REVISTACIENTIFICAMULTIDISCIPLINARNUCLEODOCONHECIMENTO

Revista Científica Multidisciplinar

Pesquisar nos:
Filter by Categorias
Administración
Administración Naval
Agronomía
Arquitectura
Arte
Biología
Ciencia de la religión
Ciencias Aeronáuticas
Ciencias de la computación
Ciencias sociales
Cocina
Comunicación
Contabilidad
De marketing
Educación
Educación física
Ética
Filosofía
Física
Geografía
Historia
Ingeniería Agrícola
Ingeniería ambiental
Ingeniería Civil
Ingeniería de producción
Ingeniería de producción
Ingeniería Eléctrica
Ingeniería Informática
Ingeniería mecánica
Ingeniería Química
Letras de
Ley
Literatura
Matemáticas
Medio ambiente
Nutrición
Odontología
Pedagogía
Psicología
Química
Salud
Sem categoria
Sociología
Tecnología
Teología
Tiempo
Turismo
Veterinario
Zootechny
Pesquisar por:
Selecionar todos
Autores
Palavras-Chave
Comentários
Anexos / Arquivos

Lectura en los grados iniciales de la escuela primaria: dificultades, avances, obstáculos y perspectivas

RC: 57172
80
5/5 - (1 voto)
DOI: ESTE ARTIGO AINDA NÃO POSSUI DOI
SOLICITAR AGORA!

CONTEÚDO

ARTÍCULO DE REVISIÓN

CHAVES, Patrícia Aparecida Morais Alves [1]

CHAVES, Patrícia Aparecida Morais Alves. Lectura en los grados iniciales de la escuela primaria: dificultades, avances, obstáculos y perspectivas. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. año 04, Ed. 11, Vol. 05, págs. 31-46. Noviembre de 2019. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/educacion-es/lectura-en-las-iniciales

RESUMEN

Este artículo tiene como objetivo hacer una retrospectiva histórica de la práctica de la lectura en los grados iniciales y analizar cómo la institución escolar, los profesores y la familia han contribuido actualmente a la adquisición y desarrollo de la lectura en estos grados. La obra consiste en análisis teóricos basados en autores como Solé (1998), PCN’s of Portuguese Language (1997), Martins (2007), Freire (1993), Maia (2007), Kleiman (1993), Geraldi (1984 y 1996), entre otros. Se sabe que la lectura es una de las principales actividades de la institución escolar y necesita ser trabajada con dedicación, ya que la adquisición de la misma es la base para el desarrollo cognitivo y para el proceso de enseñanza y aprendizaje del estudiante. Por lo tanto, se pretende con la elaboración de este artículo, estimular a las escuelas, profesores y familias en general a reflexionar juntos sobre su papel en la formación de los lectores, y llevarlos a cuestionar las causas que conducen a las dificultades de lectura y, en consecuencia, proponer estrategias para superarlas. En definitiva, la metodología utilizada para alcanzar el objetivo fue la investigación bibliográfica. Los resultados obtenidos muestran que las actitudes simples son a menudo las más importantes y juegan un papel fundamental en la búsqueda del conocimiento.

Palabras clave: Lectura, dificultades, avances, series iniciales.

1. INTRODUCCIÓN 

El artículo es una investigación bibliográfica sobre las dificultades de la lectura en los grados iniciales de la escuela primaria, de gran relevancia, porque amplía una discusión sobre los problemas presentes en las escuelas que necesitan ser resueltos para ser formados intelectualmente lectores intelectualmente independientes hoy en día.

La investigación surgió de la necesidad de analizar y verificar cómo se realiza la lectura en las escuelas y la sociedad, para ello, tratamos de responder a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las causas de las dificultades de lectura en los grados iniciales? ¿Cómo han contribuido la institución escolar, los maestros y las familias al proceso de adquisición y desarrollo de la lectura en los grados iniciales de la escuela primaria? ¿Cuáles son los avances, obstáculos y perspectivas en relación con la superación de las dificultades de lectura en estas series?

Aborda las responsabilidades que las escuelas, los maestros y las familias tienen juntos en la formación de los lectores, en un intento de llegar a conclusiones satisfactorias sobre las causas de los problemas planteados con respecto a las dificultades de lectura en los grados iniciales de la escuela primaria.

Se sabe que la lectura es una de las principales actividades de la institución escolar y necesita ser trabajada con dedicación, ya que la adquisición de la misma es la base para el desarrollo cognitivo y para el proceso de enseñanza y aprendizaje del estudiante. Kleiman (1993 apud Maia, 2007, p.15), dice que “un gran número de profesores no son lectores, y tiene, sin embargo, para enseñar a leer y a disfrutar de la lectura”.

El objetivo general es hacer una retrospectiva histórica de la práctica de la lectura en los grados iniciales en Brasil desde el período colonial hasta la actualidad, analizando cómo ocurre el proceso de aprender a leer y cómo se trabaja en el contexto escolar y familiar. para que se discutan las causas de las dificultades que se presentan en la lectura y la importancia de la ayuda del profesorado y la familia para adquirir la competencia lectora de los alumnos, que es la base del ingenio intelectual, cultural, político e histórico y que favorece el desarrollo del sentido crítico .

La metodología utilizada en la investigación consiste en análisis teóricos basados en autores como Solé (1998), PCN’s of Portuguese Language (1997), Martins (1994), Freire (1993), Maia (2007), Kleiman (1993), Geraldi (1984 y 1996), entre otros. En definitiva, la metodología utilizada para alcanzar el objetivo fue la investigación bibliográfica.

2. RETROSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PRÁCTICA DE LA LECTURA EN EL CONTEXTO ESCOLAR

Hasta mediados del siglo XIX, pocas escuelas existían en Brasil. En el período colonial, las prácticas de enseñanza iniciales fueron enseñadas en las propias granjas o molinos por una persona alfabetizada, generalmente el sacerdote o por un maestro contratado para este propósito. Pocas personas también podrían asistir a la escuela. Durante este período, una gran parte de la población fue excluida de diversos aspectos de la vida social. A los esclavos, por ejemplo, se les prohibió estudiar y a las niñas, se entiende que sólo era necesario ofrecer una educación general que les permitiera realizar bien sus tareas domésticas, porque las mujeres en ese momento tenían pocos derechos y eran educadas sólo para casarse, tener hijos y cuidar de la casa (MAIA, 2007).

Los libros de texto, a su vez, prácticamente no existían en nuestras escuelas durante este período de la historia. Diversas fuentes, como novelas, crónicas, autobiografías, relatos de viajeros y otras, indican que la enseñanza y la práctica de lectura en las escuelas se basaron en textos escritos a mano como cartas, documentos notaarios, la Biblia, e incluso la Constitución del Imperio y el Código Penal. La lectura en este período de nuestra historia asumió sólo el papel de instruir a las personas a la vida en la sociedad (BARBOSA, 1994).

Desde el Período Imperial, la sociedad se ha vuelto más compleja y se han tomado algunas iniciativas para ampliar la oferta de escolaridad para la población. Estaban surgiendo nuevos puestos de trabajo, se estaban incorporando nuevas costumbres. La educación y la educación han llegado a ser vistas como fundamentales para el desarrollo cultural y económico del país, es decir, un pasaporte al mundo civilizado (MAIA, 2007).

En Brasil, la impresión de libros comenzó en 1808, con la implementación de la Real Prensa. Sin embargo, incluso en la escuela, los momentos de lectura eran todavía raros y no despertaban placer en el lector. Todavía había pocos lugares para leer en ese momento, había pocas bibliotecas y librerías y como consecuencia, pocos también eran lectores.

Los momentos destinados a la lectura en la escuela hasta entonces no despertaban placer en el lector, por el contrario, eran vistos como momentos de aburrimiento, tortura y molestia, sirviendo sólo para instruir y transmitir reglas y modelos de comportamientos.

La literatura tiene entonces un papel fundamental en la formación de los lectores, despertando el placer y el gusto por la lectura. Y, aunque poco extendida en la escuela en ese período y de difícil acceso, la literatura termina mostrando al lector otro universo lleno de alegría y aventuras, donde se podía viajar a través de lugares nunca antes vistos y hablar con personas que nunca habían sido encontradas cara a cara. Esto fue fascinante y finalmente despertó la atención de algunas personas que más tarde se convirtieron en grandes lectores y escritores exitosos (BARBOSA, 1994).

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los libros de texto específicamente para los grados iniciales de la educación comenzaron a aparecer en Brasil. Aunque, inicialmente, muchos de estos libros fueron fabricados en Europa, su aparición fue de suma importancia para la educación, ya que fueron considerados innovadores y sirvieron como impulsores para el surgimiento de editores y escritores en Brasil (MAIA, 2007).

En 1868, Abílio César Borges, un propietario de escuela que estaba en contra del castigo corporal adoptado en la mayoría de las escuelas del país, comenzó a publicar una serie de libros destinados a los grados iniciales de la educación. Sus libros recibieron muchos elogios por la crítica intelectual de la época y fueron considerados innovadores, reemplazando los folletos crudos o materiales escritos a mano. Tenían un carácter enciclopédico y traían contenidos de diversas áreas del conocimiento, eran más instructivos que morales. Los libros de Borges fueron reeditados varias veces y sirvieron de base para educar a generaciones de brasileños. Sin embargo, a pesar de ser considerados innovadores todavía no podían despertar en los estudiantes el afán y el placer de leer.  Este placer, al que sólo alcanzó el lector cuando entró en contacto con obras literarias fuera de la escuela según el relato de Graciliano Ramos -uno de los más grandes escritores de lengua portuguesa- en su autobiografía (BARBOSA, 1994).

Todavía en el siglo XIX, se publicaron otras series de libros, entre ellos, el punto culminante que el de Felisberto de Carvalho. Sus libros, como el de Borges, también aportaron contenidos de diversas áreas del conocimiento, pero el enfoque era ofrecer al niño, además de la enseñanza, las enseñanzas morales (MAIA, 2007).

Aunque esta no era la intención de la escuela en ese momento, en algunos casos, la lectura de los libros de Felisberto incluso provocó placer. En estos libros había algunas ilustraciones con colores y las lecciones siempre iban acompañadas de ejercicios. Estos libros eran muy importantes para impulsar la educación brasileña y fueron ampliamente utilizados en nuestras escuelas hasta mediados de nuestro siglo (BARBOSA, 1994).

Ya a finales del siglo pasado y principios de esto, hubo la expansión de la educación. En 1899, se instaló el gobierno republicano, que adoptó las reformas educativas como uno de sus objetivos. Durante este período comenzaron a difundirse nuevos métodos y teorías educativas y se comenzaron a proponer varias reformas. Sin embargo, a pesar de los cambios significativos que ocurrieron en el contexto escolar en ese momento, muchas escuelas se mantuvieron similares a las de las generaciones anteriores. Los castigos físicos, como las azotes, seguían presentes en el entorno escolar, los edificios seguían siendo inadecuados para una escuela, porque tenían habitaciones mal iluminadas, muebles precarios y maestros mal pagados. Las escuelas de este período agruparon a los estudiantes por nivel de instrucción y no por grado como ocurre actualmente. Los maestros no enseñaban clases como la de hoy, “tomaron” la lección mientras que los otros alumnos permanecieron obedientemente en sus portafolios leyendo la lección del día (MAIA, 2007).

A partir de entonces, las primeras editoriales importantes también aparecieron en el país. Los autores comenzaron a publicar sus libros aquí en Brasil, nacidos entonces de la literatura brasileña. Los libros extranjeros seguían importándose porque seguían siendo una ayuda importante. Los periódicos también comenzaron a publicar sistemáticamente historias a través de seriales, lo que permitió el aumento gradual del público lector.

A principios del siglo XX, dos autores destacaron. Olavo Bilac y Manuel Bonfim publicaron el libro de lectura: A través de Brasil, que al mismo tiempo mantenía la atención del lector sirvió como subsidio para el maestro en su acción docente, porque tenía material para desarrollar las diversas materias necesarias para la instrucción de los niños. En 1921 aparece otro libro que marcaría la historia de los libros de lectura: Narizinho Arrebitado de Monteiro Lobato. Este libro difería de toda la literatura didáctica producida en ese momento en Brasil y trajo a la escuela un aspecto hasta ahora ignorado: el placer de la lectura. El libro de Monteiro Lobato se convirtió en uno de los mayores éxitos de la literatura infantil brasileña (BARBOSA, 1994).

Las reformas que ocurrieron en la enseñanza entre los años 1920 y 1950 permitieron la expansión de las escuelas públicas, dando acceso a la educación a una gran mayoría de la población, ya que en ese momento más del 80% de la población era analfabeta.

Entre las décadas de 1950 y 1970 surgieron otros métodos educativos y la enseñanza comenzó a centrarse en el estudiante y sus necesidades. La educación pública estaba aumentando cada vez más y significativamente el número de personas que ingresan a la escuela. Durante este período, el acceso a los medios de lectura aumentó considerablemente en las grandes ciudades. El número de librerías ha crecido y también se han creado bibliotecas populares y callejeras (MAIA, 2007).

A partir de la década de 1970, surgieron muchos otros libros de lectura. En la escuela, los libros comenzaron a tener un tiempo de uso más corto debido a la necesidad de actualizar los contenidos que se vuelven cada vez más complejos a medida que avanza la investigación sobre el conocimiento pedagógico.

En la misma década, la literatura infantil se convierte en parte de las actividades de lectura en la escuela, proporcionando momentos de placer al acto de leer y atraer a más y más nuevos lectores. Los nuevos libros -literarios y didácticos- dan al lector libertad de elección y subvencionan cada vez más la acción pedagógica trayendo consigo más instrucciones a los profesores (BARBOSA, 1994).

Se observa, entonces, que durante mucho tiempo la lectura se utilizó en la escuela sólo como un apoyo para las clases de gramática y como algo que sólo podía ser adquirido por memorización y no se trabajó con el fin de formar lectores intelectualmente autónomos, conscientes y críticos de la realidad frente a ellos. Los estudiantes de preescolar en la década de 1970 no eran libres de elegir los libros que realmente les gustaría leer (MAIA, 2007).

Afortunadamente, a lo largo de los años, se han producido muchos cambios, se han ampliado a las oportunidades de lectura y se inventaron nuevas características para facilitar el acto de la lectura. Otras fuentes de lectura como periódicos, revistas, etiquetas y otras fueron incorporadas a las aulas. La revolución tecnológica también ha ido cambiando y revolucionando la enseñanza en las escuelas primarias. Con las nuevas características disponibles, también surgen otras modificaciones: la forma en que el niño aprende a leer y escribir

2.1 APRENDER A LEER

Durante mucho tiempo se imaginó que el niño sólo aprendería a leer si lo insertaban en la escuela. Debido a esto, los folletos de alfabetización y otros medios didácticos fueron creados con reglas sistemáticas del paso a paso que deben seguirse a la alfabetización de un niño. Hoy sabemos que esto no es necesariamente cierto, porque se sabe que el proceso de aprendizaje trasciende los espacios escolares y que no hay recetas listas para insertar a un niño en el mundo de la lectura.

“La lectura no significa la repetición sin fin de las actividades escolares, la decodificación de letras o símbolos” (BRASIL, PCN’s, 1997, p. 57). La lectura es una actividad extremadamente rica y compleja que implica no sólo el conocimiento fonético o semántico, sino también el conocimiento cultural e ideológico. Puede ser un proceso de descubrimiento, una tarea desafiante o incluso juguetona. Es una actividad de interacción que obedece objetivos y necesidades socialmente determinados donde uno puede entender e interpretar el mundo que lo rodea en todas sus formas.

Geraldi (1996, p. 28) también entiende la lectura como una práctica social y afirma que:

Aprender a leer es así ampliar las posibilidades de diálogo con las personas que nunca conoceremos cara a cara y, al interactuar con ellas, podremos entender, criticar y evaluar sus formas de entender el mundo, las cosas, las personas y sus relaciones. Esto es leer.

Para Solé (1998, p. 22) “la lectura es un proceso de interacción entre el lector y el texto, donde se trata de satisfacer (obtener información relevante para) los objetivos que guían la lectura”.

El niño aprende a leer mucho antes de que él o ella ingrese a la escuela. Este proceso de aprendizaje se lleva a cabo en la interacción con la familia o incluso fuera de ella, en los entornos a los que asiste.

Aprendemos a leer en las formas más simples de vida. Como éramos pequeños, cuando podemos interpretar o describir las imágenes, dibujos o figuras que aparecen en un libro, revista, periódico, tablero, tablero, televisión, computadora o paisaje a nuestro alrededor, estamos leyendo. Es una lectura diferente basada en el conocimiento que tenemos sobre algo y donde construimos un repertorio de textos que son utilizados por la sociedad.

Martins (1994, p. 27) al ampliar la noción de lectura establece que “la lectura debe considerarse un proceso de aprensión de los símbolos expresados a través de cualquier idioma, por lo tanto, el acto de leer se refiere tanto a algo escrito como a otros tipos de expresión de la realización humana”

La lectura no debe entenderse sólo como la decodificación de símbolos o letras, sino como un proceso de comprensión que ocurre a través de la interacción entre el niño y el entorno donde vive, es decir, debemos entender que la lectura es la forma en que el niño interpreta o entiende un conjunto de información.

Según el PCN:

Es necesario superar algunas concepciones sobre el aprendizaje inicial de la lectura. La principal es que la lectura es simplemente decodificar, convertir letras en sonidos, y la comprensión es una consecuencia natural de esta acción. Debido a esta concepción equivocada, la escuela ha estado produciendo un gran número de “lectores” capaces de decodificar cualquier texto, pero con enormes dificultades para entender lo que intentan leer. (BRASIL, 1997 p. 55).

Para ayudar en el proceso de aprendizaje de la lectura es necesario entender las etapas del desarrollo del niño y ofrecerle, desde una edad temprana, un ambiente rico en libros, juegos educativos y otros materiales que despertarán el gusto por la lectura, el deseo de investigar, describir y entender lo que le rodea.

Freire (2005 apud Maia 2007, p. 27) nos dice que: “aprender a leer el mundo, entendiendo su contexto, no es una manipulación mecánica de las palabras, sino una relación dinámica que une el lenguaje y la realidad”.

En casa o en la escuela, cuando le contamos o le leemos una historia a un niño y le mostramos las láminas del texto, son alfabetización, independientemente de su edad. Y, después de entrar en contacto de nuevo con esa historia, incluso si aún no pueden leer, el niño será capaz de hacer su propia relectura solo, utilizando palabras que son propias de su vida diaria, pero sin perder la verdadera esencia de la historia.

También según Freire (1984 apud Maia 2007, p. 27) “el acto de lectura no se agota en la decodificación pura de la palabra escrita, sino que se anticipa y se alarga en la inteligencia del mundo”.

La lectura se desarrolla en la vida con el propio mundo. Un individuo aprende a leer cuando relata lo que lee con su conocimiento del mundo, es decir, con las experiencias que aporta en su “equipaje”. Por lo tanto, cada persona tendrá una lectura particular del mismo texto, dependiendo de sus conocimientos previos. Este conocimiento anticipado de algo es fundamental para la construcción de significados sobre el lido.

2.2 LECTURA EN EL CONTEXTO ESCOLAR

La lectura es una de las principales actividades de la institución escolar y necesita ser trabajada con dedicación, ya que la adquisición de la misma es la base para el desarrollo cognitivo del estudiante y para el éxito del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Una de las prioridades de la escuela es proporcionar a los estudiantes el aprendizaje de la lectura y la escritura, valorándolos por igual, ya que ambos están interconectados. Por lo tanto, debe proporcionar todos los instrumentos y condiciones para que el niño tenga un contacto positivo con los libros, poniendo a disposición materiales de lectura de diversas fuentes. Sin embargo, en la mayoría de las escuelas estos materiales se archivan en casilleros, siendo utilizados sólo esporádicamente. Barbosa (1994, p. 141) afirma que “la escuela debe organizarse de acuerdo con un nuevo concepto de lectura, que supone la adopción de un nuevo proceso de aprendizaje”.

Según Solé (1998, p. 32), “uno de los muchos desafíos a los que se enfrenta la escuela es hacer que los estudiantes aprendan a leer correctamente […]”. La función de la escuela no es sólo enseñar a leer mecánicamente, sino enseñar a leer críticamente, a interpretar los diferentes tipos de lectura, a evitar la reproducción de las desigualdades sociales, conociendolas y tratando de superarlas mediante la adquisición de la lectura y la escritura, y así hacer que la sociedad sea más igualitaria.

Enseñar a leer no es tarea fácil. Por el contrario, es una actividad compleja que requiere mucho esfuerzo, paciencia y determinación de ambas partes involucradas en este proceso. Y como, en la mayoría de los casos, el niño viene de casa sin ningún contacto previo con el mundo de la lectura, es la escuela la que tiene esta inmensa responsabilidad. Silva (1987 apud Maia 2007, p. 28), uno de los pioneros en el uso de la terminología “pedagogía de la lectura”, afirma: “La lectura es, en última instancia, no sólo un puente hacia la conciencia, sino también una forma de existir en la que el individuo entiende e interpreta la expresión registrada por la escritura y comienza a ser entendida en el mundo”.

No basta con saber descifrar los códigos escritos. Para ser un buen lector es necesario resolver tareas sencillas de la escuela cotidiana, como interpretar textos, conocer el significado de una palabra o entender el significado de una oración. Para ello, es necesario captar el mensaje transmitido por el conjunto de palabras que forman oraciones y textos.

Silva (1986 apud Maia 2007, p. 28), utiliza palabras fuertes como “conciencia, libertad, ciudadanía y transformación” y concibe la lectura como “un instrumento para el proceso de reconstrucción de la sociedad brasileña”, al tiempo que denuncia la falta de una política de derecho a leer: “en la sociedad brasileña, constituida de clases con intenciones antagónicas, se presenta la lectura como una cuestión de privilegios y no del derecho de toda la población”.

Desafortunadamente, la escuela fue y sigue siendo excluyendo, hoy un poco más enmascarada, pero sigue siendo excluyetiva cuando se excluye a las clases sociales más altas sobre los más pobres.

3. FACTORES QUE ESTIMULAN EL PROCESO DE LECTURA

La lectura es un proceso continuo que depende de varias metodologías y estrategias, que deben estar de acuerdo con la edad o etapa cognitiva del estudiante. El niño debe estar expuesto desde una edad temprana a un ambiente de alfabetización lleno de libros y materiales escritos o mecanograbados, medios electrónicos y otros, ya sea en casa o en la escuela.

Hay muchos gestos de lectura que pueden influir en los niños, como la simple práctica de leer un texto o un cuento en voz alta con un niño. Muchos son también los tipos de textos que circulan en instituciones educativas y grupos sociales.

Para estimular el proceso de desarrollo de la lectura, la escuela debe en primer lugar proporcionar un ambiente acogedor, armonioso y rico en libros de diferentes géneros textuales, juegos educativos y otros recursos como los medios electrónicos que suelen mantener la atención del estudiante.

Los PNC (1997, p. 36) registran que: “Los buenos lectores no se forman ofreciendo materiales empobrecidos, justo cuando los niños son iniciados en el mundo de la escritura”. La gente aprende a disfrutar de la lectura cuando de alguna manera la calidad de sus vidas mejora con la lectura.

La elección correcta del material a utilizar en las aulas será de suma importancia y decisiva para atraer la atención de los niños, especialmente en la serie inicial. Sin embargo, también vale la pena mencionar que es de importancia fundamental que los profesores tengan el dominio del recurso utilizado en su trabajo para permitir la construcción y el desarrollo de habilidades en los estudiantes.

Textos literarios, cómics, periódicos, textos en medios electrónicos, juegos y juegos educativos son la base para involucrar a los estudiantes y hacer de la clase un momento de aprendizaje y relajación. La escuela necesita ponerse a disposición de materiales como estos y los maestros deben atreverse en su creatividad durante las clases.

Según el PCN:

Para aprender a leer, por lo tanto, es necesario interactuar con la diversidad de textos, presenciar el uso que los lectores hacen de ellos y participar en actos de lectura de hecho; es necesario negociar el conocimiento que ya tiene y lo que presenta el texto, lo que hay detrás y ante los ojos, recibiendo aliento y ayuda de lectores experimentados. (BRASIL, 1997, p. 56).

Los PCN (BRASIL, 1998, p. 149) también confirman que: “la participación del estudiante en el proceso de aprendizaje debe permitir al estudiante encontrar significado y funcionalidad en lo que constituye el foco de los estudios en cada situación del aula”.

Es esencial entender que para formar a los lectores, es necesario que la escuela cree un ambiente estimulante, con condiciones favorables para el desarrollo de la práctica de la lectura, donde el alumno se sensibiliza por la necesidad de leer, creando un espacio agradable en el que el lector quiere permanecer y poder disfrutar de lo que es mejor, convirtiéndolo así en un vehículo que facilite el aprendizaje en el que dará autonomía antes de su conocimiento.

Según los PCN (1998, p. 58), para superar las dificultades de lectura y estimular a los estudiantes, la escuela debe:

Tener una buena biblioteca, […] una colección de clase con libros y otros materiales de lectura; organizar momentos de lectura gratuitos en los que el maestro también lee. Para que los estudiantes no acostumbrados a participar en actos de lectura y que no saben el valor que tiene, puedan ver a su maestro involucrado en la lectura sentirse seducidos y son despertados por el deseo de leer también.

La escuela necesita ofrecer condiciones para que los estudiantes construyan su propio aprendizaje en lectura, además de conquistar al estudiante de una manera placentera, para que desarrolle el hábito de la lectura, prestando atención no sólo a los estudiantes exitosos, sino también a aquellos con dificultades de lectura, permitiendo a todos los estudiantes la oportunidad de convertirse en buenos lectores.

3.1 SUGERENCIAS PEDAGÓGICAS Y FORMAS DE INTERVENCIONES FAMILIARES EN EL CONTEXTO DE LA LECTURA

Para alentar a los niños y hacer de la lectura una práctica placentera, podemos seguir algunas maneras sencillas que ayudarán mucho en la adquisición de conocimientos y que pueden ser practicadas tanto en la escuela por los maestros como en el hogar por los padres y miembros de la familia involucrados en el proceso de aprendizaje del niño. Según Cramer; Castle (2001), Son:

Lea en voz alta diariamente al niño, independientemente de su edad, porque poco a poco se familiariza con la lectura y acostumbrarse a ver y tocar los libros.

Inicialmente utilizan libros ilustrados sin textos o con pocas palabras, pueden ayudar en el desarrollo de la percepción visual, la imaginación y la lectura de imágenes.  Ayude al niño señalando los colores y diciendo el nombre de las cosas.  Los libros simples pueden enseñar al niño que hay espacios entre las palabras y que la escritura va de izquierda a derecha que más tarde le ayudará en el desarrollo de la lectura.

Cuente historias a los niños animándolos a hacer preguntas, a hablar sobre la historia que acaban de escuchar, a tratar de adivinar lo que les sucederá a los personajes de acuerdo con el desarrollo de la trama. Haz que relacione los hechos o cosas de la historia con su día a día.

Trate de desarrollarse en asociación con los padres y los programas escolares para fomentar el desarrollo de la lectura. Buscar alianzas en la comunidad y desarrollar programas de lectura para voluntarios, padres e hijos, por lo tanto, uno puede desarrollar de manera placentera la lectura de ambas partes.

El diccionario ilustrado (infantil) es una herramienta estimulante, ya que mantiene la atención de los niños y desarrolla el hábito de jugar a la lectura. Provocarlos para descubrir el significado de las palabras.

Exponga materiales de escritura como lápices de colores, colección, lápices con borradores, bolígrafos, papeles y otros al alcance de los niños para que se sientan seguros y libres de expresarse.

Vea y anímelo a ver programas educativos en la televisión, el video o la computadora. Estos divertidos programas te enseñan cosas interesantes como el contenido escolar o cosas que se pueden usar en la vida cotidiana de las personas.

Mantener el hábito de visitar una biblioteca o librería con frecuencia, llevar al niño a estos entornos desde una edad temprana, comenzar con visitas semanales y luego ampliar la asistencia de estas visitas. Anímelo a elegir los libros que más le conventen tomando prestados o comprándolos.

Al leer con frecuencia, las actitudes servirán de ejemplo para los niños en casa o en la escuela.

Con actitudes sencillas se puede hacer mucho para ayudar en el desarrollo intelectual y educativo de los niños. Esta curiosidad determinará el futuro de los niños como lectores. Es importante recordar que el gusto por la lectura debe comenzar antes de la alfabetización, en casa, cuando el niño está fascinado por el contenido de los libros que los padres les leen y mejoraron en la escuela a lo largo de su vida escolar.

4. CONSIDERACIONES FINALES

En este trabajo, se hacen análisis sobre la historia de la enseñanza de la lectura en nuestras escuelas, buscando reflexionar sobre las maneras en que la escuela enseña y las maneras en que el niño aprende a leer. Se percibe que hay muchos factores que conducen a dificultades de lectura y la importancia que las escuelas, los maestros y las familias tienen juntos en la adquisición de habilidades de lectura. Se observó que antes al comienzo de la colonización de Brasil muchos eran los obstáculos en la enseñanza de la lectura, porque, no todas las personas tenían acceso a la escuela, no había métodos de enseñanza eficientes, no había libros atractivos para leer al alcance de todos y no era el deseo de las clases sociales dominantes que las partes menos favorecidas de la población se convirtieran en personas intelectualmente independientes.

Sin embargo, también se observó que a lo largo de los años ha habido avances significativos en el contexto escolar, ya que las necesidades han surgido y la escuela se ha expandido, con esta gente se ha vuelto más exigente, han surgido nuevos estudios y han evolucionado métodos de enseñanza, el número de libros de lectura disponibles para todos, entre otros, ha aumentado.

Sin embargo, se percibe que queda mucho por hacer en la enseñanza de la lectura en las escuelas. Como perspectivas para el futuro, se espera que las escuelas, los maestros y las familias trabajen juntos, adquiriendo y perfeccionando cada día los hábitos saludables de la lectura, ya sea en casa o en la escuela, para que las generaciones futuras no sufran tanto por las dificultades de lectura que actualmente plagan nuestras escuelas.

Por lo tanto, este trabajo de investigación sirvió para darse cuenta de que es necesario reflexionar sobre el pasado de la enseñanza en los grados iniciales para tener un sentido claro de las causas de los problemas existentes en las escuelas en el presente.

REFERÊNCIAS

BARBOSA, José Juvêncio. Alfabetização e leitura. São Paulo: Cortez, 1994.

BRASIL, PCN’s. Parâmetros Curriculares Nacionais – Língua Portuguesa. Brasília, 1997.

BRASIL. Secretaria de Educação Fundamental. Parâmetros curriculares nacionais: terceiro e quarto ciclos do ensino fundamental: introdução aos parâmetros curriculares nacionais / Secretaria de Educação Fundamental. – Brasília: MEC/SEF, 1998.

CRAMER, Eugene H.; CASTLE, Marrietta (orgs.). Incentivando o amor pela leitura. Porto Alegre: Artmed, 2001

FREIRE, Paulo (1977) A mensagem de Paulo Freire Teoria e prática da libertação, Porto: Nova Crítica

GERALDI, João Wanderley. Linguagem e ensino: exercícios de militância e divulgação. Campinas: ALB; Mercado de Letras, 1996.

KLEIMAN, Angela. A literatura na formação de leitores e professores. Editora Paulinas. São Paulo, 1993.

MAIA, Joseane. A literatura na formação de leitores e professores. Editora Paulinas. São Paulo, 2007.

MARTINS, Maria Helena. O que é Leitura. 19 ed. São Paulo: princípios, 1994

SILVA, Ezequiel Theodoro da. Concepções de leitura e suas consequências no ensino. Perspectiva. Florianópolis, v.17, n. 31, p. 11 – 19, jan./jun. 1986.

SOLÉ, Isabel. Estratégias de Leitura. 6ª ed., Porto Alegre: Artmed, 1998.

[1] Especialización en Aprendizaje y Autoría en Educación Infantil Temprana y Escuela Primaria en la Universidad Estatal de Maranhao – UEMA; Especialización en Educación en Derechos Humanos en la Universidad Federal de Maranháo – UFMA; Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Federal de Maranhao – UFMA y Licenciado en Pedagogía por la Universidad Federal de Tocantins – UFT.

Enviado: Agosto, 2019.

Aprobado: Noviembre, 2019.

5/5 - (1 voto)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

POXA QUE TRISTE!😥

Este Artigo ainda não possui registro DOI, sem ele não podemos calcular as Citações!

SOLICITAR REGISTRO
Pesquisar por categoria…
Este anúncio ajuda a manter a Educação gratuita