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La emancipación de la educación como herramienta para la realización de los Derechos Humanos en Brasil

RC: 119587
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CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

TIEZI, Edvânia Ferreira do Nascimento [1], AIELO,  Antonio Cesar [2], SILVA, Fabrício Augusto Correia da [3], FALSARELLA, Ana Maria [4]

TIEZI, Edvânia Ferreira do Nascimento. Et al. La emancipación de la educación como herramienta para la realización de los Derechos Humanos en Brasil. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 04, Ed. 11, vol. 06, pág. 79-93. Noviembre 2019. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/educacion-es/emancipacion-de-la-educacion ‎

RESUMEN

Este artículo presenta un análisis bibliográfico sobre los derechos humanos y la educación, destacando el proceso histórico de los derechos humanos en Brasil y en el mundo, y sobre la educación como uno de los derechos conquistados a lo largo del tiempo, por lo que, la importancia de la educación en Brasil será destacado no sólo como un derecho, sino como un medio eficaz para garantizar otros derechos fundamentales a la dignidad humana. El estudio utilizó obras que tratan sobre las cuatro generaciones de los derechos humanos y la educación con foco en estas. Los textos señalaron que son parte de una lucha por la igualdad y la equidad, y una educación en derechos humanos construye una cultura de ciudadanía, en la que los sujetos se preparan críticamente para una vida en una sociedad libre y democrática.

Palabras clave: Derechos Humanos, Educación, Ciudadanía.

INTRODUCCIÓN

La historia de los Derechos Humanos es muy antigua y se remonta al siglo XVII en la Revolución Gloriosa de Inglaterra y se extiende a las llamadas revoluciones liberales burguesas. La idea de ciudadanía es aún más remota, visualizándose en la Antigua Grecia, en la que los llamados ciudadanos griegos contenían derechos, sobre todo, de participación política en la democracia ateniense. Fue a través de este modelo de sociedad que se construyeron los cimientos de lo que está presente en las Repúblicas contemporáneas. Antes excluían a mujeres, niños, extranjeros y esclavos, estos últimos, condición de la estructura económica experimentada en el período histórico de las sociedades de la antigüedad clásica y en Brasil después de la invasión portuguesa con la trata de esclavos africanos del siglo XVI al XIX.

Sin embargo, cuando hablamos de Derechos Humanos, el sentido común nos remite a la frase “derechos de bandoleros”, especialmente por las acciones criminales y violentas en sociedades desiguales, prejuiciosas y patriarcales como ejemplo de la nuestra. De tal manera que las clases populares suelen ser consideradas violentas y peligrosas, yendo en contra de los derechos de los “buenos ciudadanos”. De acuerdo con Benevides (2000) y Moehlecke (2008), aunque esa visión todavía sea predominante, muchos trabajos académicos vienen tratando este tema con gran relevancia, destacando sobre todo la perspectiva reducida de la sociedad brasileña de lo que actualmente se entiende por derechos humanos.

“Portanto, no Brasil, hoje, é extremamente importante situar direitos humanos no seu lugar. A geração mais jovem, que não viveu os anos da ditadura militar, certamente terá ouvido falar do movimento de defesa dos direitos humanos em benefício daqueles que estavam sendo perseguidos por suas convicções ou por sua militância política, daqueles que foram presos, torturados, assassinados, exilados, banidos. Mas talvez, não saiba como cresceu, naquela época, o reconhecimento de que aquelas pessoas perseguidas tinham direitos invioláveis, mesmo que julgadas e apenadas; que continuavam portadoras de direitos e que se evocava, para sua defesa e proteção, a garantia dos direitos humanos, o direito a ter direitos”. (BENEVIDES, 2000, p. 39)

En ese sentido, este artículo traerá una breve explicación de la historia de los derechos humanos en Brasil y en el mundo, y también se destacó la educación como un factor clave para la práctica de estos derechos de manera amplia y efectiva, siendo una vía de conocerlos y reclamarlos. Así, presentaremos a la educación como el centro de las discusiones en torno a la formación de ciudadanos críticos y conscientes para una experiencia en una sociedad democrática como la nuestra, principalmente, en el desarrollo de competencias, actitudes, valores y habilidades para la construcción de una sociedad. que busquen mejores condiciones de vida y justicia para todos sin discriminación.

“O acesso à educação é também um meio de abertura que dá ao indivíduo uma chave de autoconstrução e de se reconhecer como capaz de opções. O direito a educação, nesta medida, é uma oportunidade de crescimento cidadão, um caminho de opções diferenciadas e uma chave de crescente estima de si”. (CURY, 2002, p.260)

A través de una revisión bibliográfica, analizaremos las cuatro generaciones de derechos humanos y cuando surge la necesidad de una educación pública, gratuita y de calidad no solo de las élites, sino también de las clases populares, además mostraremos la importancia de la educación para el crecimiento de Brasil, sobre todo, en las actuales contradicciones del neoliberalismo, de las exigencias del mercado. Sin embargo, haremos hincapié en una educación centrada en los derechos humanos, más precisamente en su importancia en el desarrollo amplio y global de los individuos en una sociedad democrática.

1. CONTEXTO HISTÓRICO DE LOS DERECHOS HUMANOS

En el contexto histórico de los Derechos Humanos existe un consenso entre los investigadores, por lo que, para contextualizarlos, comenzaremos destacando las tres generaciones de estos derechos. La primera generación fue durante las llamadas revoluciones burguesas de finales del siglo XVIII, con las que, con el advenimiento del liberalismo, se consagraron los derechos civiles y las libertades individuales, como la libertad religiosa, política, de idas y venidas, económica, hasta adquirir bienes, de justicia, seguridad, integridad física, expresión y opinión. Cabe destacar algunos documentos importantes, inspirados en las ideas de la Ilustración, como las Declaraciones de Derechos de Estados Unidos y Francia durante sus revoluciones, consolidadas en sus Constituciones legales.

La segunda generación tuvo lugar a finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. En este momento histórico incluimos a los grupos sociales desfavorecidos, en especial a la clase obrera, que tuvo una gran influencia desde la base de las ideas socialistas y socialdemócratas, y se materializó en el llamado Estado de Bienestar. Ocurrió cuando la clase obrera luchó por los derechos sociales, económicos y culturales, con el fin de garantizar mejores condiciones de trabajo, salario, vacaciones pagadas, seguridad social, esparcimiento y seguridad social, buscando así una vida más digna, con acceso a la salud, educación, vivienda, consumo de bienes culturales, entre otros que solo tenía la clase burguesa.

Finalmente, en la tercera generación, abarcamos los derechos colectivos de la humanidad contemporánea, como la paz mundial, la defensa del medio ambiente, el desarrollo, la autonomía de los pueblos, el patrimonio cultural, científico y tecnológico, es decir, son los derechos de la solidaridad planetaria.

Por lo tanto, los momentos históricos retratados, traen la evolución de los Derechos Humanos, para mostrarnos la importancia y la lucha por sus conquistas, luchas que deben ser permanentes, pues, si bien estos derechos están contenidos en Declaraciones como las más famosas de 1948 , la Declaración Universal de los Derechos Humanos, redactada poco después de la Segunda Guerra Mundial y en pactos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos aprobados por la ONU en 1966, descrito en las Constituciones de varios países como Brasil, es necesario que el Estado y sus ciudadanos se comprometan a su vigilancia y práctica, sin tener una clase/pueblo privilegiado, como sucedió en los regímenes totalitarios de extrema derecha e izquierda del siglo XX.

Así, dice Soares (1998), aún con todo un proceso de lucha a favor de los derechos humanos en declaraciones, es necesario que se hagan realidad, porque algunos grupos elitistas tergiversan sus ideales para mantener sus privilegios y/o controlar las clases. vacío. Por lo tanto, los derechos humanos son fundamentales, ya que son indispensables para una vida humana digna. Además, fue una gran revolución en el pensamiento y en la historia de la humanidad que llegamos a un reflejo indiscutible de que todos los seres humanos tenemos la misma dignidad.

Soares (1998) también destacó que los derechos humanos son naturales, universales, históricos, indivisibles e interdependientes, ya que están vinculados a la naturaleza humana y cambian con el tiempo y el espacio, además de ser derechos fundamentales de la persona humana, por lo que no pueden ser fraccionado, sin embargo, esto no es siempre lo que sucede. De tal manera, que visualizamos a diario a través de los medios de comunicación hechos que son considerados abominables y crueles, que muchas veces nos dejan conmocionados, como el trabajo infantil, la violencia contra los ancianos o los feminicidios. Sin embargo, aunque para algunos sean tratados como algo común o normal, es común escuchar que este tipo de acciones van en contra de los derechos humanos y que los agresores deben ser sancionados, por lo que nos acostumbramos a esta noticia y a los derechos básicos de los seres humanos, como dijo Graciano,

“Os direitos humanos são um conjunto de princípios aceitos universalmente, reconhecidos constitucionalmente e garantidos juridicamente. O objetivo dos direitos humanos é assegurar a qualquer pessoa o respeito à sua dignidade, na sua dimensão individual e social, material e espiritual. É garantir que qualquer pessoa, independentemente de sua nacionalidade, sua religião, suas opiniões políticas, sua raça, sua etnia, sua orientação sexual tenha a possibilidade de desenvolver plenamente todos os seus talentos”. (GRACIANO, 2005, p. 6)

Aún con todos los avances en declaraciones, pactos y leyes, Moehlecke (2008) aseguró que la práctica efectiva de los derechos humanos es un proceso lento, que requiere la movilización del Estado y la sociedad para acciones efectivas, estando en eterna vigilancia, ya que, de hecho , los hombres no son libres e iguales en derechos en todos los países del mundo. De esta forma, la noción de derechos humanos corresponde a la afirmación de la dignidad de las personas no sólo en relación con los demás, sino ante el Estado, fueron escritos en declaraciones o en leyes para asegurar un nivel de vida adecuado para todas las personas.

2. DERECHOS HUMANOS EN BRASIL: UNA AFINIDAD CONTEMPORÁNEA

En Brasil, la historia de los derechos humanos no ocurrió de la misma manera que en los países europeos, ya que fuimos colonizados por un país de este continente, así como otros países latinoamericanos.

Nuestra historia nos muestra que aún estamos marcados por la desigualdad, la violencia y las prácticas autoritarias (MOEHLECKE, 2008). Fue en esta sociedad desigual que se desarrolló nuestro país. No vivimos revoluciones como la industrial y la obrera para obtener los derechos humanos, porque aquí no todos eran considerados humanos, la minoría de hombres blancos reinaba con poderes otorgados por la corona portuguesa y la iglesia católica. Fue en los horrores de la esclavitud y el patriarcado que se construyeron los cimientos desiguales de nuestra historia. (CURY, 2002)

Incluso con la independencia de Brasil, con la abolición de la esclavitud o la proclamación de la República, las leyes otorgadas por los legisladores excluyeron a gran parte de la sociedad, marginando a los antiguos esclavos y sus descendientes, mujeres y blancos pobres. El legado de la explotación colonial se mantuvo y aún se mantiene al analizar los datos sobre la desigualdad social, racial y de género en Brasil.

Podemos decir que la Constitución de 1988, la “Constitución Ciudadana” trajo un modelo para la transición de un período dictatorial (la dictadura militar), a la democracia y la institucionalización de los derechos humanos. Ya que, en el período de 1964 a 1985, los militares gobernaron de forma autoritaria, quitándoles todos los derechos a los brasileños, especialmente a los civiles y políticos (MOEHLECKE, 2008)

Con la reanudación de la democracia en nuestro país, poco a poco avanzamos en términos de leyes y planes para la realización de los derechos humanos en Brasil, en este caso citaremos el Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH) aprobado en 1996 y revisado en 2002. Sin embargo, con todo este avance, aún vemos casos de irrespeto a estos derechos y también la desinformación de la población debido a los legados históricos del autoritarismo, aún enfatizando la idea de “derechos de bandoleros”.

Así, como garantiza Moehlecke (2008), es necesario reconocer a todo ciudadano brasileño como sujeto de derechos, capaz de participar en las decisiones del país, para eso, es necesario pasar de la ciudadanía pasiva a la activa, que establece el ciudadano como titular, derechos y deberes por igual, sin distinción de credo, raza, etnia, clase social, orientación sexual o género. Así,

“… Ao instituir o Estado Democrático de Direito, define como seus fundamentos a soberania, a cidadania, a dignidade da pessoa humana, os valores do trabalho e da livre iniciativa e o pluralismo político. Vale ainda ressaltar que a República Federativa no Brasil, regendo-se em suas relações nacionais e internacionais pelo respeito aos direitos humanos, traz como seus objetivos fundamentais, dentre outros, a erradicação da pobreza e da marginalização e a redução das desigualdades sociais e regionais. Indica, desse modo, sua consonância com a concepção contemporânea de direitos humanos, que abrange a garantia não apenas de direitos políticos e civis, mas também de direitos econômicos, sociais e culturais”. (MOEHLECKE, 2008, p. 8)

3. DERECHOS HUMANOS EN LA ESCUELA: PRÁCTICA DE LA CIUDADANÍA EN DEMOCRACIA EN LA CUARTA GENERACIÓN DE DERECHOS HUMANOS

Garantizar los derechos humanos significa asegurar que todos los ciudadanos sean tratados por igual y tengan plena participación en todas las instancias, como una práctica de ciudadanía, en la que todos tienen los mismos derechos y deberes.

Según Soares (1998), la ciudadanía es una idea eminentemente política que no necesariamente está ligada a valores universales, sino a decisiones políticas, están relacionadas con los regímenes jurídico-políticos de un país, en el pasado, la ciudadanía en la práctica no estaba garantizada. para todos, se basó en la evolución histórica y está ligado a los derechos humanos más amplios e integrales, conquistados durante las revoluciones y difundidos en tres dimensiones: civil, política y social.

Para que la ciudadanía suceda plenamente es necesario que se respeten los derechos humanos y que todos los conozcan, para ello se necesita un sistema educativo eficiente, gratuito y obligatorio. Según Fernandes y Paludeto (2010), es a través de la educación que los individuos en un estado democrático como Brasil, los derechos y deberes serán incorporados a una experiencia de igualdad, libertad en dignidad y derechos, por lo que debemos entender que la educación también es un derecho y necesario para el desarrollo humano.

En este sentido, cuando hablamos de derechos humanos en la escuela, hablamos de educación para la ciudadanía, no con una educación moral y cívica, con el culto a la patria, en un espíritu cívico nacionalista, sino como una formación ciudadana participativa y solidaria, conscientes de sus derechos y deberes, una educación centrada en la democracia, con soberanía popular y respeto a los derechos humanos. Benevides (2000) declaró que esta es la cuarta generación de derechos humanos: el derecho de la humanidad a la democracia y también a los derechos que puedan surgir de los nuevos descubrimientos científicos y con nuevos enfoques derivados del reconocimiento de las diferencias culturales y, además, de las transformaciones políticas. .

Para Fernandes y Paludeto (2010), para comprender y participar de un Estado democrático con el ejercicio de la ciudadanía democrática, es fundamental que los ciudadanos aprendan sobre el mismo, por lo que la escuela debe ser un espacio de educación para los derechos humanos, donde la experiencia de los valor de la igualdad en dignidad y derechos para todos, debe basarse en el desarrollo de sentimientos y actitudes de cooperación, solidaridad y tolerancia mutua. También enfatizamos que es necesario desarrollar la capacidad de cada individuo para comprender las consecuencias de sus acciones en su vida personal y en la sociedad que lo rodea, para crear un sentido de responsabilidad por sus actitudes. De esta forma, la educación en derechos humanos apunta a la formación de un ciudadano crítico, responsable, participativo, comprometido con el ejercicio de los derechos y deberes y, sobre todo, con el cambio de su propia condición social.

En este sentido, el proceso educativo para la comprensión y práctica de los derechos humanos, la escuela necesita ser un ambiente en el que docentes, estudiantes, directivos, empleados y padres y/o tutores estén juntos y compartiendo ideales democráticos, con el fin de propiciar debates. /debates para la convivencia democrática, basados ​​en valores éticos y de responsabilidad social, igualdad, libertad y solidaridad.

Cury (2002) y Graciano (2005) coinciden en que para que se materialice una educación basada en los derechos humanos, además del espacio escolar, el Estado necesita garantizar la igualdad de oportunidades a través de políticas públicas, no solo en la legislación, para que la escuela, especialmente la pública, formar ciudadanos con una cultura de respeto a la dignidad humana, una cultura del cambio, de no aceptar la vulneración de los derechos de ninguna persona, de buscar caminos para cambiar la realidad en la que viven, especialmente aquellos que se encuentran en situaciones de pobreza, marginalidad, violencia, narcotráfico o prostitución, es decir, personas que viven en lugares donde no existen derechos básicos, por lo que la educación para el ejercicio de los derechos humanos proporcionará una transformación social, con la posibilidad de reducir o acabar con las desigualdades, especialmente las desigualdades de clase.

Lograr que las personas sean tratadas como iguales no significa que todos sean exactamente el mismo sujeto, por el contrario, el derecho a la igualdad presupone el derecho a la diferencia, a la diversidad cultural, religiosa, sexual, regional, etc., en este sentido, la educación tiene como finalidad proporcionar estudios no solo de teorías o cálculos, sino del conocimiento de la historia humana misma, de sus culturas, de sus formas de pensar y actuar, para que los individuos aprendan a respetar y tolerar a los diferentes, así, este aprendizaje hará que sean preparados para enfrentar situaciones cotidianas que requerirán ciudadanos conscientes, críticos, reflexivos y con responsabilidad social en un Estado democrático de derecho.

“Portanto, a ideia de educação para a cidadania não pode partir de uma visão da sociedade homogênea, como uma grande comunidade, nem permanecer no nível do civismo nacionalista. Torna-se necessário entender educação para a cidadania como formação do cidadão participativo e solidário, consciente de seus deveres e direitos- e, então, associá-la à educação em direitos humanos”. (BENEVIDES, 2000, p. 6)

4. DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIÓN EN BRASIL: EL DERECHO A LA ENSEÑANZA COMO PRÁCTICA LIBERADORA

Brasil pasó por momentos históricos que excluyeron a la mayoría de la población, negros esclavizados, indígenas, mujeres y hombres pobres y luego negros libres. Además de ser privadas de los ahora llamados derechos básicos para una vida digna, también fueron tratadas como “inferiores”, consideradas “atrasadas” en comparación con la élite terrateniente masculina, e incluso fueron excluidas del derecho a estudiar. La educación pública, gratuita, obligatoria y laica recién fue conquistada a fines del siglo XX y extendida a las clases bajas en el siglo siguiente, con la expansión de la educación primaria y la apertura de nuevas vacantes en la educación secundaria, influenciados por las instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Actualmente la educación es un derecho de todos, se ha extendido a cualquier individuo sin distinción racial, sexual, regional o de clase, está prevista en la Constitución “Ciudadana” de 1988, así como en el  Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA)[5] de 1990 y la Lei de Diretrizes e Bases da Educação (LDB)[6] y el Plano Nacional de Educação (PNE)[7], leyes que permitieron universalizar la educación básica en el país.

Destacamos el ECA como un importante instrumento legislativo para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes de 0 a 18 años, en especial el derecho a la educación, como aseguraron Fernandes y Paludeto,

“… Estatuto prevê que toda criança e adolescente tem direito à educação, sendo de sua obrigação visar o pleno desenvolvimento da pessoa, preparo para o exercício da cidadania e qualificação para o trabalho, assegurando-lhes: igualdade de condições para o acesso e permanência na escola; direito de ser respeitado por seus educadores; direito de contestar critérios avaliativos; direito de organização e participação em entidades estudantis; acesso à escola pública e gratuita nas proximidades de sua residência; é também dever do Estado assegurar ensino fundamental obrigatório e gratuito (Artigo 208 da Constituição). Da mesma forma, os pais têm a obrigação de matricular seus filhos na rede regular de ensino e os dirigentes de estabelecimentos de ensino fundamental, o dever de comunicar ao Conselho Tutelar (criado a partir desta lei) quando houver maus tratos, faltas injustificadas e elevados níveis de repetência. Nesse sentido, deverão ser respeitados os valores culturais, artísticos e históricos próprios do contexto social das crianças”. (FERNANDES y PALUDETO, 2010, p.236)

En cuanto a la promoción de la educación orientada a los derechos humanos en Brasil, esta idea cobró fuerza a mediados de la década de 1990, más precisamente en 1995, con la llamada década de la educación en derechos humanos. En 2004 se aprobaron el Programa Mundial de Derechos Humanos (PMEDH) y el Plan de Acción, los cuales fueron aprobados en su versión final en 2006. El PMEDH es importante porque orientó las políticas públicas dirigidas a la educación básica, superior y no formal para la justicia /seguridad y sistemas de medios. El objetivo fue promover y difundir una cultura de derechos humanos en el país. (GRACIANO, 2005)

Según el PMEDH, la educación en derechos humanos debe ser permanente y global, especialmente en el ámbito escolar, ya que de nada sirve aprender qué son los derechos humanos si no se viven en el medio en el que se vive o se frecuenta. De tal forma, que los programas curriculares, la formación inicial y continuada de los profesionales de la educación, el proyecto político-pedagógico, los materiales didácticos, el modelo de gestión, las metodologías didácticas y las evaluaciones utilicen procedimientos de construcción democráticos, participativos y colectivos, de modo que exista un desarrollo social y emocional de todos los sujetos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Inspirado en el PMEDH, el Plan Curricular Nacional de 1997 llevó a las secretarías de educación a nivel federal, estatal y municipal a enfatizar en sus planes de estudio una educación enfocada en los derechos humanos para el ejercicio de la ciudadanía, los llamados ejes transversales, en los que Se trabajan valores esenciales para la vida solidaria en sociedad, como la reflexión ética en las diversas situaciones de la vida social y la pluralidad cultural, con el objetivo de difundir valores de solidaridad, cooperación, justicia, respeto, tolerancia y valoración de la etnia y diversidades culturales de los diferentes grupos sociales del país, además, apuntando al conocimiento de las desigualdades socioeconómicas e injusticias sociales para que las transformaciones puedan ser criticadas y exigidas a través de demandas civiles.

Los derechos humanos, en este sentido, sólo se hacen efectivos cuando la sociedad civil los exige, para eso, el primer paso es conocerlos y saber cuándo y dónde reclamarlos. Así, la educación es el principal medio para que esto suceda, en el que el individuo asuma sus derechos como hechos y realidad, en la perspectiva y posibilidad de construir una sociedad democrática y justa, en tanto es un medio indispensable para la promoción de los demás derechos.

Garantizar el derecho a la educación en Brasil siempre ha sido una lucha, porque, según datos del IBGE sobre educación básica, aun con la universalización de la educación, aún existen, sobre todo en las zonas más pobres del país, condiciones de permanencia y calidad en esta área modalidad de enseñanza. Faltan condiciones básicas en las escuelas, en cuanto a espacio adecuado, material didáctico, alimentación, condición de profesionales mal pagados y/o mal formados, etc., además de las situaciones degradantes que viven muchos estudiantes en su entorno familiar.

Según Graciano (2005), Brasil ha conquistado, con mucha lucha, leyes, programas y planes para la universalización y no discriminación en las escuelas. La educación en estos parámetros ha evolucionado lentamente en términos de gratuidad, disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad para cualquier persona, ya sea un adulto que no tuvo la oportunidad de estudiar en su niñez o adolescencia, o incluso personas con necesidades especiales. Para ello, es necesario entender que la educación no es un favor del Estado, sino una obligación, un derecho de todos, que debe ser exigido a los Órganos competentes cuando este derecho sea vulnerado o irrespetado. Para hacer cumplir la ley se necesita acciones de gobierno con políticas públicas que garanticen el derecho a la educación, además de la participación de la sociedad civil, ésta debe estar atenta, fiscalizando y monitoreando las acciones de los órganos encargados de la elaboración, implementación y gestión de las políticas educativas.

Igualar las oportunidades para que todas las personas accedan, permanezcan y completen la Educación Básica, además de tener una educación de calidad, es la búsqueda de una educación basada en los derechos humanos. Aún en una sociedad capitalista y competitiva como la nuestra, con sus reveses y desigualdades sociales, la educación debe ser entendida como un derecho, no solo en la legislación, debe ser una prioridad para los gobiernos, ya que hace que el país se desarrolle, porque brinda desarrollo humano. con su potencial. Así, la educación como derecho humano presupone el desarrollo de todas las capacidades y potencialidades humanas, incluido el valor social del trabajo.

“A realização do direito humano à educação está diretamente relacionada a atitude ativa da sociedade civil no sentido de participar, fiscalizar e monitorar as ações dos órgãos responsáveis pela elaboração, implementação e gestão das políticas educacionais. Nesta concepção, a possibilidade de um exercício pleno dos direitos humanos está ligada de forma indissolúvel ao constante desenvolvimento da sociedade democrática”. (GRACIANO, 2005, p. 40)

En las sociedades modernas y capitalistas, el saber escolar es casi una condición para la supervivencia y el bienestar, las personas que asisten a una escuela de calidad, ejercen mejor su ciudadanía, para ello la escuela, especialmente en el espacio áulico, necesita estimular a los docentes en su estudiantes prácticas que los sitúan como sujetos activos en una sociedad democrática. Por tanto, la educación debe ser liberadora, en el sentido de que los alumnos puedan, como adultos conscientes de su importancia en la sociedad, producir conocimientos, transformar su entorno, organizarse socialmente y desarrollar la cultura.

Lamentablemente, debido a las políticas neoliberales y a la fuerza de los ideales de mercado, la educación pocas veces es vista como un derecho para la formación ciudadana, es decir, para la formación de individuos con plenos derechos y deberes, ya que prevalece en el discurso de la formación para la obtención de trabajo. En este sentido, una educación liberadora nos muestra la importancia de cada persona como agente transformador, que puede y debe mejorar su condición y el entorno social.

Así, según Bittar (2007), es importante distinguir la educación como formación y la educación como formación, porque educar significa preparar a los individuos para que desarrollen no sólo cualidades, habilidades y competencias técnico-operativas, sino una formación amplia, crítica y humanística, de modo que que puedan estar preparados para vivir en una sociedad democrática y desafiante. Así, una educación centrada en los derechos humanos es liberadora, en tanto es una preparación para interpelar, movilizar, adquirir estrategias e instrumentos de transformación y emancipación.

Un proyecto educativo basado en los derechos humanos debe, ante todo, ser capaz de sensibilizar y humanizar, de construir una sociedad preparada para el ejercicio de la autonomía, consciente del pasado histórico, que analice su propia realidad, su participación social y su auto- reflexión de sus acciones individuales y colectivas, para tener perspectivas de futuro que puedan cambiar. De ahí el papel emancipador y de construcción de la autonomía, que sólo es posible actuar desde la educación. Como dijo Bittar,

“O ensino fundado em raciocínios técnico-operativos não consente a formação de habilidades libertadoras, mas, muito pelo contrário, fornece instrumentos para operar dentro do contexto de uma sociedade exacerbadamente competitiva, consumista, individualista e capitalista selvagem”. (BITTAR, 2007, p. 321)

Así, una educación liberadora es retadora, pues desarrolla la capacidad de sentir y pensar críticamente, generando múltiples sensaciones que estimulan el pensamiento, la autonomía, la creatividad, la conciencia, la humanización, el ejercicio del diálogo, la tolerancia, la socialización, la responsabilidad, la solidaridad, en definitiva. , una educación que forma individuos para el ejercicio de la ciudadanía democrática.

5. CONSIDERACIONES FINALES

La historia de la humanidad está llena de grandes avances y descubrimientos, al mismo tiempo que aparecen contradicciones, conflictos y divergencias. Nos damos cuenta cada día que es necesaria una convivencia sana y tolerante. Fue en este sentido que nacieron los ideales que garantizan que todos los seres humanos tengan una vida digna, sin discriminación y explotación excesiva, de ahí los Derechos Humanos. Sin embargo, no fue fácil, ya que impulsó mucha lucha y muchos siglos para que todos tuvieran los mismos derechos, y aún no se practican plenamente en diferentes partes del mundo.

En Brasil, por ejemplo, las violaciones de los derechos humanos básicos son constantes, porque venimos de una trayectoria de regímenes autoritarios y oligárquicos, por lo que necesitamos cambios profundos en la cultura, principalmente debido a las desigualdades sociales. Por tanto, como ya se discutió en este texto, la educación es el principal factor de transformación de una sociedad, para ello, la escuela, sus agentes, la comunidad que la rodea y en especial el Estado deben garantizar que todos tengan acceso y calidad en sus servicios. Además, necesitamos prácticas pedagógicas a favor de una cultura de los derechos humanos, en la que se desarrolle paulatinamente una sociedad más justa, que forme ciudadanos para la democracia, obteniendo autonomía, desarrollo crítico y humanista.

REFERENCIAS

ADORNO, Theodor W, (2003). “Educação após Auschwitz”. In: Educação e Emancipação. 3ª Ed. São Paulo: Paz e Terra. Tradução de Wolfgang Leo Maar p. 119-138.

ARAÚJO, U. F. de; AQUINO, J. G. Direitos Humanos na Sala de aula – A ética com tema transversal. São Paulo, Editora Moderna, 2001.

BENEVIDES, M. V. Educação em Direitos Humanos: de que se trata? Palestra de abertura do Seminário de Educação em Direitos Humanos, São Paulo, 18/02/2000.

BRASIL. Comitê Nacional de Educação em Direitos Humanos. Plano Nacional de Educação em Direitos Humanos: 2007. Brasília: Secretaria Especial dos Direitos Humanos, 2007. 76 p.

CURY, C. R. J. Direito à educação: direito à igualdade, direito à diferença. Scielo, Cad. Pesqui. no.116, São Paulo, July de 2002

DECLARAÇÃO UNIVERSAL DOS DIREITOS HUMANOS. Adotada e proclamada pela Assembléia Geral das Nações Unidas (resolução 217 A III) em 10 de dezembro de 1948. Disponível em https://www.unicef.org/brazil/pt/resources_10133.html. Acesso em 26 de dezembro de 2018.

FERNANDES, A. V. M. ; PALUDETO, M. C. EDUCAÇÃO E DIREITOS HUMANOS: DESAFIOS PARA A ESCOLA CONTEMPORÂNEA. Cad. Cedes, Campinas, vol. 30, n. 81, p. 233-249, mai.-ago. 2010.

FREITAS, D. F.; SILVA, F. D. E. A RELAÇÃO PROFESSOR-ALUNO E A QUESTÃO DA ÉTICA. Revista de Pesquisa Interdisciplinar, Cajazeiras, v. 1, Ed. Especial, 92 – 98, set/dez. de 2016.

GRACIANO, Mariângela (Org.). Educação também é direito humano. São Paulo: Ação Educativa, 2005. 48 p.

MOEHLECKE, S. Direitos Humanos e Educação. Ano XVIII boletim 02 – Março e Abril de 2008 Disponível em: http://www.dhnet.org.br/dados/cursos/edh/redh/01/salto_direitos_humanos_e_educacao.pdf. Acesso em 31 de agosto de 2018.

SANTOS, I. A. EDUCAÇÃO PARA A DIVERSIDADE: uma prática a ser construída na Educação Básica. Produção Didático-Pedagógica – Caderno Temático– apresentado ao Programa de Desenvolvimento Educacional do Estado do Paraná, 2008.

SILVEIRA, R.  M. G.; BITTAR, E. C. B. Educação em Direitos Humanos: fundamentos teórico-metodológicos – Educação e metodologia para os direitos humanos: cultura democrática, autonomia e ensino jurídico. Editora Universitária João Pessoa 2007.

SOARES, M. V. M. B. Cidadania e Direitos Humanos. Cadernos de Publicação da Fundação Carlos Chagas. n. 104 (1998).

APÉNDICE – NOTA AL PIE

5. Estatuto del Niño y del Adolescente de Brasil.

6. Ley de Directrices y Bases de la Educación en Brasil.

7. Plan Nacional de Educación de Brasil.

[1] Estudiante de maestría en educación (Uniara), posgrado – especialización lato sensu en gestión escolar (Faculdade São Luís de Jaboticabal), licenciatura en Pedagogía (Cruzeiro do Sul) y graduación – Licenciatura en Historia (Faculdade São Luís de Jaboticabal).

[2] Magíster en Educación (Uniara), posgrado –MBA en Logística y Canales de Distribución (Uniara), Licenciado en Pedagogía – (Alvorada Plus) y Licenciado en Ciencias Económicas (Unesp)- Licenciado en Economía (Fatec Americana).

[3] Estudiante de Maestría en Educación (Uniara), posgrado – Inclusión Escolar por (Faculdade Innovare), posgrado en Especialización en Enseñanza de Sociología en la Enseñanza Media por (UFSJ), graduación en Letras por (Faculdade de Educação São Luís) y licenciatura en Pedagogía de la (UNIFRAN).

[4] Doctorado en Educación: Historia, Política y Sociedad. Máster en Educación: Historia, Política y Sociedad. Especialización en Psicopedagogía. Licenciado en Pedagogía.

Enviado: Junio de 2019.

Aprobado: Noviembre de 2019.

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Edvânia Ferreira do Nascimento Tiezi

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