas hindúes y mundiales. Su codificación principal está contenida en el Nyáya Sutra de Shri Gautama, así como en los comentarios Vatsyayana Bhasya de Vatsyayana (500 a.C.).

Es esencial señalar una vez más que, en la tradición hindú, la escritura surgió en una fecha muy superior a la transmisión y organización de la enseñanza. El sistema Paramparay, descrito anteriormente, de transmisión oral mantenido para la fidelidad y pureza milenaria mucho antes de la necesidad de codificación y elaboración de análisis y comentarios.

El sistema Nyáya estudia las realidades manifiestas e inmanifest para la búsqueda del conocimiento, llamada Prameya, detallada en la Tabla 1, que significa “lo que se puede saber” u “objeto del verdadero conocimiento”, no necesariamente encontrado en el mundo físico. Es importante señalar que la palabra proviene de la raíz sánscrita “Prama” que significa “conocimiento superior”, y se refiere a todo lo que se debe conocer en la Realidad, no sólo material o circunscrito en el universo de los sentidos.

Tabla 1 – Objetos de Conocimiento (Prameya)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Según Gama (2011, p. 73), una de las principales contribuciones del sistema Nyáya, aceptada y adoptada por todas las demás escuelas filosóficas, es el concepto de Pramana, la fuente válida o verdadera de conocimiento, precisa en la Tabla 2. La palabra también tiene como significado los conceptos de “medida, límite, (…) autoridad, testimonio, pruebas, instrumentos o medios de conocimiento” (BLAVATSKY, 2012, p. 567)

De una manera lógica y racional, esta escuela describe cada una de las fuentes de conocimiento, un concepto también una parte fundamental de la escuela naturalista Sámkhyá. La agudeza de cada etapa de análisis del sistema Nyáya requiere discernimiento, precisión y profundidad filosófica para ser considerada verdadera o real.

Tabla 2 – Fuentes de conocimiento válido (Pramana)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Se puede decir que el conocimiento válido es aquel que corresponde a la naturaleza real del objeto y corresponde con los hechos, de lo contrario se considera inválido. Al limitar la mente humana, el conocimiento sigue siendo incompleto y generalmente prevalece el conocimiento inválido. Por lo tanto, el Sistema Nyáya todavía describe las fuentes que conducen a conocimiento inválido (Aprama), detalladas en el Gráfico 3, cuyo reconocimiento está destinado a ser clasificado y evitado.

Tabla 3 – Fuentes de conocimiento no válidas (Aprama)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Los métodos presentados para obtener información en la mente corresponden a: Anubhava, conocimiento experiencial; y Smriti, memoria, que se deriva de la mente y depende de la Anubhava. Además, discrimina la forma de expresión del conocimiento y estudia el poder de las palabras (Mantras), como símbolos que tienen la capacidad (Sakti) de designar con precisión estos objetos.

Porque el sistema Nyáya, adquirir un conocimiento válido y verdadero (Prameya) es fundamental para la liberación a la vida, es el mayor objetivo de la vida humana, porque disipa por completo la oscuridad de la autoidentificación ignorante y la incomprensión (Mithyajñana). El sistema tiene como objetivo llegar a Tattvajñana, lo que significa “conocer la realidad como completamente distinta de la irrealidad” (TIGUNAIT, 2011, p. 97, nuestra traducción).

Esencialmente lógico, adopta el concepto de Dios o Absoluto como Inteligencia Suprema, ya que, por su teoría causal, las cosas no pueden ser la causa de sí mismas. La escuela Nyáya considera válido y acepta el testimonio de los grandes eruditos (Rishis) que han experimentado la Verdad en sí mismos y que confirman la existencia de la Conciencia divina.

2.5.2 VAISHÊSHIKA: ANÁLISIS DE LOS ASPECTOS DE LA REALIDAD

La escuela filosófica Vaishêshika, codificada por Shri Kanada en el año 500 a. C.C. es reconocido por la introducción de una categoría de realidad llamada singularidad (Visesa), por lo que el nombre Vaishêshika. Su principal codificación fue el Vaishêshika Sutra de Shri Kanada, así como el comentario Svartha Dharma Samgraha de Shri Prashasta Pada, Udayana Kiranavali y Sridhara Nyáyakandali.

El sistema Vaishêshika presenta el concepto de Paramanu (átomo) y la teoría atómica de la existencia, según el cual todo el universo está compuesto de átomos eternos y no decretados, que se rigen de acuerdo con las leyes cósmicas y no pueden dividirse ni destruirse. Aunque es diferente de la teoría atómica de la ciencia moderna y la filosofía materialista, que se basa en leyes mecánicas y considera un átomo que se puede transformar, se puede decir que la escuela Vaishêshika fue la base para la formulación de la misma.

En este sentido, desde la perspectiva de la singularidad, el sistema Vaishêshika  describe las siete categorías de realidad, demostradas en el Cuadro 4, según las cuales se puede entender el mundo manifiesto y pocomanifest. La realidad se puede describir desde la singularidad, la parte indestructible más pequeña de la que se crea todo.

Aliadas a los sistemas Sámkhyá y Nyáya, estas escuelas defienden la liberación lograda a través del conocimiento racional, lógico y correcto de la realidad y definen que la ignorancia es la raíz de todo sufrimiento y miseria. Por esta razón, son reconocidas como escuelas “realistas” (LORENZEN y SOLÍS, 2003, p. 170).

También es importante señalar que la adopción de términos de escuelas filosóficas similares es el resultado de la maduración de la Estructura del pensamiento filosófico hindú, que ha permanecido sin cambios desde tiempos védicos, e indicar la asociación de estructuras de pensamiento para lograr la misma Verdad universal.

Cuadro 4 – Categorías de realidad

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

De las siete categorías de realidad, las dos primeras -Sustancia y Calidad- se detallan más en Vaishêshika, de la que se pueden percibir y entender las otras categorías. La Sustancia (Dravya), detallada en el Cuadro 5, es la base sobre la que puede existir calidad o acción, la causa material de la cual se componen las cosas.

Tabla 5 – Tipos de sustancias (Dravya)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

La Sustancia (Dravya) también se define por cualidades o Gunas, detalladas en el Gráfico 6, que circunscribe el universo de características que le permite ser reconocido, descrito, cuantificado o dimensionado. El concepto de Guna para el sistema Vaishêshika no es idéntico al del Sámkhyá, que se aplica a la caracterización de Prakriti (Naturaleza Primordial).

Tabla 6 – Tipos de cualidades (Gunas) de la realidad

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Para entender su existencia, la escuela Vaishêshika también detalla la categoría de No existencia, según el Cuadro 7, como parte del proceso de discriminación. Este aspecto muestra que los Dárshanas hindúes están interesados en conocer el secreto del mundo manifiesto y el unmanifest, y no de una porción limitada de la existencia material.

Estos sistemas filosóficos pueden ser entendidos más claramente por la ciencia occidental actual, que ha llegado a conclusiones teóricas y prácticas sobre la materia y la antimateria, las consecuencias de las cuales para la manifestación ya fueron descritas en numerosos textos hindúes antiguos.

Tabla 7 – Calidad de la inexistencia (Abhava)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

La teoría de la manifestación según el sistema Vaishêshika se describe a partir del concepto de singularidad o átomo, cuya disposición y composición específicas genera desde el objeto perceptible más pequeño hasta el más grande, con almas (Atman) que, según la Ley del Karma[13], en el tiempo, el espacio y la dirección, han llegado a sufrir o apreciar el mundo, según sus méritos o deméritos. Así, explica la relación entre los seres y la manifestación (TIGUNAT, 2011).

Tales hallazgos de la escuela Vaishêshika exponen su carácter científico y espiritual con respecto a la manifestación, la vida y las leyes universales.

2.5.3 SÁMKHYÁ: TEORÍA DUALISTA

El sistema más antiguo de la tradición hindú, la escuela Sámkhyá de filosofía naturalista influyó en los sistemas filosóficos de todo el mundo (LORENZEN y SOLÍS, 2003, p. 165). Su principal codificador fue el sabio Shri Kapila, quien lo presentó en el Sámkhyá Sutra como la “Filosofía de la Creación” en el año 600 a. C.C. El Sámkhyá-Kariká (200 d.C.) de Iswarakrishna es el texto más reciente disponible (GAMA, 2011, p. 78).

La palabra sánscrita Sámkhyá se forma a partir de las sílabas “Sam“, lo que significa “correcto, correcto, discriminatorio” y “Khya” que significa “conocimiento”, por lo tanto puede traducirse como “conocimiento de discriminación”, “enumeración, análisis, número o cuenta”. Presenta de manera enumerativa la teoría de la manifestación o causalidad en veinticuatro principios o Tattvas, en los que los Purusha (Espiritual I) y Prakriti (Naturaleza Primordial) constituyen la fuente primordial de la evolución, siendo Bhur el mundo manifiesto de la interacción de ambos. Representan la dualidad que genera la existencia y en Samádhi (Ilustración de la Conciencia) este dualismo es trascendido y sólo se percibe la realidad de Purusha (autopercibimiento). Un conjunto de pruebas lógicas para la existencia de Purusha se asocia con la teoría de la causalidad, como se explica en el Gráfico 8.

Tabla 8 – Evidencia de cosmología de Sámkhyá


Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

El Satkaryavada es la doctrina de la preexistencia del efecto sobre la causa manifiesta, de modo que para que el efecto manifieste una disposición específica de las causas es necesario (SARASWATI, 2008, p. 04). Prakriti es el principio inconsciente, la Matriz que contiene todos los fenómenos posibles, y, debido a la proximidad de Purusha, es dinámica al comenzar la creación (HENRIQUES, 2001, p. 62).

En el caso de que pueda ser efectivamente la Causa Primordial, es necesario que Prakriti sea manifiesta, ya que cualquier manifestación de su parte sería un fenómeno causado, un efecto, y no la verdadera causa en sí. Además, se admite que los efectos provienen de causas compuestas.

Según un comentarista hindú, Shri S.M. Pandit Joshi, “La evolución de Prakriti es un espectáculo para Purusha; es a través del espíritu que la materia humana debe tomar conciencia y alcanzar el mismo grado de perfección que el espíritu” (En: HENRIQUES, 2001, p. 62).

Según Saraswati (2008, p. 05), todo lo que emana de Prakriti tiene las características (Visesa) de Preeti (Prazer), Apreeti (Dolor) o Usadin (Indiferencia), y tiene las tres Gunas, detalladas en la Tabla 9. Los Gunas son las cualidades o “cuerdas” que conectan el espíritu (Purusha) con el mundo, como hilos entrelazados, imposibles de ver por separado. Los Gunasen dinamismo no sólo generan la manifestación, sino que también la diferencian en cualidades.

Tabla 9 – Características de los Gunas

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Los tres Gunas en equilibrio (Svarupaparinama) es Prakriti imanifesta. La manifestación (Vikrti) ocurre cuando este equilibrio es perturbado, creando un estado heterogéneo (Virupararinama). En constante transformación, la vibración, cuando es más densa, completa el ciclo de veinticuatro principios (Tattvas) de la manifestación, preciso en la Tabla 10, siendo esta la estructura más conocida de este Dárshana.

Tabla 10 – Tattvas (principios) de la manifestación

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Según Blavatsky (2012), la palabra Tattvas también tiene el significado de “principio, esencia, realidad, verdadera naturaleza, verdad, esencia suprema, realidad absoluta, primer principio o elemento fundamental” (p. 680).

La escuela Sámkhyá explica las fuentes de obtención de conocimientos válidos, expresados ​​en el Cuadro 11. En el proceso de toma de conciencia, el sujeto (Pramata) está activo, un principio consciente que recibe el conocimiento, el objeto del conocimiento (Prameya), un reflejo de Purusha (Ser espiritual) y conocimiento (Pramana). (SARASWATI, 2008, p. 2 y 3)

Tabla 11 – Fuentes de conocimiento válido

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, con nuestra traducción.

La ignorancia conduce inevitablemente al hombre al sufrimiento y a la miseria. Confundir Purusha con las cosas del mundo se considera el gran error según esta escuela filosófica (HENRIQUES, 2001, p. 62). Sthitaprajña (adepto) es aquel que despertó la conciencia espiritual a través del conocimiento sobre la Creación, puede discernir las cosas materiales y entender la manifestación desde el punto de vista de la lógica y la razón.

El origen del Sámkhyá se remonta a la época de la Rig Veda, en la que ya se expresaba la teoría de la causalidad. Del mismo modo, la práctica introspectiva del Yoga se remonta a los rituales védicos. Muchos autores asocian la metafísica Sámkhyá con la disciplina del Yoga como complementaria, pero las simplificaciones de ambos sistemas no deben evitarse a cualquier costo (FEUERSTEIN, 1975, p. 125 y 126).

2.5.4 YOGA: DISCIPLINA PRÁCTICA

El Yoga es la práctica escuela filosófica de la tradición hindú que expone el método eficaz para expandir la conciencia individual y el alcance de la liberación (Kaivalya) y la iluminación de la conciencia (Samádhi) en la vida. La palabra Yoga, derivada de la raíz sánscrita “yuj“, significa “unir, unir, reconectar”; así como “botón, cura, camino, remedio o medios”; siempre relacionados con los conceptos de práctica (Sádhana) y disciplina (Tapas) (GAMA, 2011).

El objetivo principal es el dominio de las ondas mentales, que impiden al hombre darse cuenta de su verdadera naturaleza (YOGI, 2009). Por lo tanto, explica acerca de la estructura y las modificaciones de la mente, expresadas en el Cuadro 12, y describe los pasos para su comando. El Yoga Sutra de Shri Patáñjali (600 a.C.) es reconocida como su principal sistematización, seguida de los comentarios posteriores de Shri Vyasa (400 d.C).

Tabla 12 – Cambios en la mente

Fuente: Adaptado de YOGI, 2009.

La sistematización presentada por Patáñjali describe la práctica del Yoga en ocho etapas, conocidas como Ashtanga Yoga, presentadas en el Cuadro 13, y las dos primeras etapas, correspondientes a Yamas y Niyamas, explicadas en el Cuadro 14, constituyen “votos no restringidos a la clase social, lugar, tiempo y mucho menos circunstancia ” (Yoga Sutra II.31, En: YOGI, 2009, p. 63), corresponden a la base necesaria para el inicio del camino, sin la cual no es posible avanzar.

Tabla 13 – Ashtanga Yoga

Fuente: Adaptado de YOGI, 2009; TUGUNAIT, 2011, con nuestra traducción.

Los Yamas y Niyamas del Yoga son reconocidos a lo largo de la tradición hindú, aceptados e incorporados no sólo por sistemas filosóficos, sino también por la identidad política, cultural, social y religiosa.

Tabla 14 – Yamas y Niyamas – Códigos de Conducta

Fuente: Adaptado de YOGI, 2009; TUGUNAIT, 2011, con nuestra traducción.

La escuela de Yoga también describe en detalle los otros procesos que experimenta la mente, principalmente porque afirma que “el dolor que aún no ha surgido se puede evitar” (YOGI, 2009, p. 59). Entre ellos, los obstáculos (Vikshepas) y las aflicciones (Kleshas), precisas en la Tabla 15, son de importancia fundamental para que Yogi entienda los impedimentos en su camino. Este sistema filosófico también minucia aspectos espirituales desarrollados en el dominio de cada paso, los poderes psíquicos alcanzados (Siddhis), los tipos de Samádhi, con la precisión de una guía segura para el conocimiento de la Verdad universal.

Tabla 15 – Obstáculos y aflicciones

Fuente: Adaptado de YOGI, 2009; TUGUNAIT, 2011, con nuestra traducción.

Para el Yoga, la concentración es la puerta de entrada al Samádhi, estado de experiencia de la Esencia Divina. Sin concentración, la energía de la mente se disipa en pensamientos vagos, preocupaciones y fantasías, e se identifica con las cosas del mundo a través de los sentidos. En Samádhi, Yogi reconoce sólo su Purusha, que no se ve afectado por las aflicciones de la ignorancia, el egoísmo, el deseo, la aversión, el miedo y la muerte. Poco a poco, se libera de Karmas[14] y impresiones latentes.

2.5.5 MIMÁNSA: LIBERTAD PARA EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER

Los sistemas Mimánsa y Vêdánta están estrechamente relacionados entre sí, a menudo considerados interdependientes. Incluso se puede decir que la Vêdánta tiene sus raíces en Mimánsa (LORENZEN y SOLÍS, 2003; TIGUNAT, 2011). Tradicionalmente el sistema Mimánsa se conoce como Purva Mimánsa, que significa en sánscrito “enseñanza inicial”; La Vêdánta a su vez se conoce como Uttara Mimánsa, que significa “enseñanza posterior”. Su principal sistematización fue el Mimánsa Sutra de Shri Jaimini (400 a.C.), así como la Mimánsa-Anukramanika de Mandana-Misra.

La palabra sánscrita Mimánsa significa “entender verdaderamente” o “investigación sistemática”, que pone de relieve el principio de que el hombre no puede descansar sin entender su responsabilidad (Dharma[15]) en el mundo. Para ello, elaboró un sofisticado método de interpretación de los textos de Venus, que ilumina el significado de los rituales, la ciencia de los mantras y la práctica de la meditación (LORENZEN y SOLÍS, 2003, p. 172 y 173).

Aunque ritualista, advierte no confundir con los aspectos externos de los rituales, porque “el ritual ofrece un contexto completo y una oportunidad para entender el valor de la acción” (TIGUNAT, 2011, nuestra traducción). Por lo tanto, también enseña Karma Yoga, o Yoga de acción altruista, para transformar las acciones en rituales e involucrar la vida en la conciencia divina, lo que resulta en el hecho de que la escuela también se conoce como Karma-Mimánsa (BLAVATSKY, 2012, p. 192).

Para el Sistema Mimánsa, el mundo se originó a partir de la vibración de los Mantras, en formas primarias, avalados con la felicidad perfecta, cuya causa es trascendente y eterna. El Mantra es, por lo tanto, el conocimiento de la Esencia Divina expresado en forma de sonido y simbolismo, experimentado por los eruditos en un profundo estado de meditación.

Los dos factores universales se entrelazan de una manera inseparable en la manifestación: el sonido (Sabda), como nombre, vibración y Mantra, y el objeto denotado por el sonido (Artha), con forma, arquetipo y divinidad. Por lo tanto, la escuela clasifica dos tipos de sonido: con significado (con los fonemas que constituyen el lenguaje) y sin significado (no formulado en palabras). Así, además de las formas de obtener conocimientos válidos o verdaderos[16] (Pramana), el nivel alcanzado por la comunicación corresponde a un importante objeto de estudio del sistema Mimánsa, descrito en las Tablas 16.

Tabla 16 – Niveles de comunicación (Vak Shakti)

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

Para la escuela Mimánsa, la reverencia universal requiere que el hombre tome una conciencia constante de la Verdad en todas las circunstancias de la vida cotidiana, la mejor manera de expresar la conciencia divina. Esta escuela filosófica incorpora el conocimiento de las escuelas realistas y se centra en un estudio más profundo de la realidad con una manifestación sutil.

2.5.6 VÊDÁNTA: FILOSOFÍA DEL MONISMO

La palabra sánscrita Vêdánta significa literalmente “el fin o la conclusión de la Vedas“, consiste en estudiar y practicar las enseñanzas de la Vedas, que es exactamente el tema de los Upanishads y Brahmanas. Su principal codificación realizada por Badarayana (500 a.C.), es el Sutra Brahma o Vêdánta Sutra, véase el gráfico 17.

El comentario de Sankara (700 d.C.) recibe gran protagonismo, pensador de la Línea Advaita Vêdánta, con un gran número de seguidores en la India hasta el día de hoy. El Bhagavad Gita, capítulo de la épica Mahabharata, también es ampliamente adoptado por esta escuela, reconocida como Upanishad o UpaVêda.

Tabla 17 – Capítulos de Brahma Sutras

Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

El sistema Vêdánta, conocido como Uttara-Mimánsa, se caracteriza por estar dirigido a aquellos que tienen una vida monástica, asumiendo que ya se han dado cuenta de los frutos de la vida mundannal, y se dedican a encontrar las respuestas sobre la Verdad universal. En general, afirman que la realidad material (Maya) es una apariencia ilusoria y temporal; y afirmar que sólo la Esencia Divina (Brahman), y su chispa divina Atman (alma), deben ser considerados como existentes (TIGUNAIT, 2011).

Para esta escuela filosófica, la Teoría de la Causalidad (Vivartavada) argumenta que el efecto es simplemente una apariencia ilusoria de la realidad que lo causa, y reconoce niveles graduales de realidad en la ilusión. Por lo tanto, es necesario formar el discernimiento (Viveka) y la devoción a través del estudio (Sravana), la meditación (Manana) y la aplicación (Nididhyasana). Sádhana (práctica) se centra en la meditación y la concentración.

Además, se presentan preceptos fundamentales para que el practicante comience por el camino de las diversas líneas de la Vêdánta, como se describe en la Tabla 18: es necesario haber calmado la mente, dominado los sentidos, purificado sus emociones, adquirido pensamientos positivos, estar preparado para seguir a los maestros (Gurus) y tener un inmenso deseo de liberación.

Cuadro 18 – Organización de la Vêdanta


Fuente: Adaptado de TIGUNAIT, 2011, nuestra traducción.

El concepto de libertad o liberación no tiene tanto valor como en otras escuelas filosóficas, porque para el Sistema Vêdánta el Atman (alma) siempre es libre. Y debido a que la prisión es el gran malentendido para el hombre, afirma que la conciencia es gradual como en las etapas descritas de autorrealización (Mahavakyas). En el primero, sólo Brahman es Real, el universo es irreal; en el segundo, sólo hay Brahman y nada más (no hay más negación). A continuación, se dice que soy Brahman (amplía la comprensión de la I); y finalmente considera que todo el universo es Brahman (Amor Divino por Todo) (TIGUNAIT, 2011).

Hoy en día, el Vêdánta es el sistema filosófico hindú más extendido en la India y en el mundo, siendo también la primera escuela en llegar a Occidente.

3. CONSIDERACIONES FINALES

La investigación bibliográfica llevada a cabo demostró que la estructura del pensamiento filosófico y científico oriental, especialmente la desarrollada por las escuelas filosóficas hindúes (Dárshanas), basada en el ecumenismo característico de la cultura hindú, predijo caminos filosóficos, científicos y religiosos para que el hombre encontrara y describiera la Verdad universal.

Se encontró que el estudio de la cultura hindú revela que, al profundizar verdaderamente una mente científica, sin duda encontrará respuestas espirituales, así como, dedicándose al estudio de la espiritualidad, sin duda encontrará descifraciones basadas en la ciencia; para la ciencia, la lógica, la devoción, el ritual, la religión y la filosofía siempre se integran en la manifestación. La complejidad del pensamiento oriental, explicada con la simplicidad única, es sin duda una de las principales contribuciones que la antigua India dejó a nuestro planeta, y nutrida del conocimiento, la experiencia y la experiencia espiritual e intelectual de los grandes sabios que nuestra humanidad ha conocido.

También se concluyó que las obras que explican la influencia de la antigua estructura de pensamiento de la tradición hindú presentan la profundidad y dedicación que este tema requiere y evidencia la necesidad de continuidad, difusión y expansión del estudio realizado.

REFERENCIAS

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APÉNDICE – REFERENCIA DE NOTA AL PIE

3. El nombre “Bharata” fue adoptado en todo el subcontinente indio, ahora compuesto por la India, Pakistán y Bangladesh, Sri Lanka, Nepal y Bután, después del reinado del rey Bharata, que significa “el que es capaz de nutrir, preservar y proteger” o “la tierra que ama el conocimiento”. (TIGUNAIT, 2011, p. 04, traducción del autor).

4. Rishi es un término sánscrito que significa élder Sage, profeta, clarividente. (GAMA, 2011, p. 239).

5. La Vedas, dividida en 4 libros (Rig Vêda, Yajur Vêda, Sama Vêda y Atharva Vêda) son las escrituras más antiguas que la humanidad ha conocido, contiene la esencia de toda enseñanza de la tradición hindú.

6. Las Ithásas son las grandes epopeyas de la India, como la Ramayána (500 a.C.) y el Mahabhárata (1.500 a.C.).

7. Los Shastra son sagradas Escrituras. Según Yogi (2011), significa “escritura, una palabra respetada, autoridad sin necesidad de pruebas” (p. 243).

8. La civilización del Valle del Indol fue nombrada “Harappeana” porque Harappa fue la primera ciudad en ser encontrada.

9. “Pero la civilización védica del Indo-Sarasvati no sólo es la más antigua del planeta; también fue la mayor civilización de alta antigüedad, mucho más grande que Sumeria, Aisla y Egipto juntos. Hasta donde sabemos (y los trabajos arqueológicos todavía están en las primeras etapas) al final del tercer milenio a.C., esta civilización estaba sobreaneada por un área de unos 750.000 kilómetros cuadrados.” (FEUERSTEIN, 2006, p. 142)

10. La llegada de grandes maestros a Occidente, como Swami Vivekananda, Swami Yogananda, Swami Vyaghrananda, entre muchos otros, amplió enormemente la difusión en todo el mundo.

11. “Incluso en el nombre y título de Jesús encontramos palabras sánscritas, con el sonido y el significado correspondientes. Las palabras Jesús e Isa (pronunciado ‘Isha‘) son sustancialmente idénticas. “Is“, “Isa” e “Ishwara” se refieren al “Señor” o “Ser Supremo” (YOGANANDA, 2010, pág. 282).

12. Los sutras son frases concisas o aforismos que llevan un contenido profundo, “frases matemática y filosóficamente perfectas, guiadas “por un cordón”. (GAMA, 2011, p. 245)

13. El Karma es una Ley Cósmica de causa y efecto, de acción y reacción. Todo lo que hacemos, sentimos y pensamos es Karma que naturalmente genera una reacción. Se entiende que el Karma no es ni bueno ni malo y está exento de evaluación y juicio. (GAMA, 2011, p. 52)

14. Véase la nota 10.

15. El Dharma es una Ley Cósmica que significa deber, compromiso, que debe cumplirse en la vida. “Esencialmente, el Dharma es el orden completo e inherente del universo. El Dharma lidera el destino, parcialmente influenciado por el libre albedrío humano.” (YOGI, 2011a, p. 52)

16. Sobre este tema, véase la escuela filosófica Nyáya.

[1] Maestro en Raja Vidya Yoga, yogatherapist y psicoanalista por el Sistema Filosófico de Autoconocimiento Vidya. Especialista en Psicoanálisis. Postgrado en Psicología del aprendizaje, desarrollo y personalidad. Arquitecto y urbanplanner, especializado en Vastu Vidya.

[2] consejero.Máster en Neuropsicanalización, Licenciatura en Teología, Licenciado en Filosofía. Psicoanalista y filósofo clínico, miembro de las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.

Enviado: Marzo de 2021.

Aprobado: Marzo de 2021.

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Tatiana Morita Nobre Mattos

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