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Identidad construida: lugar del psicodiagnóstico en la construcción del hombre en el concepto de sí mismo y sus implicaciones futuras [1]

RC: 78385
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CONTEÚDO

ARTÍCULO ORIGINAL

FRANÇA, Maria Cristina Cavalieri [2], SILVA, Carlos Roberto Ferreira da [3]

FRANÇA, Maria Cristina Cavalieri. SILVA, Carlos Roberto Ferreira da. Identidad construida: lugar del psicodiagnóstico en la construcción del hombre en el concepto de sí mismo y sus implicaciones futuras. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año 06, Ed. 01, Vol. 07, págs. 102-111. Enero de 2021. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/psicologia-es/identidad-construida

RESUMEN

Este artículo tuvo como objetivo identificar cuáles son las posibles implicaciones del psicodiagnóstico basado en la CIE 10, en cuanto a la construcción de la imagen de uno mismo según el Enfoque Centrado en la Persona. Dicho esto, se desarrolló a través de revisiones bibliográficas y además presenta una mención de un caso clínico que nos permitió resaltar la posibilidad de un marco que favorezca una enfermedad y, no solo, darse a la indicación de un tratamiento, para que se lleve a cabo. a través de una encuesta reflexiva, tomando las precauciones necesarias para que el psicodiagnóstico no interfiera en el proceso de tendencia a la auto-actualización del paciente involucrado.

Palabras clave: Psicodiagnóstico, encuadre, autoactualización.

INTRODUCCIÓN

La actividad diagnóstica tiene como finalidad evaluar a una persona para comprender el momento por el que atraviesa. En Psicología, esta actividad tiene etapas: comienza con una entrevista; luego, el proceso se desarrolla a partir de la aplicación de pruebas y técnicas psicológicas y finaliza con el regreso, que puede ocurrir con una o más entrevistas finales (OCAMPO; ARZENO; PICCOLO, 1981). En cuanto a las entrevistas finales, también denominadas etapa de devolución, Almeida (2004) afirma que es necesario saber lidiar con la ansiedad que surge del proceso realizado, buscando esclarecer los vacíos en algunas declaraciones y tomando la iniciativa en tiempos de impasse. Así, es posible inferir que los trastornos de ansiedad han sido un estado frecuentemente observado en esta etapa, y que, en este proceso, pueden ocurrir brechas y callejones que pasarán a formar parte de la vida de la persona además de los síntomas mapeados. al momento anterior al regreso.

Al realizar la investigación bibliográfica del tema propuesto en este trabajo, se pudo constatar que los aspectos abordados durante la entrega de resultados generalmente se restringen a elementos técnicos. La dimensión del cliente, que es la persona más interesada en este proceso, ha sido descuidada en este momento del psicodiagnóstico. Es relevante, entonces, discutir y analizar las cuestiones que van más allá de la técnica y que suceden en el mundo interno del cliente en el momento de la entrega del psicodiagnóstico y prestar atención a los profesionales por esta posible negligencia. Así, se cree que este argumento consolida una justificación pertinente para la realización y desarrollo de este trabajo.

Al reflexionar sobre lo que este paso podría significar para una persona, el objetivo de este artículo es mapear a través de fragmentos de un caso clínico la relevancia de la información transmitida en el momento del retorno de un psicodiagnóstico y sus implicaciones futuras para una persona de un encuadre en el CID 10 con respecto a la construcción de la imagen de sí mismo y el proceso de autoactualización.

EL TRASTORNO MENTAL COMO ENFERMEDAD

En nuestra cultura, el punto de vista médico se impone siempre en cuanto a la regulación y control de los conceptos de salud y enfermedad, apuntando cada vez más a la medicalización de la salud mental. Rosemberg (1998) señala que la palabra de un profesional de la salud tiene el peso del veredicto. Trabajamos con el concepto de sano y enfermo y aportan generalización excluyendo lo heterogéneo y lo diferente. Por tanto, debemos tener en cuenta que:

El diagnóstico, entendido como nosografía, no pretende comprender al paciente, abordar su subjetividad, sino que se nombra como una forma de cristalizar el sufrimiento en una enfermedad mental clasificable, con la obvia consecuencia de hacer desaparecer la singularidad del paciente. (ROSEMBERG, 2015. p.1)

Así, si el diagnóstico tiene el peso y la fuerza de un veredicto, puede ser determinante en esta desaparición de la singularidad.

Según Rosemberg (1998), diagnosticar significa recabar una serie de evidencias que permitan abordar el modo de operación y el origen de determinadas manifestaciones clínicas, interpretando y construyendo hipótesis que permitan dar cuenta del trabajo simbólico, junto con los conflictos que se estructuran. en el camino de la construcción de la subjetividad. En el campo de la medicina, diagnosticar significa clasificar las enfermedades, sean físicas o mentales, partiendo del supuesto de que se ha establecido un límite entre la normalidad y la patología. Nombrar y clasificar parecen presentarse como fundamentales, ya que, cuando un cuerpo tiene síntomas, uno inmediatamente se pregunta: ¿qué tiene ese cuerpo? Hay una mirada filtrada por el paradigma cartesiano que apunta a un cuerpo que tiene una enfermedad y en el que parece que no hay persona (sujeto) que lo habita.

En el caso de un psicodiagnóstico, Augras afirma que la definición de normal puramente estadístico “debe descartarse por descuidar los aspectos cualitativos de la conducta y prestarse a la caricatura de la normalidad pequeñoburguesa” (1996, p. 21). Goldstein señala que la enfermedad es el “oscurecimiento de la existencia”, en la medida en que:

[…] El individuo responde de manera inadecuada a una determinada situación, poniendo en riesgo su propia supervivencia. La salud no es un estado, sino un proceso, en el que el organismo se actualiza junto con el mundo, transformándolo y dándole sentido a medida que él mismo cambia. (GOLDSTEIN apud AUGRAS, 1996, p. 11).

Es importante destacar que no se trata de criticar o condenar un diagnóstico tradicional de trastorno mental, sino de plantear interrogantes sobre su impacto en las personas que lo reciben, y que puede llegar a ser comprendido e identificado por el filtro de anomalías que previene el flujo de actualización y superación. Lo que estamos cuestionando es que actualmente la psiquiatría e incluso los propios pacientes tienen prisa por clasificar los sentimientos de malestar, como las enfermedades, que muchas veces terminan cerrando el flujo de la vida y / o distorsionando la noción de sí mismos, comprometiendo la tendencia a la autoactualización. . Hay una singularidad en el relato de cada persona y categorizarlo, etiquetarlo, puede definir una forma enfermiza de dar la vuelta al mundo.

Según Rogers (1992), existe un tipo de riesgo cuando un cliente siente que su medida de valor personal está en manos de otra persona ya que:

El examen psicológico implica, a través del depósito de partes adaptativas y enfermas del paciente en el psicólogo, un proceso en el que se ataca su identidad, requiriendo una reconexión interna entre ciertos aspectos que el sujeto reconoce como su (identidad manifiesta) y otros que él mismo reconoce. no sabe, pero actúa (identidad latente). (OCAMPO, 1981, pág. 316).

Se verifica, entonces, que el proceso de conocimiento del cliente se da en un campo en el que intervienen variables tanto del terapeuta como del cliente / terapeuta. En el campo fenomenológico del cliente, él estaría en la posición de “no saber” y el terapeuta en la posición de saber de él (cliente). En cuanto al “no saber”, el paciente se encuentra en un lugar vulnerable, escenario ideal para una posible pérdida de identidad.

MAPEO DE LAS IMPLICACIONES DEL RETORNO EN EL INFORME DE ANA QUE SE REFIEREN A LA PSICODIAGNÓSTICO RECIBIDA

Ana, de 46 años, buscó ayuda terapéutica informando que había usado el fármaco Escitalopram durante ocho años para el tratamiento del Síndrome de Pánico, y que desde hace siete años ya no presenta ningún síntoma por lo que la hizo ver al psiquiatra. Su exigencia terapéutica era retirar la medicación, pero no tuvo el coraje suficiente para hacerlo, a pesar de que su psiquiatra la había dado de alta para hacerlo. Ella, a su vez, no confiaba en su cuerpo sin la medicación. Relata que a los 17 años sufrió una grave lesión física en un accidente, cuando presentó síntomas que fueron clasificados en la CIE 10 como Síndrome de Pánico. En ese momento, fue tratada con antidepresivos y derivada a psicoterapia. Luego de este suceso, cada vez que sentía alguna manifestación de ansiedad, creía estar enfrentando el diagnóstico anterior. Estaba buscando un psiquiatra y me estaban medicando de nuevo.

Ana relata que, desde que se dio cuenta de que tenía una enfermedad llamada Síndrome de Pánico, dejó de confiar en su cuerpo físico porque le “jugaba una mala pasada”, sin lugar, tiempo y contexto predecibles. Lo que sintió llegó a tener un nombre y cobró vida propia: dijo que era algo que sucedió, a pesar de ello. Según ella, las manifestaciones de angustia y ansiedad eran abruptas, inesperadas e incontrolables, por lo que su comportamiento siempre era evitativo y se preguntaba cuándo sería el próximo ataque de pánico. Comenzó a percibirse a sí misma sobre el filtro en la etiqueta que recibió y, antes de eso, sufrió un conflicto entre lo que percibía de sí misma y lo que se esperaba que fuera lo que presentaba a través de sus síntomas. Los síntomas se pegaron a la imagen que Ana tenía de sí misma, por lo que provocaron una ruptura en su autopercepción y pasaron a basarse en una imagen construida para ella: una persona limitada, vulnerable y enferma.

Rogers afirma que: “Los seres humanos tienen la capacidad, latente o manifiesta, de comprenderse a sí mismos y de resolver sus problemas lo suficiente como para lograr la satisfacción y eficacia necesarias para su correcto funcionamiento” (ROGERS; KINGET, 1977, p. 39).

Con la subcontratación a un psicodiagnóstico para construir conocimiento sobre uno mismo, esta capacidad latente o manifiesta descrita por Rogers se desplaza hacia afuera y tenderá a comprometer el buen funcionamiento para solucionar los problemas que presenta la vida.

Un diagnóstico puede traer a una persona una pseudocomprensión de sí misma, una comprensión que se formula a través de la condensación, una etiqueta que, en pocas palabras, define una forma de ser y de estar en las experiencias de la vida. Ana afirma que el trastorno de pánico fue recibido como una condena a no tener un funcionamiento psíquico adecuado. Comenzó a no confiar en su cuerpo, su mente y se encontró incapaz de relacionarse con seguridad. Relata que antes del psicodiagnóstico tuvo la impresión de que “en una hora terminaría:“ como la gripe que viene, baja y pasa ”. Y, después de recibir el psicodiagnóstico, informa que entró en pánico y ya no tiene ninguna manifestación de desarmonía. Ana, cuando se le dio el nombramiento de su malestar científicamente definido, se encerró y se definió como un ser incapaz. La etiqueta se ha convertido en un fantasma amenazante y parece haber interrumpido el flujo natural de autoactualización.

Rogers (1992) afirma que la tendencia a actualizar el Organismo preside el ejercicio de todas las funciones, tanto físicas como vivenciales y busca constantemente desarrollar el potencial del individuo para asegurar su conservación y enriquecimiento, tomando en cuenta las posibilidades y límites medios, y afirma que si no hay perturbaciones graves esto sucederá en la dirección de la madurez y el buen funcionamiento.

No hay duda, en el caso que aquí se presenta, de que tanto la experiencia física (lesión) como el psicodiagnóstico (fenómeno) que experimentó Ana se disfrazaron de graves perturbaciones.

DISCUSIÓN: CONSTRUIRSE Y LA IMAGEN PSICODIAGNÓSTICA

La construcción de la imagen del yo o la noción del yo, según Rogers, es un conjunto organizado y cambiante de percepciones relacionadas con el propio individuo que incluyen “características”, atributos, cualidades y defectos, capacidades y límites, valores. Y relaciones que el individuo reconoce como descriptivas de sí mismo y que percibe como constitutivas de su identidad (ROGERS, 1977).

Ana pasó por dos trastornos limitantes: lesiones físicas y psicológicas. Estas dos limitaciones se agregaron en su construcción de su noción de mí que resultó en el fracaso del proceso de actualización de tendencias:

Cuando la noción del yo tiene lagunas y errores, la tendencia de actualización no será clara; propondrá metas difíciles de alcanzar, si no factibles y -se repiten las mismas circunstancias- terminará en fracaso, con todas las frustraciones que se derivan de ello y que entorpecen el buen funcionamiento. (ROGERS; KINGET, 1977, p. 39)

A partir del diagnóstico, Ana empezó a percibir el mundo desde un prisma enfermo de su yo, y esto se justifica en la nota de Rogers cuando afirma que es “la noción del yo la que, en última instancia, determina la efectividad o ineficacia”. de la tendencia de actualización ” (ROGERS, 1992). La libertad vivencial encontró el límite que marcaba la etiqueta y le quitó a Ana la posibilidad de volver a confiar en sí misma y en el fluir de la vida. Ana relata que todo lo que imaginaba ser y hacer estaba condenado por la certeza de su discapacidad: “Me volví cobarde porque creía que no podía confiar en mi cuerpo y que era una estructura que se manifestaba a pesar mío: una enfermedad. ”.

Actualmente, Ana sigue en seguimiento terapéutico, le quitó la medicación y fue dada de alta de su psiquiatra. Sin embargo informa:

Incluso creo que podré llevar a cabo mi vida y que incluso puedo vivir sin medicación, pero siempre recuerdo el diagnóstico y no puedo evitar pensar: ¿y si vuelve este horror? Es como si hubiera un lugar escondido dentro de mí que podría sorprenderme en cualquier momento.

En cuanto a esta composición de autolectura que construyó Ana, Rogers (1977), afirma que “el individuo, su tendencia a la actualización y su noción de” yo “forman parte de un mundo fenomenológico”.

El humanismo se preocupa por la persona que sufre y necesita refugio para soportar los efectos de ese sufrimiento. Las preguntas son: ¿qué le pasó a esta persona para que su cuerpo se manifestara de esta manera? “¿Cuál es la relación funcional que existe entre esta queja y la existencia total del individuo?” (FRAZÃO, 1995, p. 82). ¿Cuál es la realidad vivida por esta persona que ha impedido su autorrealización?

Rogers sostiene que el sufrimiento ocurre debido a la no aceptación. En esta perspectiva, al colocar la manifestación fenomenológica del sufrimiento adjunta a un diagnóstico, un sujeto que no tiene más que interrupciones en su proceso de autorrealización puede enfermarse por la no aceptación de su forma de ser, de ser y de asistir al evento. mundo. Sin la etiqueta, se cree que Ana podría pasar por el sufrimiento sin que ésta definiera una imagen de sí misma fuera de las normas de la normalidad. Al ser bienvenido a través de la comprensión empática, podría desarrollarme completamente en un ambiente de aceptación.

La autoimagen, según Rogers (1997), tiene el papel de filtrar las experiencias que serán simbolizadas y las que no. Se forma a partir de experiencias personales y puede cambiar a partir de las relaciones con los demás y con el mundo. Ante esto, en el momento del retorno de un psicodiagnóstico, el cliente puede elegir al profesional que lo realiza, como persona de criterio y, así, modificar la percepción de sí mismo. Se entiende a una persona como criterio

… Aquellos de quienes el sujeto quisiera tener una aceptación. A lo largo de su vida, los sujetos eligen varios criterios de personas, ejerciendo estos, gran influencia sobre aquellos. Cuando se introyecta un valor de una persona-criterio, se produce una inversión de valores, ya que el sujeto comienza a juzgar como bueno o malo lo que la persona-criterio juzga como bueno o malo, desplazando así el centro de autoevaluación del percepción interna al criterio externo de la persona El resultado de esto es una pérdida de contacto con sus propios procesos internos que impulsan su tendencia al desarrollo, bloqueando el crecimiento personal del individuo. (GUIMARÃES, 2010)

Por ello, el psicodiagnóstico puede significar la despersonalización de la persona que lo recibe, ya que es “una forma limitada de reducir a una persona a un concepto” (ROSENBLATT apud FRAZÃO, 1995, p. 80), como si un cuerpo tuviera vida sin un sujeto a habitarlo.

Frazão (1995) utiliza el significado de la palabra diagnóstico, día que significa “a través” y gnose que significa conocimiento para inferir que diagnóstico significa conocer a través. Y completa:

Solo puedo conocer al paciente, por un lado, a través de él mismo; a través de lo que él mismo me presenta: su discurso, su cuerpo, su postura, sus sentimientos y la coherencia o incoherencia de estos aspectos; y por otro lado, puedo llegar a conocerlo a través de mi relación con él. (FRAZÃO, 1995, p. 81).

Así, ante el sufrimiento, ante los síntomas relatados, se propone que la persona misma diga sobre su historia, sus sufrimientos, ¡en un escenario que es único! Es la propia persona quien se presentará y utilizará su malestar como portavoz que se manifiesta, a través de los síntomas, para decir que hay un flujo de vida interrumpido y por eso no es feliz. Por ello, se le da toda la relevancia a la singularidad de cada persona y no en el énfasis de sus síntomas para presentarle quien es, señalando sus síntomas como su identidad.

CONCLUSIÓN

Esta investigación se desarrolló con el objetivo de plantear posibles implicaciones del psicodiagnóstico basado en la CIE 10 en cuanto a la construcción de la imagen de sí misma según el Enfoque Centrado en la Persona.

Permitió constatar, a través del caso clínico de Ana, que empezó a justificarse y defenderse para no sentirse realizada en la vida, asumiendo que los riesgos que corría al vivir “simplemente”, eran distintos a los de otras personas, ya que fue clasificado bajo el Código Internacional de Enfermedades. Así, las sensaciones que experimentó en su cuerpo llegaron a tener la apariencia de una enfermedad.

A partir de las referencias teóricas estudiadas, se encontró que estos efectos diagnósticos pueden ir mucho más allá de su propuesta de discriminar la mejor forma de ayudar a este cliente, ya que hay una persona que lo recibe y le da el formato de un fenómeno vivido. Se reveló que un psicodiagnóstico puede interferir en el proceso de tendencia a la auto-actualización provocando un impacto negativo en la construcción del concepto de uno mismo.

En este sentido, se espera haber planteado una reflexión sobre los alcances de un psicodiagnóstico y los cuidados necesarios al realizarlo para que no sea una imposición dada por una clasificación que reduce la noción del yo a síntomas y provoca una ruptura en el proceso de auto-actualización.

REFERENCIAS

ALMEIDA, N. V. (2004). A entrevista psicológica como um processo dinâmico e criativo. Revista de Psicologia da Vetor, 5(1), 34-39.

AUGRAS, Monique. O ser da compreensão: fenomenologia da situação e de psicodiagnóstico. Petropólis, RJ: Vozes, c1978. 96 p.

FRAZÃO, Lílian Meyer. Revendo a Questão do Diagnóstico em Gestalt-Terapia: Entendidos e Mal Entendidos. Trabalho apresentado no I Encontro Goiano de Gestalt-Terapia, Goiânia, 1995.

GUIMARÃES, Suzana Ferreira. A Modificação da Auto-Imagem: das pessoas critério à psicoterapia. Disponível em: http://docplayer.com.br/6279750-A-modificacao-da-auto-imagem-da-pessoa-criterio-a-psicoterapia.html Acesso em: Novembro de 2015.

MARINHO, Bertani. A auto-imagem e o Processo de Auto-realização. São Paulo: Insight– Psicopedagogia, 1994.

OCAMPO, M.L.S. e cols. A entrevista de devolução de informação. In:______ . O Processo Psicodiagnóstico e as Técnicas Projetivas.  São Paulo: Martins Fontes, 1981. Cap. 9, p. 313-333.

ROGERS, Carl. Três questões levantadas por outros pontos de vista: transferência, diagnóstico, aplicabilidade. In: ______ . Terapia Centrada no Cliente. 2 ed. São Paulo: Martins Fontes, 1992. Cap. 5,  p.227-265.

ROGERS, Carl R.; KINGET, G. Marian. Psicoterapia e relações humanas: teoria e prática da terapia não-diretiva: vol. 1: exposição geral. Belo Horizonte: Interlivros, 1975. 288 p.

ROMERO, Emilio. O inquilino do imaginário. 3. ed.São Paulo: Lemos, 2001. 331 p.

ROSEMBERG, Ana Maria Sigal. Provocando o Inconsciente. Disponível em: http://www.oocities.org/hotsprings/Villa/3170/AnaMariaSigalRosenberg.htm. Acesso em: Setembro 2015.

[1] Este texto fue presentado como Trabajo de Conclusión del Curso de Psicología en la Universidad FUMEC, en el 2do semestre de 2015. Énfasis: socio clínico.

[2] Graduado en Psicología y estudiante de posgrado en Terapia Cognitiva Conductual.

[3] Tutor. Especialización en curso en Psicoterapia Humanística: ACP. Licenciada en psicología.

Recibido: Noviembre de 2020.

Aprobado: Enero de 2021.

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Maria Cristina Cavalieri França

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