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Daño psicosocial causado por el vitíligo: La importancia de mirar el cuerpo

RC: 117674
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CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

ROCHA, Marizete Oliveira [1], MARTINS, Luciana Melo [2]

ROCHA, Marizete Oliveira. MARTINS, Luciana Melo. Daño psicosocial causado por el vitíligo: La importancia de mirar el cuerpo. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 05, Ed. 12, vol. 02, pág. 163-178. Diciembre 2020. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/psicologia-es/el-vitiligo

RESUMEN

El vitíligo es una dermatosis que provoca manchas blancas en la piel, tiene diferentes formas y tamaños, aparece en cualquier parte del cuerpo y puede provocar desfiguración estética, además de causar daños psicosociales en la vida del paciente afectado. Sin una forma de prevención y etiología indefinida, el vitíligo no distingue entre género, edad y etnia, puede afectar a todo tipo de piel. No es contagiosa y no compromete la funcionalidad del individuo, se presenta como una de las dermatosis más preocupantes en la descripción de la literatura y provoca sentimientos de autodesprecio. Es importante que el tratamiento sea integrado, involucrando profesionales de la salud comprometidos con el bienestar psicosocial del paciente dermatológico. El objetivo fue el conocimiento de los daños psicosociales que provoca el vitíligo en los afectados. Metodología: Revisión bibliográfica, inclusión- Trabajos publicados entre 2002 y 2016. Se excluyeron aquellos que no contemplaban el objetivo del estudio, previo análisis de los contenidos seleccionados y análisis de los resultados. Na seleção, foram escolhidos os trabalhos cujos objetivos evidenciaram consideráveis e inúmeros prejuízos psicossociais a esses pacientes em vários contextos, marcando seus comportamentos como: vergonha, depressão, ansiedades, desamparo, tristeza, isolamento social, dificuldades nas relações e no trabalho, idealização suicida, entre otros. De ahí la necesidad de una nueva mirada sobre la comprensión y la empatía de los profesionales de la salud involucrados en el tratamiento de pacientes con afecciones de la piel.

Palabras clave: vitíligo y tratamiento, efectos psicosociales, cuerpo en psicoanálisis.

1. INTRODUCCIÓN

Según la literatura, el vitíligo es una condición de la piel que cursa con máculas blancas en algunas localizaciones de la piel (ROSA; NATALI, 2009; SILVA et al., 2007). La forma y ubicación de las manchas da lugar a su clasificación (VIZANI et al., 2014). En cuanto al tratamiento, se ofrecen varias formas, aunque puede ser lenta y no siempre exitosa, entre ellas se encuentran la medicación oral, la terapia con agentes físicos como, por ejemplo, el láser Excimer, la restauración de la pigmentación de la piel y también las cirugías con trasplante de melanocitos. Es común que las personas que padecen esta condición se quejen de los prejuicios y el estigma que a menudo experimentan, que son una de las mayores dificultades que enfrentan estos pacientes (SILVA et al., 2007).

Aunque no es contagioso y no compromete la funcionalidad del individuo, el vitíligo es una de las enfermedades de la piel que se presenta como una de las más preocupantes en la descripción de la literatura, ya que la lesión suele provocar sentimientos como vergüenza, ansiedad, tristeza en los afectados, inseguridad, impotencia, además de condiciones como el aislamiento social y la depresión, que pueden llevar a la idealización suicida (NETO et al., 2015). Sin embargo según Nogueira; Zancanaro; Azambuja (2009) las máculas son consideradas por algunos profesionales en el campo médico, como una cuestión meramente estética porque no comprometen la salud física del individuo y terminan por descuidar un factor de gran relevancia como son los daños psicosociales de este paciente, que experimenta el reto de aceptarse a sí mismo y ser aceptado socialmente.

En la visión psicoanalítica, las dermatosis crónicas pueden ser sugeridas como enfermedades somáticas, en las que el cuerpo es un medio o vehículo para la satisfacción pulsional. Este mismo cuerpo también se convierte en vehículo o medio de expresión del dolor y del sufrimiento, así, el cuerpo biológico no es objeto de estudio del psicoanálisis, sino lo que está en el inconsciente de este cuerpo (FERNANDES, 2003). Según Piera (1991) el cuerpo se manifiesta a través de diversos signos, haciéndose visible. El cuerpo manifiesto pronunciando un cuerpo latente que permanecía oculto toma entonces la emoción y el sufrimiento somático como los mensajeros especiales de la psique en sus manifestaciones en el plano somático. Según Weinman; Petrie; Morris (1996) cada paciente tiene una representación de su condición que es única, estos autores plantean que el individuo con dermatosis tiene sus creencias individuales sobre la identidad, causa, duración y cura de su condición, de ahí la importancia de un tratamiento integral, porque el tratamiento clínico y psicoterapéutico contribuirá más eficazmente al bienestar psicosocial de este paciente. Por lo tanto, es importante que el profesional conozca cómo la vida de ese individuo puede verse afectada por la dermatosis, el contexto real en el que está inserto y las estrategias que pueden ayudarlo a enfrentar las situaciones cotidianas (PEREIRA; OLIVEIRA, 2012).

La justificación académica de esta investigación fue la generación de conocimiento sobre el vitíligo, además de brindar una reflexión sobre la importancia del seguimiento psicoterapéutico en pacientes con esta afección de la piel. La justificación de la sociedad fue la posibilidad de acercar información sobre aspectos de esta dermatosis poco conocidos socialmente, que por tal motivo pueden causar un desprecio inapropiado para el individuo afectado. Se trata de una investigación bibliográfica con enfoque cualitativo, cuyo objetivo general consistió en la búsqueda del conocimiento de los daños psicosociales que provoca el vitíligo en la vida de los afectados.

2. METODOLOGÍA

Se optó por una revisión bibliográfica con enfoque cualitativo por considerarse un instrumento de investigación científica que se basa en evidencias de estudios ya elaborados y publicados. Según Gil (2008), la investigación bibliográfica es un estudio que se desarrolla con base en materiales científicos ya elaborados, principalmente en libros y artículos. Según este autor, la investigación puede optar por un enfoque que seguirá, en el caso del enfoque cualitativo, su enfoque no es analizar datos métricos, sino el conocimiento y comprensión de un grupo social, organización, entre otros.

Se siguieron los siguientes pasos metodológicos: inicialmente, se seleccionaron artículos para la revisión que abordarán temas como: ¿Qué revelan las publicaciones nacionales e internacionales sobre el daño psicosocial que provoca el vitíligo en la vida de los afectados? Se encontraron 202 artículos, luego de establecer los criterios para la selección de la muestra. Los criterios de inclusión para el material fueron artículos publicados en el período de 2002 a 2016, excepto los clásicos, que utilizaron el tema del vitíligo y el daño psicosocial causado por el vitíligo con resúmenes y textos disponibles en su totalidad a través de Internet. Fueron criterios de exclusión los artículos publicados fuera del período aquí establecido, también aquellos que no contemplaran el objetivo de este estudio y el acceso en línea no disponible o la lectura no libre. Tras analizar el contenido de 37 obras seleccionadas, se analizaron los resultados. La recolección de datos se realizó a través de una búsqueda en línea en el sitio web de la Biblioteca Virtual en Salud – BVS, seleccionando las siguientes bases de datos: Scientific Electronic Library Online – SciELO, Latin American and Caribbean Literature on Health Sciences – LILACS, United States National Library of Medicine – PubMed y Google Scholar. Los artículos completos se obtuvieron de las bases de datos mencionadas anteriormente y se utilizaron los siguientes descriptores: daños psicosociales del vitíligo, trastornos de la piel con efectos psicosociales, tratamiento del vitíligo, el cuerpo en psicoanálisis.

La metodología seguida fue “bola de neve” (DEWES, 2010), en la que, a través de las referencias bibliográficas de los artículos que se analizaron, se accedió a otros con temáticas similares.

3. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

3.1 VITILIGO

El vitíligo es una afección de la piel que se caracteriza por la pérdida del tono natural de la piel y provoca máculas acrómicas (SILVA et al., 2007), con tamaños y formas desiguales. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, especialmente en la cara, manos, codos, pies y rodillas. Con posibilidad de leucotricia, que es la decoloración del cabello, independientemente del sexo, la edad y la etnia. Hay dos grupos de clasificación de vitíligo: localizado y generalizado (VIZANI et al., 2014). En las localizadas, aparecen manchas en al menos tres partes del cuerpo. Este grupo de vitíligo se divide en tres tipos: segmentario, donde las manchas aparecen en forma de bandas en un lado del cuerpo; focal, donde aparecen máculas en al menos tres lugares del cuerpo, este es el tipo más común; y el tipo mucoso, que se presenta únicamente en los genitales y labios (STEINER et al., 2004).

Cuando el focal toma proporción en casi todos los cuerpos, caracteriza al segundo grupo, siendo este el generalizado que se subdivide en cuatro tipos: el vulgar, que tiene formas simétricas y en varias partes del cuerpo; el mixto que se caracteriza por la mezcla de vulgar y segmentario; universal, que es rara y afecta a más del 70% de la piel y, por último, la de tipo acrofacial, en la que aparecen manchas únicamente en manos, pies y cara. Algunos autores (ROSA; NATALI, 2009) señalan que la prevalencia mundial estimada de esta dermatosis es de aproximadamente el 1%, pero la literatura muestra una variación del 0,5% al ​​4% en los más variados países del mundo. Su etiología aún no está definitivamente confirmada, aunque varias teorías tratan de explicar el verdadero origen del vitíligo, ninguna de ellas logra dilucidar por completo su verdadera causa.

Muchos pacientes atribuyen la aparición del vitíligo al estrés emocional intenso experimentado previamente, como la pérdida de personas cercanas, la separación o la muerte. Aun así, la mayor parte de la literatura sobre esta condición prioriza exclusivamente los aspectos médicos, por lo que se requieren más estudios sobre esta teoría (MÜLLER; RAMOS, 2005).

Según Geremias; Viana (2009) además de las máculas blancas, también existe piel normal simultáneamente en la misma persona, inicialmente con manchas hipocrómicas[3] que luego se vuelven acrómicas[4] donde los bordes están bien definidos e hiperpigmentados, lo que hace clínicamente imposible su predecir la extensión y la forma de las lesiones.

Un examen muy útil que permite comprobar la extensión de la lesión y hacer claramente evidente el estado es el examen realizado con luz de Wood (SAMPAIO; RIVITTI, 2007). Este examen refleja una luz blanco azulada sobre la piel afectada, lo que es muy eficaz para diagnosticar la afección menos aparente a simple vista y favorece el diagnóstico precoz y, en consecuencia, el seguimiento terapéutico del paciente. También se hacen necesarios exámenes de laboratorio, como glucemia y anticuerpos, para un diagnóstico más certero (AZULAY et al., 2007). En cuanto a las observaciones microscópicas, el paciente puede someterse a una biopsia de piel si es necesario, con el fin de eliminar la probabilidad de enfermedades que también pueden conducir a la hipopigmentación, como en el caso de la lepra (BORTOLOSO; SANTOS, 2009). Este criterio diagnóstico adicional se deja al dermatólogo. Después del diagnóstico, lo ideal es iniciar el tratamiento y para ello hay que tener en cuenta las técnicas más adecuadas, las ventajas y desventajas para el paciente, pues el tratamiento es individual (PEREIRA; OLIVEIRA 2012). Además de los tratamientos farmacológicos, existen otras alternativas como: terapia con agentes físicos como el láser Excimer, restauración de la pigmentación de la piel y también cirugías con trasplante de melanocitos (VISANI et al., 2014).

Sampaio; Rivitti; Evandro (2007) afirma que cuando el paciente tiene más del 70% de la piel afectada está indicada la despigmentación, que se vuelve definitiva, ya que destruye los melanocitos. Esta segunda línea de tratamiento está indicada sólo para adultos, debido a su mejor capacidad de asimilación, ya que el procedimiento cambiará la fisonomía del paciente de forma precisa y definitiva, siendo cuidado con la exposición solar de por vida, siempre usando protección (ZANINI ; MACHADO FILHO, 2004). La realidad de la persona afectada por vitíligo suele estar llena de desafíos, además de enfrentar la dermatosis, aún enfrenta prejuicios y estigmas sociales relevantes.

Es común que las personas que tienen esta condición reporten ser víctimas de prejuicios y estigmas que a menudo experimentan (SILVA et al., 2007). A lo largo de la historia, su término de origen, cuya palabra latina Vitium, que significa “marca”, “defecto”, “mancha”, permitía ver a la persona afectada por vitíligo manchada, marcada, defectuosa o carente de pureza, en este contexto se a veces se confundía el vitiligo con otras enfermedades desfigurantes (SANT’ANNA et al., 2003). El Antiguo Testamento menciona diversas enfermedades de la piel con manchas blancas, reunidas en la palabra hebrea Zoraat, que en griego significa “lepra”. Este desorden entre ambas enfermedades de la piel contribuyó significativamente al prejuicio en relación a las manchas, lo que posibilitó aún más la discriminación con los afectados por vitíligo, pasando a identificar a estas personas con el sentido figurado de sus dermatosis (ISSA, 2003).

Según Sant’Anna et al. (2003) en afecciones de la piel como el vitíligo, el estigma se registra en el paciente como si sus marcas necesitaran revelar o reconocer algo de su naturaleza, demostrando así una falta considerable de información social que suele ser causada por la deficiencia en la comunicación transmitida. Si bien nuestra sociedad está muy desarrollada en relación a las nuevas tecnologías y también en la información, esta situación se da por la falta de interés social en buscar la información correcta y también por las políticas públicas que no ofrecen condiciones para atender esta necesidad, como consecuencia, una visión contradictoria de lo que realmente es la dermatosis (NETO et al., 2015). Dolencias como el vitiligo a menudo se asocian con la idea popular de que la suciedad y lo sucio pronto se contagian y, por lo tanto, no son hermosos y, por lo tanto, deben mantenerse alejados. El prejuicio es uno de los principales problemas que enfrentan las personas afectadas por la condición en cuestión, puede empeorar su condición y reducir la efectividad del tratamiento (SILVA et al., 2007).

Según (NETO et al., 2015), aunque la dermatosis no es contagiosa, muchos afectados por esta condición sufren discriminación por parte de una sociedad laica, que insiste en juzgarlos por su apariencia. La convivencia entre enfermos de vitíligo y la sociedad puede influir negativa o positivamente en la vida psicológica del aquejado, en función de las actitudes de las personas que le rodean.

Para Goffman citado por Szabo; Brandão (2016) un individuo puede insertarse naturalmente en la relación social, pero por tener un rasgo que se destaca y llama la atención, termina por alejarse del otro que no considera sus diversos atributos. También informa que las imperfecciones físicas se encuentran entre los estigmas en los que se insertan los afectados por vitíligo, que además de ser discriminados y considerados inferiores, el paciente puede terminar aceptando que es inferior al darse cuenta de que los estándares sociales no le convienen y que otros no ven como iguales. (TELLES; BLOC; EVANGELISTA, 2008) También existe el autoestigma, que ocurre cuando los pacientes estigmatizados identifican estas concepciones contra sí mismos, comenzando a sentirse culpables por esta situación. El sentimiento de vergüenza hace que el individuo se incorpore a sí mismo este juicio social, justificándolo. El sufrimiento vivido por los prejuicios puede hacer que la persona con dermatosis tenga miedo de seguir el tratamiento y acabe intentando ocultar la patología que padece. Así, la percepción del sentido común respecto a las dermatosis está íntimamente relacionada con los valores morales socialmente reproducidos. También según este autor, el estigma y los prejuicios que experimentan algunas personas con trastornos de la piel involucran las relaciones sociales, laborales y familiares.

En este sentido, los afectados por vitíligo, viven experiencias que pueden causar numerosos daños psicosociales, conviven con la enfermedad como: “un castigo”, “feo”, “sufrimiento”, “malo”, se sienten discriminados, víctimas de los prejuicios y la curiosidad. . Las enfermedades de la piel que provocan lesiones suelen causar innumerables vergüenzas a los afectados, tales como sentimientos de inferioridad, ansiedad, tristeza, entre otros, de ahí surge el reto de aceptar y ser aceptado. Actualmente la piel es considerada socialmente como un requisito de belleza relevante y tiene una atribución de valor social considerable, las imperfecciones como arrugas, manchas, acné, cicatrices y celulitis son consideradas marcas indeseables.

En la sociedad liberal del siglo XXI, el cuidado del cuerpo en busca de la salud y la belleza perfecta son rutinas y se convierten en comportamientos cada vez más compulsivos, esto demuestra cómo los individuos piensan y actúan con mayor frecuencia con el fin de buscar la perfección en un momento dado (ROSA et al. ., 2009). Es en el cuerpo donde se alcanzan las estrategias de poder, convirtiéndolo en objeto de inversión social que se convierte en pasaje para la producción de diferencias que hoy se difunden a través de la gran apreciación de símbolos de salud, belleza, calidad de vida y también felicidad. ., en la búsqueda de la correspondencia con los modelos físicos y por ello es cada vez más común tener cuerpos silicónicos, proyectados, cicatrizados, bien definidos, delgados y esbeltos que, en rigor, se someten a un estándar de belleza socialmente impuesto y determinan la apariencia física como un símbolo del cuidado del cuerpo (BASTOS et al., 2013).

Las personas que padecen vitíligo no cumplen con los requisitos de una piel perfecta y este es uno de los requisitos que se imponen para ser bellas y exitosas. Tu cuerpo lleva las lesiones de una afección que culturalmente no tiene compromiso con los estándares estéticos y que, aun aparentemente inofensiva, cuando entra en conflicto con estos estándares genera complicaciones psicosociales (GOLDENBERG, 2005). Es evidente en la situación actual que vivimos, donde se valora mucho la búsqueda de la “perfección” de la belleza exterior, por lo que las enfermedades de la piel tienen un potencial estigma en su carácter. Los estándares de estética y belleza impuestos por la sociedad actual están bien definidos y la mayoría de las personas se esfuerzan por alcanzarlos. En los pacientes con afecciones de la piel, el sentimiento de inadecuación y el estigma vivido son claramente evidentes ante estas demandas de “normalidad”. El sentimiento de sentirse discriminado por su apariencia física acompaña al paciente constantemente, causándole una gran insatisfacción consigo mismo por la forma en que el otro lo ve, por lo tanto, la adaptación a la condición se convierte en fuente de estrés (SILVA; MÜLLER, 2007) .

La persona afectada con la condición en cuestión no quería ser diferente, sino uniformarse según la estética que predomina y mezclarse por igual con los demás, para no quedar expuesto a los ojos de los demás, pudiendo ejercer su ” invisibilidad” con la multitud, como subraya Szabo; Brandão (2016). La discriminación experimentada muchas veces trae consecuencias como daños psicosociales, una dificultad adicional para estos pacientes.

3.2 PÉRDIDAS PSICOSOCIALES

Los daños psicosociales en estos pacientes se explican por el hecho de que la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, más expuesto a los ojos de las personas y consecuentemente a los juicios (LUDWIG et al., 2009). Es común que el paciente exprese sentimientos como inseguridad, impotencia y ansiedad, además de situaciones como aislamiento social y depresión por no comprender cómo se desarrolló la enfermedad en su organismo (CORREIA; BORLOTI, 2013).

Para Vizani, et al. (2014), los afectados por vitíligo pueden desarrollar como consecuencia de esta condición: cambios de personalidad, baja autoestima, estrés y también interferencia en las relaciones sexuales por la vergüenza de sus lesiones. Debido a que suele confundirse con otras enfermedades de hipopigmentación, algunas personas asocian el contagio con la falta de higiene, lo que puede provocar que el paciente se retire de la vida social, ya que la forma de ver el vitíligo tiene graves consecuencias, lo que provoca autocrítica. sentimientos de desprecio que pueden llevar a la víctima de vitíligo a sentir miedo social y vergüenza (DIAS, 2005). También según este autor, las enfermedades de la piel afectan significativamente las relaciones y la comunicación de este individuo, además de los estresores psicosociales, como pérdidas, ansiedad, desempleo y baja autoestima.

Las lesiones impactan en la calidad de vida y emocional del paciente de tal manera que en algunos casos puede llegar a la ideación suicida (LAYEGH et al., 2010). Para Ludwig et al. (2008), no importa dónde se localicen las lesiones, tanto visibles como en manos, brazos y cara, o en el resto del cuerpo, si el paciente se siente expuesto a la mirada del otro, el daño será el mismo. Según Nogueira; Zancanaro; Azambuja (2009) el vitíligo es considerado por algunos profesionales de la medicina sólo como un problema estético, porque no es transmisible y no compromete la capacidad funcional del individuo, donde no existen lesiones musculares ni óseas y sólo el compromiso estético de la piel. Así, terminan por dejar de lado un factor de gran relevancia como son los daños psicosociales de este paciente, la dermatosis tiene un efecto considerablemente devastador en la autoestima de la persona afectada, ya que su cuerpo ha tenido cambios estéticos que no son del agrado ni para él ni para la sociedad. estándares

3.3 EL CUERPO EN PSICOANÁLISIS

La piel es el espejo del funcionamiento del organismo: su textura, color, temperatura, humedad, sequedad y todos sus demás aspectos reflejan el estado psicológico y fisiológico de cada individuo, como asegura Montagu (1988). La piel no solo recibe señales del entorno como frío, calor, entre otras, también capta señales del mundo interno, como en el caso de las emociones. Además de evidenciar el estado externo e interno de los órganos, la piel también manifiesta procesos psíquicos y reacciones en general, es la envoltura del cuerpo, así como la envoltura psíquica (ANZIEU, 1989). Es como una barrera adentro-afuera, yo y el otro, yo y el mundo, por lo tanto, actúa como un refugio para la individualidad y “al mismo tiempo que protege, también es el límite que se expone” (STRAUSS, 1989). ) .

Se observa que en la actualidad existen numerosas formas para que las personas busquen una piel para su “Yo” sin hogar, tales como: el uso epidémico de esteroides anabólicos, botox, prótesis de silicona, la intensa organización de la apariencia del yo a través de tratamientos estéticos. , en la expectativa de encontrar en los ojos del otro el acomodo y la dirección del “Yo”. También como símbolo de una perfección ideal, que incansablemente busca alcanzar hoy en día, el cuerpo está hiperinvestigado, pero muchas veces es fuente de frustración y también de sufrimiento, “constituyéndose en medio de expresión del malestar contemporáneo” (FERNANDES, 2003). También según el autor, el cuerpo es un medio o vehículo de satisfacción pulsional, este mismo cuerpo se convierte también en vehículo o medio de expresión del dolor y del sufrimiento, así, el cuerpo biológico no es el objeto de estudio del psicoanálisis, sino lo que es en el inconsciente de este cuerpo, este camino se puede observar fácilmente cuando se piensa en los impasses de la clínica psicoanalítica, especialmente en los llamados pacientes somáticos, ya que necesitan una profundización del referente psicoanalítico (FERNANDES, 2003).

La pulsión no es energía física, sino una energía instintiva, una emoción que no ha sido experimentada correctamente y por eso ha sido reprimida en el inconsciente, donde se encuentra en estado bruto y fluye a través de la representación en forma de un órgano orgánico. síntoma, sin que sea necesario hacerlo, aparecer directamente. Porque se sabe que algo representado en un lugar, su original debe estar en otro (FERNANDES, 2003). Según Piera (1991) el cuerpo se manifiesta a través de varios signos, que se hacen visibles. El cuerpo manifiesto pronunciando un cuerpo latente que permanecía oculto toma entonces la emoción y el sufrimiento somático como los mensajeros especiales de la psique en sus manifestaciones en el plano somático. La emoción es una experiencia de la que el “Yo” es consciente, es decir, sabe qué la provocó, es algo oído, visible que modifica el estado somático de quien la experimenta y comparte una identificación con quien la comparte. Por ejemplo: una enfermedad que estaba escondida y se manifiesta causando sufrimiento, esta situación puede provocar una reacción en el testigo, entonces decimos que el dolor y la emoción son “relacionales”, hacen una conexión entre el cuerpo sensorial y un cuerpo relacional. Son mensajeros entonces porque hablan de sus propias manifestaciones somáticas e incluso permiten diferentes formas de reacción de los demás.

Un hecho ligado al dolor o a la emoción puede romper un relato singular y la construcción que la persona hará de este hecho dependerá no sólo de la conexión particular entre su cuerpo y su psiquismo, sino también de la respuesta que su dolor o emoción le provoque. en el otro. Sucesivas representaciones se van formando en el cuerpo por la emoción y el dolor y articulándose con motivaciones inconscientes, así, en conjunto decidirán cómo el sujeto atribuirá el significado histórico a los hechos de su vida. La historia del individuo es el guión de las marcas relacionadas con el dolor y también de la emoción en su propio cuerpo, esta es su identidad y la historia que escribió en la que atribuye significados a sus marcas se convierte en un contexto que nunca está completo. Esta identidad corporal, que siempre parece estar definida, debe permanecer siempre abierta, siempre inacabada, para que el individuo acepte los cambios impuestos por el tiempo sin perder el sentido de la permanencia. También según Piera (1991), esta posibilidad de que el otro sea siempre cambiante, presente o ausente, infligiendo placer o dolor, somete al “Yo” a la situación de ser también automodificable, pero para sostener la diferencia es necesario que el “Yo” se representa como un polo estable de esta relación de inversión y de continuar esta conexión dependerá de la posibilidad de negociación del “Yo” entre las demandas del ello y del otro, siendo así el cuerpo un mediador entre la psique y el mundo.

Pines (1980) informa que, al nacer, la piel ya es el órgano de percepción más completo, siente los cambios del cálido y acogedor cuerpo de la madre a un frío mundo externo. De esta forma, la piel se convierte en el medio de contacto físico y también de respuesta a las emociones que experimenta el bebé, tanto de bienestar como de angustia. Para el autor mencionado anteriormente, la piel se convierte en una fuente de comunicación preverbal, ya que los sentimientos no expresados ​​pueden ser no solo experimentados sino también observados. Cualquier dificultad en esta comunicación, independientemente de la razón, podría resultar en la frustración de las necesidades de los niños y podría resultar, por ejemplo, en dermatitis infantil, o incluso crear una fijación en este desarrollo emocional en curso. Los síntomas serían entonces mensajes traídos de la psique. Galiás (2002) dice que estos signos o síntomas deben ser entendidos antes que nada, y solo después de eso se eliminan. La dermatosis puede representar emociones no resueltas que se presentan como manifestaciones orgánicas. Entonces el síntoma surge como lenguaje, manifestación simbólica, de lo que quedó oculto (AZULAY; AZULAY, 1997).

3.4 TRATAMIENTO INTEGRADO

A pesar de que varios estudios destacan la manifestación de conflictos inconscientes en la piel, no fue hasta el año 1980 que los dermatólogos se interesaron por la delicada relación entre cuerpo y psiquis. Para Folks y Knney (1992) esto se debe principalmente a la clara relación entre alteraciones psicosociales, baja autoestima y estigma social en pacientes con trastornos dermatológicos. Es aquí donde la bidireccionalidad cuerpo/psique da lugar a un segmento de la dermatología, la psicodermatología, que se propone comprender y tratar al paciente de forma integral. En la comprensión de esta área, además del seguimiento médico, es necesario aliarse con el seguimiento psicoterapéutico, en las más diversas formas: psicoterapia de apoyo, grupal, individual, conductual, técnicas de relajación, grupos de autoayuda, uso de psicofármacos como antidepresivos y ansiolíticos y el trabajo conjunto del médico con el psicoterapeuta.

Las intervenciones con pacientes dermatológicos requieren un tratamiento individual y único para cada paciente. Nogueira; Zancanaro; Azambuja (2009) destaca que para una mejor atención al paciente, el dermatólogo necesita considerar un aspecto importante de la condición: los daños psicosociales y ofrecer un abordaje de la forma más humanizada posible. Porque una palabra equivocada, una entonación desafortunada, una frase inapropiada, puede tener resultados desastrosos para un individuo determinado, lo que termina comprometiendo seriamente el tratamiento de las dermatosis.

En un estudio desarrollado por Müller; Ramos (2005), con 13 pacientes del sexo femenino, todas afectadas por vitíligo, tuvo como objetivo verificar la efectividad del tratamiento integrado en la repigmentación de la piel lesionada, en este estudio 10 pacientes fueron seguidas por un médico y un psicólogo durante seis meses, de estos, cinco recibieron atención psicológica grupal, los otros cinco recibieron atención psicológica individual, los tres restantes recibieron solo atención médica por el mismo período de tiempo. Finalmente, los pacientes que recibieron seguimiento integrado tuvieron un porcentaje de hasta un 80% de repigmentación cutánea, mientras que los pacientes que recibieron solo seguimiento médico tuvieron hasta un 20% de porcentaje de repigmentación. Por lo tanto, este resultado destaca la importancia de un tratamiento integrado en pacientes afectados por vitíligo. Es importante que el profesional conozca cómo la vida de ese individuo puede verse afectada por la dermatosis, el contexto real en el que se inserta y las estrategias que pueden ayudarlo a enfrentar las situaciones cotidianas, para que pueda actuar de la mejor manera. con el paciente, contribuyendo así a un tratamiento más eficaz.

Weinmann; Petrie; Morris (1996) enfatiza que cada paciente tiene una representación de su condición que es única, estos autores afirman que el individuo con dermatosis tiene sus creencias individuales sobre la identidad, causa, duración y cura de su condición. Tales representaciones reflejan la respuesta cognitiva de cada paciente a los síntomas y dermatosis, las respuestas emocionales se procesan en paralelo con la representación de la condición. Si bien el vitíligo es aún una enfermedad con pocos estudios en el campo de la psicología, es evidente la importancia de un seguimiento psicoterapéutico que promueva el bienestar de este paciente para mejores resultados en el tratamiento, siendo necesaria, entonces, una atención integral. cuidado (PEREIRA; OLIVEIRA, 2012).

4. CONSIDERACIONES FINALES

Desde la gestación de un bebé, la piel es su primer medio de contacto, es a través de esta que siente las sensaciones de calor y calidez en el vientre materno. Al nacer, las primeras conexiones externas de este bebé también se dan a través de este órgano, es a través de él que el niño sentirá el tacto, las caricias y la temperatura corporal de su madre, por lo que la piel desde su origen es fuente de protección, relación. , comunicación, percepción y contacto. Funciona como una barrera que, además de cobijo y apoyo, también lo presenta ante sus semejantes y ante el mundo, es a través de la mirada del otro que se reconoce, buscando así su yo ideal a través de la imagen reflejada a través del otro, como un espejo.

El psicoanálisis utiliza elementos internos de este individuo para ayudarlo a enfrentar lo que le causa sufrimiento, como en el caso de los prejuicios. Escuchar y acoger al individuo de manera única, conociendo toda su historia de vida, qué hay detrás de este sufrimiento, cómo es para este paciente lidiar con su afecto y sus consecuencias, lo que le provoca dolor en este contexto real. Es importante conocer toda la singularidad del paciente, porque cada uno tiene una forma de sentir y afrontar sus dificultades de forma única y exclusiva.

Por lo tanto, la realidad del individuo afectado por vitíligo está llena de desafíos, además del enfrentamiento de la condición, las dificultades para exponer sus emociones, aún enfrentan estresores psicosociales relevantes con frecuencia. Si bien la dermatosis no es transmisible, ni causa daño en el funcionamiento físico del individuo, aún así debe considerarse un factor importante de gran relevancia: el vitíligo es altamente dañino para la vida psicosocial de este paciente y puede ser devastador para su autoestima. , además de que su evolución es clínicamente impredecible, pueden causar desfiguración estética. Como se evidencia, el psicoterapeuta contribuye considerablemente junto al dermatólogo en el tratamiento del vitíligo, es necesario tomar en cuenta la mejor calidad de vida del individuo en relación a su autoaceptación y enfrentamiento a los prejuicios, entre otras barreras que pueden surgir como resultado del daño psicosocial causado por la condición en cuestión.

De ahí la necesidad de un nuevo contexto en la comprensión y empatía de los profesionales de la salud a favor de un tratamiento más humanizado e integrado posible para los pacientes dermatológicos. Se necesitan más estudios sobre el vitíligo en el campo de la psicología debido a la precariedad en relación a la cantidad de trabajos publicados en este contexto a nivel nacional. También es importante tener en cuenta la cantidad de relatos de pacientes que indican que sus lesiones surgieron después de situaciones intensas de estrés emocional, además de que este factor puede empeorar la situación o incluso perjudicar el tratamiento. También se sugiere que se necesita más investigación para investigar el vitíligo como un posible síntoma que se manifiesta a través de la psique. Además de ser una dermatosis descrita desde la antigüedad y tras varias teorías elaboradas en un intento de explicar su origen real, el vitíligo sigue siendo una condición sin etiología definida.

REFERENCIAS

ANZIEU, Didier. O Eu-pele. Casa do Psicólogo, São Paulo, 1989.

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APÉNDICE – REFERENCIAS EN NOTAS A PIE

3. El término hipocrómico se utiliza para designar manchas en la piel más claras que la propia piel.

4. Acrómico: mancha incolora, incolora.

[1] Estudiante de psicología en la Facultad Morgana Potrich (FAMP), Mineiros-GO, Brasil.

[2] Magíster en Psicología de la Universidad Catolica de Brasilia, profesora de la Facultad Morgana Potrich (FAMP), Mineiros-GO, Brasil.

Enviado: Enero de 2020.

Aprobado: Diciembre de 2020.

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Marizete Oliveira Rocha

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