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Respuesta al desafío de Silas Malafaia a sus críticos: ¿Por qué no se acepta bíblicamente la teología de la prosperidad?

RC: 119755
218
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DOI: 10.32749/nucleodoconhecimento.com.br/teologia-es/teologia-de-la-prosperidad

CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

CAMPELLO, Mônica Conte [1]

CAMPELLO, Mônica Conte. Respuesta al desafío de Silas Malafaia a sus críticos: ¿Por qué no se acepta bíblicamente la teología de la prosperidad? Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año. 07, ed. 06, vol. 02, pág. 72-165. Junio ​​2022. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/teologia-es/teologia-de-la-prosperidad, DOI: 10.32749/nucleodoconhecimento.com.br/teologia-es/teologia-de-la-prosperidad

RESUMEN

El presente trabajo es una respuesta a un desafío lanzado por el Pastor Silas Malafaia a los críticos de la Teología de la Prosperidad que defiende como bíblica. Se escucharon, estudiaron y analizaron extractos del video “Pastor Silas Malafaia – Uma vida de prosperidade” a partir de textos bíblicos. Pero, ¿por qué la Teología de la Prosperidad no es aceptada bíblicamente? El objetivo de este estudio es probar que la Teología de la Prosperidad no tiene base bíblica, y por lo tanto no es bíblica. Se pretende, por tanto, presentar respuestas a los argumentos sostenidos por él como evidencia de que dicha teología no tiene base bíblica. Para proceder al análisis y respuesta a estos argumentos, se utilizaron los textos bíblicos correspondientes seleccionados del sitio web YouVersion, el cual contiene diferentes versiones bíblicas, entre otras como Biblia Online, Biblia Griega, Biblia Hebrea, para su comparación y análisis. Para ello se realizará una investigación cualitativa exploratoria y descriptiva en la que se observarán de manera deductiva los extractos del video analizado para dar respuesta a la pregunta problema a través de un estudio de caso. Finalmente, cada respuesta presentada a cada fragmento del video resaltado en su respectivo cuadro destacado en este estudio demostró el resultado esperado en cuanto a la pregunta explorada tanto con base en los textos bíblicos como en las interpretaciones de otros autores sobre el tema, pudiendo proceder a nuevos análisis ya que el tema no se agota en este estudio.

Palabras clave: Estudio Bíblico, Fundamento Bíblico, Teología de la Prosperidad, Silas Malafaia, Argumentos Antibíblicos.

1. INTRODUCCIÓN

El movimiento de la Teología de la Prosperidad se basa en los escritos del predicador radiofónico y ministro metodista William Essek Kenyon (1867-1948) quien enfatizaba las palabras habladas con fe y la revelación sobre el conocimiento adquirido a través de los sentidos, que se resumía en la confesión de la fe positiva que indujo la acción de Dios. Kenneth Hagin, por su parte, siendo un ilustre promotor de las enseñanzas de la Teología de la Prosperidad, más tarde, más precisamente en la década de 1960, añadió la prosperidad a su sistema doctrinal desarrollado en un centro de formación bíblica llamado Rhema. (ROSSI, 2015)

La Teología de la Prosperidad conforma “un conjunto de creencias y afirmaciones, surgidas en los Estados Unidos, que afirman que es legítimo que el creyente busque resultados, tener fortuna favorable, enriquecerse, obtener el favor divino para su vida material o simplemente progreso” (CAMPOS, 1997, p. 363). En este sentido, esta teología se entiende como una doctrina de carácter religioso cristiano que aboga por la bendición económica como voluntad de Dios para su pueblo y que su riqueza material puede aumentar a través de las donaciones realizadas a los ministerios cristianos como la predicación que se escucha en las iglesias que lo defienda.

Es una corriente teológica de origen norteamericano que inicialmente, en el siglo XIX, XIX, practicó la mercantilización de la fe a partir de la distorsión de las enseñanzas bíblicas, exaltando la acumulación de riquezas materiales terrenales. En la actualidad, predica el favor divino a quienes se convierten en sus seguidores, quienes aprenden a reemplazar la fe por empresas prósperas basadas en la enseñanza de que Jesucristo exige necesariamente la búsqueda de riquezas materiales y buena salud. Sin embargo, si la fe es débil, dará lugar a la miseria y la enfermedad. Esto retrata la Confesión Positiva – otro nombre de la Teología de la Prosperidad – que usurpa la enseñanza cristiana de la confesión de fe (AUGUSTI y TICÃO, 2020). Esto en su carácter original fue establecido por el Credo de Nicea a través de la Iglesia Primitiva en el 325 d.C. que destacó la base de la fe cristiana frente a las falsas doctrinas (FERGUSON, 2013, p. 418). Según Campello (2021, p. 139), a diferencia del propósito original, la confesión positiva es proclamada por algunas iglesias de prosperidad, tanto física como mediática, con foco en la prosperidad material, adoctrinando a sus seguidores para que confiesen que ya tienen lo que quieren, esta actitud es suficiente para garantizar que esto suceda.

Para responder a la pregunta del título: ¿Por qué la Teología de la Prosperidad no es aceptada bíblicamente? –, pasaremos al análisis de un video del pastor Silas Malafaia quien lanzó un desafío a los críticos de esta teología que la ven como no bíblica mientras él la defiende como bíblica.

El objetivo de este estudio es probar que la Teología de la Prosperidad no tiene base bíblica, y por lo tanto no es bíblica. Se pretende, por tanto, presentar respuestas a los argumentos sostenidos por Silas Malafaia como evidencia de que esta teología no tiene base bíblica. Para ello, se desarrolla un peculiar método de investigación para analizar extractos de un video donde ocurre la manifestación del fenómeno en cuestión, observando sus concordancias y divergencias con los textos bíblicos.

2. METODOLOGÍA

Se desarrolló una investigación cualitativa exploratoria y descriptiva en la que se observaron de forma deductiva los extractos del video analizado “Uma vida de Prosperidade” con el fin de dar respuesta a la pregunta problema a través de un estudio de caso. Considerando a Sampieri, Collado y Lucio (2013, p. 376), esta investigación tiene como objetivo comprender y profundizar el fenómeno en cuestión, el cual es explorado desde la perspectiva de buscar comprender los hechos ocurridos en el ámbito específico de su ejecución con el fin de esclarecer puntos divergentes de la preconización de la referida doctrina teológica frente a los textos bíblicos utilizados para los argumentos en su defensa.

Además, esta investigación se realiza bajo un enfoque cualitativo porque alude al análisis de datos observados que deben ser descritos para proceder a la respuesta de la pregunta problema, a través de la recolección y análisis de datos que son prácticamente simultáneos desde el análisis no es estándar dado que cada estudio tiene su propio esquema de análisis (ibid, p. 447). La investigación realizada es exploratoria porque busca analizar ejemplos que puedan estimular la comprensión del caso a través de levantamientos bibliográficos, citas y ejemplos tomados del material de estudio, y es descriptiva porque analiza en detalle el objeto de estudio, invirtiendo en el recopilación de datos cualitativos.

Si bien existe mucho estudio sobre este tema, la realización de este estudio en particular busca una profundización para comprender su complejidad en el presente caso, considerando los detalles de las observaciones realizadas dentro del estudio de caso específico centrado en la presentación mediática en video formulario cuyos extractos son elementos básicos de análisis.

3. REFERENCIAL TEÓRICO

La Teología de la Prosperidad no es bíblicamente aceptada porque distorsiona el texto bíblico a través de doctrinas creadas por hombres a partir de exégesis contradictorias. Nótese el siguiente texto bíblico:

Porque nada temos trazido para o mundo, nem coisa alguma podemos levar dele. Tendo sustento e com que nos vestir, estejamos contentes. Ora, os que querem ficar ricos caem em tentação, e cilada, e em muitas concupiscências insensatas e perniciosas, as quais afogam os homens na ruína e perdição. Porque o amor do dinheiro é raiz de todos os males; e alguns, nessa cobiça, se desviaram da fé e a si mesmos se atormentaram com muitas dores. Tu, porém, ó homem de Deus, foge destas coisas; antes, segue a justiça, a piedade, a fé, o amor, a constância, a mansidão. (1 Co 6:7-11)

La Teología de la Prosperidad bajo el lema “Vivir como un hijo del rey” reduce todo a términos económicos y va en contra de estas declaraciones bíblicas cuando dice que la pobreza es demoníaca porque Dios siendo un padre amoroso y rico quiere que sus hijos sean saludables, prósperos y prósperos rico ya que el sufrimiento niega su presencia. En cuanto al lema, parece irónico ya que Jesús, de origen pobre, no disfrutó de la abundancia material y no tuvo bienes (ROSSI, 2015). ¿Cómo sería, entonces, vivir como hijo del Rey? Sus doctrinas contradicen el texto sagrado que dice que “nunca faltarán los pobres en la tierra” (Dt 15,11; Mt 26,11; Mc 14,7; Jn 12,8). Según estos versículos, si la Teología de la Prosperidad fuera correcta, Dios sería un mentiroso. Versos como “más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mt 19,24) no son bien acogidos, quizás leídos, en la predicación de los respectivos teólogos porque contradicen sus principios doctrinales de adquisición de bienes y riquezas a través de una fe interesada y egoísta. Desde una perspectiva individualista, esta teología propone amar las cosas y utilizar a los pobres, manipulándolos (ibid.).

Capriles (2022), revela que la Teología de la Prosperidad para él no es algo teórico, sino que lo experimentó en la práctica, por lo que le da vergüenza confesar que alguna vez fue predicador de esta teología errónea que motiva la codicia en las personas, enseñando ellos que para sembrar correctamente deben ofrecer dinero en el ministerio de algún hombre rico o un ministerio rico para que cosechen la misma prosperidad que la persona o institución disfruta como proveniente de Dios. Analiza los versículos anteriores desde la perspectiva de la Teología de la Prosperidad, que incita al creyente a querer enriquecerse a expensas de la advertencia del apóstol Pablo de que “los que quieren enriquecerse caen en tentación” cuando, en realidad, deben obedecer a su mandato huir de las tentaciones expuestas en los versos. Este mismo tipo de actitud se repite con respecto a otros versículos bíblicos: “No os hagáis tesoros en la tierra” (Mt 6,19); Contrariamente a esta advertencia, la Teología de la Prosperidad enseña que “cuantos más bienes acumules para ti, mayor será la señal de la bendición de Dios en tu vida”. Señala varias contradicciones en la comparación entre la enseñanza de Jesús y la de esta teología diabólica (como él la califica), respectivamente: a) no debemos desear las riquezas, debemos desear las riquezas; b) los pobres son bienaventurados (Lc 6,20; Stg 2,5) – la pobreza es esclavitud y ser pobre es pecado; c) debemos contentarnos con lo que tenemos (Hebreos 13:5) – no debemos contentarnos con poco. Estos son solo algunos de los muchos ejemplos de que esta teología viola el texto sagrado.

Capriles (ibíd.) termina su mensaje presentando el testimonio de Jim Bakker, un pastor estadounidense que se enriqueció con los argumentos de la Teología de la Prosperidad que prometía riquezas a quienes sembraban dinero en su ministerio, para luego, tras perder toda su fortuna y caer en pobreza, además de ser condenado por veinticuatro cargos de fraude, se dio cuenta de que debía examinar las Escrituras para ver qué estaba mal y concluyó que “no hay forma de interpretar las riquezas o las cosas materiales como una señal de la bendición de Dios”.

Según Pieratt (1993, p. 151), los predicadores de la Teología de la Prosperidad siempre realizan servicios en sus iglesias basados ​​en el tema de la prosperidad financiera. Para apoyar sus enseñanzas, usan innumerables versículos de la Biblia para forzar en la mente del creyente que recibe en proporción a lo que da; sin embargo, advierte que tales versos no implican una regla matemática, y señala:

A noção de que receberemos somente se dermos é uma perversão da ideia cristã de caridade. Isso tem mais a ver com o utilitarismo pagão, que avalia todos os atos morais da vida segundo o benefício recebido por aquele que o pratica. A ética cristã que devemos dar, porque Deus nos deu primeiro. Para o cristão, o dar deve ser um ato de adoração, gratidão e amor, não um exercício em que se calcula o quanto receberemos de volta.

Estos innumerables versículos que corresponden a textos aislados de la Biblia revelan que la Teología de la Prosperidad, también llamada “Movimiento Palabra de Fe”, “Evangelio de Salud y Riqueza” o “Nómbralo y Reclámalo”, no es más que producto del capitalismo y la psicología del éxito en busca de privilegios, a través de la cual se enfrenta a Dios imponiéndole la obligación de otorgar prosperidad al creyente que es en realidad quien define cuál es la voluntad de Dios y no al revés, menoscabando su soberanía. (ROSSI, 2015)

La Teología de la Prosperidad está dotada de un carácter de marketing que incluye solicitudes de donaciones, venta de productos para ayudar al creyente en su experiencia religiosa como jabones y escobas, martillos y pares de calcetines, oraciones ungidas y amuletos, agua bendita del río Jordán, milagros , CDs y DVDs, cruces con arena de tierra santa, etc. Ofrecen curación y liberación de varios males a través de la distribución de anuncios impresos que son equivalentes a inversiones en el logro de diversos deseos y estatus social. De esta manera, la religión se convierte en la mejor opción para ayudar a resolver los problemas personales, extendiéndose a la misma nación en la que las personas sufren los efectos de los discursos fundamentalistas que prometen una solución a los problemas sociales, pero no la cumplen. Y sus propios discursos llenos de términos como “determinar” inculcan en la mente de sus oyentes el pensamiento de que, depositando su fe en este verbo, se vuelven capaces de convertirse en nuevos emprendedores.

Sin embargo, si no se adueñan de las promesas divinas, significa que están contaminados por Satanás, como también señala Campello (2021, p. 135, 136) – “introducción de contaminación doctrinal en el ámbito eclesiástico”, con lo cual Capriles (2022) está de acuerdo: “La teología de la prosperidad se está extendiendo como una gangrena por el cuerpo de Cristo, tanto que cada vez es más difícil encontrar una iglesia libre de esta contaminación”. Por lo tanto, son propensos a una serie de desgracias en la vida, ya que la culpa es exclusivamente del seguidor debido a su poca fe (AUGUSTI y TICÃO, 2020). Y Pieratt (1993, p. 158) destaca que “si la oración no fue contestada, fracasó por falta de conocimiento”. En esta misma línea de razonamiento, Capriles (2022) dice que “la teología de la prosperidad es el concepto de que Dios desea la riqueza para todos sus hijos y que si algún hijo de Dios aún no es rico, es porque no está “sembrando” correctamente”. Desde un punto de vista equivalente, Rossi (2015) enfatiza que un seguidor de la Teología de la Prosperidad no es económicamente próspero solo porque está en pecado bajo la mala influencia del diablo, no tiene suficiente fe o no entiende bien la enseñanza bíblica. Campello (2021, p. 137) coincide con estos pensamientos:

Incute-se-lhe a ideia de que o cristão tem poder, e, por isso mesmo, não tem necessidade de suplicar o favor e a ajuda de Deus; ao invés disso, ele deve DETERMINAR em nome de Jesus aquilo que ele deseja e assim será feito. Pronto! Não só essa teologia, mas também há religiões que ensinam a “determinar” que seus desejos sejam realizados. E qual explicação se dá quando esse desejo não se realiza? Simples: a culpa é do crente que fez alguma coisa errada, ou porque não tem fé suficiente.

La Teología de la Prosperidad, también conocida como el Movimiento de la Fe, predica el empoderamiento en todos los sentidos como afirma Hunt (2000, pp. 332,333) sobre la mala exégesis de Filipenses 4:19 sobre el derecho divino automático de todos los cristianos que creen en la Biblia gozar de salud y prosperidad económica ya que los beneficios materiales son inseparables de los beneficios espirituales a través de la expiación de Cristo que no sólo quita el pecado, sino también la enfermedad y la pobreza. En este sentido, la oración pierde su valor según la crítica hecha por el Consejo General de las Asambleas de Dios a la Teología de la Prosperidad cuya práctica de la confesión positiva anima a los creyentes a confesarse en lugar de orar por las cosas que Dios ha prometido, descuidando la enseñanza de la palabra de Dios acerca de la oración. Para los confesionistas, los creyentes deben confesar las bendiciones y no orar por ellas. (CONSEJO GENERAL DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS, 1980, p.5).

Onken (2009, p.1) comparte el mismo pensamiento del citado Concilio al declarar que el mayor problema para los cristianos que se someten a la confesión positiva es el hecho de creer saber exactamente lo que Dios quiere como si Dios se lo hubiera revelado todo sus planes, pensamientos o voluntad, apoyándose en su propia perspectiva en lugar de considerar adecuadamente la voluntad de Dios que debe estar por encima de la voluntad humana. Sin embargo, la voluntad de Dios no se considera ni se enfatiza adecuadamente cuando la doctrina de la confesión positiva declara que una persona puede tener cualquier cosa. Sin embargo, esto no es así en las Escrituras como se puede ver en los siguientes versículos que denotan cuando algo no corresponde a la voluntad de Dios: la edificación del templo por David (1 Crónicas 17:4); la remoción del aguijón en la carne de Pablo (2 Cor 12,9); el gozo de tener algo placentero o placentero (Santiago 4:3); el cumplimiento del deseo del corazón (Lucas 22:42). La voluntad de Dios siempre prevalecerá sobre los planes o deseos del creyente (CONSEJO GENERAL DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS, 1980, p. 4).

El citado Concilio acusa a la doctrina de la Teología de la Prosperidad de no tomar en cuenta el contexto bíblico por lo que sus adeptos se preocupan más por hacer que la Palabra signifique más lo que ellos quieren que por convertirse en lo que la Palabra quiere que lleguen a ser, demostrando que aman a Dios por lo que hace y no por lo que es. Los pasajes de la Escritura no pueden ser aislados de su contexto específico, ni deben ser eternizados o contemporáneos, dando forma al existencialismo cristiano. Además, la verdad de la Palabra de Dios se aplica universalmente, es decir, dicotómicamente en todas las circunstancias sociales en las que se encuentra la humanidad. Por lo tanto, es necesario preguntarse si un maestro o una enseñanza es de Dios o de un hombre según lo que está escrito en Mateo 7:20 – “Por sus frutos los conoceréis”. (ibid., 1980, pp. 8,9).

Los teólogos Jones y Woodbridge (2011, pp. 81-86) consideran a la Teología de la Prosperidad -que promete riquezas diversas- como una teología pobre cuyo foco recae en las necesidades materiales humanas, tornándose inconsistente con el Evangelio que se centra en la vida, la muerte y la resurrección de los Jesucristo, un evangelio desconcertante que omite a Jesús y descuida la cruz, degradando así su prominencia como el Salvador de la humanidad. Afirman que la Biblia no ofrece facilidades para nadie, sino que presenta todos los medios para que una persona llegue a ser recta ante Dios y los hombres. Sin embargo, esto va en contra de las promesas de esta doctrina como destaca Mariano (1999, pp. 169-170) sobre sus predicadores:

O crente que almeja receber grandes bênçãos precisa ser radical na demonstração de fé. Deve fazer coisas que do ponto de vista do “homem natural” e do cálculo racional seriam loucura. Precisa dispor de muita coragem. Deve assumir riscos, doando à igreja algo valioso como salário, poupança, herança, joias, carro, casas com a certeza de que reaverá centuplicado, o que ofertou. Não pode guardar qualquer resquício de dúvida quanto ao retorno de sua fé, já que, advertem os pastores, “a dúvida é do Diabo”. […] tal demonstração de fé é denominada de “provar” e “desafiar” a Deus.

La Teología de la Prosperidad, sin embargo, no enseña al creyente a ser radical en su demostración de fe en comparación con la fe de Job (Job 42:11b) cuando permaneció fiel a Dios a pesar de las desgracias que le sobrevinieron. Sin embargo, sus disertantes enfatizan textos que muestran la prosperidad financiera de un personaje bíblico en particular sin señalar sus luchas, dolores y pérdidas; esta parte no importa para su negocio. La Teología de la Prosperidad no menciona la fase dolorosa de la vida de Job como una forma de animar al creyente a obedecer a Dios, porque ¿quién quiere ser como Job y pasar por lo que pasó antes de recibir sus dones de Dios? Los que siguen esta teología no quieren pagar el precio de la sumisión a la voluntad de Dios; sólo quiere palabras que masajeen su ego, que fomenten su apetito de ganancias y ventajas materiales, sin reconocer que necesita cambios de carácter o personalidad que muestren prosperidad moral, afectiva, sentimental, que cooperen para una vida sana en todos los sentidos (CAMELLO, 2021, págs. 197, 199-200, 372).

4. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS DATOS OBSERVADOS

4.1 TEXTO COMPLETO DEL DESAFÍO

El pastor Silas Malafaia lanzó un desafío a quienes suelen criticar su obra, que se basa en la Teología de la Prosperidad. Su reto es pedir a sus críticos que demuestren a la luz de la Biblia que esta teología está equivocada. Estos críticos a los que se refiere pueden ser blogueros, sitios de noticias y desconocidos ilustres que, a su entender, quieren darse a conocer criticando a las personas en los medios; el autor pertenece a esta última categoría sin, sin embargo, apuntar al objetivo que enfatiza.

El texto completo que presenta este desafío se destaca a continuación. Al predicar en un video titulado “Uma vida de Prosperidade”, Malafaia dice que su mensaje aborda un tema contra el cual los cristianos tienen prejuicios cuando cree que el capítulo 9 de 2 Corintios presenta la mejor manera de explicar que la ofrenda es un medio para recibir el favor divino porque es un servicio a Dios a través del cual será recompensado y, por tanto, un medio de felicidad. Afirma categóricamente que Dios obra con la ley de la recompensa. Termina su discurso diciendo para desafiarlo a través de la Biblia:

O pastor Silas Malafaia, em seu último programa Vitória em Cristo, no dia 02/06, fez um desafio aos críticos de seu trabalho e da mensagem pregada em torno da prosperidade. O pastor desafiou tais críticos a provarem teologicamente que sua pregação está biblicamente errada. “Chegou o grande dia, o dia que eu estou desafiando muitos críticos que gostam de dizer que estou no besteirol da teologia da prosperidade”, afirmou o pastor no início do programa. (grifo da autora). Malafaia veiculou em seu programa o vídeo da primeira parte de uma pregação na qual fala de prosperidade e desafiou seus críticos a contradizerem sua mensagem à luz da Bíblia. O pastor afirmou que destina seu desafio a sites de notícia, blogueiros e “ilustres desconhecidos”, que estão tentando ficar conhecidos através de críticas a quem está na mídia. (grifo da autora). A pregação, intitulada “Uma vida de prosperidade” foi proferida pelo pastor em um culto de ceia ministrado na Arena HSBC, no Rio de Janeiro. Ele inicia sua pregação pedindo que os fiéis analisem e suas palavras antes de “recebê-la” porque, segundo ele, se trata de uma mensagem que tem preconceito de cristãos, medo de pastores falarem do assunto, ação do diabo para neutralizar os fiéis sobre o assunto, bravatas emocionais, argumentos filosóficos e “pouca Bíblia”. “Duvide, critique e determine”, orienta. Em sua pregação o pastor discorreu sobre três tópicos a respeito do assunto: “O que é a oferta”, “Características de um verdadeiro ofertante”, e “Resultados na vida do ofertante”. Malafaia citou o texto de 2ª Coríntios capítulo 9, que ele afirma ser o melhor compêndio do Novo Testamento sobre o assunto, para explicar o que é a oferta. Malafaia afirmou que a oferta é um meio de se receber o favor divino e um meio de felicidade. Ele explica ainda que a oferta é um serviço para Deus, através do qual o ofertante será recompensado. Em vários momentos da mensagem o pastor frisou que não estava pregando uma mensagem apelativa emocionalmente, mas sim ensinando os fiéis de acordo com a Bíblia. Afirmando que “Deus trabalha com a lei da recompensa”, Malafaia explicou o terceiro tópico da sua mensagem, falando das consequências da oferta na vida de quem a dá. Explicando que o fiel vai colher aquilo que planta, o pastor falou que “tão importante quanto a qualidade da oferta, é a qualidade do solo”, e criticou aqueles que, segundo ele, “gostam de dar oferta pra picareta”. Ele lembra ainda que quem semeia muito é que vai colher muito. Após a exibição da pregação, o pastor afirmou no programa que “negar que a Bíblia fala sobre prosperidade, é negar a própria Palavra”, e que “prosperidade é obedecer às leis de Deus”. “Se você não crê em prosperidade é porque você não crê na Bíblia”, ressaltou. Malafaia concluiu seu programa afirmando que é totalmente transparente nas ofertas que recebe, e que investe milhões em programas de televisão e obras sociais. Ele encerrou o programa afirmando que continuará falando sobre o assunto no próximo programa e desafia: “tenta me contraditar, não fica inventando filosofia barata não. Não bota em blog e em site não, me contradiz na Bíblia. Diz que eu interpretei errado, ou cala sua boca, e deixa de ser um crítico mané que fica falando bobagem e colocando minhoca na cabeça do povo de Deus. Assista ao vídeo na íntegra: youtube=http://www.youtube.com/watch?v=kDFmctcG2GY[2]

4.2 El pr SILAS MALAFAIA DEFIENDE LA TEOLOGÍA DE LA PROSPERIDAD

El video del pastor es bastante oportuno para algunas aclaraciones respecto a la fe dada al cristiano por Jesucristo. Se puede encontrar en el canal de YouTube bajo el título “Uma vida de Prosperidade”. Aquí está el pensamiento de Richard Baxter:

Aquele que busca conhecimento com o propósito de se exibir para as pessoas torna-se sinônimo de vaidade. Aquele que busca conhecimento com o intuito de ensinar outras pessoas torna-se sinônimo de amor. Mas aquele que busca conhecimento, visando aplicar o conhecimento adquirido em sua própria vida, torna-se sinônimo de sabedoria.

Silas Malafaia desafió a los críticos de su obra y su predicación basada en la teología de la prosperidad, llamándolos a demostrar bíblicamente que esta teología está equivocada. Esto requiere una respuesta adecuada. Este es un desafío que el Señor Dios lanza a aquellos que buscan conocer su verdad, no a Silas Malafaia. Lo que hizo Malafaia fue desafiar lo que piensa sobre lo que Dios condena. Entonces entendí de Dios que debo aceptar el desafío del Señor de aceptar el desafío de un hombre cuyo pensamiento erróneo no concuerda con la realidad bíblica.

Malafaia usó la expresión “desconocidos distinguidos” como aquellos que buscan reconocimiento a expensas de los que están en los medios, como él. Hasta que no haya una pizca de verdad en su interpretación de estos críticos, por uno u otro que actúa de esta manera, no se puede negar que se trata de una defensa malafaiana inoportuna ya que no se puede generalizar; no todos los que lo critican tienen la postura a la que se refiere, pero de hecho están buscando la verdad para hablar con propiedad bíblica del verdadero evangelio como enseñó Jesús. Al fin y al cabo, Jesús es el Señor de la Palabra, Jesús es la Palabra (Jn 1,1), y no Silas Malafaia como se autodenominaba a los 05:34m en el vídeo “UUma vida de Prosperidade”[3]:

– Aquí está el desafío para que me contradigas. Ahora cuídate de no avergonzarte, mira hijo, para no tergiversar la palabra de Dios, porque entonces le vas a dar a un maestro de la palabra.

‘Encontrarse’ señor de la palabra, un dios, dueño de la verdad, alguien que está por encima de toda contestación, es dejar de ser una persona corriente como cualquier otra que declara su total dependencia de Dios. Saber demasiado se le subió a la cabeza, desviándolo de la verdad absoluta que emana de Dios a través de la sabiduría de lo Alto. El conocimiento y la sabiduría deben basarse en el temor del Señor ya que la letra mata, pero el espíritu da vida: “Nosotros no predicamos la Ley, sino proclamamos el pacto del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu les da vida. ” (2 Cor 3, 6b). El autor no es el señor de la palabra, como tampoco lo es Silas Malafaia, que se autodenominaba “señor de la palabra”, porque la palabra es del Señor y no del autor tampoco.

Está escrito, “¿Quién se compara contigo, oh Dios?”; por lo tanto, ¿con quién se puede comparar a Dios? (2Sa 7:22; Sal 35:10; 71:19; Isa 40:18,25; Jer 10:6,7; Juan 17:3; 1Ti 1:17). Por lo que se desprende del verso resaltado, hay presunción y soberbia en quien pretende ponerse en pie de igualdad con el Señor Jesús, pues el título anterior denota la usurpación de un atributo divino bajo un tono amenazante a los que se elevan a criticarlo. he aquí, porque al fin y al cabo se llama señor de la palabra, o sea, ya presagia que no se le puede contradecir. Jesús, siendo Dios, no consideró usurpación el ser igual a Dios, sino que se despojó de su verdadera condición divina, asumiendo humildemente la forma de siervo, libre de toda soberbia y soberbia (Fil 2,6,7). ¡Parece que Malafaia no entendió bien la lección acerca de que una persona es a imagen y semejanza de Dios! (Gn 1,26; 5,1; 9,6; Sant 3,9)

Parecería impropio aprovecharse de ciertos medios como el nombre de alguien para hacer la obra de Dios, porque si esa persona tiene un nombre, muchos lo oirán, y si alguien habla de él, muchos escucharán a este que en realidad habla de Dios. Entonces, ¿qué es más importante: hablar de Dios usando este medio o no usar este medio para hablar de Dios por temor a las palabras de desprecio del renombrado? Que hablen, que digan, que piensen lo que quieran de ti, porque lo más importante es lo que estás diciendo de Dios a los demás. Eso es lo que realmente importa.

Entonces, ¿solo porque alguien vaya en contra de las palabras de Malafaia significa que lo hacen para aparecer en los medios? ¡¿Entonces todos los que van en contra de sus palabras están equivocados, y solo él tiene razón?! ¿No sería el caso que alguien se le oponga en sus opiniones e interpretaciones porque entiende bíblicamente que está equivocado? Entonces, ¿Malafaia “piensa” que tiene toda la razón cuyas palabras están fuera de toda duda? ¡¿Tus palabras están fuera de discusión?! ¿Tiene razón en todo lo que dice?! Malafaia necesita aprender a no ser radical en sus opiniones. Necesita desarrollar el equilibrio del que trata Gálatas 5:23: humildad, mansedumbre, mansedumbre, templanza (cf. la mayoría de las versiones de la Biblia).

Para que el Señor sea visto, es necesario mostrar al Señor, no importan los medios porque el Señor es quien nos bendice para lograr el fin deseado. Y no importa si dicen que lo haces con este propósito, porque lo que realmente importa es hacer la obra de Dios y salvar a muchas personas a través de tu ministerio.

Toda obra de evangelización debe verse y nunca ocultarse. No hay razón para encender una vela y esconder tu luz por motivaciones inútiles como no querer darle espacio a tu rival para decir que estás haciendo algo a costa de su nombre. Si tu labor evangelizadora no está logrando visitas, Dios te instruye a hacer lo necesario para lograr tan noble meta, porque no importan estas quisquillosidades mediáticas; importa Dios. Dios provee los medios. ¿Y quién puede disputar los medios de Dios? Si Dios aprueba hacer esto o aquello, que sea para la gloria de Dios.

Y no importan las palabras del que dice que usan su nombre para hacer un nombre, porque lo que realmente importa es el nombre de Cristo. De hecho, si dice eso, también está usando el nombre del Señor para hacerse un nombre, y por lo tanto, ¿quién sería él para acusar a alguien, o para menospreciar a alguien como si fuera muy importante? ¡Como si él fuera aún más importante que Dios!

No se enciende una vela y se oculta su luz, sino que se pone una vela a plena vista para que todos puedan ver la luz. De nada sirve hacer una obra para el Señor y tenerla escondida para que nadie la vea; si nadie ve esta obra, ¿cómo se puede evangelizar a las personas para que alcancen la salvación del Señor? Estás dejando algo oculto porque, por las opiniones de los demás provenientes de personas egoístas que solo piensan en sí mismos, en crecer frente a otras personas, en tener un nombre, un estatus; ¿Será por esta gente que un siervo de Dios dejaría de hacer su obra de evangelización? La obra de Dios debe ser vista por todos para que las personas que necesitan la salvación del Señor puedan leer y recibir la verdad en su corazón, ya través de esta verdad alcanzar la verdadera liberación en Cristo. “Para que por todos los medios salve a algunos” (1 Cor 9, 22).

Tienes que hacerte visible, de lo contrario la gente no verá el trabajo de evangelización que has hecho para salvarlos. Incluso si otros piensan que no eres un ministro de la palabra de Dios, ciertamente lo eres para aquellos que son prueba de que los has ganado para Cristo. Y esta es vuestra defensa ante los que os juzgan (1 Cor 9,2-3). De hecho, nadie está calificado para hacer este trabajo por sí mismo. Al contrario, su calificación viene de Dios (2 Cor 3, 5), porque es él quien capacita a sus siervos para ser ministros de la nueva alianza (2 Cor 3, 6). Y es por causa del evangelio que se hace esta obra y también para ser partícipe de ella (1 Cor 9, 23). Además, nadie puede jactarse de proclamar las buenas nuevas, porque todos los que lo hacen son impulsados ​​por Dios a hacerlo. ¡Y ay de los que no anuncian la buena noticia! (1 Co 9:16).

Pablo renuncia a sus derechos, incluso al de ser orgulloso, y el fiel siervo de Dios debe renunciar igualmente a la vanidad de no querer que otros digan que está usando el nombre de otro para hacer crecer el suyo propio: eso sería orgullo de su parte, que no se debe permitir que se manifieste porque vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo en el que no caben estas vanidades.

Malafaia es teóloga como el presente autor y como tantos otros. Pero, ¿hasta qué punto la teología puede afectar una interpretación bíblica fiel a la palabra de Dios? ¿Qué teologías se están desarrollando según las respectivas conveniencias posibles? ¿Qué conveniencias puede haber para defender teologías que no son consecuentes con la palabra de Dios?

Es necesario estar atento a las interpretaciones bíblicas que se hacen, porque no siempre lo que se entiende es lo que Dios realmente quiere transmitir. Sin darse cuenta, se acostumbra poner palabras en boca de Dios, para decir que dijo lo que no dijo, como está escrito:

As suas visões são falsas, e o que eles anunciam é tudo mentira. Eu não os enviei, mas eles dizem: “A palavra do Senhor é esta.” E ainda esperam que as palavras deles se cumpram! Eu lhes digo: “As visões que vocês veem são falsas, e o que vocês anunciam é tudo mentira. Vocês dizem que as palavras são minhas, mas eu não lhes disse nada. Por isso, o Senhor Deus diz a eles: “As suas palavras são falsas, e as suas visões são mentiras, e por isso eu estou contra vocês”. (Ez 13:6-8)

Es necesario orientar a los creyentes puros hacia el discernimiento de la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras, y no hacia la que corresponde a la voluntad de los hombres que predican la palabra revelada de Dios, es decir, con respecto a esta voluntad de los hombres, se entiende que están fuera de la voluntad de Dios. ¡Son hombres! No todo el que dice ser un hombre de Dios es de hecho un hombre de Dios: ¡puede ser un hombre de los hombres! “No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mt 7, 21). ¿Predicar la teología de la prosperidad es un pastor haciendo la voluntad de Dios?

4.3 PREDICACIÓN EN LÍNEA DE MALAFAIA SOBRE LA PROSPERIDAD

En un sermón de Malafaia, bajo el título “Uma vida de Prosperidade” (YouTube, 2018)[4], aborda el tema de la oferta, el comportamiento del dador y los resultados en la vida de quien ofrece y de quien hace no ofrece, bajo el característico tono de voz altisonante y autoritario –diferente a la autoridad–, citando varios versículos bíblicos para validar sus interpretaciones. Las transcripciones de los videos se realizaron escuchando y comprobando el tiempo transcurrido en cada sección resaltada. Cada extracto va seguido de una respuesta argumentativa que puede proporcionar el resultado esperado. Algunas expresiones se resaltan con guiones bajos para resaltar alguna información de importancia para lo que se pretende discutir. Los extractos del video con su narración están desglosados ​​en horas, minutos y segundos -no necesariamente en orden cronológico debido a la correspondencia secuencial del texto- como se muestra en las respectivas tablas en el cuerpo del texto.

4.3.1 ANÁLISIS DE EXTRACTOS DEL VIDEO “UMA VIDA DE PROSPERIDADE” DESTACADOS EN TABLAS Y SUS RESPECTIVAS RESPUESTAS ARGUMENTATIVAS

Retorciendo, retorciendo y apretando la cinta marcadora de la Biblia, cita la referencia bíblica 2 Corintios 9:4:

Cuadro 1 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 08:37m

Firme fundamento de glória. A oferta é um assunto tremendamente espiritual que tem sólida base no mundo espiritual.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

En los versículos 1 y 4 del texto respectivo, se destacan las siguientes expresiones (versiones bíblicas: A21, ACF, ARA, ARC, NAA, NBV-P, NVT, TB, VFL): administración, asistencia, asistencia al pueblo de Dios , servicio al pueblo santo, ministerio a los santos, ofrenda al pueblo de Dios, que se hace en favor de los santos (1); desapercibidos o no preparados, desde este firme fundamento de gloria, en cuanto a esta confianza, a toda esta confianza que teníamos en ti, todavía no estás listo, incluso después de todo lo que te he dicho, no estás listo, después de todo lo que te he dicho os lo he dicho, la confianza puesta en vosotros (4).

Firme fundamento de gloria o firme fundamento de gloria. ¿Cuál es la base de la gloria: dar con avaricia, ser guiado a dar para recibir aún más, o dar con un corazón desinteresado en obtener un retorno financiero en forma de ganancias monetarias lucrativas? La base de la gloria es dar como bendición según el versículo 5, no como codicia o codicia. Los términos griegos “εὐλογίαν” /eulogian/ y “πλεονεξίαν” /pleonexian/ significan respectivamente bendición y codicia (deseo de ventaja). Que la donación u ofrecimiento sea una bendición libre de intereses egoístas tales como “Tanto daré para recibir aún más…”, nunca por presiones morales, afectivas, sentimentales, que inciten a la comprensión del deber, de dar por vergüenza como sentimiento de culpa por no ofrecer porque no hay provisión en el momento o la amenaza de una pérdida mayor si no se ofrece, pero ofrecer aunque no haya provisión como “tomar prestado y luego devolver”, en desacuerdo con la exhortación paulina a “dar con alegría” con prontitud de voluntad según lo que tenéis y no según lo que no tenéis (2 Cor 8, 11-15; 9, 7), una liberalidad desinteresada, independiente de todo provechoso devoluciones.

Fundamento firme de la gloria, por tanto, no significa la ofrenda en sí, sino la forma en que se hace, con qué corazón se dedica a hacerla, como un acto de bondad y no de codicia según las explicaciones que distorsionan el verdadero significado del texto sagrado con respecto a la codicia por el dinero. Se está preparando un fundamento seguro de gloria para hacer una ofrenda digna delante del Señor, es decir, algo que sea motivo de gloria para su nombre, una ofrenda que le sea agradable, desinteresada, liberal, es decir, sin ataduras al dinero; es desde este firme fundamento de gloria que el apóstol Pablo está hablando y tratando de enseñarnos la forma correcta de dar. Sin embargo, no es la gloria del Señor lo que se exalta en este contexto, sino la gloria de la ofrenda, la ofrenda como algo digno de toda alabanza. Está escrito que nada ni nadie puede ocupar el lugar de Dios: “A otro no daré mi gloria, ni la alabanza de los ídolos” (Is 42,8), pero una expresión subrepticiamente mal empleada puede tener este efecto contradictorio la palabra de Dios, quitando su honra y gloria.

Citando 2 Corintios 9:5, dice:

Cuadro 2 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 09:44m

A oferta é uma bênção, não é maldição, não!

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Sin embargo, respecto a lo dicho anteriormente, si una bendición elude la instrucción divina en cuanto al lugar que le corresponde delante de Dios, no estando en modo alguno por encima de él por ser él el dueño de la bendición, estando por encima de ella, y no al revés , entonces lo que podría ser una bendición puede convertirse en una maldición según sus principios contradictorios a la realidad bíblica. Leer:

Ai de vocês, guias cegos!, pois dizem: ‘Se alguém jurar pelo santuário, isto nada significa; mas, se alguém jurar pelo ouro do santuário, está obrigado por seu juramento’. Cegos insensatos! Que é mais importante: o ouro ou o santuário que santifica o ouro? Vocês também dizem: ‘Se alguém jurar pelo altar, isto nada significa; mas, se alguém jurar pela oferta que está sobre ele, está obrigado por seu juramento’. Cegos! Que é mais importante: a oferta, ou o altar que santifica a oferta? Portanto, aquele que jurar pelo altar jura por ele e por tudo o que está sobre ele. E o que jurar pelo santuário jura por ele e por aquele que nele habita. E aquele que jurar pelos céus jura pelo trono de Deus e por aquele que nele se assenta (Mt 23:16-22).

A partir de la explicación de la oferta en sí, cita versículos de memoria, es decir, sin leer la Biblia. Un breve testimonio: un día, viendo un servicio, noté que el pastor le pidió a la congregación que leyera cierto pasaje bíblico, pero él mismo no lo hizo, porque no lo leyó. Lo citó de memoria y comenzó a interpretar los versos. En ese momento, sentí la necesidad de leer literalmente cada versículo del pasaje de las Escrituras indicado, y me di cuenta de que mientras leía, mi mente y mi espíritu se abrían a un entendimiento más allá de lo que estaba predicando. Dios me hizo ver a través de mi lectura lo que el pastor no pudo transmitir porque venía directamente de la fuente divina, directamente de la boca de Dios. Entonces, llegué a la conclusión de que cuando reproducimos oralmente un versículo sin leerlo de la biblia, en un culto del cual entendemos que recibiremos la dirección de Dios para nuestra vida, no logramos recibir una guía específica de Dios que solo él puede brindarnos.

Por eso es necesario hacer la lectura bíblica en un culto porque la apertura de la biblia abre los ojos de la fe, del entendimiento, del espíritu, para recibir bendiciones, fortalecimiento espiritual, promesas, directamente de Dios, y no de la razón humana esa pauta en los versículos bíblicos sin dejar de lado su humanidad, dejando claro que es el poder de Dios manifestándose, pero, en realidad, ¡es la soberbia del hombre al querer demostrar que es así con Dios! Esta actitud no corresponde a la doctrina de Dios: “Y leyeron el libro, en la ley de Dios, y declarando y explicando el sentido, hicieron que al leerlo se entendiera” (Neh 8:8).

Nunca se puede abandonar la lectura pública y privada de las Sagradas Escrituras, porque además de conservar la memoria de la alianza de Dios con su pueblo, es también fuente de vida en todos los sentidos. La lectura de los textos bíblicos es algo recomendado y mandado por el mismo Dios desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento y debe realizarse con devoción:

a) “Y tomó el libro de la alianza y lo leyó a oídos del pueblo” (Ex 24,7);

b) “Cuando todo Israel venga a presentarse delante de Jehová vuestro Dios, en el lugar que él escoja, leeréis esta Ley delante de todo Israel a oídos de ellos. Cuando todo Israel venga a presentarse delante del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja, leerás esta Ley delante de todo Israel a oídos de ellos” (Dt 31:11);

c) “Después leyó en voz alta todas las palabras de la ley, la bendición y la maldición, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley” (Josué 8:34);

d) “Encontré el libro de la Ley en la casa del Señor. Y Hilcías dio el libro a Safán, y él lo leyó” (2 Reyes 22:8);

e) “Y leyó en sus oídos todas las palabras del libro del pacto, que se hallaba en la casa de Jehová” (2 Reyes 23:2);

f) “El libro de la Ley de Moisés, que el Señor había mandado a Israel. Y leyó en él, delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, delante de hombres, mujeres y sabios; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la Ley” (Neh 8:1,3);

g) “Y llegado a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga el día de reposo, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lc 4,16);

h) “Y cuando esta epístola haya sido leída entre vosotros, hacedla también en la iglesia de los laodicenses; y lo que vino de Laodicea, leed también vosotros” (Col 4:16);

i) “Os mando por el Señor que esta epístola sea leída a todos los santos hermanos” (1 Tes 5,27);

j) “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” (Ap 1, 3).

Los pastores que citan con frecuencia versículos de la Biblia, pero no los leen ellos mismos ante la congregación de los justos, inducen a los oyentes a apartar la vista de la Biblia por el simple hecho de recitarlos sin hacer la lectura adecuada, como si las palabras memorizadas fueran una corona de gloria, algo venerable, ya que la atención de la gente está completamente volcada hacia él, desviando la atención de la biblia. De esta manera, él se convierte en el foco y la Biblia pierde el foco.

A modo de ilustración, en el minuto 06:11 del video, Malafaia dice:

Cuadro 3 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 06:11m

Eu também quero dizer uma coisa aqui pra você. Vou deixar até você abrir a bíblia pra você ouvir o que eu vou te falar. Escute o que eu vou te afirmar aqui nesta noite. Olha aqui pra mim e esquece a bíblia. Olha aqui. Achou 2 Coríntios 9? Agora olha aqui pra mim

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¿Quién está pronunciando las frases anteriores, Dios o un hombre? “¡Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres!” (Hechos 5:29) ¡¿Que abran la biblia?!, “Hablaré”, “Te lo diré”, “¡¿Olvidaste la biblia?!” Palabras que se apartan de las enseñanzas bíblicas:

a) Es necesario abrir la Biblia para recibir, a través de su lectura, instrucción divina (Sal 32,8), sabiduría (Sal 1,1,2; Pr 1,7; 4,7; Ecl 2,26; 7: 12; Sant 1,5), comunión con Dios (1 Cor 1,9; 1 Juan 1,3; 3,24), comprensión de la palabra divina (Job 12,13; Sal 119,130; Pr 9,10; Lucas 24:45; Col 1:9; 1 Juan 5:20), sumisión a la perfecta voluntad de Dios (1 Sam 15:22; Heb 5:7; 12:9; Stg 4:7);

b) Es necesario escuchar la voz de Dios y no la de los hombres; no es lo que dice o afirma el hombre, sino lo que dice, afirma y confirma Dios: “El pueblo lo vitoreaba, gritando: ‘¡Mira, es un dios y no un simple mortal quien nos habla!’ En el mismo momento, un ángel del Señor hirió a Herodes con una enfermedad, porque no ofreció la gloria a Dios. Fue comido por los gusanos y murió” (Hechos 12:22,23). ¡Dios no se burla! (Gálatas 6:7). Dios es Dios y Señor de la Palabra. “Conságralos en la verdad, que es tu palabra” (Juan 17:17). “Todas tus palabras son verdad” (Sal 119, 160);

c) ¿Olvidar la biblia? ¿Qué está escrito en la biblia? Leer:

“No dejéis de pronunciar las palabras de este Libro de la Ley y de meditar en ellas día y noche, para que cumplidáis fielmente todo lo que en él está escrito. Solo entonces prosperarán tus caminos y tendrás éxito” (Josué 1:8). “Esforzaos por obedecer y hacer todo lo que está escrito en el Libro de la Ley de Moisés, sin desviaros ni a la derecha ni a la izquierda” (Josué 23:6), explicaron claramente el significado de lo leído y ayudó a la gente a entender cada pasaje.” (Neh 8:8) ¡La palabra de Dios basta para hacernos entender que nunca debemos olvidar la biblia!

A las 10:30 en el video, comienza a recitar, sin leer, los versículos de Hechos 17:25 y Salmo 104: 27-29, y a las 10:49 algunas personas quitan la vista de la biblia porque está recitando los versículos sin leer leerlos, mostrando un dominio sobre la palabra de Dios, como si quisiera demostrar un conocimiento pleno de ella.

A las 11:00, comienza a recitar 1 Crónicas 29:14 también sin lectura adecuada, y lo hace con otros versos en la secuencia de la predicación. Y, de paso, algo que llama la atención desde las 08:33 hasta las 08:44 es el hecho de que sigue presionando el marcador de la página de la biblia, haciéndolo rodar con fuerza.

El Señor Jesús es el Verbo, el Verbo hecho carne, y debe ser leído para ser recibido, comprendido, aprendido, sentido, obedecido, de principio a fin, porque Él es principio y fin. Si no se lee al Señor Jesús, se pierde lo que tiene para ofrecer. Jesús debe ser el centro, así como la lectura de su palabra, porque Jesús y la Palabra son uno: él es el Logos, la Palabra divina.

En esa prédica, a los 11m del video, dice que la ofrenda es una bendición, una semilla que Dios da, un servicio a Dios a través del cual el oferente será recompensado, un firme cimiento de gloria, un sólido cimiento en el mundo espiritual, un medio para recibir el favor divino y un medio de felicidad – basándose en 1 Crónicas 29:14, Jeremías 21:14, Romanos 2:6, 1 Corintios 15:58, 2 Corintios 9:2,4-7,12 -13 . Malafaia afirma que 2 Corintios 9 (considerando los versículos resaltados) es el mejor libro de texto del Nuevo Testamento para explicar qué es la ofrenda; sin embargo, esta explicación se basa en sus propias interpretaciones. ¿Serán correctos? La respuesta ya se ha dado más arriba.

Las interpretaciones pueden ser “casi todas” correctas. Sin embargo, el tema no es precisamente de interpretaciones; más bien, con respecto al enfoque y la visión. Como la mayoría de las interpretaciones son aceptables en cuanto son buenas al oído, los oyentes naturalmente tienden a aceptar todo lo que se dice sin reflexionar, sin cuestionar, sin evaluar, sin investigar, lejos de un espíritu bereano (Hechos 17:11) y así las recibe íntegramente con el fin de ponerlos en práctica lo antes posible. ¿Y esta práctica estaría realmente de acuerdo con la dirección real de Dios?

4.3.2 INTERPRETACIÓN FIEL DE LOS VERSÍCULOS DE LA BIBLIA 

¿Cómo sería, entonces, una interpretación más fielmente explicada de estos versículos? Ver, primero, los quince versículos de 2 Corintios 9 en su totalidad, bajo las versiones bíblicas NVT[5] y NBVP[6]:

v. 1 Ciertamente, en cuanto a este servicio al pueblo santo, no necesito escribirte.

ENFOQUE: Ofrenda por el pueblo de Dios.

VISIÓN: Ofrecer como un servicio al pueblo de Dios, para ayudar al pueblo de Dios, y no con el propósito de obtener ventaja, beneficio o ganancia, etc, porque prestó este servicio a Dios, creyendo que Dios lo recompensará por ello. Visión egoísta, y no genuinamente generosa porque carece del verdadero espíritu de contribución.

Como está escrito, en el Día del Juicio, muchos le dirán al Señor que profetizaron en su nombre, expulsaron demonios en su nombre, e hicieron muchos milagros en su nombre, pero él claramente les dirá: “Nunca los conocí”. ¡Apartaos de mí, los que hacéis el mal!” (Mt 7:22,23)

v. 2 Sé cuán deseosos están de ayudar, y he expresado a las iglesias en Macedonia mi orgullo de que ustedes en Acaya hayan estado listos para enviar una ofrenda desde el año pasado. De hecho, fue su dedicación lo que animó a muchos a contribuir también.

ENFOQUE: Ayudar a los demás.

VISIÓN: Ofrenda por el bien de los demás y no por sí mismos.

v. 3 Aún así, envío a estos hermanos para asegurarse de que estén listos, como les he dicho. No quiero elogiarte sin razón.

ENFOQUE: Estar listo preservando el buen carácter.

VISIÓN: El que da ofrenda esperando ser recompensado, ya tiene su recompensa: la falta de justicia; pero quien ama voluntariamente da gratuitamente, sin esperar nada a cambio, sin aspirar a nada, y es recompensado por el amor de Dios. ¿Cuál es el propósito de la oferta?

v. 4 ¡Qué vergüenza sería para nosotros, y más para ti, si algunos macedonios vinieran conmigo y descubrieran que no estabas listo después de todo lo que les dije!

ENFOQUE: Evitar la deshonra de una colección que no sea la instrucción bíblica.

VISIÓN: La práctica de la ofrenda debe estar ligada a la gratitud a Dios por sus obras en la vida del oferente cuya salud económica proviene de un espíritu de contribución desprendido de las vanidades terrenales por el aspecto de la liberalidad cristiana que rechaza las acciones codiciosas. Estar preparados no es sólo profesar evangelismo, sino estar en comunión con Dios y su palabra por encima de las instrucciones humanas.

v. 5 Así que me pareció bien enviar a estos hermanos delante de mí. Ellos se encargarán de que la oferta que prometiste esté lista. Pero que sea una ofrenda voluntaria, y no de mala gana.

ENFOQUE: Ofrenda libre de la avaricia de dar por la codicia de obtener más a cambio.

VISIÓN: Prometida, cumple. Y que sea sin avaricia, sin intereses egoístas, como buscando beneficios para uno mismo, o con usura.

v. 6 Acordaos: el que siembra pocas semillas obtiene poca cosecha, pero el que siembra abundantemente obtiene una abundante cosecha.

ENFOQUE: Contribuir generosamente, reflejando el espíritu benévolo del donante.

VISIÓN: Cosecha proporcional a la siembra, es decir, la generosidad debe ser proporcional a lo que se recibe de Dios. Por tanto, no se trata de dar mucho para recibir mucho, sino de recibir de Dios en abundancia para poder dar con generosidad – la cosecha corresponde al espíritu de sembrar: ¿Con qué espíritu se siembra? ¿Qué estás plantando para cosechar qué? El objetivo principal es llevar a muchas personas a dar gracias a Dios y, en consecuencia, ser alcanzadas por él para la salvación.

v. 7 Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar. No aportes a regañadientes o por obligación. Porque Dios ama al dador alegre.

ENFOQUE: Alegría en dar libremente.

VISIÓN: Dar con alegría y no por obligación a los líderes de la iglesia, ni por interés en el beneficio propio, como en “Dando es como recibimos”. Entonces, “¡Te lo daré por tener!” (cambio de enfoque)

v. 8Dios es poderoso para concederte toda clase de bendiciones, para que en todo momento tengas todo lo que necesitas, y mucho más, para compartir con los demás.

ENFOQUE: Otros, no el proveedor.

VISIÓN: La persona no podrá tenerla; ella tendrá que dar. Es decir, primero Dios da para que, luego, el bienaventurado pueda compartir con los demás, es decir, pueda bendecir también a semejanza de Dios.

v. 9 Como dicen las Escrituras: “Comparte generosamente con los necesitados; Tus obras justas serán recordadas para siempre”. (v. Salmo 112:9)

ENFOQUE: Carácter digno ante Dios y los hombres.

VISIÓN: Siempre has de saber dispersar a los necesitados, mostrando tu justa beneficencia.

v. 10 Porque es Dios quien da la semilla al sembrador, y luego el pan para su alimento. De la misma manera, él proveerá y multiplicará tu semilla y producirá muchos frutos de justicia a través de ti.

ENFOQUE: Es Dios quien proporciona la capacidad de dar y recompensar al dador.

VISIÓN: Una gran cosecha como resultado de la pura generosidad en dar: recompensas celestiales debido a un espíritu caritativo. Da porque tiene; tiene porque Dios da por adelantado. Como todo viene de Dios y existe sólo por él, sólo Dios tiene derecho a decir cómo se deben dispensar las cosas, en este caso, cómo se deben hacer las ofrendas, según la forma que a él le parezca mejor, y no como dice el hombre tiene que ser. Obediencia a la voz de Dios y no a la voz de los hombres “religiosos”. ¡Es Dios quien da la semilla!

v. 11 En todo serás enriquecido para que puedas ser siempre generoso. Y cuando llevemos tu ofrenda a los que la necesitan, darán gracias a Dios.

ENFOQUE: Abundancia regada con sencillez, libre de autosatisfacción con fines divergentes del propósito divino.

VISIÓN: La persona no podrá tenerla; ella tendrá que dar. Es decir, Dios le dará primero, incluso antes de que dé ofrendas. Ofrecer como acción de gracias y no como recompensa.

v. 12 De modo que suceden dos cosas buenas como resultado de sus ofrendas (servicio ministerial): los necesitados del pueblo de Dios son ayudados y rebosarán de gratitud a Dios.

ENFOQUE: El necesitado, no el dador.

VISIÓN: Ayudar a los demás es un deber necesario y un servicio propio que agrada a Dios y se ajusta a la dispensación del evangelio que suple las necesidades de los santos.

v. 13 Como resultado de su servicio, darán gloria a Dios. Porque vuestra generosidad hacia ellos y hacia todos los que creen mostrará que sois obedientes a las buenas nuevas de Cristo.

ENFOQUE: Dar liberalmente para satisfacer las necesidades de los demás a través de la obediencia a la voz de Jesús.

VISIÓN: Dar gloria a Dios. Ser generoso, no para recibirlo, abundando en las bendiciones recibidas, sino como prueba de obediencia a la palabra de Dios, como sujeción espontánea a la doctrina del evangelio de Cristo.

v. 14 Y orarán por vosotros con profundo cariño, a causa de la sobreabundante gracia que Dios os ha concedido.

ENFOQUE: Imitar la generosidad incondicional de Dios es sumamente excelente.

VISIÓN: Los que dan generosamente no necesitan preocuparse por las necesidades futuras; es decir, no debe quedarse en el pensamiento de que debe dar mucho para ganar aún más, corrompiendo el principio de la siembra generosa y desinteresada al desvirtuar el significado del texto sagrado de sembrar mucho para cosechar mucho para lo cual apartaron el propósito de salvar las almas de las personas a favor del enriquecimiento de bolsillo.

v. 15 ¡Gracias a Dios por este regalo tan maravilloso que las palabras no pueden expresar!

ENFOQUE: El inefable don de Dios que debemos tratar de imitar.

VISIÓN: Dar gracias a Dios por proveer a cada siervo fiel, digno de ser llamado por su nombre, la bendición de los dones recibidos que permiten la manifestación del amor a imitación del amor divino.

Ver una exégesis de 2 Corintios 9 enfocada en ayudar a los hermanos a través de una visión centrada exclusivamente en el propósito del Evangelio, libre del intento ambicioso de beneficiarse de hacer la obra en el reino de Dios (sin descartar la posibilidad cierta de que Dios se beneficie sus siervos), aunque esto incluya ayudar a los demás, es decir, ayudar al hermano a liberarse del objetivo de que esto redunde en beneficio propio.

El apóstol Pablo desarrolla el tema de sembrar no en el “campo” de la esfera económica, buscando el éxito de las inversiones en los negocios, de los rendimientos financieros, como pretenden interpretar muchos pastores ambiciosos, sino en el “campo” del reino espiritual cuya cosecha se refiere al aspecto celestial. Dios puede otorgar bendiciones materiales a personas generosas que se desapegan de intereses terrenales o egoístas, pero estas bendiciones no ofrecen garantías para esta vida ni para la vida eterna.

Las instrucciones del apóstol Pablo con respecto a la gran colecta, metafóricamente involucrando la siembra y la cosecha: los cristianos macedonios y los cristianos corintios querían hacer buenas obras como proveer para los pobres de Jerusalén. Paulo alude al funcionamiento de un cultivo, en el que se guarda una parte de la cosecha actual para el año siguiente, que servirá como semilla. Sin embargo, si el agricultor consume demasiado de su cosecha actual, terminará ahorrando muy poco, lo que llevará a plantar pocas semillas y, por lo tanto, su próxima cosecha será mucho más pequeña. Sin embargo, si guarda y siembra muchas semillas, su próxima cosecha será abundante. Así, Pablo hace una comparación entre dar generosamente y sembrar abundantemente. Al igual que el reino de Dios, se puede lograr una gran cosecha a través de la contribución generosa y sincera de sus siervos. Pero, ¿esta cosecha se refiere a lo que recibirás de Dios para ti por haber invertido mucho en su reino, por haber ofrecido dinero a la iglesia? ¡No! Esta cosecha se refiere a lo que el pueblo de Dios obtendrá a través de la contribución de sus siervos. Esto no significa que Dios no los bendiga a ellos también; Los siervos que ofrecen ofrendas pueden ser bendecidos, pero esta bendición no está ligada específicamente al acto de ofrendar.

No se puede aceptar en el reino de Dios el tipo de discurso que aboga por la prosperidad material, o referido a cualquier otro ámbito, como proveniente de la oferta que se hace dentro de la iglesia; es como si esto limitara el poder de Dios de dar a quien quiera y como quiera, independientemente de sus obras (Mt 5,45; Rom 9,18). Se entiende bíblicamente que el ofrecimiento implica satisfacción de practicar, implica dar con gozo, y no en respuesta a la presión de la prédica incendiaria de ministros que apuntan al crecimiento económico de la iglesia para su aplicación en diversos fines, en detrimento de la verdadera sentido de economía de la iglesia, reflejando un oxímoron como bondad egoísta, es decir, “Me lo daré a mí mismo”; esta visión humana de la prosperidad económica no debe solaparse con la visión de la economía según la iglesia, que se ejerce a favor de la buena administración para la edificación de la vida y no por el culto al dinero, que provoca una disminución de las virtudes destacadas y propuestas por el evangelio que no estén por debajo de los valores monetarios.

En efecto, Dios conoce las necesidades de cada uno y exhorta en su palabra a buscar ante todo su reino y su justicia y, como promesa, satisfará todas vuestras necesidades, no dejando que os falte lo que os falta (Mt 6,33), es decir, el reino y la justicia de Dios implican una postura de fe y fidelidad a Dios en el sentido de obediencia a sus enseñanzas de desprendimiento de las materialidades y de la misión dada por él de predicar gratuitamente el evangelio de la gracia a todos los pueblos, y no teologías de la prosperidad que están reñidas con la verdadera prosperidad prometida por Dios. Dios bendice a quien quiere, no necesariamente al dador (Rom. 11:6). Dios conoce las necesidades de cada persona y las satisface según su voluntad, sin importar lo que haga. Por lo tanto, debes deshacerte del estigma que es dar lo que recibes, que si ofreces, Dios te hará prosperar económicamente.

Dios le da a cada uno de sus siervos la oportunidad de contribuir, y es cierto que puede dar más dinero al dador para que dé aún más, pero no siempre es así, multiplicando su dinero, porque puede proveer otras formas de dar, contribuir, y no solo con dinero. Ser generoso debe ser consecuencia de la prosperidad que Dios da a los que van a dar; luego viene primero la prosperidad de Dios que es seguida por la generosidad, de lo contrario, ¿cómo se podría dar lo que no se tiene? Como en esta oración: “Señor, ayúdame a tenerlo para poder dárselo a mi hermano”. Generosidad en dosis doble porque primero ya está presente en el corazón de la persona incluso antes de dar, ya es un don innato; y, segundo, porque ganó y no retuvo, sino que repartió según sus posibilidades, considerando su capacidad presupuestaria y bajo un prudente sentido del altruismo: “Las prudentes llevaban aceite en sus vasijas, con sus lámparas”. Y ellos respondieron a los que no lo tenían: “El aceite que tenemos no es suficiente para nosotros y para ustedes. ¡Si quieres petróleo, ve a comprarlo!”. (Mt 25,4,9). Por tanto, el don de Dios precede a todo acto de generosidad. Recibir de Dios es antes que dar a alguien, porque para dar necesito tener, y quien me da es Dios, y no las ofrendas que hago, o sea, no son las ofrendas que hago las que me hacen prosperar, sino Dios en su infinita bondad.

2 Corintios 9 habla de dar a los cristianos pobres como un acto de generosidad por obediencia a la palabra de Dios con respecto a la responsabilidad de cuidar a los más necesitados. No se puede hacer la vista gorda con quien necesita ayuda, y, no siempre, esta ayuda funciona como ofrendas a la iglesia para ser distribuidas a los necesitados, sino que pueden ser ofrendas a alguien más cercano, independientemente de que esté en la iglesia o no. Dios ve el corazón generoso, no el lugar donde se practica la generosidad. Dios ve la forma en que se hace y no necesariamente lo que se hace – la forma en que reaccionamos ante la situación de necesidad de otra persona es más importante que la acción en favor de esa necesidad, porque la razón que lleva a una persona a la acción de ofrecer en el iglesia, por ejemplo, puede ser que no actúe movido por el amor en el corazón, sino por el amor al dinero que pretende recibir como resultado de esta acción, en base a lo que escuchó en un sermón sobre “dar más para recibir más ”. ¡Este Dios ve! Y a eso responde: “¡Nunca los conocí! ¡Aléjense de mí, malhechores!” (Mt 7,23).

Los actos de generosidad, como las ofrendas, no salvan ni justifican a nadie ante Dios, sino que sólo reflejan la salvación ya recibida, y, por tanto, el cristiano ofrece como forma de agradecimiento a Dios por lo que ya ha recibido y no como forma de de ser recompensados ​​por sus obras humanas. Las obras no salvan ni justifican a nadie. Dios se deleita más en la obediencia que en los sacrificios (1 Samuel 15:22), es decir, agrada más a Dios cuando se mantiene un corazón puro y desinteresado en las más diversas acciones, que cuando las obras se hacen en beneficio del resultado.

Dios da dinero a quien quiere, pero el enfoque de este regalo no es distribuir u ofrecer para ganar más; el enfoque es dar, ofrecer, sin buscar retorno. La contribución debe estimular al cristiano a rezar por los que van a recibir, ya que una vez bendecidos pueden deshacerse de sus necesidades y, así, empezar también a contribuir y rezar por los demás después de su propia liberación: se reza por el otro que está bien, y éste se pone a orar por otro que también está bien, y así, siempre. Las riquezas que Jesucristo otorga al cristiano son más valiosas que las riquezas económicas, pues éstas son pasajeras y aquéllas son eternas. Quien tiene a Jesús lo tiene todo: sabiduría (que no debe confundirse con la sabiduría humana), pureza espiritual, conocimiento de la palabra de Dios, paz mental, discernimiento que libra del engaño, etc. Como está escrito: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Sin Jesús, una persona no respira; por lo tanto, no puede trabajar para ganar dinero. Quien está vivo está vivo por la gracia y el poder de Dios. “Dad gracias en todo” (1 Tes 5,18).

La generosidad es un comportamiento que expresa bondad y no intereses egoístas. El que da “generosamente”, es decir, con generosidad, sin buscar el interés propio, sin esperar nada a cambio, sin codicia, recibirá abundantes bendiciones según sus necesidades conocidas por Dios, y no propiamente en dinero, que puede ser en otros maneras. En su presciencia, Dios conoce las necesidades de sus hijos a los que ya ha decidido suplir, incondicionalmente, por el simple hecho de querer bendecir. Todo lo que se da con un corazón puro y desinteresado, Dios lo ve y lo recompensa según su omnisciencia. Incluso si Dios concede una abundante cosecha material a aquellos que contribuyen a la iglesia a través de ofrendas, esto no refleja el estándar ni la promesa del Nuevo Testamento. De acuerdo con el pasaje bíblico a continuación, parece cómodo dar. ¿Quién quiere ser cristiano literalmente? ¿Quién quiere pagar el precio de ser cristiano? ¿Cómo actúa el verdadero ministro de Cristo? Hablar de prosperidad es fácil. El ofrecimiento y el ofrecimiento alentador es fácil, pero ¿realmente son ministros de Cristo? Como está escrito:

Eles são servos de Cristo? Mas eu sou um servo melhor do que eles, embora, ao dizer isso, eu esteja falando como se fosse louco. Pois eu tenho trabalhado mais do que eles e tenho estado mais vezes na cadeia. Tenho sido chicoteado muito mais do que eles e muitas vezes estive em perigo de morte. Em cinco ocasiões os judeus me deram trinta e nove chicotadas. Três vezes os romanos me bateram com porretes, e uma vez fui apedrejado. Três vezes o navio em que eu estava viajando afundou, e numa dessas vezes passei vinte e quatro horas boiando no mar. Nas muitas viagens que fiz, tenho estado em perigos de inundações e de ladrões; em perigos causados pelos meus patrícios, os judeus, e também pelos não judeus. Tenho estado no meio de perigos nas cidades, nos desertos e em alto-mar; e também em perigos causados por falsos irmãos. Tenho tido trabalhos e canseiras. Muitas vezes tenho ficado sem dormir. Tenho passado fome e sede; têm me faltado casa, comida e roupas. Além dessas e de outras coisas, ainda pesa diariamente sobre mim a preocupação que tenho por todas as igrejas. (2 Co 11:23-28).

Los necesitados son beneficiarios de la providencia especial de Dios: “Del polvo levanta al pequeño, y del muladar levanta al necesitado” (Sal 113, 7). Es la generosidad de Dios la que garantiza bienes a sus elegidos; por tanto, las ofrendas de los hombres son consecuencia de esta generosidad divina, y no un acto de mero origen humano que, después de ser practicado, permitirá al oferente obtener méritos y recompensas. Como si fuera un acto mágico. La verdad sobre las ofrendas y los oferentes es que la contribución a las necesidades de los demás multiplica la gratitud del oferente a Dios de aquellos que reciben mucho antes incluso de ofrecer; este es el enriquecimiento espiritual que tiene prioridad sobre el enriquecimiento material, esto, por supuesto, para aquellos que se preocupan por las verdades de Dios, para aquellos que valoran las bendiciones espirituales, lo que no significa el rechazo de las bendiciones materiales, por supuesto que no, pero el rechazo el valor que se da a las bendiciones materiales sobre las celestiales. Importante recordar: “No podéis servir a Dios ya las riquezas [las riquezas]” (Mt 6:24).

Malafaia dice que un cristiano es conocido por lo que da, pero no dice que la donación voluntaria se base en el amor y no en la expectativa de una retribución por la ofrenda dada. Sugiere la teoría de la proporcionalidad por la cual cosechas lo que siembras –sembraste mucho, cosechas mucho–; ¡No puedes comprar el cielo por dar demasiado! Sin embargo, esta cosecha de la que el oferente espera recibir está intrínsecamente ligada al dinero ofrecido en la iglesia, o está ligada a la siembra de la palabra de Dios para la salvación de las almas y, por lo tanto, puede ocurrir (es decir, es no estoy seguro de que ocurrirá) ¿una recompensa de Dios? Es necesario tener presente que Dios otorga las bendiciones por su voluntad y no por las obras de los hombres.

Decir categóricamente que alguien será recompensado por las ofrendas que hace es aludir al mensaje del Antiguo Testamento de que quien no ofrece en la iglesia está robando a Dios (Mal 3,8), adaptándolo al contexto actual sin mencionar el verdadero motivo divino para esa exhortación, que los israelitas estaban más preocupados por sus bolsillos que por las cosas de Dios, como sostén de los levitas y de los sacerdotes. Por eso Dios los desafió, declarando que para recibir sus bendiciones debían obedecerle; Además, omite aludir al mensaje del Nuevo Testamento de que lo más importante de la ley (que ya pasó, pues estamos bajo la gracia de Jesús), que también se refiere al día de hoy, es la práctica de la justicia, misericordia y de fe (Mt 23,23).

Además, todavía existe la expresión “Es en el dar que se recibe”, que no es bíblica. Es al contrario, uno recibe y luego da, porque nadie da lo que no ha recibido o lo que no tiene. En cuanto a las donaciones desde una perspectiva bíblica, se entiende que es mejor dar que recibir (Hechos 20:35), de lo cual se deduce que el objetivo de dar no tiene nada que ver con recibir a cambio, no debe haber visión de retorno, es decir, nunca donar, ofrecer, buscando beneficios y ventajas para uno mismo. Esto es lo que hay que hacer por encima de los ofrecimientos que se hacen con intereses más allá de los propuestos por Jesús, que son el amor al prójimo y la salvación de las almas. Además, hay líderes que utilizan textos bíblicos de manera coercitiva y amenazante a quienes no dan diezmos u ofrendas en las iglesias, ya que intimidan a los fieles con palabras malsonantes como lo hizo el sacerdote Pasur, el infame “Terror-a-todo- lados” (Jeremías 20:3). ¡¿Cuántos Pasures hay dispersos por el mundo “en el nombre de Dios”?!

Malafaia dijo con razón que “cada semilla tiene un tiempo de maduración”, y continúa preguntando “¿En qué tipo de tierra estás plantando?”. Y agrega: “Sembrar en la vida de un ladrón, de gente que no tiene afecto natural, miserable, mezquino, no vale nada, esta tierra es árida, siembras en un proyecto fraudulento, no vale nada. Ve a ver a quién estás plantando. Es sembrar en la vida de alguien, pero ve a ver quién es la persona; las personas que odian a Dios, odian al pueblo de Dios, son tacaños, miserables, yermos”. La pregunta entonces es: ¿cuántos cristianos están sembrando en la vida de falsos pastores, falsos maestros, falsos líderes religiosos ya que las ofrendas que reciben no van a la iglesia, sino a sus bolsillos? ¿Cómo saber de esta realidad si no es por una profunda investigación basada en sospechas previas de los hechos que se suscitan en contra de estos individuos? Es decir, es temerario hablar de esta manera de personas cuyo corazón y cuyas intenciones no se conocen como Dios las conoce. Esto equivale a “mostrar respeto por las personas” (Rom 2,11). ¿Porque? Porque Dios no ve como ve el hombre (1 Sam 16:7). El hombre ve las apariencias, lo externo, pero es incapaz de ver el alma, el corazón del otro.

4.3.3 ANALIZANDO PALABRAS “MALAFAICAS”[7]

Una persona de tu familia es un sinvergüenza, es decir, un carácter sin carácter o, mejor dicho, mal carácter. El hecho de que una persona sea un sinvergüenza no significa que no pueda ser transformada por Dios. Como dijo el mismo Malafaia: “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”, refiriéndose a Romanos 3:4. Por tanto, si está escrito en las Sagradas Escrituras que Dios no hace acepción de personas, ¿quién es el hombre para decir que tal o cual no merece recibir los medios de salvación? Incluso un falso pastor, al recibir las ofrendas y los diezmos en su iglesia, puede, al mismo tiempo, recibir exhortaciones sobre cómo administrarlos fielmente, y no con robo como lo hace un líder religioso de mal carácter, el verdadero “robar a Dios”, es decir, no obedecer las virtudes morales que manda a su pueblo. Pronto, tendría la oportunidad de regenerarse.

Como nadie tiene la omnisciencia de Dios para saber lo que está pasando en el corazón de otro, no hay razón para no “plantar” la semilla de la gracia de Dios en la vida de una persona. Plantar, bíblicamente hablando, no se refiere sólo al dinero, como defiende Malafaia, por muy específico que fuera el tema en ese contexto; más bien, plantar en la vida de uno está por encima de las donaciones en ofrendas a la iglesia (o, más correctamente, a los líderes de la iglesia que promiscuamente los redime para ellos mismos). La visión de “sembrar en la vida del otro” no puede restringirse sólo a la cuestión del dinero, a la cuestión de la ofrenda, ni siquiera a la cuestión del diezmo; es necesario pensar más en el “prójimo” que en el “otro”, porque cuando piensas en el prójimo, piensas como Jesús cuando, por ejemplo, salvó la vida del ladrón a su lado en la cruz.

Jesús no hizo acepción de personas con respecto a ese hombre; Jesús no lo condenó, ni lo rechazó por ser un sinvergüenza, miserable, fraudulento, mezquino, que odiaba las cosas santas porque estaba enredado con lo profano; ¡no! Jesús hizo una radiografía de su corazón en aquel momento en que el candidato a la reprobación de los hombres se arrepintió verdaderamente y Jesús, conociendo su corazón como nadie, estaba seguro de su arrepentimiento, porque siendo Dios no yerra y es no engañado; él sabe quién es quién. Jesús no lo condenó por sus fechorías y defectos morales. Precisamente por estar en esa cruz, Jesús, sin errores ni pecados, pagando un crimen que no cometió, siendo injustamente condenado por los hombres religiosos -esos, sí, que normalmente cometen el pecado de acusación injusta y difamatoria, juicio temerario, exclusión y del rechazo, que declaran actuar en nombre de Dios-, llevó al malhechor a comprender que había mejores caminos que los que había recorrido hasta entonces. Por eso le dio, en el último momento, la oportunidad de la santificación, un acto de purificación del carácter. Es decir, una vez purificada por Dios porque verdaderamente se arrepintió de sus pecados, la persona disfruta ahora de una vida nueva, “una nueva criatura” (2 Cor 5,17). Si no fuera así, como está escrito, Dios sería mentiroso y Malafaia sería veraz.

Por lo tanto, todo hombre está destituido de la gloria de Dios (Rom 3:23), a menos que crea en Jesús y manifieste su fe en él (Rom 3:22,26) que trae consigo el arrepentimiento y la consiguiente liberación de los pecados. Es sabido, bíblicamente, que no hay un justo sobre la faz de la tierra porque todos se descarriaron y no hicieron el bien, cuya garganta es un sepulcro abierto, con lenguas engañosas, llenas de maldiciones que niegan al prójimo porque no conocen sus corazones, que están bajo la ley y no bajo la gracia, aunque digan lo contrario, que hacen creer a sus oyentes que los que no dan son condenables delante de Dios, pero ellos, con sus discursos tendenciosos, no lo son (Rom. 3).

“Porque no hay diferencia” (Rom 3,22). La justicia de Dios por la fe en Jesucristo es para todos y sobre todos los que creen. El ladrón en la cruz creyó. Madeleine creía. Rahab creyó. Zaqueo creyó. Pablo creyó. ¿Quiénes eran estas personas antes de conocer a Dios? ¿Eran todos perfectos, sin desviaciones de carácter, sin pecados, sin errores? No. Todos estaban llenos de problemas, los cuales son bien conocidos en la biblia, pero Dios no rechazó a ninguno porque vio sus corazones sinceros y listos para arrepentirse. No hizo acepción de personas, no dejó de prestarles atención a causa de sus pecados, sino que los ayudó hasta que fueron regenerados. Rahab, una ramera (Jos 2), es parte del linaje de Jesucristo (Mt 1:5). Ella quería ayudar a los espías en su misión dada por Dios: una ramera de fe que Dios justificó. ¿Quién, entonces, es un mero hombre para condenar a los pecadores con exclusión de la gracia de Dios, como lo hace Malafaia del 26:29m al 26:55m en el video en cuestión, ya que la acción de plantar según los principios bíblicos no sólo está ligada al dinero? ? No sería el caso proporcionar a estas personas (recordando que ellos, como nosotros: “todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” – Rom 3,23) la bendición de escuchar la predicación del mensaje de Cristo que genera la fe (Rom. 10:17) a través de la fe misma y la esperanza de la misión evangelizadora por la cual “Dios recibe a todos en Cristo Jesús, ¿quién los salva? (Romanos 3:24).

No se trata de soportar los errores del otro, sino de ver las posibilidades de regeneración y salvación para la vida del prójimo; no es una cuestión meramente social, sino espiritual, que lógicamente exige prudencia en el trato, lo que no implica abandonar ni rechazar. Uno no puede caminar físicamente juntos, pero el corazón camina lado a lado a través de la oración sincera que llega a los oídos de Dios cuando clamamos por la liberación de alguien. Por tanto, no se trata simplemente de despotricar lleno de moralidad de que el otro es un miserable, un sinvergüenza y que, por tanto, debe ser abandonado. ¡¡¡Esto no coincide con la verdad de Dios!!! Sabemos, por ejemplo, que algunos han acogido ángeles por medio de la hospitalidad sin saber que eran ángeles (Hb 13,2; 1 P 4,9), sin juzgarlos ni reprocharles su apariencia ni cualquier otro motivo que les causara repulsión. Sabemos también que el amor cubre multitud de pecados (1 Pedro 4, 8), es decir, no considera los errores, defectos y pecados por encima de la posibilidad de una regeneración que implica el perdón, pues “es por Jesucristo mismo que nuestros pecados son perdonados” perdonado y no sólo de los nuestros, sino de los de todo el mundo” (1 Juan 2:2).

Entonces, ¿cómo agradar a Dios según su palabra? Permaneciendo en amor los unos por los otros como hermanos en Cristo. No dejamos de acoger a quienes vienen a nuestra casa, a encontrarnos, cuyas historias conocemos, y podemos ayudarlos no necesariamente con dinero, sino invirtiendo en oración, consejería, o lo que sea necesario dentro de lo que se puede hacer por sus vidas. Siempre hay que tener en cuenta que nadie es mejor que otro y esto quitará cualquier repudio que vaya en contra de los principios divinos de la evangelización, teniendo en cuenta a los que padecen diferentes males, como si padeciéramos los mismos males ( Heb 13, 1-3; 1 Pe 5, 9), porque hoy no tenemos el mismo problema que el otro, pero tenemos otros problemas; nadie está fuera de problemas, nadie, ni siquiera el mejor pastor en la mejor iglesia. La Iglesia de Cristo es para los enfermos y miserables que pueden recibir salvación y liberación de sus problemas.

Entonces, ¿qué pasa con la “persona de la tierra estéril” contra la que habló, advirtiendo a los oyentes cristianos que no siembren en su vida? ¿Sembrar en la Biblia se refiere solo a la ofrenda de dinero? ¿Acaso predicar el evangelio a este tipo de personas no sería también una “ofrenda de amor” para la salvación de su alma? ¿Es la predicación del evangelio sólo para buenas personas de buen carácter? ¿O solo para aquellos que ofrecerán en la iglesia? ¿No nos advirtió Jesús (Mt 5:46,47) que no consideremos (amar) sólo a los buenos (que nos aman), sino también a los malos, ya que necesitan liberación? ¿Dios no hace salir el sol para buenos y malos, justos e injustos, no hace llover sobre ellos, no hace que a todos les suceda? (Ec 9:2; Mt 5:45.) Dios no desprecia ni abandona a una persona, sino que siempre le brinda la oportunidad de regenerarse. ¿Por qué no nosotros? ¿No somos a imagen y semejanza de Dios que es amor (Gn 1,26)? ¿No estamos capacitados por el poder y la palabra de Dios para predicar el evangelio (Marcos 16:15) – la palabra de salvación y frutos de regeneración y liberación – hasta los confines de la tierra, es decir, a todas las naciones?

A continuación se presentan algunos textos para la reflexión, transcritos parcialmente del mencionado video “Uma vida de Prosperidade”, cuyos textos iniciales y respectivas refutaciones se encuentran arriba.

Cuadro 4 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 21:21m

O cristão é conhecido por aquilo que ele doa.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¡¿Para qué dona en oferta monetaria?! ¿O por amor mutuo? Lea acerca de cómo se conoce a un cristiano: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos (cristianos), si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). ¿Cómo da un cristiano fiel? ¿Con qué corazón? A continuación, un texto explicativo sobre el camino correcto y un corazón puro para ofrecer[8]:

Não é pra aparecer!

Doação de coração puro, sincero e fiel: jamais para aparecer, para aliviar-se de culpa ou por constrangimento de qualquer tipo.

Faça a sua missão como Deus lhe tem dado a fazer. Cada um tem a sua própria missão. Faça a sua como Deus a tem designado. E não se sinta culpado por não fazer o que outros estão fazendo; eles estão cumprindo cada um com a sua missão. E não queira jamais fazer para aparecer, fazer algo para mostrar sua ação para os outros.

Como ofertamos a Deus? Com que coração? Dar por dar, dar por qualquer outro motivo que não seja agradar a Deus, i.e., dar para agradar os outros, dar para nos sentirmos livres de culpa, dar por obrigação ou constrangimento…

De que maneira é feita uma oferta à casa de Deus ou a necessitados fora dela? As ações “ofertivas” são motivadas pelo quê? É para o modo como a oferta se realiza que Deus atenta, e não para a oferta em si. É para a disposição do coração que Deus olha.

Deus atentou para a oferta de Abel porque ele se preocupou em oferecer o melhor e assim o fez (Gn 4:4), diferentemente de seu irmão Caim (Gn 4:3). Nota-se nesse contexto o modo como a oferta foi realizada: a de Abel por gratidão e desejo de agradar a Deus, mas a de Caim por obrigação ou mero formalismo. Deus dá testemunho dos dons (Hb 11:4). Todavia, um pecado dá brecha para outros pecados (Gn 4:7,8).

É preciso ter muito cuidado com o modo pelo qual se faz uma oferta, pois, se for divergente dos princípios divinos, acarreta pecado que gera culpa diante de Deus. Logo, não há nenhuma vantagem em fazer ofertas que destoam da pureza do coração para com Deus, segundo o seu propósito, e para com os homens segundo a retidão do espírito (Sl 51:10; Lc 2:14).

La oferta nunca debe tener por objeto dar a conocer al oferente. ¡No es para darse a conocer! Solo recuerda la palabra con la que se le exhorta a actuar según la dirección de Dios en Mateo 6:2-4:

Quando você der alguma coisa a uma pessoa necessitada, não fique contando o que fez, como os hipócritas fazem nas sinagogas e nas ruas. Eles fazem isso para serem elogiados pelos outros. Eu afirmo a vocês que isto é verdade: eles já receberam a sua recompensa. Mas você, quando ajudar alguma pessoa necessitada, faça isso de tal modo que nem mesmo o seu amigo mais íntimo fique sabendo do que você fez. Isso deve ficar em segredo; e o seu Pai, que vê o que você faz em segredo, lhe dará a recompensa.

Cuadro 5 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 26:52m

A lei da semeadura vai funcionar pra você; se você plantar, você vai colher. É princípio de Deus.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Sí, es un principio divino. Está escrito: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7), refiriéndose solo a la buena parte de la plantación. Sin embargo, continuando la lectura, se nota que el versículo 8 explica el anterior: “Si siembra para complacer sus propios malos deseos, estará sembrando semillas de maldad y lógicamente cosechará ruina espiritual y muerte; pero si siembra los bienes del Espíritu, cosechará la vida eterna que el Espíritu Santo le da”. Se entiende que esta expresión resaltada se refiere al ámbito espiritual, y no material o financiero; por lo tanto, revela el resultado de la exclusión de la salvación por lo que plantó y la forma en que condujo las cosas de Dios. La siembra de la que trata el versículo en cuestión es espiritual. ¿Por qué simplemente leer versículos individuales cuando todo el significado bíblico está ligado a un contexto global y no específico?

Entonces, ¿la ley de siembra estaría ligada al aspecto financiero de la oferta? ¿La ley de la siembra está relacionada con el campo material o con el campo espiritual? ¿La ley de la siembra implica una inversión, una negociación del tipo “toma, da” donde hay regateos? ¿Dios garantiza bíblicamente que cuanto más dinero da alguien, más dinero recibe?

Mucha gente vuelve sus ojos a la palabra de Dios cuando dice que si siembras abundantemente, generosamente cosecharás, desde una perspectiva de interés propio – esta es una forma de animar a la gente a dar mucho dinero a la iglesia porque “ellos recibirá mucho más a cambio”. Sin embargo, eso no es lo que significa 2 Corintios 9:6. Se recomienda, por tanto, una lectura de los textos originales para comprender el significado real de cada palabra en los textos bíblicos; de esta manera, el peligro de lecturas sesgadas deja de existir. También es necesario predisponer el corazón a la perfecta comprensión de lo que Dios quiere decir, y no querer quedarse en lo que preferimos creer que es la verdad.

Este versículo dice que “el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” En el original griego la palabra “εὐλογίαις” /eulogíais/, que suele traducirse como abundancia o plenitud (bendiciones/alabanzas), no se usa con el propósito de bendecir cosas, es decir, bendecir ofrendas para que se logren mayores dones, sino con el propósito de alabar, alabar a Dios como quien da las cosas, y por eso mismo, se trata específicamente de la abundante bendición de Dios derramada sobre la vida de quien le tiene gratitud. Así el término mismo revela los aspectos de alabanza y gratitud por las bendiciones recibidas que de Dios son siempre abundantes por su inefable grandeza. Y este es el verdadero significado que impregna todo el texto de 2 Corintios 9 con respecto a la ley de la siembra.

No se debe alentar la creencia de que hay un retorno financiero para aquellos que hacen ofrendas en la iglesia. Ocurre porque previamente fue agraciado por Dios para poder hacerlo con un corazón generoso, es decir, desinteresado, sin buscar ventajas. Actuar en contra de este entendimiento es lo mismo que comercializar la fe.

“En Cristo Dios nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales del cielo” (Efesios 1:3). Dios promete bendiciones espirituales a aquellos que se someten a su voluntad que correspondan a sus atributos divinos que incluyen una forma de estar libre de interés en nuestras acciones – de hacer tus donaciones y darte a ti mismo por amor, y no buscando retorno financiero o cualquier otra ventaja.

Aquí está la prueba de que Dios da lo que quiere a quien quiere cómo quiere cuando quiere y cuánto quiere porque lo elige y lo bendice: “Porque Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: Si me bendices en gran manera, y mi amplíen los términos, y tu mano esté conmigo, y haz que el mal no sea afligido!… Y Dios le concedió lo que pidió” (1 Crónicas 4:10).

Y tu bendito elegido no necesita prometerle nada a Dios, no necesita darle nada a cambio, para recibir sus bendiciones de él. Dios no es un “dios de negociación”. Es galardonador de sus fieles que lo buscan de todo corazón, y se deleita en darles seguridad, paz, libertad del sufrimiento y abundancia de bendiciones.

A las 28:15:

– El que da una ofrenda tendrá sustento, tendrá provisión, tendrá provisión en el área material y espiritual. Las necesidades espirituales serán satisfechas gracias a tu ofrenda. La gracia es el favor de Dios para el hombre es gracia La ley de la provisión significa que cuando plantas ofrendas, Dios suplirá las necesidades materiales y espirituales de tu vida”.

Respuesta:

Vuelva a leer lo que está escrito inmediatamente en la refutación anterior. ¿Dios da apoyo solo a los que dan ofrendas en la iglesia? ¡¿Cuántas personas necesitadas no dan ofrendas en la iglesia y reciben de la iglesia?! La gracia de Dios es tan grande que él provee para las necesidades materiales y espirituales no por las ofrendas que se dan en la iglesia; la ofrenda ayuda en todo a la obra del reino, pero no por la ofrenda, sino por la gracia.

La ley de la provisión significa que Dios siempre suple las necesidades materiales y espirituales, no solo cuando se plantan ofrendas. ¡Las bendiciones de Dios no se limitan a las acciones de los hombres! da a quien quiere, se compadece de quien quiere, tiene misericordia de quien quiere, bendice a quien quiere; esto no tiene nada que ver con la ofrenda: Dios no depende de la ofrenda de nadie para otorgar bendiciones. (Romanos 9:15,16).

Cuadro 6 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 28:32m

Necessidades espirituais da sua vida vão ser supridas por causa da sua oferta.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¡No! Estas necesidades serán satisfechas por la misericordia de Dios en la vida del creyente fiel que tiene comunión con Él. De nada serviría la ofrenda si no tuviera fidelidad y comunión, porque Dios bendice al que quiere y hace salir el sol y llover sobre todos, justos e injustos, buenos y malos (Mt 5,45), independientemente de que ofrezcan en su iglesia o no. La bondad de Dios no se limita a lo que ofrecen en la iglesia, sino que proviene de su voluntad y propósito; por ejemplo, puede bendecir a un incrédulo para favorecer a un creyente; ¿Recuerdas la historia del macumbeiro que llevaba comida al creyente necesitado? Así que ninguno de los dos daba ofrendas en la iglesia, pero Dios los bendijo, uno para dar y el otro para recibir.

Sin embargo, en el 38:59m del video da una explicación de esto, diciendo que hay una diferencia entre riqueza y prosperidad, previendo ya la pregunta de cualquier oyente que no entendiera su prédica; esto es porque él mismo sabe que su predicación es caótica.

En 2 Corintios 9:11:

Cuadro 7 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 29:11 m

Para que em tudo enriqueçais para toda a beneficência”. Se tiver conhecimento correto do que é oferta, se você tiver atitudes corretas como eu te ensinei sobre oferta, é a lei da abundância. Sabe o que que é abundância?  É a lei da sobra. Deus vai te dar não só pra suprir suas necessidades, mas pra sobrar pra você ajudar outro.”

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Es decir, la persona se hará rica para ayudar a la otra!!! Esto refleja una forma de alimentar la codicia bajo la apariencia de una falsa virtud filantrópica. Esto suena bien a los oídos y ayuda a evitar malas interpretaciones de las intenciones. Los que escuchan lo reciben con gusto, pensando que harán un gran bien sin darse cuenta de la verdadera intención que se crea en su mente. Todo ello refleja el poder de persuasión del emisor del mensaje que camufla con palabras aparentemente sabias el verdadero propósito del negocio, dejándolo oculto (a modo de mensaje subliminal).

Ante esas palabras, ¿qué podemos decir, entonces, del hermano que nunca se hizo rico y siempre ayudaba al otro? ¿No estaría este entendimiento de acuerdo con el versículo donde dice: “Para que seáis enriquecidos en todas las cosas para toda bondad”? Nótese que hay una mala exégesis de este versículo por parte de este hablante, pues, considerando a una persona que nunca se hizo rica económicamente, pero siempre ayudó a los demás, quiere decir que se hizo rico de otras maneras, no siendo rico en términos monetarios, pero teniendo, al menos, el deseo de dar dinero a quien lo necesite y poder hacerlo en la medida de lo posible; Además, es necesario interpretar correctamente el verso cuando dice “para toda beneficencia”, es decir, no solo para ayudar con dinero, sino en varias otras formas como apoyo moral, profesional, familiar, etc, intercesión, entre muchas otras cosas de interes igual importancia.

Lo más importante de todo esto no fue dicho por el orador: que por encima de la provisión de las necesidades de los santos está la gratitud a Dios por toda su provisión tanto para el que da como para el que recibe, porque ambos están bajo el poder de Dios que bendice para hacerlo (2 Cor 9, 12-15).

Aquí está la esencia real de los versos que complementan el citado que no se puede separar de este último. Los versículos bíblicos no se leen separados del contexto global en el que se encuentran. La lectura de un solo versículo aislado del contexto anterior y posterior se convierte en pretexto para una herejía, es decir, una falsa enseñanza de la verdadera palabra de Dios, de lo que en realidad Dios quiere transmitir a quienes buscan escuchar su palabra y seguirla su dirección. Esto se refiere a las desviaciones contra las cuales Dios advierte a su pueblo para que no se deje atrapar por ellas y engordar con alimentos falsos.

El orador dice: “si tienes las actitudes correctas como te enseñé acerca de ofrecer”. ¿Qué es más importante: obedecer la voz de Dios o la voz del hombre? Porque esta es la voz del hombre y no de Dios. Si fuera de Dios, estaría de acuerdo con la verdad de Dios, que el texto no se refiere a lo que se recibe a cambio de lo que se da, sino a las muchas expresiones de gratitud a Dios por todo en todos los sentidos dentro de la iglesia, y de ella a todos, sin acepción de personas, sin acepción de personas. La enseñanza de Dios sobre las ofrendas no tiene nada que ver con lo que está enseñando, como se ha explicado anteriormente; basta leer íntegramente cada versículo en cuestión e interpretarlos adecuadamente mediante una exégesis neutra, es decir, desinteresada, imparcial, que sólo pretende llevar la enseñanza pura de la palabra de Dios a quien quiere conocer su verdad.

En 2 Corintios 9:8:

Cuadro 8 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 29:13m

Superabundeis em toda a boa obra.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¿Este versículo se refiere específicamente a la ofrenda en efectivo en la iglesia? ¿Sobreabundancia en ofertas? ¿Los ministerios de la iglesia se reducen a ofrendas? Y las otras obras de una iglesia, ¿no serían también equivalentes a buenas obras? Abundar en toda buena obra significa no solo ayudar a los demás de varias maneras (y no solo dar en la iglesia), sino también esforzarse por buscar más conocimiento sobre Dios y las cosas relacionadas con él y compartir ese conocimiento con los demás en forma de don la evangelización por los medios posibles y adecuados. El versículo se refiere a “toda clase de buenas obras” (2 Cor 9, 8).

Cuadro 9 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 30:01m

Meu irmão, vai ler a bíblia, meu filho!

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Malafaia pronuncia irónicamente esta frase como si el cristiano al que se dirige no tuviera conocimiento de la Biblia. Da la impresión de que sólo él tiene esta potencialidad de conocimiento, cuando en realidad no tiene pleno conocimiento de la Palabra de Dios, como nadie más; la mejora en el conocimiento bíblico es diaria e inagotable. Parece que no hay respeto por los demás en términos de su experiencia personal con Dios. Cada uno recibe de Dios lo que Dios le quiere dar y eso le basta (Rm 9,18). ¿Será que Malafaia, en su presunta limitación humana y espiritual, como se desprende de su discurso, quisiera que palabras como estas fueran dirigidas a él, ya que él no es diferente a nadie ni mejor que nadie bajo los cielos?! ¿Dónde está la humildad de Malafaia a través de la admonición divina? Como está escrito: “Que el mayor entre vosotros sea como el menor” (Lucas 22:26); “Nadie se engañe a sí mismo: si alguno entre vosotros se tiene por sabio en este mundo, que se haga necio para ser sabio” (1 Cor 3, 18); “No hagan nada por interés propio o por necios deseos de recibir alabanza; antes bien, sed humildes y considerad a los demás superiores a vosotros mismos” (Fil 2, 3). Además, Dios no se limita a la exégesis humana. Todo cristiano necesita leer de nuevo, varias veces, cada versículo citado para aprender directamente de Dios, quien le revela a su mente la pura verdad tal como es y no fomentada por interpretaciones sesgadas. Si tu autosuficiencia te permite aprender directamente de Dios, ¡bien!

En Génesis 13:2,6:

Cuadro 10 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 30:38m

Deus da abundância que faz sobrar. José do Egito. Povo no deserto – maná. Multiplicação dos pães. Pesca maravilhosa!”

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Muchos han aprendido a aprovechar la palabra de Dios a favor de ellos mismos en lugar de usarla a favor de los demás, como debe ser. Por lo tanto, los textos de milagros que enfatizan, por ejemplo, hechos bíblicos relacionados con el tema de la prosperidad son muy útiles.

En este sentido, se buscan los textos más apropiados que muestren cómo evolucionó o prosperó financieramente un personaje en particular – este es el énfasis. Sin embargo, lo más importante de cada una de estas historias no se encuentra en el hecho final de prosperidad, sino, principalmente, en el hecho de la realidad vivida por el personaje: las luchas, el dolor, las pérdidas, el aprendizaje moral, la transformación del carácter, la obediencia a Dios en detrimento de la propia voluntad, la renuncia a los propios deseos y anhelos, etc.

Estos hechos, todos unidos, eran determinantes para que ese personaje alcanzara la prosperidad financiera o un determinado evento denotara abundancia de bendiciones. Por ejemplo, ¿cuándo alcanzó Job la prosperidad? Veamos: “Hablaban de lo apenados que estaban por lo que le había pasado, y lo consolaban de todas las desgracias que el Señor le había traído” (Job 42:11b).

Job perdió la salud, los hijos, las posesiones, la reputación, sin jamás acusar a Dios, sin reconocer su soberanía y sin adorarlo, y solo después de sufrir tanto sufrimiento en medio, sin embargo, de continua adoración y obediencia a los designios de Dios. Alcanzó la prosperidad financiera, recuperó a su familia, rescató su dignidad social, fue recompensado con la longevidad:

O Senhor abençoou a última parte da vida de Jó mais do que a primeira. Ele chegou a ter catorze mil ovelhas, seis mil camelos, dois mil bois e mil jumentas. Também foi pai de sete filhos e três filhas. À primeira deu o nome de Jemima; à segunda chamou de Cássia; e à terceira, de Querém-Hapuque. No mundo inteiro não havia mulheres tão lindas como as filhas de Jó. E o pai as fez herdeiras dos seus bens, junto com os seus irmãos. Depois disso, Jó ainda viveu cento e quarenta anos, o bastante para ver netos e bisnetos. E morreu bem velho (Jó 42:12-17).

¿Se ocupa la teología de la prosperidad de mencionar de manera ilustrativa esa etapa dolorosa de la vida de Job con el objetivo de alentar al cristiano a obedecer a Dios, independientemente de que alcance bendiciones o no? ¿Quién quiere ser como Job y pasar por lo que pasó antes de disfrutar de tanta prosperidad? Quieren la prosperidad de Job, pero no quieren el sufrimiento de Job. Esto revela un sentimiento mezquino parecido a la envidia que solo se alimenta de las cosas buenas de la vida de otras personas sin siquiera querer imaginar lo que el otro pasa por ser o tener esto o aquello, porque muchos tienen mucho, ¡pero solo Dios sabe cómo! Esa parte que nadie quiere, la parte oculta de estas vidas que abarca varios tipos de adversidad, pero la parte expuesta que muestra sus logros desata el lado oculto de otras vidas, la manifestación de sentimientos oscuros como el gran ojo.

Hoy vemos personas en las iglesias que solo desean ser recompensadas sin pagar el precio de la sumisión a la voluntad o los propósitos de Dios. Quieren ir a la iglesia y escuchar solo palabras que masajeen su ego, que alienten su alma, que alimenten su apetito por la grandeza; no les interesa mirar dentro de sí mismos y reconocer que necesitan ser transformados en ciertos aspectos del carácter, de la personalidad, ya que no entienden estos cambios como un signo de prosperidad moral, afectiva, sentimental, que coadyuva a la bendición de una vida sana espíritu y una mente sana. Desafortunadamente, solo entienden la prosperidad desde una perspectiva financiera que les brinda ganancias y ventajas materiales.

Cuadro 11 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 33:37m

Colegas pastores que estão assistindo esse programa, pegue esse DVD, aluga um telão na tua igreja e bota pro povo ouvir o que eu tô falando aqui. Não tenha medo de ensinar a verdade da bíblia.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¿La verdad de la biblia o la suya? ¿Por qué no anima a sus compañeros pastores a estudiar la Biblia para que puedan dar instrucciones divinamente inspiradas por el Espíritu Santo y no por él, un mero ser humano? ¿Quién es ese hombre? La palabra de Dios dice: “Que él (Cristo) crezca y yo disminuya” (Jn 3,30), pero aquí en este momento de predicación ¡predica lo contrario!

Cuadro 12 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 33:58m

Deus quer que a lei da semeadura, a lei da provisão, a lei da multiplicação (2 Co 9:10).

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¿Quién es quién para afirmar lo que Dios quiere? ¿Quién sabe lo que Dios quiere? ¿Quién puede poner palabras en la boca de Dios? ¿Cómo se aplica la ley de la siembra en la visión de Dios? Lea los siguientes versículos bíblicos: a) “El profeta que se jacta con orgullo de hablar una palabra en mi nombre, que yo no le he mandado hablar” (Dt 18:20); b) “No escuchéis las palabras de los profetas que profetizan entre vosotros; os enseñen vanidades y habléis a la vista de sus corazones, no de la boca del Señor”. (Jeremías 23:16); c) “Van vanidad y adivinación mentirosa los que dicen: El Señor ha dicho; cuando el Señor no los envió; y hacer esperar el cumplimiento de la palabra. ¿No veis visión de vanidad, y no habláis adivinación mentirosa, cuando decís: El Señor dice, aunque yo no he hablado? (Ezequiel 13:6, 7).

Malafaia aconseja a los oyentes lo siguiente:

Cuadro 13 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 36:25m

Não dá pra copiar? Depois tu leva um CD, não é pra comprar CD, não é porque eu tenho que vender CD, não é nada disso. Mas pra você, a repetição, uma coisa, pra você gravar na sua memória, no seu coração, você tem que ouvir pelo menos 17 vezes pra guardar 90%; você tem que ouvir 17 vezes uma mesma coisa pra tentar guardar 90%. Isso aí é pesquisa científica correta que eu tô falando.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Es decir, dirige a la gente a escuchar su CD 17 veces, en lugar de dirigir a la gente a leer la Biblia tantas veces como sea necesario para aprender de Dios, no de él. ¡Esto es cuando la materialidad triunfa sobre la espiritualidad! Interesante la fecha de esta prédica – 24/09/2018 – concomitante con el momento político que atravesaba el país en ese momento!!! ¡Otra vez un aire de mensaje subliminal! Usaré dos hashtags bien conocidos aquí a su debido tiempo: #understandsunderstands #ficaadica

Combinar lo aparentemente útil con lo placentero. ¿Por qué “aparentemente útil” y no útil? ¿Qué es realmente útil, oír la voz de Dios o la voz del hombre? ¿Leer la biblia con la mente espiritual para recibir la revelación directa de la palabra de Dios o escuchar las interpretaciones humanas que se hacen en nombre de Dios o usurparlo? ¿Qué es realmente más viable para Malafaia, vender CD o hacer que la gente escuche sus enseñanzas en CD a expensas de las enseñanzas adquiridas a través de la lectura bíblica directa? ¡Subliminal, mi querido Watson, subliminal!

Defiende la teoría de la “repetición”, confirmándola en nombre de la investigación científica en la que los expertos en educación David Ausubel y Mohamed Youssef decían que un estudiante necesitaría estar expuesto a una palabra 17 veces antes de aprenderla. Por otro lado, la misma fuente de esta noticia[9] afirma que otras investigaciones apuntan a un promedio que varía entre 15 y 20 veces. Por su parte, Catherine Snow, profesora de educación de la Universidad de Harvard (EE.UU.), dice que existen diferentes condiciones para aprender, basta con escuchar la palabra una vez para aprenderla. Catherine Snow afirma que, en promedio, una exposición de 15 a 20 veces es suficiente para aprender una palabra”, no 17 específicamente[10].

Volviendo, sin embargo, a la dimensión contextual malafaica  respecto al aprendizaje bíblico, no todo lo que se vincula con el ámbito científico aplica en el ámbito bíblico. Por lo tanto, cuando la intención habla más fuerte, la tendencia del individuo es ceñirse a lo que le interesa, sin mencionar las otras posibilidades. Esto se llama parcialidad, que está totalmente en contra de la verdad bíblica. Es hora de recordar versículos de la Biblia que reflejen esta comprensión: “No uséis vanas repeticiones” (Mt 6,7). “En la multitud de palabras no falta la transgresión” (Pr 10,19). “De la desmesura de las palabras surgen las promesas del necio” (Ecl 5,3).

Escuchar innumerables veces un sermón en particular grabado por un hombre, por muy famoso que sea un pastor, no está en línea con las enseñanzas de Jesús, quien toma una posición contraria a las acciones mecánicas. Además, esto es similar a la repetición de mantras u oraciones, y en este caso, la práctica se realiza por los oídos y no por la boca. De todos modos, todo resulta en repetición. Este tipo de prácticas no muestran un acercamiento a Dios, sino un alejamiento de él debido a la dedicación dada a fórmulas de aprendizaje a expensas del contacto directo con él.

Mediante tal práctica, la persona no puede recibir su revelación, dirección, guía directamente de Dios, ya que no hay búsqueda de Dios y sus verdades reveladas en las Escrituras; por lo tanto, no hay armonía con la voluntad y las enseñanzas divinas. Sólo se busca la obediencia a la voz de un hombre de renombre, a quien creen creíble, como si fuera Dios hablando por su boca, y comienzan a escucharlo para alcanzar las grandes victorias prometidas por él. De esta forma, la persona queda atrapada en un condicionamiento dado por el hombre y, sin darse cuenta, se aleja de Dios cuyas promesas se cumplen efectivamente.

Además de todo esto, el más erudito será siempre incapaz de comprender la palabra de Dios, su verdad, su voluntad, su dirección, si no es por el Espíritu Santo que enriquece el espíritu humano con sabiduría, ya que la inteligencia y la intelectualidad no pueden acceder a los misterios de Dios. Por tanto, es necesario leer la biblia a través de la espiritualidad dada por Dios para llegar a la comunión con él, y no a través de las carnalidades, como los diversos recursos humanos y tecnológicos que se han infiltrado en la iglesia hoy. Estos están usurpando el lugar de Dios y muchos se están dejando llevar por ellos y sus patrocinadores.

Él declara:

Cuadro 14 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 37:10m

Eu não vou deixar ninguém aqui confundido nem sair com minhoca atrás da orelha. Eu quero falar algumas verdades…

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Sin embargo, sólo Dios tiene el poder de no dejar a nadie confundido: “Los que esperan en ti no serán confundidos” (Sal 25,3a). Nadie tiene derecho a tomar la palabra de Dios como propia. ¿Por qué no dijo, así: Dios [o el Espíritu Santo o el Espíritu de revelación] no los dejará confundidos? O quien usó discurso directo: “Y el Espíritu de revelación, el Espíritu Santo dice: No dejaré a nadie aquí confundido ni saldré con gusanos detrás de la oreja…” Pronto, cuando dicho siervo de Dios asume la palabra de Dios como si fuera suya, está reclamando para sí una autoridad que Dios no le da, pues lo que Dios le da no le hace sentirse dueño del poder.

Cuadro 15 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 37:53m

Tem um monte de bilionários no mundo que nunca deram nada pra Deus, que nem acreditam em Deus, são riquíssimos, e tem até crente dentro da igreja que eu conheço que não dá dízimo, não dá oferta, não dá nada e é rico.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¡Pobre comparación! Parece que Malafaia se olvidó de los versos que dicen: “Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos”; “¿Hay alguien sobre quien no alumbre vuestra luz?” (Mt 5,45; Job 25,3). Para ser rico, no tienes que dar nada en la iglesia o creer en Dios, seas creyente o no. Una persona ya es rica o se hace rica porque así Dios le concedió ser o llegar a ser. ¿Qué diremos entonces? ¿Que Dios es injusto? ¡De ningún modo! Porque dijo a Moisés:

Terei misericórdia de quem eu quiser; terei pena de quem eu desejar.” Portanto, tudo isso depende não do que as pessoas querem ou fazem, mas somente da misericórdia de Deus. Porque, como está escrito nas Escrituras Sagradas, Deus disse a Faraó: “Foi para isto mesmo que eu pus você como rei, para mostrar o meu poder e fazer com que o meu nome seja conhecido no mundo inteiro.” Portanto, Deus tem misericórdia de quem ele quer e endurece o coração de quem ele quer (Rm 9:14-18).

Lo mismo ocurre con los pobres. Está escrito, “Nunca cesarán los pobres en la tierra”, y “En cuanto a los pobres, siempre tendréis con vosotros” (Deuteronomio 15:11; Juan 12:8).

Dios es justo. En su justicia, da, deja de dar o quita. “El Señor da pobreza y riqueza; él humilla y exalta” (1 Samuel 2:7). ¿Quién puede desafiar la acción de Dios? “Mientras actúo, ¿quién puede deshacerlo?” (Isaías 43:13c). Dios sabe de todas las cosas. Pero “Tú dices: ‘Soy rico, he adquirido riquezas y no necesito nada’. Pero no reconoce que es miserable, compadecido, pobre, ciego y desnudo’” (Ap 3:17) – las primeras son las palabras de los necios y soberbios que no reconocen la soberanía de Dios.

Además, la bendición de Dios es independiente de los diezmos y ofrendas que se dan en la iglesia o de lo que se hace en nombre de Dios, ya que estas acciones no siempre revelan una adoración sincera a Dios; incluso pueden representar una actitud mezquina como el interés en recuperar el doble o el triple o… o… lo que donaste. De escuchar tanta predicación sobre lograr prosperidad, digamos de paso, financiera, de donaciones en la iglesia, muchos terminan creyendo esto, dejando de lado la verdadera donación que agrada a Dios, y que ha sido descuidada en nombre de teologías que distorsionan la verdad. de Dios – la ofrenda de la propia vida como sacrificio vivo a Dios para servirlo con humildad y fidelidad a través de los dones a través de una vida nueva:

Irmãos, Deus mostrou por nós uma grande misericórdia. Por isso, peço-lhes que ofereçam a ele as suas vidas em sacrifício, isto é, um sacrifício vivo, puro e que lhe seja agradável. Esta é a maneira espiritual de vocês o adorarem. Não sejam mais moldados por este mundo, mas, pela nova maneira de vocês pensarem, vivam uma vida diferente. Então vão descobrir a vontade de Deus, isto é, o que é bom, agradável a ele, e perfeito. (Rm 12:1,2) 

Sin embargo, en lugar de ofrecer sus vidas a Cristo, es decir, cumplir sus enseñanzas como a) amar al enemigo, b) perdonar al ofensor, c) reconocer los propios errores, d) ser misericordioso con los demás, e) cubrir la desnudez del hermano , etc, muchos que claman “Señor, Señor” solo sacan de su boca esas palabras que no corresponden a lo que realmente sienten por el Señor. El “Señor” en sus bocas es un mero vocativo para mostrar servicio: “¿Por qué me llamáis ‘Señor, Señor’ y no hacéis lo que digo?” (Lucas 6:46). Son egoístas, no generosos. Todo lo que hicieron fue por su propio bien. Aquí está la diferencia y los resultados: “Hay quienes dan generosamente, y ven aumentar sus riquezas; otros retienen lo que deben dar y caen en la pobreza. El generoso prosperará; el que da alivio a los demás, recibirá alivio” (Pr 11, 24-25). ¡La generosidad implica una acción desinteresada y desapegada!

Cuadro 16 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 38:20m

Eu vou começar a te explicar com um texto, mas até o texto não é a coisa mais importante da explicação, mas é o começo da explicação.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Recita el Salmo 115:16, sin lectura directa de la Biblia como lo hace normalmente. Se sabe la biblia de memoria y salteados. Saber de memoria no significa saber en espíritu y en verdad. Cuantas veces recordamos un verso, citamos el verso, y no nos toca profundamente, pero cuando abrimos la biblia y leemos el mismo verso, la sabiduría de Dios se revela tan poderosamente que en ese momento aprendemos lo que nunca antes habíamos entendido de la palabra! Es como si estuviéramos leyendo algo nuevo, porque la palabra de Dios se renueva con cada lectura, en cada momento de la vida; el mismo versículo se adapta a infinitas situaciones con la provisión de Dios para cada una.

Entonces, ¿por qué no leer la Biblia, los versículos, incluso si estás en una predicación apasionada que no quiere interrupciones? Porque un texto bíblico en una predicación nunca será algo sin importancia, y nunca será solo el comienzo de una explicación humana, como dijo Malafaia: “incluso el texto no es lo más importante en la explicación, pero es el comienzo de la explicación” (refiriéndose al Salmo 115).

¡Todo el texto bíblico, desde Génesis hasta Apocalipsis, es siempre esencial! Su lectura es fundamental para una perfecta comprensión de lo que Dios quiere comunicar a las personas que están allí precisamente para escuchar lo que tiene que decir sobre sus circunstancias de vida. Ningún hombre, por más que conozca de memoria los textos bíblicos, podrá jamás suplir las necesidades espirituales del pueblo de Dios; Recuerda: ¡pueblo de Dios! El pueblo de Dios necesita de Dios, de su palabra, de su providencia, de su ayuda. Los hombres al servicio de Dios deben ser conscientes de esto. Todo lo que concierne a Dios debe estar por encima de todo lo que está por debajo de Dios. Por tanto, el texto bíblico es la mejor explicación, en sí mismo, y lo más importante en la explicación, al contrario de lo que pretendía Malafaia con sus palabras sin base bíblica. De hecho, no mencionó que la palabra de Dios es la verdad absoluta que por sí sola se revela al oyente fiel que la recibe en su espíritu sin más explicación porque se recibe por medio del Espíritu de Dios. Las explicaciones de los textos bíblicos pueden ser necesarias, pero siempre serán secundarias a la voz de Dios en el “corazón” del hombre.

Cuadro 17 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 39:11m

Você tá confundindo riqueza com prosperidade. Riqueza é possuir bens!!!

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Muchos, por lo tanto, piensan en la prosperidad solo como estatus financiero, profesional, social, etc. Confunden prosperidad con riqueza material: adquisición de bienes, grandes sumas de dinero, promoción profesional, etc. Malafaia cita solo el término “riqueza”, dejando de lado el significado de materialidad, y confunde la riqueza material con la prosperidad. Está, por ejemplo, el hecho de que una persona es financieramente rica y no próspera, y una persona pobre financieramente es próspera. La prosperidad implica riqueza, sí, pero riqueza inmaterial que puede o no generar riqueza material; la prosperidad no depende de materialidades para existir. Aquí hay un esquema simple sobre la riqueza material y la prosperidad:

Este versículo de la Biblia resume la explicación anterior: “Amado, ruego a Dios que seas prosperado en todo, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 1:2).

La confusión sobre el verdadero significado del término reside en el malentendido sobre su origen, lo que implica una errónea atribución de valores; por ejemplo, alguien que piensa que es próspero porque recibió un ascenso en el trabajo y el consiguiente aumento de salario. Esto no es prosperidad; esto es resultado del reconocimiento de otras personas por los servicios prestados y también de una tendencia económica natural en el ámbito profesional que puede estar ligada a las habilidades desempeñadas que presentan un desarrollo constante en esa función particular. La prosperidad, a su vez, se revela en la satisfacción resultante de aquellos logros que proporcionan un sentimiento de satisfacción capaz de dar estabilidad al ser interior.

En el caso específico del pueblo cristiano, la prosperidad se entiende bajo esta luz como resultado de la obediencia a las enseñanzas de Dios en cuestiones de comportamiento y acciones que reflejen la honestidad y el carácter digno de confianza. Es decir, una persona que asiste asiduamente a la iglesia, da diezmos y ofrendas, cumple con todas sus obligaciones eclesiásticas, se preocupa por agradar a sus líderes, pero no está presente en el seno de la familia, no da dinero en casa, no ofrece para ayudar a los miembros de su familia, no cumple con sus diversas obligaciones domésticas, no se preocupa por complacer a su cónyuge o a sus hijos, cae en la condición de alguien que no corresponde a la justicia de Dios, ya que ésta no se logra con obras, sino con un corazón contrito (Sal 51:17).

¿Cómo, entonces, recibir de Dios la recompensa esperada, como es la prosperidad, considerando que el término mismo significa “alcanzar lo que se espera”, según la etimología de la palabra [del latín “pro” = “a favor” + “spes” = “esperanza”], si esa persona no hiciera lo que Dios esperaba de ella? ¿Cómo se puede recompensar a una persona por algo que no hizo? Por lo tanto, dar en la iglesia no siempre significará recuperar la prosperidad si otras acciones más importantes, como ayudar a la familia, quedan relegadas a un segundo plano, contrariamente a lo que está escrito: “Aprende primero a cuidar de tu propia familia” (1 Timoteo 5:4). Es decir, si no obedeces a Dios que se agrada de los que se agradan de él y de su palabra, no hay manera de tener prosperidad; se puede, a lo sumo, tener riquezas materiales, mucho dinero, adquirir muchos bienes… – “¡Ah, pero eso es todo lo que una persona quiere!”. Pero, ¿es eso “todo” lo que necesita una persona? Nota: “Alma, tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansar, comer, beber, disfrutar. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche te pedirán el alma; y ¿qué has preparado, para quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:19-21). Un día, cuando se dé cuenta de que tiene todo y nada, ¡comprenderá que nunca tuvo prosperidad! Entonces, tal vez, será un poco tarde. ¡¡¡Despierta, oh tú que duermes en las palabras de pretendidos maestros!!! Dios se agrada de los que le buscan y los recompensa según su voluntad por lo cual, cualquier cosa que reciban, deben estarle agradecidos.

Más que enseñar sobre la teología de la prosperidad, apoyándose en versículos bíblicos a través de interpretaciones sesgadas, todo “hombre de Dios”, en el sentido más amplio de la expresión, debe estar a la altura del significado real del texto bíblico en cuanto a la noción de transformación de la vida de las personas, vive en el sentido ontológico de que se entiende, y hay que aclarar, que se pueden obtener o no riquezas materiales, pero ciertamente habrá riquezas interiores que proveerán todo lo mejor que un alma necesita, lo cual no equivale a ganancias monetarias. Metanoia no tiene nada que ver con transformar la condición económica de las personas.

Cuadro 18 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 40:55m

Sempre deram migalhas, sempre pensaram que podiam enganar Deus, a igreja e o pastor (…) As atitudes de um cristão em relação ao dinheiro determina [ipsis verbis] a qualidade da sua vida espiritual porque é impossível separar dinheiro de certas virtudes fundamentais da vida cristã.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

“Dios, la iglesia y el pastor”, dijo Malafaia. ¿Sería esta la trinidad de la Teología de la Prosperidad de la que Malafaia forma parte? ¡¿Sería eso posible?! Las expresiones aluden a un juego de palabras con argumentos potencialmente persuasivos que provocan un intercambio de significados. Y quizás esto pase desapercibido para algunos, o prefieran no entender. En uno de sus artículos sobre el diezmo publicado en su sitio web, Malafaia dice que no diezmar demuestra materialismo y avaricia; que esto equivale a un apego al dinero que demuestra un materialismo exacerbado y hasta la avaricia, pecado de idolatría, citando a Colosenses 3:5 en defensa de su interpretación.

Vea, por lo tanto, lo que realmente significa este versículo, considerando las variables del término “avaricia” como “codicia o codicia” en diferentes versiones bíblicas. El significado denotativo de avaricia se refiere a un apego extremo al dinero, preocupación por juntar más dinero, falta de generosidad, tacañería; el de la codicia se refiere a una búsqueda incesante de ganancias, ambición desmedida de bienes y riquezas, un deseo ferviente y permanente de poseer o ganar mucho más de lo necesario; la codicia se refiere a un deseo desmesurado de poder, posesiones materiales, dinero, estatus.

a) Conténtate con tu paga (Lc 3,14).

b) No codiciéis lo elevado, sino acomodaos a lo humilde (Rom 12,16).

c) Aprendí a contentarme con lo que tengo (Fil 4,11).

d) Mantente libre del amor al dinero y conténtate con lo que tienes, porque Dios mismo dijo: Nunca te dejaré, nunca te desampararé (Heb 13:5).

Parece que estos versículos no son adecuados para la teología de la prosperidad, al menos no se escuchan con frecuencia en las iglesias que la defienden. El contentamiento del que tratan los versículos anteriores es precisamente el comportamiento que Dios manda a sus fieles. El contentamiento revela la fe en Dios que suple todas las necesidades. El contentamiento lo exime de la prisa por recibir lo que necesita. Espera, pues, en el Señor (Sal 27,14). La satisfacción no lo presiona a hacer grandes ofertas para ganar mucho más.

Sin embargo, ¿cómo puede uno expresar satisfacción si escucha todo el tiempo que es necesario dar más para recibir aún más? Es urgente que las iglesias fieles a Dios desarrollen el tratamiento de la renovación de la mente por la palabra de Dios para extirpar el mal de la codicia que padecen los mendigos de diezmos y ofrendas.

Ya ni siquiera es el caso de hablar de diezmos porque esta designación ya ha sido suplantada por el término ofrendas precisamente por el significado peyorativo que ha ido sufriendo el diezmo, siendo pasado por alto en un segundo plano. Entonces, hablando más específicamente de las ofrendas en la forma en que han sido manejadas, dejan de corresponder al propósito de Dios cuyas palabras en boca de líderes codiciosos son evitadas a toda costa para no desviar al rebaño menesteroso y menesteroso del dinero contribuciones. Así que solo buscan versículos que hablen de dar dinero y dar en abundancia para asegurar una ganancia aún mayor. El que tiene, da y el que no, también da. Sin embargo, “El que tiene, recibirá más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene le será quitado” (Mc 4,25).

Recordando las palabras de Malafaia – que no dar el diezmo demuestra materialismo, avaricia, apego al dinero equivalente al pecado de la idolatría -, se puede ver la otra cara de la moneda cuya efigie retrata la no recepción del diezmo, lo que provoca una expectativa de pérdida por parte de los que propagan una idolatría disfrazada de palabra de Dios. De ahí la vehemente insistencia en inculcar en las mentes desprevenidas (o incluso egoístas) la falta de subordinación a Dios que, en consecuencia, limitará las bendiciones. Así, se pasa de la teología de la prosperidad a la teología del miedo.

Todo esto revela una obstinación por las mismas ideas que no corresponden a los ideales de Dios -la evangelización para la salvación, que nada tiene que ver con la prosperidad económica- o por los mismos pensamientos que no corresponden a los pensamientos de Dios: “Mis pensamientos no son como vuestros pensamientos, pensamientos” (Isaías 55:8).

Malafaia continúa su discurso diciendo que hay ricos que no temen a Dios y son miserables:

Cuadro 19 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 41:31m

Vai ver a vida deles, vai ver o que está por trás da cortina (…) Aos 42:59m – Eu conheço história de crentes ricos que não dão dinheiro, não dão oferta, e da noite pro dia perdem milhões, crente na igreja!, porque nunca contribuíram, sempre deram migalhas, sempre pensaram que podiam enganar Deus, a igreja e o pastor.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¡Job era temeroso de Dios, rico, diezmaba y de la noche a la mañana perdió millones! “El Señor dio, el Señor quitó; ¡Alabado sea su nombre!” (Job 1:21b), dijo Job.

Curiosamente, Malafaia crea una trinidad en la que actúa como miembro integral: “siempre pensaron que podían engañar a Dios, a la iglesia y al pastor”, es decir, ¡se pone en pie de igualdad con Dios y la Iglesia! Esto nos recuerda a la Iglesia Apostólica Santa Vó Rosa, cuya fundadora se pone en pie de igualdad con Dios, el Espíritu Santo, Jesús, y ella como Espíritu Consolador, formando una cuaternidad, la cuarta persona de la Trinidad que vendrá con Jesús para arrebatarle su Iglesia!!! Y ningún miembro de ese culto se dio cuenta de tal absurdo que se reveló en soberbia, vanagloria, ostentación del poder divino – hombre-dios que se jactaba de una condición inexistente e imposible. Esta actitud caracteriza una acción de división por la que se divide la fidelidad entre Dios y la organización[11] que, en el caso que nos ocupa, sobre todo, no parece referirse a la Iglesia de Cristo pura, santa e inmaculada, sino a la iglesia física, dirigida por un hombre religioso, ya que se refiere a la iglesia donde se reciben los diezmos o, más específicamente, donde ya no se reciben según el contexto resaltado. Y los miembros de esa iglesia, además de no prestar atención al comportamiento autoritario de su líder, no percibieron el tono amenazante de sus palabras, entendiendo que debían obedecerle, porque, de lo contrario, podrían sufrir algún tipo de castigo teología del miedo cuyo líder tiene poder sobre los creyentes desprevenidos.

Es por eso que siempre se advierte a los creyentes que presten atención a las palabras habladas y escuchadas porque penetran en la mente y el corazón, y pueden causar un gran daño espiritual al llevar a malentendidos sobre la posición de un líder religioso ante Dios. Es necesario observar lo que va entre líneas que normalmente no se percibe, quedando sólo en su superficialidad. Un creyente que es creyente necesita tener discernimiento espiritual para diferenciar términos, frases e intenciones, y rebatirlas cuando las perciba como una afrenta a la gloria de Dios ya que el Señor no comparte su gloria con nadie (Is 42,8). Visiblemente, Malafaia fue demasiado lejos en sus palabras para que ella se retractara con Dios inmediatamente mientras todavía hay tiempo (Is 55:6). Y en cuanto a los creyentes incautos, si aún no gozan del debido y necesario discernimiento espiritual, es urgente que se lo pidan a Dios inmediatamente. Malafaia y sus seguidores manifiestan una urgente necesidad de corrección por el poder de Dios para que ese día (Mt 7,21-23) el Señor los reconozca.

Además, en cuanto a la comprensión malafaica de los creyentes ricos que no dan dinero, no ofrecen, y que pierden millones por ello, por este “pecado contra el pastor y su iglesia”, uno se pregunta frente a esta afirmación contradictoria: ¿cómo ¿Cuántas personas creyentes que no son ricas también sufren varias pérdidas? ¿Será que pasaron por todo esto porque nunca aportaron económicamente a la iglesia o porque dieron migajas?! ¡Paradoja sin causa! Está escrito que Dios quiere misericordia y no sacrificio (Oseas 6:6; Mateo 9:13; 12:7). Y cuántos falsos conversos hacen donaciones con el objetivo principal de recibir más a cambio y como un mero ritual externo para complacer a sus líderes a costa de la obediencia que deben a Dios, como primar la misericordia – lealtad, verdadera consagración y sincera conversión – ¿sobre el sacrificio?

El Señor sabe todas las cosas. ¿Quién puede escudriñar los caminos del Señor, los pensamientos del Señor, los propósitos del Señor (1 Cor 2,16)? ¿Será que los acontecimientos en la vida de las personas no serían la providencia de Dios para el logro de sus propósitos, como perder para ganar o perder algo para que la gloria de Dios se manifieste como sucedió con Job?

Por lo tanto, las palabras del pastor Malafaia no concuerdan con el texto sagrado ya que su comprensión bíblica está distorsionada y, arbitrariamente, señala con el dedo literalmente (a la televisión, a los que lo miran, acusándolos) a los siervos de Dios que hacen no está a la altura de las enseñanzas en las iglesias donde predica su teología de la prosperidad.

¿Cómo perder para ganar? ¿O cómo perder para la gloria de Dios como Job? Cada uno tiene sus razones para recibir ganancias y pérdidas de Dios, y esto no se trata de dar ofrendas o no dar ofrendas, pues dar ofrendas -depende de cómo se dé, con qué corazón- puede agradar o no a Dios, pero eso no funciona su justicia; no es porque alguien hace ofrendas que está libre de los males de la tierra. Si es así, nunca se enfermaría y viviría para siempre.

¡¿Y por qué el pastor entra en pie de igualdad con Dios y la iglesia?! Parece que el creyente debe temer al pastor!!! Los valores se están invirtiendo. La mayoría de los pastores de hoy no imitan a Jesús: Jesús no se jactaba de ser igual a Dios:

Tenham entre vocês o mesmo modo de pensar que Cristo Jesus tinha: Ele tinha a natureza de Deus, mas não tentou ficar igual a Deus. Pelo contrário, ele abriu mão de tudo o que era seu e tomou a natureza de servo, tornando-se assim igual aos seres humanos. E, vivendo a vida comum de um ser humano, ele foi humilde e obedeceu a Deus até a morte — morte de cruz. (Fp 2:5-8).

¿Qué líder, pastor, reverendo, obispo, apóstol, o cualquiera que ostente su título eclesiástico-religioso sin importar la debida sumisión a Dios, se esfuerza por imitar a Jesús en su humildad? ¿Cuál? ¿Quién?

Cuadro 20 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 43:42m

As atitudes de um cristão em relação ao dinheiro determina (ipsis verbis) a qualidade da sua vida espiritual porque é impossível separar dinheiro de certas virtudes fundamentais da vida cristã tais como… generosidade… dar ofertas é tão espiritual quanto cantar hinos, dar glória a Deus…”

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Existe un lema espírita kardecista, “Fuera de la caridad no hay salvación”, que tipifica la salvación por obras: limosnas visibles a todos, diezmos y ofrendas por obligación, imposición, cumplimiento del cargo y/o por motivos mezquinos como la búsqueda recompensas ¡Las obras no salvan a nadie! Aprendemos de Dios del texto sagrado que la salvación es por gracia, y la recompensa es según la voluntad de Dios: si quiere, da; si no quieres, no puedes, independientemente de lo que otro haga en tu nombre. En ese sentido, cuando alguien da ofrendas de la iglesia por su propio interés, como hacerse digno del favor divino para recibir bendiciones aún mayores, como “Dar $ 100.00 y recibir $ 10,000”, ¿es esa ofrenda una práctica espiritual o legalista o un trato con Dios?

El fariseo era legalista. Note su corazón en este capítulo titulado “El fariseo y el recaudador de impuestos” en Lucas 18:9-14:

Jesus também contou esta parábola para os que achavam que eram muito bons e desprezavam os outros:

— Dois homens foram ao Templo para orar. Um era fariseu, e o outro, cobrador de impostos.

O fariseu ficou de pé e orou sozinho, assim: Ó Deus, eu te agradeço porque não sou avarento, nem desonesto, nem imoral como as outras pessoas. Agradeço-te também porque não sou como este cobrador de impostos.

Jejuo duas vezes por semana e te dou a décima parte de tudo o que ganho.

— Mas o cobrador de impostos ficou de longe e nem levantava o rosto para o céu. Batia no peito e dizia: Ó Deus, tem pena de mim, pois sou pecador!

E Jesus terminou, dizendo:

— Eu afirmo a vocês que foi este homem, e não o outro, que voltou para casa em paz com Deus. Porque quem se engrandece será humilhado, e quem se humilha será engrandecido.

Cualquier práctica legalista o intento de negociación es condenado por Jesús, el Dueño de la Iglesia. ¿Quién ha respetado al Dueño de la Iglesia? ¿O quién ha vencido sus criterios de salvación, bendiciones y juicio por la ley de la siembra? ¿Cuándo es una ofrenda espiritual? Cuando alguien lo hace por generosidad espontánea (Mc 12,41), y no forzado o por obligación, o para mostrar servicio y similares. “Este hombre, fijando los ojos en él, y muy asustado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y el ángel le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria delante de Dios” (Hechos 10:4).

Al leer este versículo, me juzgué a mí mismo, haciéndome culpable por no dar siempre limosna. Pero, ¿qué es la limosna? ¿Es dar R$ 1,00 o R$ 2,00 a un mendigo de la calle, a un niño de la calle? ¿O es compadecerse de los necesitados? Esta compasión no se limita al dinero, la comida y otros gastos con la persona, sino principalmente a la generosidad del corazón, de querer ayudar porque te importa, porque si no fuera así sería como los ricos que dan una mucho dinero, pero no das ni un ápice de amor y no tienen ni la más mínima preocupación por el otro ya que dar dinero ya es gran cosa, ya es hacer tu parte. “El ángel respondió: Vuestras oraciones y vuestras buenas obras han subido como ofrenda delante de Dios” (Hechos 10:4).

A veces se piensa que la limosna es sólo dinero y comida que se da a los pobres, pero hay pobres con otras necesidades a los que se puede ayudar con el amor que Dios pone en cada corazón. Este amor engloba todo lo que es bueno: querer ver feliz al otro, no querer hacerle daño, no gozar de su desgracia, hacer todo lo posible para que esté bien, orar por él, interceder por él, pensar en él con cariño, ser fiel a él Todo esto revela ese amor que viene de Dios y proporciona la paz tan anhelada por ambos a través de la respuesta del Señor de nuestras vidas. La verdadera limosna es la que sale del corazón para suplir todo tipo de necesidades, pudiendo materializarse o simplemente permanecer en un estado espiritual que, muchas veces, sólo Dios conoce. Dios llena a sus hijos de su amor, dándoles paz y alegría.

“¡¿No das limosna?! ¿Y qué hiciste ayer, hacerte daño para ayudar a otro? ¿Lo que tu amigo está haciendo no es lo mismo que lo que estás haciendo tú? ¡¿Cómo es que no das limosna?! He visto todo esto de ti y me ha venido a la memoria. Te capacito para hacer lo que yo apruebo”. Por la revelación de Dios a la mente, se entiende: si el Señor no aprueba (algunas limosnas), el Señor no capacita para hacerlo. Y por lo tanto no lo hace porque Dios no le permite hacerlo. Por eso dejas de hacerlo. Esto tiene que ver con la revelación divina, no con la revelación humana; viene de Dios y no del hombre. Cuando alguien no hace algo por la iglesia, Dios lo sabe y sabe por qué porque viene de él. Las ofrendas son sacrificios que no siempre son convenientes según Isaías 1:11a,13a,e,16c,17a-c. ¿Cuándo los rechaza Dios?

O Senhor Deus diz: Eu não quero todos esses sacrifícios que vocês me oferecem. Não adianta nada me trazerem ofertas, pois os pecados de vocês estragam tudo isso. Parem de fazer o que é mau e aprendam a fazer o que é bom. Tratem os outros com justiça; socorram os que são explorados.

En otras palabras, Dios deja claro que el pueblo debe ser ayudado y no explotado. Hay muchos creyentes puros en la fe que han sido explotados en nombre de Dios con miras a obtener cualquier clase de ganancia, especialmente la económica correspondiente a las ganancias de los diezmos y ofrendas, que para ellos está por encima del bienestar de los demás; se preocupan, por tanto, de los beneficios monetarios en detrimento de la cuestión salvífica que corresponde a la salvación de las almas por la que Jesús mandó predicar el evangelio. Contrariamente a este orden, los mercenarios del Reino que comercializan la fe cristiana sólo apuntan a los sinónimos de lucro abusivo dentro de la iglesia: favores, ventajas, prebendas, privilegios, recompensas y otros beneficios conexos.

Por ejemplo, cuando hay una pandemia y la orden es que nadie salga de la casa, pueden surgir algunos malos sirvientes guiando a la gente de la siguiente manera: “Están diciendo que nadie salga de la casa por la pandemia que causa el virus, pero la verdad es que quieren parar la Iglesia, quieren que dejes de venir a la iglesia porque entonces el diablo se va a apoderar de tu vida; quieren acabar con la iglesia. ¡No escuches la voz del diablo! Luchemos contra ellos. ¡Vamos a la iglesia que sí porque Dios es más grande! No nos pasará nada”. Y así sigue sus argumentos sesgados que van en contra de dos verdades bíblicas:

1) “Amarás al Señor tu Dios… con toda tu mente” (Lucas 10:27). ¿Qué significa todo entendimiento? Comprensión significa razón, es decir, sin fanatismo. Este tipo de predicación revela un fanatismo irreverente porque desprecia las enseñanzas de Dios acerca de ser un creyente racional que no se deja llevar por la imprudencia, porque ella te matará y el falso bienestar de los necios llevará a la destrucción (Pr 1:32);

2) “Toda alma está sujeta a autoridades superiores; porque no hay autoridad que no venga de Dios; y las autoridades que hay fueron ordenadas de Dios. Por lo tanto, quien resiste a la autoridad, resiste a la ordenanza de Dios; y los que resistan, acarrearán juicio sobre sí mismos” (Rom. 13:1, 2). Al desobedecer las órdenes de las autoridades de quedarse en casa, como se ilustra, ¿qué están haciendo los miembros de la iglesia? Tanto los líderes que ocupan cargos bajo la designación de pastores, reverendos, apóstoles, obispos, misioneros y sus seguidores no siguen la exhortación divina. Los líderes siguen sus propios entendimientos, lo que genera consejos erróneos para transmitir a sus seguidores. Estos, a su vez, escuchan la voz de aquellos a expensas de la obediencia a la voz de Dios. De esta manera, se vuelven seguidores de los hombres, creyéndose seguidores de Dios. “Mi gente no se preocupa por mí y por eso los están destruyendo. Y ustedes los sacerdotes tampoco se preocupan por mí, y se han olvidado de mis leyes” (Oseas 4:6).

El comportamiento egoísta de algunos cristianos está reñido con el comportamiento de los cristianos fieles: la viuda dio dos moneditas de poco valor, pero no fueron al hombre; era para Dios, es decir, estaba dispuesta a ser obediente a lo que creía, la ley de Dios en ese momento (Lucas 21:1-4). Esto difiere de cuando algo se le da al hombre – al sacerdote, por ejemplo – con miras a alguna devolución. Esta es una actitud farisaica, porque su base es agradable a los hombres mientras que la de los cristianos es agradable a Dios. ¿Quién es el farisaico y quién es el cristiano? Ambos son sujetos que se someten al servicio de la siembra: “Yo serviré”. En consecuencia, se vuelven dignos de la cosecha de los respectivos frutos. Por lo tanto, no hay forma de que el sujeto plante espinas y quiera cosechar manzanas; ¡No hay manera de plantar hiel y querer cosechar miel! Espina con hiel, mezcla que niega el cielo. (Mt 27:29,34).

Se oye hablar de un escándalo aquí, otro allá, de una u otra iglesia cuyos administradores malversaron cantidades recibidas en diezmos y ofrendas, cantidades que incluso se lavan. Los valores se lavan, pero el alma no. Por su avaricia, dejan de responder a las acciones de Jesús que lava a la Iglesia con agua y la purifica con su palabra, librándola de toda mancha o defecto, haciéndola irreprensible. La Iglesia es todo cristiano bautizado y regenerado: “Hizo esto para dedicar la Iglesia a Dios, lavándola con agua y purificándola con su palabra. Y lo hizo para acercarle también a la Iglesia en toda su hermosura, pura y perfecta, sin mancha ni arruga ni ninguna otra mancha” (Efesios 5:26,27).

Sin embargo, uno se pregunta: ¿desviarían o lavarían la ofrenda de la viuda o la lavarían para aprender a dar más?

Hay una diferencia entre hacer ofrendas a Dios a través de hombres dignos, con miras a Dios, y hacer ofrendas a los hombres en el nombre de Dios, con miras a los intereses humanos. Entonces, ¿cómo se hacen estas ofertas, con qué pensamiento o intención? Es como si Dios preguntara: “¿Qué os parece mejor, hacer ofrendas para agradar al hombre que no es digno o agradarme a mí que soy digno de toda adoración?” Dios es justo. Dios es fiel en su palabra: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7).

Todavía hay otro punto a considerar: si el Señor dice una cosa, esa cosa debe ser obedecida. Ayudar sin condiciones es falta de prudencia; recuerda la parábola de las vírgenes, las cinco sabias y las cinco insensatas (Mt 25,1-13). Jesús no contó esta parábola por accidente. Lo hizo para que pudiéramos aprender de él, para que no nos sobreviniera un mal peor; por ejemplo, dar ofrendas sin tener dinero, contando con la provisión de Dios que llegará después de hacerlo; o sacar dinero de su tarjeta de crédito para dar diezmos y ofrendas; o pedir prestado; ¡o usar cualquier otro medio que no sea su propia fuente de ingresos es un consejo loco! Y los que le siguen se vuelven igualmente locos por dejar de lado la razón y la prudencia con que Dios les instruye. Jesús nunca mandó a sus discípulos a hacer esto, sino que les advirtió así: “Al que no tiene, hasta lo poco que tiene le será quitado” (Mt 13, 12b). Pero, ¿por qué te lo quitarán? Porque escuchan la voz de los teólogos de la prosperidad en lugar de escuchar la voz de Dios, porque no tienen el corazón vuelto a Dios.

En una conversación con Dios, una hermana preocupada por querer ayudar a un hermano necesitado, y pasando por dificultades económicas, lloró por él con infinita piedad en su corazón:

– Dios: Recuerda lo que te dije antes: ayúdalo porque lo necesita, pero no lo compadezcas porque no lo merece. (Entendimiento: haz lo que puedas; actúa hasta donde puedas, no te pases de presupuesto, no tomes de donde no tienes, sé prudente.) Sembró cosas malas y sigue sembrando y sembrará cosas aún peores. Y no va a cambiar y va a empeorar y empeorar.

– Hermana: ¿Es el mismo Señor quien habla?

– Dios: ¡¿Y no crees lo que te digo?! No hagáis común mi palabra; yo soy el que habla

Inmediatamente, recordó este versículo: “Y le vino una voz: ¡Levántate, Pedro! Matar y comer. Pero Pedro dijo: De ningún modo, Señor, porque nunca he comido cosa común e inmunda. Y la voz le dijo por segunda vez: No hagas común con lo que Dios ha limpiado” (Hechos 10:13-15). Incluso para ayudar a alguien se necesita sabiduría, y esta viene directamente de Dios a nosotros cuando lo buscamos antes de escuchar a diferentes “pastores”, creyendo que sus palabras son verdaderas y garantía de prosperidad en cualquier ámbito. Si las acciones no están guiadas por la instrucción de Dios, nunca generarán buenos resultados.

Lea la biblia antes de confiar ciegamente en las palabras de ciertos pastores solo porque tienen fama y dinero, que parecen ser los mejores ejemplos de cómo alcanzar la prosperidad. Examine versículo por versículo, cruce los versículos para saber si realmente las cosas son como predican, porque la Biblia misma se explica cuando la leemos en espíritu y en verdad, es decir, con el corazón vuelto a Dios, libre de cualquier lujuria. “Estos de Berea eran más nobles que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Actúa como los bereanos: analiza tus palabras contra el texto sagrado para asegurarte de que coincidan. Examine todas las cosas para ver si realmente vienen de Dios (1 Tes 5:21).

El verdadero siervo de Dios no comete actos farisaicos. Por ejemplo, los fariseos exaltaban el corbán (una ofrenda al Señor que se hacía en el templo) por encima de valores esenciales como el celo por los padres:

Vocês, porém, ensinam que alguém pode dizer a seus pais: Não posso ajudá-los. Jurei entregar como oferta a Deus aquilo que eu teria dado a vocês. Com isso, desobrigam as pessoas de cuidarem dos pais, anulando a palavra de Deus a fim de transmitir sua própria tradição. E esse é apenas um exemplo entre muitos outros (Mc 7:11-13).

¡No! ¡Claro que no! No ganarían nada cuidando a las personas necesitadas o enseñando a otros a cuidar de ellos. Si una acción no era rentable, si no ofrecía ventajas de ningún tipo, “¡¿por qué lo hago?!” En efecto, la ofrenda que era para el Señor era para ellos, que se enriquecían a costa de la fe de los demás; en cuanto a los infieles en la piel de los fieles, esta oferta se convirtió en un pretexto para escapar de ciertas obligaciones como descuidar la responsabilidad de cuidado debida a los padres. En este sentido, esta ofrenda se convirtió en un ejercicio religioso en contra de la palabra de Dios con el consentimiento de quienes actuaban como representantes de su pueblo; de hecho, una abominación a los ojos de Dios. Tanto los que dieron la ofrenda como los que la recibieron despreciaron la enseñanza de Dios sobre la piedad filial, de modo que tal religiosidad violó el mandato de Dios de honrar al padre ya la madre.

Aquellas y tales personas como ellas, en aquel tiempo y en la actualidad, superan la ley del amor y de la misericordia que está por encima de cualquier práctica legalista contraria a favor de sus propias entrañas. “El Señor se complace más cuando hacemos lo correcto y lo justo que cuando le ofrecemos sacrificios” (Pr 21:3), pero no enfatizan esta enseñanza porque no les es provechosa. Es decir, manipulan la palabra de Dios a su antojo para su propio beneficio.

En Lucas 21:1-4, la viuda pobre colocó dos moneditas[i] en la caja de ofrendas del templo. ¿Quién valoraría una oferta tan pequeña? Jesús. ¿Quién puede decir que sigue su ejemplo al pie de la letra, valorando una oferta que no vale nada a los ojos del hombre? Si la teología de la prosperidad es bíblica, tal como la defienden sus partes interesadas en dar abundantemente para recibir aún más, ¿qué hay de la reacción de Jesús ante la oferta de la viuda? ¿Jesús no conocía esta teología? ¡¡¡Sí, es omnisciente!!! Conoce las intenciones de los hombres. En su momento, esta terminología tal como hoy se entiende aún no existía, pero lo que le concierne siempre ha existido en el corazón y en la mente del hombre, algo que Jesús supo porque conoce a cada una de sus criaturas, porque sondea sus pensamientos que conducen a aceptables o acciones reprobables. La prosperidad es un don divino que es independiente de las acciones humanas, ya que se sabe que Dios da y toma según su misericordia y justicia. Por tanto, Jesús sabía y sabe que no es cuánto da una persona, sino cómo, con qué corazón, con qué intención lo hace.

Esta ilustración de un hecho bíblico fue grabada para que todo el que la lea sepa esto, que Dios mira el corazón, la intención digna, digna de alabanza delante de él. Las dos monedas que la viuda pobre ofreció al templo (y no en el bolsillo de los sacerdotes, quienes, además, ni siquiera las querrían por su “aparente” falta de valor) valían mucho más para Dios que los denarios ofrecidos al templo, o más bien, en los bolsillos de los sacerdotes. En otras palabras, la teología de la prosperidad que enfatiza “dar más para recibir más” no está en línea con el pensamiento de Dios; por lo tanto, ¡no es bíblico!

4.3.4 EL VERDADERO VALOR DE UNA MONEDA PARA JESÚS

El denario era la moneda principal en la época de Jesús. Esta era la moneda bajo cuyo valor se denotaban las grandes sumas ofrecidas para la realización de los tratos negociados entre sacerdotes e infieles que proveían para sus negocios, es decir, la riqueza de los sacerdotes y las ganancias y ventajas de quienes las ofrecían: una corrupción dentro el templo de Dios! Tales oferentes insinceros que se habían infiltrado en el templo del Señor fueron aprobados por los hombres (religiosos) pero desaprobados por Dios. Su oferta egoísta no agradó al Maestro del Templo, el Señor de la fe genuina.

Denario de Tiberio

El leptón era la moneda más pequeña de la época, equivalente a 1/128 de denario:

Lepton de Poncio Pilatos

¿Por qué Jesús, al dar testimonio de la pequeña ofrenda de la viuda, la exaltó en lugar de alabar a los que dieron abundantemente? El Señor valoró la humilde ofrenda de la viuda pobre porque ella ofreció con el corazón y no con una mente egoísta que busca ganar mucho más de lo que da, que ya ofrece esperando la devolución, que ofrece no por fe, sino por codicia. A los ojos de Jesús, una ofrenda del corazón, una ofrenda de amor, está por encima de las abundantes ofrendas de religiosos ambiciosos que no se preocupan por el bienestar de los demás, sino por su propio vientre. La bendijo por su abnegación, por su entrega, en medio de todas sus dificultades. Los dos leptones ofrecidos por la viuda pobre denotaban el valor inconmensurable de una ofrenda santa, digna del Señor. Tanto es así que Dios habla, y parece que ciertas personas optan por no escuchar. Dios dice que lo que le agrada no son los sacrificios, los holocaustos, las ofrendas, sino el corazón quebrantado, la adoración verdadera, la obediencia, la misericordia. Lea y vea si no es cierto:

“Ó Deus, o meu sacrifício é um espírito humilde; tu não rejeitarás um coração humilde e arrependido” (Sl 51:17).

“Os verdadeiros adoradores vão adorar o Pai em espírito e em verdade. Pois são esses que o Pai quer que o adorem” (Jo 4:23).

“Porque eu quero misericórdia e não sacrifício; e o conhecimento de Deus, mais do que holocaustos” (Os 6:6)

“O que o Senhor pede de ti, senão que pratiques a justiça, e ames a beneficência, e andes humildemente com o teu Deus?” (Mq 6:8).

“O que é que o Senhor Deus prefere? Obediência ou oferta de sacrifícios? É melhor obedecer a Deus do que oferecer-lhe em sacrifício as melhores ovelhas” (1 Sm 15:22).

Por lo tanto,

a) ¿De qué sirve ofrecer grandes sumas en ofrendas o incluso no tener que dar y pensar que es un gran sacrificio sacar dinero de tu tarjeta de crédito o sacar un préstamo para ofrecer o diezmar en las iglesias? ¡Esta es una forma de diezmar la fe y, en consecuencia, el bolsillo!

b) ¿De qué sirve ofrecer grandes sumas en ofrendas en las iglesias si no tienes humildad ante Dios para reconocer tu dependencia de él, y no de las falsas promesas de falsos pastores que prometen abundancia de dinero si das dinero en abundancia? ¡Esta es una forma de diezmar la fe y, en consecuencia, el bolsillo!

c) ¿De qué sirve ofrecer grandes sumas en ofrendas en las iglesias si no ofrecen a Dios un verdadero culto que implique obediencia a su voz y no a la voz de los hombres que hablan mentira en su nombre, proclamando la prosperidad económica en detrimento de la ¿Cuáles son las virtudes espirituales de las cuales se complace Dios? ¡Esta es una forma de diezmar la fe y, en consecuencia, el bolsillo!

d) ¿De qué sirve ofrecer grandes sumas en ofrendas en las iglesias si no practican la justicia y la bondad que equivalen a conocer a Dios en la obediencia a su palabra que exhorta a no hacerse siervo de las riquezas (Mt 6,24) y no tener amor al dinero porque ese amor al dinero es la raíz de todos los males; es decir, no es el dinero la raíz de todos los males, sino el amor, el apego a él, como por él hacer cosas impropias, cometer actos de impiedad, dejar de hacer el bien sin ver a quién, y tantas otras actitudes que desagradan a Dios y que son desaprobados por él. “El amor al dinero es la raíz de todos los males. Algunos, codiciando el dinero, se apartaron de la fe y se atormentaron con muchos sufrimientos” (1 Timoteo 6:10). ¡Esta es una forma de diezmar la fe y, en consecuencia, el bolsillo!

Deberían prestar más atención a estos versículos de la Biblia: “No obstaculicen la acción del Espíritu Santo. Manténgase alejado de todas las formas del mal. Que Dios los haga puros y completamente dedicados a él”. (1 Tesalonicenses 5:19,22,23).

En todo esto se ve que los mercenarios de la fe se sirven de una mala exégesis sobre la ley de la siembra en la que:

a) Destacan que a mayor oferta, mayor cosecha;

b) Destacan la abundancia de la ofrenda con la visión codiciosa de recibir aún más.

¡¿Qué tiene esto que ver con el reino de Dios?! Todo aquel que lee la Biblia con la fiel intención de poner en práctica exactamente lo que está escrito, aun cuando enfrente grandes dificultades para hacerlo debido a la debilidad de su humanidad, es un creyente digno y aprobado por el Señor, porque Dios mira a la persona del hombre corazón y sabe exactamente lo que hay en él. Quien es fiel Dios sabe que es fiel; quien no es fiel Dios sabe que no es fiel. Simples así. Por lo tanto, no hay gran oferta que pueda encubrir las malas intenciones del corazón. ¡Dios no se burla! — lo que el hombre sembrare, segará (Gálatas 6:7). Dios no puede ser engañado, porque es omnisciente y ve las profundidades del alma que el hombre mismo no conoce: “Entonces Pedro preguntó: ‘Ananías, ¿cómo permitiste que Satanás llenara tu corazón, de modo que mentiste al Espíritu Santo? y te quedas con una parte del dinero que recibiste por la propiedad?’” (Hechos 5:3).

¿Cuál es la diferencia entre Ananías y este tipo de ofrendante en la iglesia actual de la que ahora se habla? Ninguno, pues el problema de cada uno radica en la mala intención de buscar el beneficio de una forma u otra. Pero Dios escudriña los motivos del corazón y da a cada uno según sus obras.

La estrategia eclesiástica para lograr la prosperidad terrenal la hace caer del lado de la materialidad financiera, haciéndola efímera, y contradiciendo todo el significado de la prosperidad desde la perspectiva bíblica. Privaciones y dificultades que nunca dejarán de afectar a una persona, cristiana o no, que muchas veces le quitan la paz, es como si no existieran para los conversadores de la teología de la prosperidad, tema tan importante que se descuida en la Iglesia de Jesús cuyo principal objetivo cae en el olvido en favor de provechosas entradas en su seno.

A quién le importa predicar así: “¿Son ministros de Cristo? Yo aún más: en peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en vigilias, muchas veces, en hambre y sed, en ayunos, muchas veces, en frio y desnudez. Además de las cosas exteriores, me oprime cada día el cuidado de todas las iglesias” (2 Cor 11, 23-28). ¿A quién le importa transmitir estas palabras a la Iglesia para que conozca la perseverancia del Apóstol Pablo en medio de tanta adversidad para inspirarle el mismo don y la misma actitud como forma de prosperidad espiritual? No, este tipo de predicación brinda paz y consuelo a los miembros de la Iglesia en términos de fe, pero no es rentable en términos de ofrendas en efectivo. Es decir, el enfoque de la Iglesia de Jesús ha sido cambiado por aquellos que la ven como una máquina de hacer dinero.

Sin embargo, deben prestar más atención al texto sagrado en 1 Tesalonicenses 5:19,22,23 para que a) no obstaculicen la acción del Espíritu Santo, b) eviten toda forma de mal y c) Dios los haga pura y completamente dedicada a Él.

Asaf el levita no estaba nada cómodo con la prosperidad del impío ante las privaciones del pueblo de Dios como leemos a continuación, pero, de igual manera, este mismo impío se levanta en la Iglesia de Jesús con rostro justo – lobo devorando bolsillos de piel de oveja, túnicas, títulos, y todo lo demás que se asemeja a los fariseos usurpadores de la Iglesia del Señor Jesucristo. Sin embargo, al final, el mismo Asaf se da cuenta de la miseria de los infieles a Dios a través de su justicia: “Entendí lo que sucederá al final con los impíos. Los pones en lugares donde resbalan y los haces caer muertos. Son destruidos en un momento y tienen un fin horrible” (Sal 73, 17-19).

Cuadro 21 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 47:36m

Em todas as épocas da existência (da história) humana, toda a adoração a Deus foi o oferecimento de alguma dádiva em reconhecimento à soberania e à misericórdia de Deus. (…) A oferta é uma semente que honra a Deus.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¡¿De qué ofrenda está hablando este pastor?! ¿Oferta en efectivo “solo”? ¿Y quién no tiene dinero, cómo lo hace? ¿Toma prestado dinero para dar en la iglesia, sin practicar la palabra de Dios que aclara a nuestro entendimiento que prestaremos a muchos, pero no pediremos prestado? “Prestarás a muchas naciones, pero de nadie tomarás prestado” (Dt 28:12b). ¿O no deberíamos tener suficiente dinero para obtener dinero en nuestra tarjeta de crédito para dar en la iglesia? ¿No recuerda el versículo que dice quién es una ofrenda al Señor? Está escrito: “Ofreced vuestros cuerpos a Dios. Que sean un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” (Rom 12, 1). ¡¿Y la oferta de “alabanza de labios” no cuenta?! “Oh Señor, acepta la ofrenda de alabanza de mis labios, y enséñame tus ordenanzas” (Sal 119:108).

Si es para hablar de ofrendas que agradan a Dios, ¿por qué no citar estos versículos para que el pueblo de Dios sepa todas las formas de ofrecer a Dios además de las donaciones monetarias? ¿Por qué no adoctrinar al pueblo de Dios con todos los versículos pertinentes a la verdad revelada y voluntad de Dios, según el tema de la predicación respectiva, y no solo versículos separados del contexto general de un capítulo determinado con la intención de enfatizar intereses mezquinos? basado en la palabra de Dios para parecer justo, correcto y aprobado por Dios, cuando en realidad no es nada de eso?! El único culto aceptable es la ofrenda de la vida entera a Dios. Y eso implica adoración incondicional, porque Dios sigue siendo Dios independientemente de cualquier cosa en la vida del creyente fiel. Dios es Dios sin importar las circunstancias. Recuerda trabajo. Que el Señor capacite a cada creyente para tener una fe inquebrantable.

“¡Ciego! Porque ¿qué es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? (Mateo 23:19). Cuando la ofrenda se valora sobre el Altar de Dios, cabe una verdadera negación de la persona divina, ya que el Altar del Señor es precisamente su representación. ¿Y cómo se produce esta sobrevaloración de la oferta a expensas del reconocimiento de que Dios está por encima de la oferta? Cuando se deja de tener comunión con Dios al descuidar los mandamientos más importantes de la ley como son la justicia, la misericordia, la fidelidad, la benevolencia y la humildad ante Dios (Mt 23,23; Miq 6,8).

Las vanidades de los que dan ofrendas:

Cuántos dadores de ofrendas en mega templos y también en iglesias más humildes se llenan de vanidad porque daban sus ofrendas, grandes o pequeñas, para que el pastor viera más que para que Dios viera, pero no practican la justicia de Dios cuando afligen a sus cónyuge en el interior del hogar donde la congregación no tiene acceso, dejando de practicar el juramento hecho en el Altar de Dios de que cuidaría de ese cónyuge?

Cuántos dadores de ofrendas en mega templos y también en iglesias más humildes se llenan de vanidad porque han dado sus ofrendas, grandes o pequeñas, para que el pastor vea más que para que Dios vea, pero no practican la misericordia hacia un hermano que necesita ayuda económica o alimentaria o perdón por cualquier falta cometida o cualquier otro cuidado que agradaría a Dios, recordando lo que dijo Jesús: “Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; Fui forastero y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; estuve enfermo, y me visitasteis; Estuve en la cárcel y vinisteis a verme” (Mt 25,35,36). Sin embargo, actúan como el sacerdote y el levita, esos hombres que se decían hombres de Dios, pero que nada manifestaban de Dios, porque no ayudaron al hombre caído en el camino por el que pasaban, y, si no fuera por el buen samaritano, el hombre habría muerto (Lucas 10:30-37).

Cuántos dadores de ofrendas en mega templos y también en iglesias más humildes se llenan de vanidad porque daban sus ofrendas, grandes o pequeñas, para que el pastor viera más que para que Dios viera, pero no practican la fidelidad a Dios que está ligada al cumplimiento de sus mandamientos como amar a Dios sobre todas las cosas -lo que equivale a dejar todo lo demás en un segundo plano-, y al prójimo como a sí mismo: dos mandamientos que resumen todos los mandamientos (Mt 22,36-40). ¿Practican este amor? ¿Obedecen ellos esta ordenanza de Dios? Cuando una persona deja de dar la debida y posible ayuda a un hermano en necesidad o le alberga odio por alguna ofensa sufrida además de no perdonarlo, no está en obediencia a Dios (1 Juan 4:8), porque, teniendo en su manos o pudiendo hacerlo, no lo hace: “Siempre que puedas, ayuda al necesitado. No le digas a tu prójimo que espere hasta mañana si puedes ayudarlo hoy” (Pr 3:27,28).

Cuántos dadores de ofrendas en mega templos y también en iglesias más humildes se llenan de vanidad porque han dado sus ofrendas, grandes o pequeñas, para que el pastor vea más que para que Dios vea, pero no practican la beneficencia que implica ayudar otros sin sentido, sin ver a quién, libres de intereses personales como en no “dar con una mano y mostrar con la otra”, como está escrito: “Cuando ayudes a alguien en necesidad, hazlo de tal manera que ni siquiera tu mejor amigo sabrá lo que has hecho” (Mt 6,3); o libres de intereses egoístas, como valorar los resentimientos que inhiben el perdón, que se sitúan por encima del bien que podemos hacer por los demás: “Los fuertes debemos soportar las debilidades de los débiles y no complacernos a nosotros mismos. Por tanto, cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para la edificación” (Rm 15,1,2), siguiendo el ejemplo de la abnegación de Cristo y también del apóstol Pablo: “Imítenme, como yo también , de Cristo” (1 Cor 11,1).

Hacer cosas buenas para mostrar servicio o presentarse así como dejar de hacer cosas buenas por razones egoístas como el orgullo herido, dejarse contaminar por el veneno de los demás, no refleja una ayuda confiable para los demás, sino una ventaja para uno mismo, acción en beneficio propio; por lo tanto, esto no es beneficencia, por mucho que pueda servir a los demás. Estas malas actitudes alejan al cristiano de las normas bíblicas porque revelan el deseo de la persona de promocionarse ante los líderes y otros hermanos, lo cual es antibíblico, cualquiera que sea la motivación -religiosa, política, eclesiástica, etc – porque desvía el foco del objetivo bíblico-evangelístico que se ve obstaculizado por la falta de la espiritualidad necesaria para el sostenimiento de la iglesia –pueblo de Dios necesitado– en lo que respecta al ámbito económico en el que está envuelto el dinero. Así, comienza a existir en la iglesia un ambiente comercial y no un espacio espiritual dedicado a la práctica de la beneficencia.

Cuántos dadores de ofrendas en mega templos y también en iglesias más humildes se llenan de vanidad porque han dado sus ofrendas, grandes o pequeñas, para que el pastor vea más que para que Dios vea, pero no practican ser humildes ante Dios porque no reconocen que sólo Dios es digno de toda exaltación y alabanza. Actúan como si estuvieran tratando de quitarle Su propia gloria a Dios. “No creas que eres mejor de lo que realmente eres. Más bien, pensad humildemente en vosotros mismos” (Rom 12, 3). La falta de humildad presupone el egoísmo, pues refleja un comportamiento mezquino que te hace pensar sólo en ti mismo y nunca en los demás, y peor aún, ¡nunca en Dios! Porque dicen seguir a Jesús, pero no imitan su comportamiento humilde al despojarse de su divinidad para convertirse en una persona común:

Nada façam por ambição egoísta ou por vaidade, mas humildemente considerem os outros superiores a si mesmos. Cada um cuide, não somente dos seus interesses, mas também dos interesses dos outros. Seja a atitude de vocês a mesma de Cristo Jesus, que, embora sendo Deus, não considerou que o ser igual a Deus era algo a que devia apegar-se; mas esvaziou-se a si mesmo, vindo a ser servo, tornando-se semelhante aos homens. E, sendo encontrado em forma humana, humilhou-se a si mesmo e foi obediente até à morte, e morte de cruz! (Fp 2:3-8).

Dijo el predicador:

Cuadro 22 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 48:23m

Como é que nós nos atrevemos a não dar nada para o reino de Deus?

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Dos preguntas: 1) Atrévete a no dar nada: ¿este “nada” significa dinero en el contexto respectivo? 2) ¿Qué se le dará a Dios?

Así le responde la palabra de Dios que es verdadera: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?” (Sal 116:12). ¿Dios está hablando aquí de “dar dinero” en su Iglesia? Una exégesis perfecta de este versículo prueba que nada de lo que hagamos o haremos puede superar los beneficios de Dios: ofrendas monetarias, ofrendas materiales diversas, buenas obras, sacrificios, vida religiosa, etc; además, el texto revela que la única forma de dar a Dios lo que le agrada como forma de agradecimiento por los beneficios recibidos es tomar la copa de la salvación, es decir, reconocer el sacrificio vicario de Jesús y la salvación que nos ofrece.

Por tanto, la fe que uno recibe de Dios es lo único que tiene que devolver a Dios en agradecimiento por el bien que ha hecho por él, y no el dinero. Incluso en el AT, el diezmo, cuyo contenido era “el alimento y la ayuda de los levitas” (Nm 18,21; 28; 27,30,32), correspondía a la ley, a una obligación, a una responsabilidad ante Dios, por mucho que se evidenciara gratitud, y que, en el sentido de obligación, dejó de existir con la llegada de la Gracia en el NT. Sin embargo, muchos líderes religiosos hoy en día abusan de los diezmos y las ofrendas, por lo que lo que Jesús ya predijo lo llevó a pronunciar la siguiente exhortación: “Escrito está: ‘Mi casa será llamada casa de oración, pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones’” (Mt 21,13). Quien toma la copa de la salvación como dijo David -el hombre conforme al corazón de Dios, y no cualquier religioso- invoca siempre el nombre del Señor como una forma de declarar su total dependencia de él porque reconoce su Señorío sobre su vida; ningún dinero puede estar por encima de eso. Hay que reconocer que, según su aplicabilidad, el diezmo bíblico puede convertirse en un mal (Ecl 5,1) tanto para el que da como para el que lo recibe si no se fundamenta en Jesús y sus enseñanzas (Mt 23,23; 2 Cor 9,7). Es necesario un esclarecimiento serio y adecuado sobre los diezmos y las ofrendas dentro de la Iglesia a través de estudios comprometidos con la verdad bíblica.

Dios se agrada de la persona que cree en él, cuando cree que puede hacer mucho más de lo que pide o piensa (Ef 3:20), cuando cree que no hay límites ni imposibles para él (Lucas 1: 37) y, por lo tanto, no depende de sus ofertas para hacer algo por ella cuando es una creyente fiel. A Dios no le agradan las ofrendas de los necios (Ecl 5:1), es decir, los que creen erróneamente, pensando que es dar ofrendas que agradarán a Dios sin importar la necesidad de someterse a Su voluntad y debido culto.

Puedes dar una ofrenda de dinero como contribución al reino de Dios por la cuestión de la conciencia hacia los necesitados, y también actuando como el apóstol Pablo – quien fue un ejemplo para aquellos que pueden trabajar en la iglesia sin la “obligación” de recibir un salario, hasta que reciba ofrendas, como recibió el apóstol Pablo. Pero, ¿quién quiere imitar al apóstol Pablo? Sin embargo, él mismo decía que a todos les correspondía imitarlo (1 Cor 11,1), sin recibir un salario – pero nunca con el pensamiento de hacer ofrendas “en la iglesia” (porque se podía hacer de muchas otras maneras) agradar a Dios, de lo que no habla ningún pastor “profesional”) es actuar con verdadero agradecimiento, porque dar dinero a la iglesia, en grandes sumas, no significa que a Dios le agrade, basta observar cómo actúa Jesús con respecto a los diezmos y ofrendas en el templo y todo lo que dice al respecto. El que tenga oídos para oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias (Mt 11,15), ¡no lo que dicen los “hombres religiosos” a las iglesias! Lo único que dicen para escuchar y buscan practicar es el texto bíblico que es la voluntad expresa de Dios (Mt 23,3), el mensaje para creer.

Por todo esto, ¿cómo puede un predicador de la palabra de Dios preguntar:

– ¡¿Cómo nos atrevemos a no dar nada al reino de Dios?!

¡¿Cualquier cosa?! ¿Tiene que ser dinero? ¡¿Y si no tienes dinero, no queda nada para darle a Dios?! Y la fe, que Dios dio a sus hijos que la practican fielmente día tras día, ¿de nada vale?! Por mucho que parezca bíblico, este discurso no lo es, porque presenta el escándalo contra el cual Jesús se manifestó: “¡Ay de aquel por quien vienen los escándalos!” (Lc 17,1). Es necesario que todo pastor recuerde lo que Dios dice sobre los escandalosos (Mt 18,7) y se aparte de la mala exégesis.

¿Qué, de hecho, agrada a Dios? Vea:

Holocaustos e oblações pelo pecado não te agradaram (Hb 10:6). Tem porventura o Senhor tanto prazer em holocaustos e sacrifícios, como em que se obedeça à palavra do Senhor? Eis que o obedecer é melhor do que o sacrificar; e o atender melhor é do que a gordura de carneiros (1 Sm 15:22). O Senhor diz: Eu não quero todos esses sacrifícios que vocês me oferecem. Estou farto de bodes e de animais gordos queimados no altar; estou enjoado do sangue de touros novos, não quero mais carneiros nem cabritos (Is 1:11). Ora, atentou o Senhor para Abel e para a sua oferta, mas para Caim e para a sua oferta não atentou (Gn 4.4,5).

¿Por qué Dios no prestó atención a la ofrenda de Caín? ¿Cuántos hay en la iglesia haciendo ofrendas a Dios con el corazón y la mente de Caín? ¿Por qué el pastor de la iglesia no enseña a sus miembros que antes de hacer ofrendas (u ofrecer sus sacrificios) es necesario limpiarse de su corazón malvado y corregir sus pecados, y solo entonces volver al templo y hacer las ofrendas? ¿De qué sirve hacer ofrendas a Dios con un corazón lleno de odio, amargura, resentimiento contra un hermano? Lo correcto es dejarse guiar a buscar primero corregir sus errores y pecados y, sólo entonces, proceder con las ofrendas en la iglesia para que sean aprobadas y aceptadas por Dios; de lo contrario, serán meras formalidades y una demostración de servicio, como está escrito: “¡Tus holocaustos no son agradables ni satisfactorios, ni tus ofrendas son aceptables!” (Jeremías 6:20).

Pero no, dejan que el pueblo la ofrezca de todos modos, sea cual sea el estado emocional, espiritual, sentimental en que se encuentre, siempre que la ofrenda sea en dinero. Borran de la memoria el versículo que dice: “Examínese cada uno a sí mismo” (1 Cor 11,28) antes de hacer obras en el nombre de Dios. Que santidad, que alabanza, que obediencia a Dios hay en esto, en este mal comportamiento de los pastores que instruyen al pueblo a dar dinero, y no a dar la vida en sacrificio, es decir, a entregarse a Dios como a El le place, en obediencia a su palabra, antes de hacer donaciones monetarias, porque dar dinero es fácil, pero dar la vida purificada, darse a Dios mediante la autocorrección de los errores y pecados asumidos es muy difícil, y esto dificultaría el aumento de las donaciones monetarias en la Iglesia, considerando el tiempo de estas autocorrecciones! ¡¿Qué pastor fariseo querría perder el tiempo en eso?! ¡El tiempo apremia y tu bolsillo tiene prisa!

Despierta, oh durmiente, pueblo necio que aprendes de los pastores la codicia que predican y ellos mismos predican que no es ser codicioso. Una verdadera paradoja: no seas codicioso, da; pero sé codicioso, da mucho para recibir mucho más. ¿Es esto de Dios? Detente y reflexiona con un corazón y una mente dispuestos a aprender la verdad sobre la voluntad de Dios para hacer ofrendas en la Iglesia que pertenecen a Dios, es decir, hacia causas necesarias como ayudar a los pobres, tomar todo el dinero de los diezmos y las ofrendas y distribuirlo en alimentación, sanidad e higiene, etc, y dejar de lado el tema del salario de la iglesia que gracias a Dios ya tienen un buen trabajo con un buen salario; ¿Por qué no trabajar de esa manera original en la iglesia del Señor Jesús? ¡Para eso fundó la Iglesia y no para otros fines destinados a la ganancia personal y financiera!

4.3.5 LOS QUE TIENEN OIDOS ESCUCHEN LO QUE EL ESPIRITU DICE A LAS IGLESIAS!

¡Abajo el oportunismo dentro de la Santa e Inmaculada Iglesia de Jesús! Basta de ofrendas en la iglesia que llegan a ser de religiosos fanáticos, que no lo son por Jesús, sino por otros intereses que nada tienen que ver con su propuesta de salvación a través de su sacrificio. Pregúntele a un pastor de la misma manera que le preguntaría a un político si trabajaría sin paga, si aceptaría solo una modesta asignación (¡y eso sería mucho!). ¿Qué pastor está dispuesto a servir en una iglesia donde no hay diezmos ni salario pastoral, como el apóstol Pablo, y las ofrendas se distribuyen públicamente para suplir las necesidades de su pueblo necesitado? ¡Solo un pastor verdaderamente desprendido del amor al dinero! Conozco al menos una de esas iglesias y su pastor.

Véanse los ejemplos en los países de San Marino y Suecia, cuyos políticos son los más frugales del planeta, como le dijo el diputado Per-Arne Håkansson, del partido socialdemócrata, a BBC News Brasil[12] en su oficina en el Parlamento sueco:

Somos cidadãos comuns. Não há sentido em conceder privilégios especiais a parlamentares, uma vez que nossa tarefa é representar os cidadãos e conhecer a realidade em que as pessoas vivem. Também pode-se dizer que é um privilégio em si representar os cidadãos, uma vez que temos a oportunidade de influenciar os rumos do país.

Valentina Rossi, doctora en historia por la Universidad de San Marino[14], dice que el sistema de Diarquía mediante el cual se eligen dos jefes de Estado, quienes se dividen sus responsabilidades, siendo ambos capitanes-regentes –el cargo más alto del país– es una tradición heredada de la República Romana de que uno ejerza control sobre el otro para que el poder no se concentre en manos de una sola persona.

Mientras tanto, en Brasil, en 2020, el salario de un diputado federal es de R$ 33.763,00 (Decreto Legislativo n° 276/14 – art. 1)[13] además de innumerables otros beneficios, y las personas que votaron por ellos son quienes paga las cuentas del país!!! Toma ese salario y paga a un diputado federal lo mismo que recibe un político sueco o samaritano. ¿Aceptará? ¿Manifestará el don de representar a los ciudadanos brasileños en todas sus necesidades privados de este enorme salario? ¿Será suficiente actuar con este único propósito, únicamente en beneficio de las personas, para que permanezcan en ese rol?

Lo mismo ocurre con muchos predicadores cristianos de la fe en el dinero de Mammon y no en el Evangelio de Jesús. ¡Saca los salarios y descubrirás quién es un verdadero pastor y quién es un verdadero político! ¡Ser político y pastor con salarios altos y millones de suscriptores a canales de internet donde obtienes aún más ganancias es fácil! Quítelo todo y funda una iglesia de socorro sin fines de lucro donde sea Jesús quien aparezca y no el renombrado pastor de alto estatus social (Juan 3:30); quitarlo todo y actuar, políticamente, sin fines de lucro. Allí encontrarás a un pastor y político serio. Se dice que un hombre es verdaderamente conocido cuando se le da poder.

Malafaia narrando un diálogo simbólico seguido de una complementación:

Cuadro 23 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a los 51:52m

– Pastor, eu dou oferta simplesmente pelo ato de dar.

– Sim, trouxa, ok trouxa, eu respeito você trouxa. (…)

A bíblia faz uma analogia da oferta com a semente pra que você entenda que todo agricultor que planta quer colher. Você deve dar oferta na expectativa que você vai colher na sua vida (..) porque se você vim [ipsis verbis] com essa pseudossantidade, essa falsa santidade, você tá equivocado com essa sua plantação porque eu nunca vi agricultor dizer: ‘Olha, eu plantei maçã aqui, mas se não der, não tem problema, não; tá plantado ai’. É ruim, meu irmão, eu plantei laranja e quero colher laranja, eu plantei oferta na casa de Deus e vou colher bênçãos materiais na minha vida e espirituais também.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Está escrito en 1 Corintios 9:9-10, “En la Ley de Moisés está escrito: ‘No pongas bozal al buey que trilla’. ¿Está Dios interesado en los bueyes? ¿O fue sobre nosotros que dijo eso? ¡Por supuesto que esto está escrito a nuestro favor! Tanto el que planta como el que cosecha hacen su trabajo con la esperanza de recibir su parte de la cosecha”. Sin embargo, esto no significa que una persona no pueda o no quiera hacer sus ofertas desinteresadamente. Es creíble que alguien haga algo por otro solo por el deseo de hacer el bien sin ver a quién y sin segundas intenciones. Muchas personas hacen esto incluso por amor, sin interés en recibir nada a cambio, sin buscar ganancias o beneficios por delante.

En los versículos 11 y 12 se entiende como derecho que quien trabaja para Dios reciba alguna recompensa material; sin embargo, el apóstol Pablo aclara que no usa este derecho para no perturbar el evangelio de Cristo. ¿Por qué “perturbar” en el sentido de dañar? Porque cualquier tipo de pago que recibiera podría convertirse en un obstáculo para la difusión del evangelio debido al juicio negativo y la mala impresión que llegarían a tener los seguidores y esto terminaría desviándolos del camino de Cristo. Sabiendo que su obra en el reino era un deber que Dios le había dado para cumplir, no vio por qué recibir pago en dinero o comida, pero entendió que su pago era la satisfacción de proclamar el evangelio sin cobrar nada y sin exigir su derechos como predicador del evangelio (vv. 15-18). Tenía una profesión propia que le garantizaba un salario para su sustento y otras necesidades; nunca aprovecharía el servicio cristiano o la posición de un predicador para recibir pago por su trabajo. ¿Qué pastor sigue hoy al pie de la letra este ejemplo del apóstol Pablo?

Note 1 Timoteo 5:17,18: “Los ancianos que hacen un buen trabajo en la iglesia merecen doble paga, especialmente aquellos que trabajan duro en la predicación del evangelio y la enseñanza cristiana. Digno es el trabajador de su salario.”

Dios requiere que a los ministros se les pague por su trabajo.

A los que predican el evangelio, que vivan del evangelio.

Proporcionar a los ministros del evangelio lo que necesitan es un mandato dado por Dios.

Así como los sacerdotes en Israel eran sostenidos por su trabajo, los ministros del Nuevo Testamento debían ser sostenidos.

El texto quiere decir el trabajador para que Dios reciba, no el oferente para ganar más porque hace ofrendas. De hecho, este discurso a favor de una gran colección de ofrendas en el momento del ofertorio en servicios apunta a lo siguiente: a más ofrendas, más ganancias. Además, el derecho que garantiza la palabra de Dios a los señalados anteriormente no les da derecho a aprovecharse de su derecho a seguir pidiendo más y más ofrendas, obligando a la entrega de diezmos para aumentar su salario y tergiversando el texto bíblico para garantizar el retorno financiero.

En otras palabras, se entiende que un predicador egoísta quiere decir esto: “Hacer ofrendas por interés en recuperarlo, no por puro interés en dar sin esperar una devolución”. No se trata de tener el derecho dado por Dios de recibir el fruto de la siembra, pero la teología de la prosperidad enseña específicamente a dar con miras a devolver – este objetivo erróneo trastorna el significado del texto bíblico sobre los diezmos y las ofrendas que son explotados de manera contraria a la verdad expresada de Dios. Las cosas de Dios no deben ser así, sino dar por amor desinteresado, desinteresadamente; dar con una mano sin mirar la otra.

¿Pseudosantidad? ¿Falsa santidad? (a las 52:20m) – Malafaia utiliza un argumento de cuasi-persuasión contra quien ofrece desinteresadamente, con la intención de obligar a sus oyentes a creer que lo bueno y lo verdadero es ofrecer con vistas a un retorno rentable, y que el creyente que actúa en contra de esta comprensión es fingida, falso creyente – distorsión de significados, proposición antitética. Es necesario estar atento a sus palabras que omiten el verdadero significado que proponen y confunden las mentes descuidadas: “Porque así como Eva fue engañada por las mentiras de la serpiente, temo que vuestra mente se corrompa y abandonéis la devoción sincera y pura a Cristo” (2 Cor 11, 3).

¡¿Cuántos dan una oferta sin querer nada a cambio, por el simple hecho de que quieren ayudar, sin ningún interés, y luego ni se acuerdan que ayudaron, ofrecieron?! ¿Cuántos hacen la obra de Dios, alabando, enseñando, predicando, sin cobrar nada por ello? Cuántos ministros literarios escriben para la gloria de Dios por el simple deseo de transmitir lo que han recibido por inspiración divina con la esperanza de ver al lector convertido a Cristo, y si el lucrar con la venta de libros es una mera consecuencia, pero nunca ¿la razón principal? Mira lo que dijo:

Cuadro 24 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” en 53:06m

Não está aqui alguém que quer contar uma vantagem pra vocês; não está aqui alguém que quer contar uma coisa pra dizer que eu sou bam-bam-bam na área: Por favor, irmãos, eu sei tudo de semente. Tudo de plantação é comigo mesmo.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Entonces ahora le toca a alguien responder que tampoco es bam-bam-bam, y no pueden decir que es bam-bam-bam porque, de hecho, hace la obra de Dios sin ningún interés económico. Si no cree que la gente puede hacer el bien a los demás sin interés, es porque él mismo no lo hace. ¡Él no cree que la gente pueda hacer el bien a los demás sin interés porque él mismo no cree en esa posibilidad!

Por lo tanto, declaró con vehemencia: “Lo sé todo desde la semilla”. ¡¿Lo sabes?! Considerando las diferentes versiones de la Biblia para comparar dos versículos de la Biblia, vea lo que está escrito sobre alguien que se comporta como un sabelotodo:

Tabla 25 – Comparación entre los versos destacados en diferentes versiones

1 Timoteo 6:4 1 Corintios 8:1b,2
A21 – “É arrogante e não compreende nada, mas delira em questões e discórdias acerca de palavras”.

 

A21 – “O conhecimento dá ocasião à arrogância, mas o amor edifica. Se alguém supõe conhecer alguma coisa, ainda não conhece até o ponto em que é necessário conhecer.”
ARA – “É enfatuado, nada entende, mas tem mania por questões e contendas de palavras.”

 

ARA – “O saber ensoberbece, mas o amor edifica. Se alguém julga saber alguma coisa, com efeito, não aprendeu ainda como convém saber.”
ARC – “É soberbo e nada sabe, mas delira acerca de questões e contendas de palavras.”

 

ARC – “A ciência incha, mas o amor edifica. E, se alguém cuida saber alguma coisa, ainda não sabe como convém saber.”
NAA – “Esse é orgulhoso e não entende nada, mas tem um desejo doentio por discussões e brigas a respeito de palavras.” NAA – “O conhecimento leva ao orgulho, mas o amor edifica. Se alguém julga conhecer alguma coisa, ainda não conhece como deveria conhecer.”
NBV-P – “é orgulhoso e nada entende. Esta pessoa tem um interesse doentio, provocando discussões acerca de palavras, que acabam em inveja e cólera, e que só conduzem à difamação, a acusações e suspeitas malignas.” NBV-P – “Esse tipo de conhecimento traz orgulho, mas o amor edifica. Se alguém pensa que sabe todas as respostas, está apenas mostrando sua própria ignorância.”
NTLH – “Essa pessoa está cheia de orgulho e não sabe nada. Discutir e brigar a respeito de palavras é como uma doença nessas pessoas.”

 

NTLH – “Esse tipo de conhecimento enche a pessoa de orgulho; mas o amor nos faz progredir na fé. A pessoa que pensa que sabe alguma coisa ainda não tem a sabedoria que precisa.”
NVI – “é orgulhoso e nada entende. Esse tal mostra um interesse doentio por controvérsias e contendas acerca de palavras, que resultam em inveja, brigas, difamações, suspeitas malignas.” NVI – “O conhecimento traz orgulho, mas o amor edifica. Quem pensa conhecer alguma coisa, ainda não conhece como deveria.”
NVT – “é arrogante e sem entendimento. Vive com o desejo doentio de discutir o significado das palavras e provoca contendas que resultam em inveja, divisão, difamação e suspeitas malignas.” NVT – “O conhecimento traz orgulho, enquanto o amor fortalece. 2Se alguém pensa que sabe tudo sobre algo, ainda não aprendeu como deveria.”

 

TB – “este é cheio de orgulho e nada sabe, mas delira acerca de questões e contendas de palavras, das quais se originam invejas, brigas, calúnias, suspeitas injustas.” TB – “A ciência incha, mas a caridade edifica; se alguém pensa que conhece alguma coisa, não a conhece ainda como convém conhecer.”
VFL – “essa pessoa está cheia de orgulho e não sabe nada. Ela tem mania de discutir e brigar por causa de palavras. E destas coisas surgem inveja, desavenças, insultos, desconfianças.” VFL – “O conhecimento nos enche de orgulho, mas o amor fortalece. Se alguém pensa que sabe alguma coisa, de fato ainda não sabe como deveria saber.”

Fuente: Biblia YouVersion. 1 Corintios 8 y 1 Timoteo 6.

Así que presta atención a todo este texto en 1 Timoteo 6:3-10 (A21) bajo el título “Los peligros de la avaricia”, ponderando otros títulos en diferentes versiones de la Biblia como “Los falsos maestros y los peligros de las riquezas”; “Exhortaciones y consejos generales”; “Falsas Enseñanzas y Verdadera Riqueza”; “El amor al dinero”:

Se alguém ensina alguma outra doutrina e discorda das sãs palavras de nosso Senhor Jesus Cristo e da doutrina que é de acordo com a piedade, é arrogante e não compreende nada, mas delira em questões e discórdias acerca de palavras; dessas coisas nascem invejas, brigas, calúnias, suspeitas maliciosas, disputas de homens de entendimento corrompido e privados da verdade, que imaginam que a piedade é fonte de lucro. De fato, a piedade acompanhada de satisfação é grande fonte de lucro. Porque nada trouxemos para este mundo, e daqui nada podemos levar; por isso, devemos estar satisfeitos se tivermos alimento e roupa. Mas os que querem ficar ricos caem em tentação, em armadilhas e em muitos desejos loucos e nocivos, que afundam os homens na ruína e na desgraça. Porque o amor ao dinheiro é a raiz de todos os males; e por causa dessa cobiça alguns se desviaram da fé e se torturaram com muitas dores.

Cuadro 26 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” en 53:39m

Se você obedecer os princípios que você acabou de aprender[ipsis verbis]

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

¿Acabo de aprender de quién? ¿Obedecer los principios que acabas de escuchar de quién? Principios exegéticos[ii] por el hombre Malafaia, entronizando la teología de la prosperidad. Cuando los principios bíblicos no se entienden literalmente, existe una fuerte tendencia a darles la interpretación más conveniente.

Además, para no ser engañados por los falsos profetas (Mt 24, 24), los principios a los que se debe prestar atención son: a) guardarse de los manipuladores de la palabra de Dios, es decir, de los falsos profetas como predicadores de falsas doctrinas, aquellos que no tienen base bíblica (Mt 7,15; Col 2,8), yb) aprender a discernir espíritus. Entonces, más importante que negociar con Dios por una vida financiera sólida es pedirle a Dios que te dé sabiduría y discernimiento espiritual que se refieran a los principales dones que un cristiano debe buscar de Dios (1 Cor 12:8,10).

Los manipuladores de la fe llevan a los fieles a creer que “es dando como recibimos”, contrariamente al principio bíblico de que Dios hace llover sobre justos e injustos y hace salir el sol sobre malos y buenos (Mt 5 :45), tenga misericordia de quien quiera (Rom 9,18) y bendiga a quien quiera, independientemente de las acciones del hombre. Nadie tiene que dar para recibir; si Dios quiere bendecir, lo hará incondicionalmente, porque no se limita a los caprichos humanos como muchos líderes de la iglesia están declarando: “Yo determino el milagro de la prosperidad financiera en tu vida; diezma, da abundantes ofrendas y verás tu éxito financiero”. ¿Qué pasa con los ricos y millonarios que no son cristianos, no creen en Dios y no dan diezmos ni ofrendas en las iglesias? Sin embargo, está escrito: “No te enojes por el que prospera en su camino, por el hombre que hace que se realicen artificios” (Salmo 37:7 – King James). Además, quien determina todo es Dios; ningún hombre tiene ningún poder para determinar nada que esté más allá de sus límites. Cuando el hombre actúa sintiéndose dios, la determinación se convierte en una pesada carga que sólo Jesús puede llevar, liberándolo de ella (Mt 11,30). Esta determinación humana es muy peligrosa cuando involucra aspectos espirituales. Es urgente tener mucho cuidado con este “¡Yo determino!”

4.3.6 ¿QUÉ VIENE DE ARRIBA?

Este predicador de renombre en los medios de comunicación, que tiene el arte de la retórica, expuso estos principios con mucha soltura, de manera aparentemente indiscutible, apoyándose en la teología de la prosperidad que, por cierto, está en auge, pero que no corresponde a lo que viene de lo Alto, es decir, de Dios. ¿Porque? Vea:

1) ¿La biblia habla de prosperidad?

¡Sí! He aquí algunos versículos: Sal 1:3; 23:1; 128:2; Proverbios 28:25; Jeremías 29:11; 2 Corintios 9:8.

2) ¿Dice la biblia que es Dios quien te da fuerza y ​​capacidad para generar riqueza?

¡Sí! — Deuteronomio 8:18.

La partícula enfática “es…eso” significa que es Dios quien fortalece y capacita a una persona para adquirir riqueza y no diezmos, ofrendas, limosnas, etc. Es decir, adquirir riqueza depende de la liberalidad de Dios al dársela al hombre, y no de la liberalidad del hombre al dársela a la iglesia oa cualquier otra persona. ¿Ves cómo un juego de palabras cambia el significado de las oraciones? ¡Así ordenan los teólogos de la prosperidad sus discursos, que no son prédicas!

3) ¿Dice la biblia que la bendición del Señor es lo que enriquece?

¡Sí! — Proverbios 10:22.

De nuevo la presencia de la partícula enfática “es eso”, es decir que la bendición del Señor es lo que enriquece a la persona y no los diezmos, ofrendas, limosnas, etc. Es decir, que una persona se enriquezca depende de la bendición de Dios y no de las acciones o recursos humanos. Malafaia utilizó todo un culto para enseñar cómo enriquecerse a costa de voluminosas ofrendas cuando la Iglesia de Cristo debe esforzarse por la predicación del Evangelio y sus sanas doctrinas para la edificación espiritual de los fieles; La enseñanza de la Biblia nunca debe ser reemplazada por ningún otro medio que reste valor al propósito divino de salvación para toda la humanidad. La verdad bíblica en todos los aspectos y para todos los propósitos es insustituible. No hay recursos que puedan suplantar los medios de Dios para dar a su pueblo lo que sabe que corresponde a sus necesidades reales. Esta técnica de “captar la mirada del pueblo de Dios” basada en textos bíblicos mal explicados, como la recompensa abundante a través de los diezmos y las ofrendas, cuyo verdadero contenido no se enseña adecuadamente en las iglesias, es anticristiana, antibíblica y puede llevar a muchos a desviarse del Camino y ser engañados: “¡Ay de ellos! Porque anduvieron en el camino de Caín, codiciosos de ganancias, se lanzaron en el error de Balaam, y fueron absorbidos por la muerte en la rebelión de Coré” (Judas 1:11).

El tema en evidencia aquí es con respecto a fomentar una fe antropocéntrica en detrimento de una cristocéntrica, por lo que en lugar de llevar a las personas a convencerse de su naturaleza pecaminosa y buscar la regeneración para alcanzar la salvación, utilizan las iglesias como fuentes de ingresos ganancias y ventajas tanto económicas como de estatus social (cuando hablamos de beneficios espirituales es sólo para suavizar el peso de esta verdad), llevando a los feligreses a los mismos intereses, desviándolos del objetivo principal por el cual Jesús dio su vida; esto queda relegado a un plano secundario.

4) Cuando una persona cree en el Señor Jesús y es transformada por el evangelio, ¿esa persona prospera?

¡Sí! – Filipenses 4:11-13.

La Biblia dice que el que ama a Dios es próspero, pues de él aprende a estar contento en cualquier situación, teniendo mucho o poco, siendo grande o pequeño. Ser próspero no es ser económicamente rico. Tener prosperidad es no tener riqueza financiera. Hay mucha confusión en el uso de este término y sus derivados.

No todo creyente será rico en dinero, pero ciertamente será rico en la abundante gracia de Dios sobre su vida, porque Dios promete dar a los que le aman, le obedecen y confían en él todo lo que necesitan, es decir, la necesaria . No es necesariamente todo lo que quieres, sino todo lo que necesitas que puede ayudar con las necesidades, eso es prosperidad. Los defensores de la teología de la prosperidad incluso usan estas palabras, pero su aplicación práctica difiere de lo que dicen porque siempre enfatizan el retorno financiero.

¿Cómo se puede entender la prosperidad sin ser exclusivamente desde una perspectiva financiera? Por ejemplo, en lugar de gastar dinero en bebidas alcohólicas que sólo conducen a trampas, en lugar de invertir dinero en adicciones, en compulsividad, en actos de placer momentáneo con consecuencias duraderas y dañinas como el sexo pervertido o el adulterio, en lugar de dedicarse a cosas inútiles, una persona, cristiana o no, prosperará actuando en contra de estos comportamientos. ¿Como asi?

Una persona que invierte su salario en cosas rentables, por pequeñas o grandes que sean, será próspera, porque está actuando con racionalidad invirtiendo su dinero sabiamente, sin malgastarlo en cosas vanas o dañinas. Esta actitud abre la puerta al camino de la prosperidad: seguridad de paz interior, paz familiar, paz espiritual, paz emocional, paz en todos los sentidos. ¡Esto es prosperidad!

Entonces, si la prosperidad es algo beneficioso, ¿dónde está el problema con la teología de la prosperidad? La respuesta está en la pregunta: ¿Predica la teología de la prosperidad los principios bíblicos exactamente como se describen? Por ejemplo:

a) ¿Alguien se hace rico por hacerse evangélico, ya que en el evangelio se encuentran muchos milagros?

Muchos confunden la prosperidad con la bendición de Dios, como limitando la verdad bíblica, porque hay ricos-pobres y ricos-pobres. ¿Jesús era rico-pobre o pobre-rico? ¿Era el apóstol Pablo rico-pobre o pobre-rico? El hecho de ser económicamente pobre no impide que una persona sea rica en virtudes, espiritualmente rica, para que pueda gozar de muchos dones de Dios con pocos recursos económicos.

La medida de la pobreza o la riqueza de una persona no está en sus posesiones materiales, en los bienes que tiene, en su cuenta bancaria, sino en lo que es, en lo que hace y, más aún, en cuánto teme a Dios. Un pastor económicamente rico que no teme a Dios ya que no explica el texto sagrado según la verdad bíblica, aun con el agravante de influir negativamente en sus oyentes – ovejas del reino de Dios que pueden perderse en medio del redil – es un pastor pobre espiritualmente, pobre en la comunión con Dios.

A diferencia del apóstol Pablo quien, en medio de su pobreza económica, influenció al mundo entero con sus palabras de fe basadas en la verdad del evangelio tal como es, libre de exégesis intencional. Si tuviera que pasar por el tamiz de la teología de la prosperidad, seguramente sería reprobado por ser considerado un fracasado que no creció económicamente porque “hizo algo mal, no siguió bien lo que el pastor enseñaba en la iglesia” quien, por cierto, tiene éxito financiero. “Es culpa suya y no del pastor, ni de la doctrina recibida. El que no supo aplicar correctamente las enseñanzas recibidas”.

Esta es la retórica de los oradores de la teología de la prosperidad para aquellos que no pueden dejar de ser financieramente pobres sin importar cuánto den en la iglesia, sin importar cuánto obtengan préstamos para ofrecer en la iglesia, sin importar cuánto retiren los montos de las tarjetas de crédito para ofrecer en la iglesia iglesia, por mucho que tomen de su propio salario para ofrecer en la iglesia las cantidades que luego necesitarán, por mucho que hagan votos de ofrecer grandes cantidades y cumplirlas, por mucho que obedezcan las instrucciones de sus pastores para hacer ofrendas en la iglesia. ¿Es esto lo que Dios enseña en su palabra? ¿Apoya la palabra de Dios la hermenéutica falaz de la teología de la prosperidad?

b) ¿Alguien se enriquece dando a la iglesia una gran ofrenda en efectivo, basándose en el argumento de que cuanto más da una persona, más recibirá?

Si das poco, recibirás poco; si das mucho, mucho recibirás”, como predican muchos pastores (¡¿pastores?!), aprovechando sin escrúpulos el texto sagrado donde está escrito: “El que poco siembra, poco recoge; el que mucho siembra, mucho cosecha” (2 Cor 9, 6).

Dios paga, pero uno no debe hacer las cosas con este interés. Que el recibir a Dios sea algo natural y no premeditado. ¡Que la persona sea generosa y no calculadora! Por eso está escrito: “El Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7). ¿Cuál es el corazón de los adeptos a la teología de la prosperidad frente a esta verdad bíblica?

Entiende la verdadera interpretación del texto sagrado en 2 Corintios 9. Contribuir es igual a sembrar semillas: si plantas 3 semillas, cosecharás 3 frutos. Al plantar u ofrecer, la persona recibe más de Dios para poder ofrecer aún más porque a Dios le agrada su actitud de abnegación, de total desprendimiento, de liberalidad (Sal 112,9). Esta actitud revela que la persona no tiene otro interés que ayudar a los necesitados, ayudar a la iglesia a ayudar a los necesitados; recibir de Dios será algo natural y no basado en el entendimiento de que dando se recibirá. Desde el momento en que una persona va a ofrecer, teniendo en cuenta que recibirá aún más, deja de ser liberal y se vuelve egoísta. Ya ha perdido la virtud de la ofrenda desinteresada, ya ha perdido el sentido de la liberalidad (2 Cor 9,13).

La liberalidad no es dar con intención de devolver, sino dar sin intención de devolver, por lo que no encaja en la orientación malafaica de que “si das con generosidad, ganarás aún más; si das mucho, ganarás aún más” – el significado de la oración subordinada adverbial condicional pierde su virtud en comparación con el significado dado por la oración principal. ¿Dónde está la liberalidad en eso? Liberalidad significa generosidad, es decir, desprendimiento del dinero que se revela en la actitud de quien ofrece algo o una ofrenda en la iglesia “sin esperar nada a cambio”; no realiza una oferta buscando un mayor rendimiento económico.

Por lo tanto, el tema no es necesariamente el retorno financiero, sino la visión de este retorno, la intención de esta oferta, la motivación para hacer esta donación en la iglesia. ¡¡¡Ese es el problema!!! ¿Dónde hay prosperidad en eso? ¿Dónde hay desapego en eso? ¿Dónde hay liberalidad en eso? En otras palabras, las malas interpretaciones del texto bíblico son claras, frente a una exégesis errónea y sesgada, muy lejos de lo que el texto realmente quiere decir. ¡¡¡No se engañe!!! El verdadero cristiano puede pedir a Dios el don del discernimiento de espíritus para no ser engañado por los falsos profetas, que usan la palabra de Dios a su antojo para su propia conveniencia, usurpando el verdadero sentido de los textos de las Escrituras.

c) ¿Pueden los donantes de la iglesia experimentar la multiplicación de su dinero a través de la negociación con Dios?

¡Solo porque Jesús multiplicó los panes y los peces no significa que tenga que multiplicar su dinero!

En este contexto religioso, no de pura fe, sino de mezquinos intereses, los milagros de la multiplicación (2 Re 4, 42-44; Mt 14, 20-21; 15, 36-38) que muchos aprovechan para fortalecer la teología de la prosperidad que tanto defienden con clavos, dientes y argumentos falaces nunca se explican a la luz del verdadero propósito bíblico: la salvación de la humanidad por el poder de Dios que, como Logos – Jesús encarnado, es el Pan de vida (Jn 6 :33-35) que acaba con el hambre física, espiritual, emocional – da vida al mundo que la recibe como alimento vivo que satisface todas las necesidades por la fe. Las necesidades no son vanidades; son necesidades. Esto es lo que muchos son incapaces de comprender y aún confían en malos intérpretes para engañarlos sobre las verdaderas prácticas de Jesús, sus razones y sus fines. ¿Por qué, entonces, no enseñan esta verdad, que estando en comunión con Dios uno tiene todo lo que uno “necesita”, nada más que lo que es necesario; lo necesario es lo necesario y con eso hay que contentarse (1 Tm 6,8); sin embargo, ¿quién está preparado para escuchar esta verdad y sentirse plenamente bendecido por Dios?

La verdad es que si Dios quiere dar más, más allá de lo que alguien ya tiene, lo hará sin importar las ofrendas o cualquier servicio hecho en su reino con segundas intenciones. Además, Dios no es un agente de seguros en el que se invierte con fines lucrativos, ni es un camarero dispuesto a servirnos con un chasquido de dedos. Dios no está obligado a multiplicar el dinero de nadie por hacer ofrendas grandes o pequeñas. Dios bendice a quien Él quiere sin importar sus acciones (Rom 9:18; Mt 5:45).

Finalmente, si alguien está en la iglesia con estos pensamientos de recibir y recibir más y más, el que va a la iglesia por bendiciones en lugar de ir a buscar al Dueño de la bendición, en realidad no tiene intención de estar con Dios, sino solo de explorar a Dios. El que tiene estos fines miserables ya ha recibido su recompensa (Mt 6, 2): los que hacen ofrendas para presentarse ante los hombres “religiosos” (los que dicen ser siervos de Dios, pero son siervos del bolsillo; esclavos del metal bajo , pero no de Cristo [1 Cor 7,21-23]) y los que hacen ofrendas con la mezquina intención de sacar provecho de las ofrendas- y con esa mente y con ese corazón no podéis servir a Dios, porque eso no está en conforme a los propósitos divinos, sino a la idolatría de las riquezas (Mt 6,24).

La fe bíblica es confiar en Dios y no recibir regalos (Jeremías 17:7). Ser bienaventurado es consecuencia de la fe y de la comunión con Dios.

Cuadro 27 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a la 1:00:17h

Panhei um dinheiro emprestado (CDC) pra trazer pra igreja porque eu não tinha… na campanha que nós fizemos aqui. (…) [Deus falou para ele:] A sua semente frutificou na sua vida.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Primero dice que después de ofrendar no le pasó nada bueno sino una deuda que duró hasta el año siguiente, y después de algún tiempo empezó a dar fruto, porque sólo después supo que lo que se siembra hoy tiene un tiempo de maduración. Es decir, ofrecerás hoy, pero no te está garantizando que cosecharás mañana; sólo hay promesa de prosperidad, pero ninguna garantía de prosperidad inmediata. ¿No tienes dinero para dar? Saque un préstamo para hacerlo, porque con el tiempo cosechará las recompensas. Aunque con él sucedió diferente según el relato de la segunda experiencia a continuación:

Malafaia recordando una experiencia:

Cuadro 28 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 1:03:25h

Mas lá no meu coração disse assim: ‘Dê a maior oferta que você já deu até hoje’. Tá amarrado, Satanás. Diabo, tu ta falando aqui dentro da igreja?! (ele ri) Capeta, sai!!! Aqui no meu coração: ‘Dê a maior oferta que você já deu até hoje na sua vida’. Eu falei: Não, não posso. ‘Você ouviu a palavra? A fé vem pelo ouvir e ouvir a palavra. Você pode crer. Você não tá apertado? Então essa é a melhor hora de você semear’. Vou fazer uma maluquice aqui. E aí eu fui me lembrar qual foi a maior oferta que eu já tinha dado no meu ministério e me lembrei que foi R$100.000,00. Eu tô ficando maluco; a minha oferta tem que ser maior do que R$100.000,00. ‘Uma vozinha disse: Você tem trinta dias pra efetuar a oferta’. Não, tem que ser agora. Peguei meu talão de cheque (…) R$ 120.000,00; tinha que ser maior do que R$100.000,00. Fui lá na frente, botei o envelope, o pastor orou. (…) Uma irmã me pegou pelo braço e disse assim: ‘Eu e meu marido decidimos mandar R$60.000,00 pro seu ministério’. Ela (a oferta) não demorou um minuto depois da oração. No outro dia de manhã, (…) eu abri o bilhete e tava escrito assim: ‘Mês que vem, eu vou enviar R$87.000,00 pra ajudar na compra da propriedade’. Em menos de doze horas (…) soma, irmão, R$60.000,00 com R$87.000,00 são R$147.000,00 e o Espírito Santo falou ao meu coração: ‘Isso é só o princípio’. Irmãos, em nome do Senhor Jesus, receba aqui essa palavra porque Deus quer fazer isso na tua vida. Deus quer que a tua semente frutifique.” (1:08:47 – palmas, mas nem todos).

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

En la primera experiencia adquirió una enorme deuda por haber decidido hacer una oferta en base a un préstamo bancario. La mente ya está preparada para el que nada ofrece y no recibe a cambio como aquel cuya deuda se extendía hasta el año siguiente; es decir, el oyente pensará: “Ay, si le pasó a él, me pasará a mí; Solo persevero. Por lo tanto, ofreceré, haré lo mismo, tomaré un préstamo…”. Sin embargo, en la segunda experiencia recibió de vuelta 147 mil hasta el día siguiente. ¡Qué ejemplo! He aquí un oxímoron que prepara el corazón para no recibir y para recibir es decir, no hay garantía de nada, como si todo su discurso anterior no pudiera confirmar el rendimiento rentable que sugiere. Con él pasó justo después de la oferta, y al día siguiente sobraba, pero con otros puede ser mañana o mucho tiempo después, o nunca, dependiendo de si la persona está haciendo las cosas bien o no. De hecho, ¿hizo lo correcto en ambos experimentos? Esto es exactamente lo que Dios requiere del oferente, hacer un CDC o dar un cheque cuya cuenta no cubre la cantidad determinada “con el huevo en la gallina”, es decir, contando con algo incierto, a la espera de que luego “Dios proporcionará” el valor de la cuenta? ¿No sería eso tentar a Dios (Mt 4,7)? Siempre que alguien actúa deliberadamente con la conciencia de que no puede suplir una demanda a la que se somete, pero sin embargo la pone en práctica con la esperanza de que Dios la suplirá y le perdonará su incursión en la oscuridad, está tentando a Dios. ¿Tentar a Dios podría ser sinónimo de fe?

Dios realmente hace milagros, prospera, recompensa. Dios es el que sabe todas las cosas; la gente solo imagina. Pero es cierto que Dios actúa con cada uno de manera personal y especial según su omnisciencia y justicia. La experiencia con Dios nunca será una “receta de pastel”. En esto parece estar de acuerdo, ya que en el minuto 59:48 dice: “No le digo a nadie que haga esto; Estoy diciendo ‘Yo, Silas Malafaia’”. Por eso, nada mejor que estar atento a la voz de Dios acerca de cómo le hablará a tu corazón para hacer una determinada oferta en tu iglesia. Tan útil e instructivo como es un testimonio, no puede ser seguido por otra persona, a menos que Dios lo revele a su corazón.

No puedes andar tratando de imitar el éxito de los demás, porque lo que a uno le funciona no siempre le sirve a otro o lo que Dios te dijo, a otro le dirá lo mismo. Por lo tanto, por mucho que haya asumido que esta es su posición, no deja de ser inductivo. La verdad es que Jesús no usó un método inductivo, sino que hizo que las personas miraran dentro de sí mismas y no a los demás. Malafaia se protegió diciendo que no le estaba ordenando a nadie que hiciera lo mismo que él, pero que podría haberlo hecho mejor, guiando a la iglesia a actuar de la siguiente manera: “Esta es mi experiencia, pero debes escuchar lo que Dios va a decir a tu corazón después de este mensaje mío; no lo tengas en cuenta, no. Ora y escucha la voz de Dios, pues puede ser que te diga que no quiere que le ofrezcas dinero en la iglesia, sino que tienes otra forma de ofrecerle tu servicio en la iglesia o incluso fuera de ella en su nombre; por ejemplo, haciendo trabajo de calle como predicar, ayudar en hospitales, cárceles, comunidades, etc. No se sabe exactamente qué obra quiere Dios que hagamos hasta que recibimos directamente de él, Dios mismo, la dirección que debemos seguir, la forma de actuar, lo correcto que debemos hacer”.

Es bueno que todo testimonio termine con la aclaración de que es una respuesta divina a una manifestación de fe; Que sea siempre para animar la fe. Que cada uno busque a Dios y reciba de él instrucción sobre lo que realmente debe hacerse en su reino y en ciertas circunstancias de la vida personal (Sal 32, 8). De lo contrario, todos saldrán de una iglesia queriendo hacer lo mismo que escucharon y el resultado no siempre será satisfactorio porque no siempre corresponderá a lo esperado. De ahí al desencanto y consecuente alejamiento de Dios hay un salto:

Quanto a estes pequeninos que creem em mim, se alguém for culpado de um deles me abandonar, seria melhor para essa pessoa que ela fosse jogada no lugar mais fundo do mar, com uma pedra grande amarrada no pescoço. Ai do mundo por causa das coisas que fazem com que as pessoas me abandonem! Essas coisas têm de acontecer, mas ai do culpado! (Mt 18:6,7).

Pequeños: no sólo niños, sino también otros seguidores de Jesús que eran “débiles en la fe”, es decir, personas cuya fe aún no era fuerte y madura (1 Cor 8, 9). La iglesia de Jesús está llena de personas en esta condición de fragilidad espiritual e inmadurez cristiana por lo que cualquier decepción que surja por falta de comprensión es razón suficiente para dejar la iglesia, no el edificio físico, sino la iglesia espiritual que corresponde a la Esposa de Cristo que se sustenta en la fe y no en los recursos humanos.

Acerca de 2 Crónicas 20:20:

Cuadro 29 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 1:12:07h

“Crede nos seus profetas e prosperareis”. Eu sou profeta de Deus para tua vida aqui essa noite. (…) vc vai pedir um dinheiro emprestado… e vai plantar na tua igreja (…) não vou dizer pra você que vai ser na semana seguinte… você vai colher.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Soy el profeta de Dios para tu vida.

¿Qué efecto puede tener esta declaración de autosuficiencia en un oyente? Es natural sentirse obligado a obedecer la voz de su interlocutor, especialmente cuando se trata de un pastor predicando la palabra de Dios dentro de la iglesia en medio de un servicio. Naturalmente, la tendencia del oyente en este caso será buscar obedecer al pastor en todas sus instrucciones por temor a convertirse en un rebelde contra la palabra escuchada porque cree que tales instrucciones vienen directamente de la boca de Dios a la boca del profeta autodenominado.

Sin embargo, el falso profeta siempre tiende a culpar a sus seguidores por sus fracasos. Afirman categóricamente que la culpa de no conseguir las cosas siempre es del creyente que no cree lo suficiente, que su fe es débil, porque las palabras y directrices del pastor siempre son perfectas. Es interesante el argumento de Malafaia (a los 3 y 6 minutos del citado video): “La única manera de que tengas una vida de prosperidad (…) que no te falte y hasta te sobra es que seas liberal. ‘Oiga, pastor, ¿por qué no me funciona? ¿Por qué hago una oferta y no funciona?” Tal vez no tengas las actitudes adecuadas; tal vez esa es la razón. Hoy aprenderás cuál es realmente la oferta. ¿Cuáles son tus actitudes? Tal vez aquí te equivoques: incluso das una oferta, pero tus actitudes no son actitudes reales y correctas como dice la biblia en el acto de dar y por eso no tienes resultado. ¡¿Estás lista, cariño?!”

¡La retórica de siempre! ¡¡¡La culpa es siempre del oferente al que se le “acusa” de haber hecho algo mal!!! ¿Jesús acusa a alguien? ¿Quién suele hacer acusaciones?

Además, una persona sabe cuando tiene un llamado de Dios, y eso es verdad; una experiencia personal que nadie puede conocer, solo yo y Dios, y por lo tanto nadie puede refutarla. Sin embargo, esto es algo de lo que una persona no se jacta, llenándose la boca para declarar al mundo que es un profeta de Dios, que tiene un llamado divino, porque quien lo tiene, Dios lo sabe y cualquiera entiende sin tener que hacerlo decir cualquier cosa. Entonces, ¿por qué seguir tratando de inculcarlo en la mente de los demás si es algo que sucede espontáneamente por el poder de Dios?

Cuadro 30 – Extracto del video “Uma vida de Prosperidade” a las 1:13:10h

Eu vou emprestar pra quinze de vocês, R$20,00, pra quem quiser, pra cada um de vocês que levantaram a mão que tá desempregado, e quando essa semente frutificar, você vai me devolver. Eu vou emprestar pra vinte, quer? Então, vem. Não tô dando; tô te emprestando. Você vai plantar essa semente (palmas). Vou diminuir pela quantidade. Tome; é pra plantar. Você não é membro dessa igreja, então não dê isso aqui agora; se você é membro daqui vai plantar agora; se não é membro daqui, vai plantar lá na sua igreja. O capeta vai arrumar mil coisas pra tu gastar esses dez conto. To avisando pra vocês: o capeta vai arrumar mil coisas pra você gastar esses dez conto. Não to dando nada pra ninguém; to emprestando. E a quem eu to dando você vai contar o que Deus vai fazer no tempo de Deus, (palmas). Eu vou emprestar pra vinte, pra quinze. Você vai plantar essa semente (aplaudem-no ao dar dinheiro para a igreja). Não to dando nada; to emprestando.

Fuente: Extracto del video “Uma vida de Prosperidade”. Silas Malafaia Oficial (2018)

Respuesta argumentativa:

Si animó a la gente a pedir dinero prestado, sería encomiable que él mismo tuviera la brillante idea de prestar dinero a sus oyentes. Estaban haciendo este trato “con él, para él, el foco está en él” –Malafaia–, un pacto, un acuerdo con él para devolvérselo después de la cosecha; un trato con un hombre y no con Dios.

Se vocês emprestam somente para aqueles que vocês acham que vão lhes pagar, o que é que estão fazendo demais? Até as pessoas de má fama emprestam aos que têm má fama, para receber de volta o que emprestaram. Façam o contrário: amem os seus inimigos e façam o bem para eles. Emprestem e não esperem receber de volta o que emprestaram e assim vocês terão uma grande recompensa e serão filhos do Deus Altíssimo (Lc 6:34,35).

Le presta dinero a la iglesia para que plante y, después de que dé fruto, le devuelva lo que le prestó. Esto en sí mismo contradice el texto bíblico anterior. Además, es una pequeña y repentina inversión estratégica para alcanzar un objetivo mucho mayor, algo imperceptible a simple vista. Es necesario estar atento, lo que muchos prefieren no tomarse la molestia de hacer: es más fácil permanecer negligente porque se prefiere creer que se hará bien en algo que activar y ejercitar el oído espiritual que revela la verdad aun si no es compatible con una expectativa momentánea.

Sin embargo, contrariamente al texto sagrado, “No tomarás prestado. Y te pondrá el Señor por cabeza, y no por cola; y solo estarás arriba, y no debajo, cuando obedezcas los mandamientos de Jehová tu Dios” (Dt 28:12,13), indujo a muchos del pueblo de Dios a levantarse y humillarse ante la congregación para pedir prestado dinero, porque no fueron guiados conforme a esta palabra de exhortación divina, colocándose fuera de la palabra de Dios. Incluso si hay pecado o error en la vida de un creyente, no hay necesidad de exponerse a nadie que no pueda ayudar sino a Dios. Uno se ofreció a prestar, pero la exposición estaba frente a muchos que no tenían nada que ver con el negocio. La predicación que debería haber hecho, no lo hizo. “No somos como muchos que hacen de la palabra de Dios un artículo de comercio, que entregan el mensaje de Dios como si estuvieran haciendo algún negocio. Al contrario, fue Dios quien nos envió, y por eso predicamos su palabra en su presencia como mensajeros de Cristo con sinceridad y con la autoridad de Cristo, sabiendo que Dios nos mira” (2 Cor 2, 17).

Como se infiere del texto bíblico que la fe viene por el oír, es necesario tener cuidado con lo que se oye, ya que por el oír se registra en la mente y en el corazón lo que no siempre tiene que ver con el mensaje que es proclamado por mandato de Cristo (Rom 10,17). Esto puede tener consecuencias nefastas para la vida espiritual ante Dios. ¿Cómo sería escuchar la voz del hombre sobre la voz de Dios? Sería dejar de recibir la dirección o guía correcta que refleje la palabra revelada de Dios, es decir, un discurso evangelístico basado específicamente en el texto bíblico sin intervenciones humanas ya que la fe no proviene del hombre, sino de Dios. Los trucos argumentativos no reflejan la esencia de la palabra de Dios. Sin embargo, las ovejas vigilantes y prudentes conocen la voz del pastor y saben distinguirla de una voz que suena extraña. (Juan 10:14). Sus oídos espirituales entienden lo que el Espíritu les está diciendo, por lo que no se confunden.

5. RESULTADOS

Teniendo en cuenta las doctrinas cristianas, es necesario preguntarse si son consistentes con las enseñanzas contenidas en las Sagradas Escrituras, a partir de la coherencia de los argumentos propuestos en relación con los textos bíblicos; debe haber armonía entre lo que se entiende y lo que realmente se escribe para no perjudicar la predicación de la Palabra de Dios. Si una enseñanza se basa en un texto bíblico, incluso si su interpretación no inspira confianza porque contradice los principios de las Escrituras, el solo hecho de que tenga una base bíblica es suficiente para respaldar las palabras de su remitente. Es cierto que la Palabra de Dios enseña grandes verdades como la sanidad, la provisión para las necesidades, la fe y la autoridad de los creyentes, pero también requiere que la mente del cristiano sea disciplinada en cuanto a la estructura de la enseñanza total de la Escritura, no contextos separados o versículos de la Biblia en su conjunto, como aplicación de textos fuera de contexto, lo que puede llevar a abusos respecto a las grandes verdades de la Palabra de Dios y esto acarreará serios problemas. (CONSEJO GENERAL DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS, 1980, p. 9).

Los resultados obtenidos indican que los datos observados presentan divergencias entre lo que se propugna a favor de la Teología de la Prosperidad y lo que se asume como bíblicamente aceptado cuando, en realidad, existen conflictos de interpretación respecto a los textos bíblicos. Existe un grado de discordancia entre estos dos factores que revela las dificultades interpretativas de los textos estudiados. Esto implica la necesidad de continuar con el análisis de este tema ya que no se limita al caso específico del video bajo análisis y los textos aquí estudiados.

6. CONSIDERACIONES FINALES

¿Por qué la Teología de la Prosperidad no es bíblicamente aceptada? ¡¿Teología de la prosperidad?! ¿De qué prosperidad se trata esta teología? Se trata sólo de la prosperidad material, que implica ganancias financieras, riquezas y otros logros similares, en detrimento de la prosperidad moral, que implica la mejora del carácter y la personalidad, la prosperidad emocional, que implica la sabiduría para hacer frente a las circunstancias que sacuden las emociones, la prosperidad sentimental – que involucra la disposición mental para manejar bien los sentimientos a través de reacciones positivas. El texto bíblico, en su totalidad, busca orientar a sus lectores en este sentido de superación del ser por encima de los valores materiales, porque no son las riquezas materiales las que dignifican a la persona, sino lo que es y cómo reacciona ante las inclemencias de la vida, algo que ningún dinero en el mundo puede proporcionar a nadie. Como dice Rossi (2015), este tipo de teología produce un tipo de sociedad en la que los únicos valores son la conveniencia y la ganancia, donde la gente sabe el precio de todo pero no sabe el valor de nada, donde las cosas se aman personas manipuladas. La Biblia inspira a las personas a aplicar la ley del ser sobre el tener, pero la Teología de la Prosperidad va en contra de ese principio.

La Teología de la prosperidad no se acepta bíblicamente porque, como se describe en Respuestas bíblicas (2022), la Teología de la prosperidad es una herejía que promete mucha riqueza y éxito material a quienes tienen fe en Dios; sin embargo, contrario a esta afirmación, según la Biblia hay cosas mucho más importantes que los bienes materiales. Esta teología enseña que ser creyente implica un intercambio comercial de modo que si uno invierte en Dios, Dios le devuelve más. Estas palabras, además de no estar en armonía con el texto sagrado, no se aplican a la realidad práctica de la vida cristiana, que es conocida por todos. Entre los diversos conceptos erróneos encontrados por Vinicius (2021) en Teología de la prosperidad, considerar que la prosperidad es una prioridad del evangelio contradice la verdad bíblica de que el mensaje principal del evangelio es presentar el plan de salvación de Dios a la humanidad corrompida por el pecado. El mismo texto bíblico corrobora esta verdad cuando subraya que si un hombre pierde su alma, de nada le servirá para ganar el mundo entero (Mc 8,36). Así, Vinicius (ibid.) dice que si es necesario que alguien pase por dificultades terrenales para ganar la vida eterna, Dios no impedirá que sucedan. Por lo tanto, se concluye que la Teología de la Prosperidad es una teología no bíblica.

Es fácil hablar de la prosperidad de Abraham como habla Malafaia en el video que se está estudiando a 38:20 m, y querer disfrutar de las bendiciones materiales y de las riquezas abrahámicas, pero muy difícilmente alguien quiere vivir la experiencia de Abraham cuando recibió de Dios la orden de matar a su propio hijo (Gn 22,2). ¡Cuántos no pueden entregar ni siquiera una pequeña mercancía, un bien transitorio, y mucho menos un ser tan preciso como un niño!

Es fácil hablar de la prosperidad de Job, pero casi nadie quiere experimentar la experiencia de Job de resistir y perseverar en la fe en Dios a pesar de todo el sufrimiento y toda la angustia y todo el dolor y toda la pérdida que experimentó.

Muchos predicadores desean tener el respeto y la admiración de los profetas de Dios, los apóstoles de Jesús, los verdaderos hombres de Dios por las revelaciones y autoridad que recibieron de él, así como muchos otros además de los personajes bíblicos, pero nadie quiere pagar el precio que pagaron por ser lo que fueron (y lo que son).

Es muy fácil desear la felicidad que ahora se ve en la vida de alguien, pero nadie quiere pasar por lo que él pasó para llegar allí.

La teología de la prosperidad se ocupa de hablar sobre la prosperidad y las alegrías que se derivan de ella, pero no sobre los sufrimientos que la preceden. Ser cristiano presupone naturalmente la aceptación de las conquistas, pero también de las experiencias dolorosas, porque no sólo de pan vivirá el hombre, como dijo Jesucristo, en quien todo cristiano debe mirar como primer ejemplo, además de ser guiado a dar gracias para todo, es decir, para cualquier circunstancia de la vida (Mt 4,4; 1 Tes 5,18).

Las recompensas de plantar pueden ocurrir en relación con esta vida presente, la vida eterna o ambas. Lo que el apóstol Pablo quiere enfatizar con respecto a la ley de la siembra es que los creyentes de Cristo den gratuitamente, lo que significa no estar atados a ningún tipo de acción egoísta como dar para recibir mucho más a cambio, lo cual sería un acto de codicia, algo que se aparta de los mandamientos divinos. Por lo tanto, no pretende manipular a los creyentes para que den mucho para recibir mucho más, sino que pretende establecer la verdad de que cosechas lo que siembras y en la misma proporción en cuanto a la devolución de lo que practicas. Esto no está específicamente ligado a cuestiones de dar dinero a la iglesia, sino principalmente a lo que se hace en aras de la cosecha en el reino de Dios en cuanto a lo que se da u ofrece como las virtudes descritas a lo largo del texto sagrado para el alcance de las almas, y eso no implica sólo dinero, sino cuidado espiritual, emocional, a través de la donación voluntaria de la palabra de Dios al corazón necesitado.

El verdadero creyente necesita darse sin desgana, con buena voluntad, siendo su ofrecimiento un acto volitivo (2 Cor 9,7), y no por presión, constricción o compulsivamente bajo la mentalidad carnal que tiene que dar para recibir. Dios mismo no está complacido con tal actitud. ¿Cuántos en este momento de ofrecimiento en la iglesia no tienen que dar y se sienten constreñidos por la vergüenza, sentimiento de inferioridad? ¿Cuántos tienen que dar y lo hacen únicamente por ganar aún más? ¿Cuántos lo hacen por temor a las citas bíblicas de Malaquías 3:11, Joel 1:4, etc, de lo que se aprovechan muchos predicadores en defensa del diezmo, que atemorizan a los fieles con la amenaza de que estarán robando a Dios, despreciando sus mandamientos, si no lo hacen? No enseñan propiamente acerca de la diferencia en la aplicación del diezmo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, tema tan vasto y tan rico para discutir las virtudes y desventajas que surgen de la forma en que se desarrolla su práctica.

Cuando se aporta dinero en la iglesia bajo esta mala orientación, es una forma involuntaria de donación, de entrega, cuando a tu corazón le gustaría hacerlo de otra manera como donar directamente a los pobres de la comunidad, a un familiar necesitado, pero termina dando allí lo que quería dar a otro, lo que tendría el mismo efecto ante Dios; al hacerlo, ciertamente estaría haciendo a Dios y complaciendo su corazón más que dar a la iglesia por la fuerza para complacer a los pastores por culpa o temor a la condenación, vergüenza aclarada en 2 Corintios 9: 7. La verdad en todo esto es que ningún cristiano que crea en Cristo debe sucumbir a las palabras falsificadas de los pastores que distorsionan la enseñanza bíblica sobre el tema de los diezmos y las ofrendas en interés propio porque apuntan a la iglesia como fuente de ganancias. Es la voz de Dios la que debe ser escuchada y no la voz de los hombres religiosos que se guían por las tradiciones, la religiosidad y el legalismo. Estas cosas no se corresponden con la gracia salvadora y liberadora de Jesús que no esclaviza al creyente por temor a la condenación como insinúan los pastores que se asemejan en algunos aspectos a lo que Dios llamó Terror por todos lados (Jer 20, 1).

¿Qué se ha plantado con la intención de cosechar qué? Dios conoce las intenciones de cada corazón (Pr 21,2; Rom 8,27) y no se deja burlar: el que siembra para la carne, de la carne siega (Gal 6,7-9). ¿Cómo se desarrolla la siembra de pastores evangélicos, a través de discursos, correspondientes a qué doctrinas? Muchos discursos se basan en doctrinas no bíblicas como la teología de la prosperidad que no se ocupa de la fidelidad al texto bíblico en cuanto a su verdadero significado según sus contextos, considerando las diferencias de aplicación en cuanto a los tiempos de la ley y de la gracia; pretenden seguir practicando la ley religiosa del diezmo en detrimento del evangelio de la gracia -la práctica de la obediencia a la ley como consecuencia y no como causa- con el vil propósito del enriquecimiento material en detrimento del espiritual.

Sin embargo, quien pudiera enseñar correctamente sobre estas dispensaciones, no lo hace en beneficio propio: lo nuevo se aprovecha de lo antiguo en lo que conviene, desconociendo el principio de legalidad en el que no todo conviene (1 Cor 6,12) como el el diezmo, que es bíblico, en cuanto al tiempo de la ley se refiere, pero que no conviene en el tiempo de la gracia, puesto que Cristo ya cumplió la ley en todos los sentidos, es decir, en sus aspectos ceremonial, civil y moral . Seguir predicando la obligación del diezmo es lo mismo que crucificar a Cristo en todos los servicios que llevan a cabo su levantamiento. No enseñar correctamente sobre el diezmo es lo mismo que incurrir en el pecado de omisión por no hacer lo que la palabra de Dios manda hacer; cumplen los preceptos ceremoniales de la ley, descuidando ser fieles a las reglas del amor, la justicia y la misericordia de Dios, que son eternas, justas e indispensables (Mt 23,23; 2 Cor 9,7). Desafortunadamente, muchos se muestran obedientes a Cristo, pero, de hecho, no aceptan sus palabras de bendición y, por lo tanto, no son sanados y permanecen en el error y el pecado, arriesgando su propia salvación y amenazando la salvación de otros que son incapaces de discernir sus enseñanzas.

El cristiano fortalecido por la gracia de Dios persevera en ser piadoso mediante una palabra buena y útil cuya virtud puede fortalecer y curar al creyente de diversos males, siempre dispuesto a hacer lo que conviene según el texto sagrado en su plenitud fundado en la sabiduría, el poder y autoridad de Dios a través de las incesantes provisiones de su gracia. Así, como verdaderos cristianos espirituales cuyas actitudes corresponden fielmente a las ordenanzas divinas, predican la palabra de Dios a los necesitados, débiles, amargados, como un acto medicinal que no se puede comprar con dinero. Sus diversos dones y ministerios dados por Dios brindan esperanza de abundante provisión a los creyentes en el evangelio de Jesús que da vida.

Dios tiene agravios contra su pueblo que tolera en medio de ellos doctrinas que se apartan de su verdad, llevando a su pueblo a tropezar en diversos tipos de pecados: adoración de dioses extraños como imágenes, apego a objetos místicos como amuletos protectores, codicia por el dinero dentro de la misma iglesia como el cobro de diezmos y ofrendas para suplir el propio bolsillo del líder, la inmoralidad sexual como la fornicación y el adulterio y acciones similares (Apoc. 2:14). Por ciertas acciones provocaron la ira del Señor, y por eso se derramó sobre ellos una plaga (Sal 106:29). Tropiezan los que no creen el mensaje según la voluntad de Dios para ellos, los que lo desobedecen, los que no hacen caso a la palabra de Dios, porque para eso estaban destinados (1 Pedro 2:7,8). Dios es Dios y de él emana todo poder, por eso su justicia cae sobre todo aquel que hace el bien o el mal. Y es necesario entender que esta justicia se establece según las acciones de cada uno que es responsable de sus propias acciones (Ezequiel 18).

Los siervos de Dios que trabajan en la iglesia deben guardar el conocimiento de Dios para que el pueblo aprenda sus leyes, guiándolos como idóneos mensajeros del Señor que anuncian su verdad. Sin embargo, se apartan de los caminos del Señor, llevando a muchos de su pueblo a emprender malos caminos, a caer en el pecado. Rompen el pacto de Dios al desobedecerlo al predicar su palabra sin darse cuenta, de modo que todos quebrantan la verdad divina registrada en las Sagradas Escrituras. Por tanto, no aceptan la reprensión y, en consecuencia, no tienen capacidad para reprender a quien se desvía de la palabra de Dios. (Malaquías 2:4-9).

Es por las malas acciones del hombre que Dios envía su ángel destructor, y no porque haya dejado de ofrecer dinero en la iglesia, sino que esas malas acciones pueden referirse puntualmente a ofrecer con el interés de la ganancia a cambio, de recibir más a cambio, y no como agradecimiento a Dios por lo que ya ha recibido o por el sentimiento desinteresado de ayudar a los demás y ser así agradable a los ojos de Dios. Todas estas cosas suceden a las personas como lecciones objetivas para advertirles contra su práctica, para que sirvan como advertencia al pueblo de Dios, considerando los últimos tiempos según el texto bíblico. (1 Co 10, 8-13).

REFERENCIAS

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CAPRILES, Alan. Igreja Bíblica Cristã. Onde está o erro na Teologia da Prosperidade.   2022. Disponível em: <https://igrejabiblicacrista.org/onde-esta-o-erro-na-teologia-da-prosperidade.html> Acesso em: 06 mai. 2022.

Diário Oficial da União – Seção 1 – 19/12/2014, Página 1 (Publicação Original) Câmara dos Deputados – Legislação. Legislação Informatizada – DECRETO LEGISLATIVO Nº 276, DE 2014 – Publicação Original. Disponível em: <https://www2.camara.leg.br/legin/fed/decleg/2014/decretolegislativo-276-18-dezembro-2014-779806-publicacaooriginal-145682-pl.html>

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MARTINS, Dan. Pastor Silas Malafaia desafia blogueiros e sites cristãos a provarem através da Bíblia que a teologia da prosperidade está errada. 03 jun. 2012. Disponível em: <https://noticias.gospelmais.com.br/malafaia-desafia-provarem-teologia-prosperidade-errada-36528.html> Acesso em: 06/02/2020.

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PIERATT, Alan B. O evangelho da prosperidade. Tradução: Robinson Malkomes. São Paulo: Vida Nova, 1993.

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ROSSI, Luiz Alexandre Solano. A Bíblia reinterpretada pela teologia da prosperidade. Revista Vida Pastoral. Ano 56. Nº. 303. 2015. Disponível em: <https://www.vidapastoral.com.br/artigos/temas-teologicos/a-biblia-reinterpretada-pela-teologia-da-prosperidade/>. Acesso em: 07 mai. 2022.

SAMPIERI, Roberto Hernández, COLLADO, Carlos Fernández. LUCIO, María del Pilar Baptista. Metodologia de pesquisa. Tradução: Daisy Vaz de Moraes. 5ª ed. Porto Alegre: Penso, 2013

SILAS MALAFAIA OFICIAL. Pastor Silas Malafaia – uma vida de prosperidade. 24/09/2018. Vídeo disponível no canal YouTube em: <https://www.youtube.com/watch?v=GmHgRmoaMTg>

VINICIUS, Samuel. Teologia da Prosperidade: é bíblica ou heresia? Descubra tudo o que você precisa saber! 2021. Disponível em: <https://vamosprosperar.com/teologia-da-prosperidade/>. Acesso em: 07 mai.2022.

WALLIN, Claudia. BBC News – Brasil. Suécia, o país onde deputados não têm assessores, dormem em quitinete e pagam pelo cafezinho. 16/02/2019. Disponível em: <https://www.bbc.com/portuguese/internacional-47198240>

YOUVERSION. Versões da Bíblia. Disponível em: <https://www.bible.com/pt/versions>

YOUVERSION. Versões da Bíblia. 1 Coríntios 8. Disponível em: <https://www.bible.com/pt/bible/211/1CO.8.NTLH>. Acesso em: 11 mai.2022.

YOUVERSION. Versões da Bíblia. 1 Timóteo 6. Disponível em: <https://www.bible.com/pt/bible/211/1TI.6.NTLH>. Acesso em: 11 mai.2022.

APÉNDICE A – LIBROS DE LA BIBLIA Y ABREVIATURAS

Tabla 1 – Libros del Antiguo y Nuevo Testamento

LIBROS DE LA BIBLIA Y ABREVIATURAS

ANTIGUO TESTIMONIO

NUEVO TESTAMENTO

Libro /Abreviatura /Capítulos

Libro /Abreviatura /Capítulos

Génesis Gn. 50 Isaías Is. 66 Mateo Mt. 28 1 Juan 1 Jn. 05
Éxodo Ex. 40 Jeremías Jr. 52 Marcos Mc. 16 2 Juan 2 Jn. 01
Levítico Lv 27 Lamentaciones Lam. 05 Lucas Lc. 24 3 Juan 3 Jn. 01
Números Nm. 36 Ezequiel Ez. 48 Juan Jn. 21 Judas Jds. 01
Deuteronomio Dt. 34 Daniel Dn. 12 Hechos   de los Apóstoles Hch/ Act. 28 Apocalipis Ap. 22
Josué Jos. 24 Oseas Os. 14 Romanos Rom. 16
Jueces Jue 21 Joel Jl. 03 1 Corintios 1Cor. 16
Rut Rut 04 Amós Am. 09 2 Corintios 2Cor. 13
1 Samuel 1 Sm. 31 Abdías Ab. 01 Gálatas Gal. 06
2 Samuel 2 Sm. 24 Jonás Jon. 04 Efesios Ef. 06
1 Reyes 1 Re. 22 Miqueas Miq. 07 Filipenses Flp. 04
2 Reyes 2 Re. 25 Nahum Nah. 03 Colosenses Col. 04
1 Crónicas 1 Cr. 29 Habacuc Hab. 03 1 Tesalo-nicenses 1 Tes. 05
2 Crónicas 2Cr. 36 Sofonías Sof. 03 2 Tesalo-nicenses 2 Tes. 03
Esdras Esd. 10 Ageo Ag. 02 1 Timoteo 1 Tim. 06
Nehemías Neh. 13 Zacarías Zac. 14 2 Timoteo 2 Tim. 04
Ester Est. 10 Malaquías Mal. Tito Tt. 03
Job Job 42 Filemón Flm. 01
Salmos Sal. 150 Hebreos Heb. 13
Proverbios Prov. 31 Santiago Sant. 05
Eclesiastés Ecl. 12 1 Pedro 1 Pe. 05
Cantares Cant. 08 2 Pedro 2 Pe. 03

Fuente: Mónica Conte Campello (2020)

APÉNDICE B- REFERENCIA DE NOTAS A PIE

2. MARTINS, Dan. El pastor Silas Malafaia desafía a los blogueros y sitios web cristianos a demostrar a través de la Biblia que la teología de la prosperidad está equivocada. 2012

3. Asociación Victoria en Cristo. Una vida de prosperidad. 2012

4. Silas oficiales de Malafaia. Pastor Silas Malafaia – una vida de prosperidad. 2018

5. Nueva versión transformadora – Nova Versão Transformadora.

6. Nueva Biblia Viviente Portuguesa – Nova Bíblia Viva Português.

7. Término utilizado para las palabras pronunciadas por Silas Malafaia.

8. La sabiduría de la mujer. No es para presentarse. 2022

9. Llorente, Analía. ¿Cuántas veces el cerebro necesita estar expuesto a una palabra para aprenderla? 2017.

10. op. cit. Llorente, Analía.

11. Campello, Mónica. S.E.I.T.A.S. Río de Janeiro: Mônica Conte Campello, 2013. p. 36.

12. Wallin, Claudia. Suecia, el país donde los diputados no tienen ayudantes, duermen en cocinas americanas y pagan el café. 2019

13. BBC Brasil: G1 – Mundo. La única república en el mundo que tiene dos jefes de estado y los cambia cada 6 meses. 2016

14. Diario Oficial de la Unión. Decreto Legislativo N° 276, de 2014. 2014.

i. En griego, lepton: la moneda de menor valor entre los judíos en la época de Jesús.

ii. Exégesis: Cualquier término en el cual el contexto bíblico es inyectado con exégesis forzada o intencional. Neologismo creado por Mônica Campello.

[1] Estudiante de Doctorado en Educación Superior, Maestría en Ciencias de las Religiones, Especialización en Docencia Superior, Especialización en Traducción al Inglés, Licenciada y Licenciada en Letras, Licenciada en Teología, Técnica en Enfermería. ORCID: 0000-0002-5990-531X.

Enviado: Abril de 2022.

Aprobado: Junio de 2022.

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Mônica Conte Campello

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