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Influencers digitales y autoimagen como producto del comportamiento del consumidor

RC: 106799
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CONTEÚDO

RESEÑA

ABREU, Liliane Alcântara de [1], MELO, Natalia Sayuri [2], SOARES, Pamela Cristina [3], NUNES, Letícia Monteiro [4], SILVA, Gabriella Braga Dias da [5], MENDES, Matheus Passos [6]

ABREU, Liliane Alcântara de. Et al. Influencers digitales y autoimagen como producto del comportamiento de consumo. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año. 07, Ed. 01, Vol. 05, págs. 05-33. Enero 2022. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/psicologia-es/comportamiento-de-consumo ‎

RESUMEN

Este artículo es el resultado de un estudio de psicología centrado en el comportamiento de las personas llamadas influenciadores digitales y sus seguidores. El problema de la guía se solucionó en la pregunta: ¿qué hace que los sujetos sean susceptibles a cambios en su comportamiento para que el mando de alguien desconocido? Así, el objetivo general se centró en cómo actúan los influencers en los espacios virtuales y su impacto en el comportamiento de los individuos que los acompañan. Se asumieron las hipótesis de que los influencers necesitan crear y mantener conceptos de felicidad; para ello plantean formas de exponerse, con esto, muchos individuos, en la sociedad contemporánea, están desarrollando enfermedades psíquicas, debido a esta necesidad de exposición. Como método, la investigación se basó en la observación y análisis de seis mujeres influyentes brasileñas, en los grupos de edad de 20 a 25 años y de 35 a 40 años, observando sus estilos de vida, temas abordados y los comentarios producidos por partidarios y haters (expresión extranjera que define a los usuarios en Internet que propagan el discurso de odio). También se llevó a cabo una revisión de la literatura para la discusión teórica bajo la luz de algunos estudiosos para comprender y explicar este fenómeno. Como resultados y conclusiones, se notó que muchos influencers, seguidores e incluso haters estarían en simbiosis con el narcisismo, el miedo a la exclusión, la invisibilidad y la búsqueda de la felicidad plena. Por otro lado, fue posible detectar que otros influencers producen información de aumento social de una manera útil y positiva.

Palabras clave: Comportamiento; Influencers; Digital; Psicología; Sociedad.

1. INTRODUCCIÓN

El fenómeno elegido por los autores de este artículo para las observaciones fueron los influencers digitales. También conocidos como influencers digitales, influencers o creadores de contenido, que son personas que poseen la capacidad de sugerir a través de sus discursos la vida de otras personas, en la toma de decisiones sobre cómo actuar, pensar, vivir, y principalmente consumir. Estos influencers utilizan las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, TikTok) como medio de comunicación con sus seguidores y utilizan estas plataformas para debatir sobre temas del día a día e incluso agendas sociales como la política, el feminismo, el racismo y la gordofobia. Además, es a través de sus redes que influyen y fomentan el consumo, ya sean contenidos, productos o ideales.

Este fenómeno fue elegido por el grupo, porque había un interés en entender cómo es este nuevo mercado de influencers digitales y cómo estos temas pueden llegar a otras personas, en este caso mujeres, que consumen sus publicaciones. Por lo tanto, era necesario responder al problema de la guía: ¿qué hace que los sujetos sean susceptibles a cambios en su comportamiento para que el mando de alguien desconocido?

Por ello, el objetivo general se centró en el desempeño de los influencers digitales en espacios virtuales y su impacto en el comportamiento de las personas que los acompañan. Como consecuencia, los objetivos específicos se han ampliado en la comprensión de cómo actúa el influencer frente a su público objetivo; en asimilar cómo la acción del influencer puede inducir procesos de consumo, y entender cuáles son los impactos en el comportamiento de los individuos que aceptan o rechazan los contenidos de los influencers.

Por lo tanto, el equipo elaboró supuestos para tres hipótesis que podrían confirmarse o refutarse al final de la investigación: los influenciadores digitales necesitan crear y mantener conceptos de felicidad; dan lugar a nuevas e intensas formas de exponerse como un producto de consumo, y muchos individuos en la sociedad están desarrollando masivamente enfermedades psíquicas, como el narcisismo exacerbado debido a la alta necesidad de exposición.

El punto central de observación se mantuvo esencialmente en el fenómeno de la figura del influencer digital. Desde esta perspectiva, el equipo encuestó el contenido producido en Youtube e Instagram de seis influencers brasileños, de 20 a 25 años y de 35 a 40 años. Se observaron las presentaciones realizadas, formas de vida, temas abordados y los comentarios producidos por los seguidores y haters, en su mayoría mujeres.

El fundamento teórico se obtuvo mediante el análisis de los pensadores: Michel Foucault (2001; 2019), con el apoyo de Cecilia Coimbra y Maria Livia Nascimento (2001) sobre los principios de exclusión y juicios del otro socialmente. Pierre Bourdieu (2007) y Mary Douglas y Baron Isherwood (2009) aportan a través de un breve apoyo de Liliane Abreu (2013), la perspectiva antropológica de los patrones sociales para explicar el sistema de consumo. Este contenido también se ve magnificado por las proposiciones de refuerzo de Zygmunt Bauman (2008a; 2008b; 2009) y William Baum (2019), que discuten los miedos para silenciar (y ofender) a muchos individuos, o dar voz a aquellos que manipulan las masas para comportamientos odiosos y alienantes. Han Byung-Chul (2018) da la comprensión sobre el fenómeno de la cancelación (término utilizado en Internet para excluir a los individuos, que presentan comentarios o actitudes consideradas socialmente ofensivas). Burrhus Skinner (2000), Robert Hall (1975), Márcio Moreira y Carlos Medeiros (2007), muestran cómo se producen los procesos de me gusta y dislikes. Marilena Chaui (2011; 2012; 2017) subraya la inversión de los discursos, la realidad y cómo la apropiación ideológica de los discursos también encaja en los comportamientos narcísicos por la visión psicoanalítica clínica de Sigmund Freud (1972; 2011), Jacques Lacan a través de Vladimir Safatle (2007) y David Zimerman (2004). Como esto relata y subyace a la intensa necesidad de refuerzos en los individuos para concretar sus utopías en el universo virtual contemporáneo, esto es lo que se presentará en este artículo.

2. PROCEDIMIENTOS

Las observaciones, estudios conceptuales y análisis para entender este tema social contemporáneo del fenómeno conocido como influenciadores digitales, ocurrieron en el segundo semestre (agosto a noviembre) de 2020 como parte de un trabajo académico del curso de Psicología, para la Universidad Paulista-UNIP/SP.

Dos miembros del equipo tuvieron la tarea de observar diez (diez por cada miembro) publicaciones de un influencer (mujeres cisgénero) entre 20 y 25 años e interactuar con sus seguidores. Dos miembros del equipo tuvieron la tarea de observar diez (diez por cada miembro) publicaciones de un influencer (mujeres cisgénero) entre 35 y 40 años e interactuar con sus seguidores. Dos miembros del equipo tuvieron la tarea de observar cinco publicaciones de una influencer (mujer cisgénero) de entre 35 y 40 años, y cinco publicaciones de una influencer (mujer transgénero) de entre 20 y 25 años; observando también la interacción con los seguidores de ambos. Así divididos, se observaron seis conocidos influencers de medios digitales: Gabriele Pugliese, mantuvo la identificación como G.P.; Gabriela Loran identificada como G.L.; Lorrane Silva identificado como L.S. (pero en otras ocasiones, puede aparecer como P.Q., por su apodo de Pequena Lo); Ellora Haonne será identificada como E.H.; Tarine Gulusian que será identificado como T.G.; Maíra Medeiros representada por la letra M. En el momento de las observaciones y análisis, los influencers presentaron los siguientes datos:

Gabriela Pugliesi es una mujer blanca, rubia, rica y familiar de 35 años que originalmente era rica. Es una influencer femenina con muchos seguidores virtuales en Brasil, que tiene un canal en Youtube (703.000 suscriptores), y todavía actúa en plataformas como Instagram (4.200.000 seguidores) y Facebook (111.958 seguidores). En esta última, se presenta como una “influencer digital y empresaria; debutó en sus redes sociales en 2013 (…). En su canal de YouTube, recibe y entrevista a personalidades en su programa ‘I Sold My Couch'”.

Gabriela Loran es una actriz transexual de 24 años (la primera actriz trans en el programa de televisión Malhação). Cuenta con un Canal en Youtube (9.530 suscriptores), y también opera en plataformas como Instagram (55.600 seguidores) y Facebook (1.586 seguidores).

Lorrane Silva tiene 24 años. Nació con un síndrome aún desconocido para los médicos que compromete sus extremidades inferiores. El influencer utiliza muletas para la locomoción. Tiene seguidores en Instagram (4.300.000 seguidores) y en la red social TikTok (más de 5 millones de seguidores). Utiliza sus redes para tratar con humor su vida y sus dificultades diarias.

Ellora Haonne tiene 25 años y tiene un canal de YouTube (1.410.000 suscriptores) y una cuenta de Instagram (527.000 seguidores). Es autor del libro “Por todas nós: conselhos que não recebi sobre luta, amor e ser mulher”. En sus redes produce contenidos sobre feminismo, sexualidad, relaciones, autoconocimiento, autoestima, entre otros.

Tarine Gulusian es una influencer digital de 35 años. Madre de tres hijos, los dos primeros de padres diferentes y el fruto más joven de la fecundación in vitro. Cuenta con un canal en Youtube (434.000 suscriptores ) e Instagram (277.000 seguidores), donde además de dividir su vida a través de historias, también realiza publicidad y difusión. También tiene algunos canales secundarios más pequeños y dirige la página de Instagram de su tienda de pijamas , llamada La Bella Plume (9.193 seguidores).

Maíra Medeiros tiene un canal de YouTube titulado “Nunca Te Pedi Nada” (1 millón de suscriptores). El creador de contenido es licenciado en Publicidad, ha enseñado inglés durante más de diez años y ha sido editor de contenido web para otros creadores. Comenzó el canal creyendo que temas como el empoderamiento femenino y la aceptación no se hablaban y merecían ser abordados. Además, opera en la plataforma Instagram (741.000 seguidores).

Los puntos que fueron observados por cada miembro del equipo:

  • De la influencer: cómo se presentó; lo que vendió como estilo de vida; cómo se comportaba y se comunicaba; lo que dijo como referencia de cómo deben comportarse, consumir o qué hacer sus seguidores.
  • De los seguidores: cómo interactuaron; cómo se comunicaban; cómo se comportaron; cómo se presentaban; lo que consideraban importante en sus vidas a partir de esta interacción con influencer.

A medida que los miembros del grupo hicieron observaciones con personas influyentes diferenciadas, la pareja notó tres aspectos destacados potenciales principales: 1- estilo de vida (vida personal, estado de ánimo, estilo de vida / rutina); 2- temas sociales actuales (patrón estético/belleza, machismo, deconstrucción, discurso de odio); y 3 – consumo (de usted, del otro, de productos y publicidad). Es importante señalar que estos puntos con mayor frecuencia están entre sí y al mismo tiempo distancia entre sí, en una dicotomía constante. Por lo tanto, deben verse simultáneamente como aspectos independientes y globales dentro del mismo fenómeno. Exactamente por esta razón, el equipo terminó teniendo que subdividir en categorías este análisis inicial, incluso para ordenar y comprender lo que se estaban encontrando. Además, los influencers elegidos no cubrían un punto común de contenido, como todos los que hablaban de la conducta (alienante) de la estética de la belleza, o la política, o cualquier otro tema común entre todos. Cada uno de los influencers digitales abordó diferentes agendas, lo que nos llevó a la pregunta inicial: ¿Por qué tanta gente sigue y hace lo que dicen estos influencers , a pesar de que son diferentes? “¿Qué pueden tener en común estas diferencias?” y “¿qué podría unir tan fuertemente a estos influencers con estos seguidores?”

3. DISCUSIÓN

Para la elaboración de este artículo, el grupo se encontró con varios temas dicotómicos, pero con puntos más perceptibles y constantes en el conjunto total sobre la subjetividad y los comportamientos sociales que eran análogos. Algunos de estos puntos se presentaban en la necesidad del sujeto de ser visto, amado (incluso idolatrado en algunos casos), y reconocido por la autoimagen. Por otra parte, la materialización del discurso de odio, la instantaneidad y la obsolescencia de las relaciones eran aspectos en común, ya sea en influencers o en seguidores, funcionando como una simbiosis, es decir, como una dependencia emocional del otro. Por lo tanto, las observaciones de estos diferentes influenciadores desencadenaron la percepción de los tres principales grupos de comportamiento que constituyeron esta discusión teórica: estilo de vida (vida personal, estado de ánimo, estilo de vida / rutina); problemas sociales actuales (patrón estético/ belleza, machismo, deconstrucción, discurso de odio); consumo (de usted, del otro, de productos y publicidad). Todos, sin embargo, son aspectos independientes y globales dentro del mismo fenómeno de aceptar ser influenciado por alguien y no elaborar sus propias convicciones.

La subjetividad humana puede entenderse como un producto resultante de todas las experiencias que uno tiene con el mundo y que afectan a ese individuo. Michel Foucault (2001; 2019; apud COIMBRA; NASCIMENTO, 2001) en Historia de la locura en la época clásica, entiende la subjetividad como una forma de vida. Como cuerpo y mente, este sujeto se relaciona con todo y con todos, planteando a partir de esto, la retención, la reacción e incluso la creación de interacciones de su tratamiento provenientes de la sociedad. Por lo tanto, las transformaciones positivas o negativas que se producen en alguien, surgen como marcas individuales y relacionadas con el entorno social, aún reflejándose en sus comportamientos. Foucault también señala que este mecanismo sociocultural da lugar a discursos distorsionados y a una audiencia que clasifica, condena y perpetúa ciertas prácticas institucionalizadas de degradación de quienes se encuentran en situación de invisibilidad.

En este escenario, el advenimiento del año 2.000 (d.C.) la contemporaneidad actual aceleró las potencialidades tecnológicas que ya habían surgido en décadas anteriores. Con esto, Internet se hizo popular y trajo consigo las redes sociales. La unión de estas redes sociales y la posibilidad tecnológica de producir videos personales a través de dispositivos móviles desencadenó la alta exposición de individuos que buscan la aprobación de los llamados me gusta. Un proceso como el que Skinner (2000) mostró en su interacción con el entorno a través del estímulo y el refuerzo, y que no podemos ser inmaduros en desconocer estos estudios, aunque sean de otras líneas antagónicas en el propio área de la psicología.

Los sujetos se modelan gradualmente, para causar una nueva respuesta de comportamiento, y reciben refuerzo de gustos o me gusta. El exceso de videos, en su mayoría, pero con material de varios postes, incluso a través de la escritura, logra el refuerzo por la respuesta inmediata, proporcionada por los me gusta, creando así una gran motivación para la continuidad de la producción de posts. En cualquier caso, la continuidad de esta estimulación entendida como positiva promueve en términos emocionales una euforia en los sujetos, haciendo que el universo virtual sea extremadamente seductor. Así, en general, los individuos pueden tener reacciones emocionales variadas debido a la subjetividad e historia de cada uno, pasando de euforia (cuando reciben los gustos), frustración y enojo (cuando son ignorados o contradichos), y/o inmediatez constante (no apoyar el retraso de las respuestas de terceros en las interlocuciones). Y esto se extiende a sujetos que interactúan en forma de seguidores, especialmente cuando, por ejemplo, una celebridad hable en video el nombre de alguien desconocido que lo sigue o responde por escrito, porque las personas tienden a reaccionar con gran emoción, demostrando comportamientos de euforia. Otros que siguen este evento, crean la expectativa de que lo mismo ocurrirá con ellos, constituyendo un engranaje consecutivo de refuerzos positivos.

Según Hall (1975), el refinamiento es todo aquello (evento o consecuencia del estímulo) que aumenta la fuerza o probabilidad de que un determinado comportamiento se repita, es decir, el comportamiento produce consecuencias y es controlado por ellas. Los cumplidos, bonificaciones y otras acciones aplicadas inmediatamente después (inmediatamente) de una acción que se desea, actúan como un refuerzo del comportamiento y con el máximo efecto. Cuanto más rápido e inmediato es el refuerzo en un comportamiento deseado, más efectivo se vuelve, como el advenimiento de los me gusta. Moreira y Medeiros (2007) citan que refuerzos naturales como el elogio y la admiración aunque extremadamente poderosos. Por lo tanto, el refinamiento continuo a una alta frecuencia tiende a la satisfacción deliberada en el individuo y la expectativa de querer más.

Las plataformas digitales como Facebook, Instagram y Youtube, por ejemplo, han cambiado cada vez más para proporcionar mayores recursos en un intento de diversificar la forma en que se puede crear contenido, lo que lleva a una mayor estadía de tiempo para sus miembros. Es importante entender que estos recursos no se crean sin motivo, sino que son estrategias para diversificar las posibilidades de una empresa de difundir su publicidad, dando espacio y herramientas para que puedan hacer cada vez más natural difundir algún producto o servicio. Además, esto alcanza a un personaje que ha surgido con fuerza en los últimos diez años: el influencer digital o influencer.

En los libros El arte de la vida y Vida de consumo, Bauman (2009; 2008b) considera que para comprender la dinámica del universo virtual y sus fenómenos, primero es necesario comprender que existen estructuras generacionales que están influenciadas por las formas de vida de su tiempo, mucho antes de las manipulaciones de la conducta del mercado. Por lo tanto, señala que la cosmovisión para las personas actuales es diferente de los individuos de antaño, porque, lo que era importante para los segundos, no tienen el mismo valor para los primeros.

Bauman (2009) hace una comparación entre generaciones y menciona que si la anterior tuviera que pintar un cuadro, sería más meticuloso, sería más cuidadoso a la hora de elegir disolventes y lo haría de una manera que mantuviera la frescura de los colores para la eternidad. La generación actual, el otro año, buscaría formas de imitar a los artistas más célebres; artistas que nadie sabe qué caminos han seguido y que viven a merced del destino, y no hay nada que se pueda afirmar, porque cualquier cosa puede pasar. Las instalaciones son frágiles porque se sabe que no sobrevivirán hasta el final de la exposición, y de esta manera, pronto surgirán otras para hacer una nueva presentación. Por lo tanto, el autor menciona que los jóvenes no son como obras de arte, son como papeles pintados; por lo tanto, deben actualizarse constantemente.

El filósofo también explica el hecho de que un estilo de vida actualmente recomendado por el mercado, impone el impulso de consumir y comportarse, y este mismo estilo proviene no solo de un portavoz, siendo pagado o voluntario, sino también de personas públicas. Este estilo de vida también puede ser percibido incluso como una forma de libertad personal, pero cuando la persona elige buscar otra forma de identidad, es rechazada o rechazada, y a partir de ahí se dará cuenta de lo corta que es esa libertad. Las personas que comandan tales estilos terminan ganando un estatus de poder, y el autor lo comparó con los administradores de una pista de carreras, donde observan las entradas y trabajan en paralelo alentando a los participantes a correr cada vez más. Además, señala que solo aquellos que deciden ser insubordinados saben cuán severo es el castigo. Su percepción es que la sociedad se organizó como una comunidad de consumidores. Para ello, se creó una forma de generar una condición inseparable del ciudadano contemporáneo. Para vivir en sociedad y no ser excluido de la jerarquía social, es necesario consumir.

Según el filósofo, todo se hace desde la manipulación y conducta de empresas y profesionales especializados en el universo del comportamiento y el consumo, que incluyen en los individuos la comprensión de la seguridad personal y la pertenencia social cuando participan en un determinado grupo de consumo. Igualmente, hacen uso de ciertos productos que se refieren a un estilo de vida, funcionando como un tótem social. Bauman (2008b) evoca a Douglas (DOUGLAS y ISHERWOOD, 2009) para explicar que el sujeto de abajo tendría miedo al rechazo y la exclusión social, y por lo tanto promovería todo comportamiento de consumo material o inmaterial.

Esto ocurriría, según Douglas e Isherwood (2009; apud ABREU, 2013), porque las sociedades se construirían por la economía de la donación, un ciclo continuo de dar, recibir y devolver. Es una referencia a las bases de consumo que sirven tanto a la sociedad industrial como a las sociedades tribales. Define que los dones mantienen un patrón particular de relaciones sociales, y es este patrón de relaciones el que crea la demanda y los materiales para cumplir con un ciclo, en el que se consume para dividir y compartir – y en el caso de Internet, literalmente compartir, alimentando el sistema de intercambio y recompensa, y quién rompe con él, automáticamente está fuera. Por lo tanto, el factor miedo se ve reforzado por otros autores, incluido el propio Bauman (2008a) en otras obras que plantean el mismo punto sobre el tema. Su entendimiento es que el miedo humano es un subproducto modificado del miedo animal primitivo, que sirve como una capacidad de autopropulsión y conduce al silenciamiento, y que esto se abordará nuevamente más adelante.

Toda esta cuestión relativa a la manipulación fue ampliamente analizada en las observaciones del influencer G.P. y sus seguidores, pues vendía absolutamente de todo en su contexto de vida, desde la forma de meditar y hacer ejercicio, hasta el azulejo de su baño. Todo validado por los seguidores que elogian cada video, y preguntaron dónde o cómo adquirir tales objetos o estados de ánimo. Paralelamente, los patrocinadores establecen la financiación de este mercado para que sus productos se anuncien sin pretensiones como parte de la rutina del influencer.

Este marketing también fue señalado por Bauman (2008b) y se pudo observar en los influencers analizados. El mensaje de renovación constante y demarcación efectiva del tiempo de intercambio se realiza estacionalmente a través del lanzamiento de los productos por parte de las marcas, e incluso la obsolescencia programada insertada en objetos electrónicos. Abreu (2013) también discute este aspecto, porque todo es muy rápido, con cambios creados para intervalos de unos pocos meses entre un lanzamiento y otro, y está aquí para explicar que estos pocos meses se refieren al tiempo cronológico entre tres meses y un año, dependiendo de lo que se diga que cambie. Explica que, por ejemplo, en el mundo de la moda textil, cada cuatro meses todo se renueva para generar nuevas tendencias, mientras que en el ámbito tecnológico de los teléfonos móviles, esta media también ha sido la misma con modelos que presentan pequeños cambios de color o iconos para un dispositivo de la misma compañía. Por lo tanto, Bauman (2008b) menciona que la lentitud en las relaciones humanas se entiende en la contemporaneidad como un proceso de muerte social, lo que reforzaría la comprensión a los individuos de que no acompañar todo esto, debe ser anticuado y anticuado, haciéndolos percibirse excluidos.

Todos los objetos y cosas que pueden insertarse como un estilo de vida se colocan a propósito de tal manera para el sujeto social que él cree, en general, que toma las decisiones por sí mismo, pero sin ser; porque esta conducción se realiza desde una edad temprana. Así, en las redes sociales, la lógica consumidora actual son los influencers. Bauman (2008b) entiende que para convertirse en un auténtico miembro de la sociedad y así ascender desde una posición social, es necesario elevar el estatus de consumidor convirtiéndose en una mercancía. Exactamente por esta razón, estos temas son disputados por las marcas para utilizar sus productos, y así servir de escaparate, convirtiendo a estos creadores de opinión del entorno digital en sus propios artículos de negocios.

Con las redes sociales y los influencers, se están asignando nuevos hábitos de consumo a internet. Como señala Bauman (2008b), antes del crecimiento de plataformas como Facebook e Instagram, los centros comerciales eran el punto de encuentro entre consumidores y productos. Actualmente, las redes sociales han permitido que los productos se muestren a través de personas influyentes. Así, perfiles como el influencer L.S., G.P. y otros, mezclan estilo de vida y consumo. Esto aumenta el valor de mercado de los productos que por ahora tienen un estado de estilo de vida.

Todavía usando como ejemplo L.S., es una influencer que mantiene una lógica de consumo muy ligada a la autoestima y a la posición social. A medida que ganó nuevos seguidores, ganó visibilidad incluso de las marcas de consumo de alimentos y venta de electrodomésticos. Su estatus en Instagram ha pasado de ser un mero perfil de consumidor a un perfil que influye en otros consumidores. Eso hizo que comenzara a hacer comerciales pagados.

La autoestima de sus seguidores entra en juego en el momento en que son persuadidos a comprar lo que L.S. revela, y a su vez, logran acercarse a su estilo de vida. No solo influencers, sino que internet se ha convertido en terreno fértil para que los usuarios se conviertan en objetos de consumo, en mercancías, y eso es precisamente lo que dice Bauman (2018b). Además, el autor refuerza que la actividad de consumo es solitaria y no tiene vínculos duraderos. Esta fragilidad es común en las redes sociales donde una figura puede ser fácilmente olvidada. Por ello, los influencers que forman parte de esta característica sirven de escaparate para esta capacidad de persuadir al consumo de productos y patrocinadores.

Como se explicó anteriormente, en la maraña de información que el equipo de este artículo recopiló, surgieron algunos grupos que analizamos y categorizamos cuidadosamente para comprender las partes y después del todo, y el que identificamos como estilo de vida encaja perfectamente con esta explicación de Bauman (2008b; 2009), ya que cubre temas utilizados como contenido relacionado con la autoimagen y la intimidad de los influencers, como tu vida personal, tu rutina, tu estilo de vida y estado de ánimo.

Cuando el influencer expone su vida al público que le asiste, saca a relucir la comparación, despertando en otros deseos por lo que no se tiene y estimulando la creación de nuevas metas. Por ejemplo, el influencer E.H. al difundir un video sobre “cómo es tener una relación sana”, además de dictar el patrón que debe considerarse saludable, creó en sus seguidores la angustia y el deseo de tener una relación como la suya y vista como ideal.

La figura del creador de contenido virtual se posiciona de esta manera, adquiriendo cosas que muchos de sus seguidores no tienen la oportunidad de tener, aparentando estar viviendo el ideal de felicidad. Mientras tanto, por otro lado, la audiencia que consume su contenido se ve privada de vivir esta vida idealizada. Según Bauman (2009), privación significa infelicidad, afecta la autoestima y el reconocimiento social de los sujetos. Por lo tanto, en el sentimiento privado del individuo, es necesario tener un patrón ideal. Por lo tanto, hoy en día los influencers son los encargados de dictar este patrón.

El autor cuestiona lo que estaba mal con la felicidad, y argumenta analizando a los estadounidenses y no solo a ellos, dónde en sus búsquedas de la felicidad, se están volviendo cada vez más ricos, pero no más felices. Sin embargo, los esfuerzos de los estadounidenses, y no solo de ellos, por tratar de consumir cada vez más para tratar de satisfacerse, causan frustración cuando al comprar el producto o servicio, ese vacío no desaparece, haciéndolos consumir aún más, en una demanda cíclica sin fin. Trazando un paralelismo con el fenómeno de este artículo, los influencers son los vendedores de estos productos y/o servicios milagrosos que prometen (explícitamente o no) a sus seguidores, acercarse al ideal, lo que es correcto y la felicidad.

Cuando nos preguntamos al principio de las observaciones, ¿por qué millones de personas son seguidoras de estas mujeres o de tantas otras y otros influencers digitales? Entramos en reflexiones que nunca llegarían a una conclusión totalmente verdadera sin la investigación de la motivación de cada seguidor individualmente, sus influencias socioculturales-históricas, sus sueños. Sin embargo, algo en común y más amplio puede unir a estos individuos. Se podría pensar en una hipótesis generalista, que se conmuevan por esta búsqueda, tan propia y eterna de la humanidad por la felicidad. Es por eso que tantas personas siguen, les gusta, comentan y comparten videos de estas otras personas.

Hoy, en esta sociedad líquido-moderna a la que se refiere Bauman (2008b; 2009), el consumo no está solo en productos, sino también en ideas, perfiles y estilos de vida. Hasta el punto de que la vida de una persona concreta, como el influencer digital, puede despertar curiosidad, idealización e inspiración en millones de personas. Los influencers pueden ser vistos como algo más cercano a la felicidad y que buscan sus seguidores, consumidores líquido-modernos. Es por eso que su ropa, posicionamiento, comida e incluso la vida cotidiana se convierten en caminos para ser observados, admirados y a menudo copiados.

Bauman (2009) dice que la energía del deseo de felicidad se puede dividir en dos tipos de fuerzas: centrípeta (de afuera a centro) o centrífuga (de centro a afuera). Así, para el autor, la búsqueda de la felicidad se puede resumir en la preocupación por el propio bienestar del individuo, o, en vista de su preocupación por el bienestar del otro. Las dos alternativas, sin embargo, no son necesariamente contradictorias: pueden trabajar juntas sin ninguno de los dos o casi sin conflicto. Sin embargo, si hay una relación correlacionada, es la de la fuerza centrífuga hacia la fuerza centrípeta, donde ser bueno con el otro refuerza la sensación de estar bien contigo.

Así, fue observado por el equipo de este artículo que constantemente la figura del influencer digital dicta no solo un producto o servicio a adquirir, sino también comportamientos que deben o no deben mantenerse para que sus seguidores sean felices. Esta cuestión está presente en las duelas femeninas y en los estándares estéticos, como cortar o no cortar el vello, mantener una depilación constante o reducirla, entre otros temas. De esa manera es posible que algo que nunca molesta a una persona, después de ver un video en Youtube o ver una publicación en Instagram, le moleste.

En las redes sociales, el yo y el estilo de vida se convierten en el centro, el producto y el productor de entretenimiento, idealización y proyección para los consumidores. Describir, capturar y filmar sus rutinas; en cuanto a qué hora se despiertan, almuerzan, qué comen, beben, qué se ponen, cuáles son las marcas, cuáles son los precios, a dónde van, qué creen, religiones, con quién salen, con quién conviven, peleas, conflictos, conquistas, alegrías… Todo lo que sucede en la vida de un influencer, se difunde, visualiza, comparte, comenta, como si los seguidores vieran una película o novela y pudieran seguir al personaje todo el tiempo. Un proceso narcísico abierto, y a veces sin restricciones por parte de los influencers. Y en consecuencia, los seguidores quieren repetir este comportamiento de exposición continua y exacerbada.

Christopher Lasch es citado por Bauman (2009) como experto en el comportamiento de estos nuevos narcisistas. Serían personas que, ante sus ansiedades internas, revierten esto en comportamientos de seducción para obtener atención y aplausos, y que en el caso concreto de los influencers, el mecanismo esté condicionado a los likes y comentarios de los seguidores. Este proceso sería indispensable para que el narcisista sostenga su yo extremadamente inseguro, según el autor. Es interesante ver cómo encaja este concepto con esta nueva profesión de influencers y que continúa en constante crecimiento. Alguien que decide simplemente compartir fragmentos editados de su vida cotidiana y recibir interacciones diarias con individuos de diferentes lugares del mundo que pueden seguir, identificarse y anhelar ese estilo de vida particular que se vende como ideal.

Freud (1972; 2011), Lacan (SAFATLE, 2007) y Zimerman (2004) afirman que dentro de cierto grado, la humanidad es narcisista, pero ciertos individuos exceden los niveles de normalidad, entrando así en el narcisismo clínico (es decir, patológico). En estos casos, Zimerman explica que este individuo lleva una autoestima muy baja, por vergüenzas, fracasos y humillaciones, y trata de ocultarla socialmente a través de la presentación primordial del estatus económico y /o social, así como, comienza a tener su vida en negación de la realidad y en constante actitud defensiva.

Hay un sujeto posesivo, arrogante, egoísta, autoritario con intolerancia a la frustración y la crítica, y comúnmente rechaza el envejecimiento, la enfermedad o la muerte. Además, además de llevar una envidia destructiva (incluso velada) y oposición a la jerarquía (porque debe ser el centro de atención y mando), el narcisista provoca situaciones para conquistar sujetos y alabar sus propias cualidades (a menudo inexistentes y creadas utópicamente como mecanismo de defensa). Pero a cambio, menosprecia, ataca y desprecia (física, intelectual y/o profesionalmente) a todos aquellos que no son considerados similares (o generan la sensación de amenaza). Cabe señalar que el narcisista en realidad descalifica a todos aquellos que de alguna manera son efectivamente considerados más que él, y por lo tanto existe la necesidad de presentarse siempre en la cima de la pirámide.

El equipo observó una constancia de relatos de la vida personal de estos influencers, así como de sus estilos de vida y rutinas. Los reportajes sobre sus vidas personales aparecen junto a narrativas de experiencias que se relacionan con temas que provocan mayor repercusión y engagement en las redes sociales, como cortarse el pelo muy corto, y la relación intrínseca del pelo con la apariencia, belleza y feminidad de la mujer.

En estos días, los días siempre se presentaban como corridos, pero los estilos de vida se sugieren dicotómicamente como positivos y optimistas, sin tener en cuenta los privilegios que tienen algunas personas y que facilitan ciertas rutinas y hábitos percibidos socialmente como más saludables, ligeros y felices:

En medio del video, de la nada, aparece siendo filmada (posiblemente por su esposo) haciendo ejercicios de yoga. Aquellos que filman se aseguran de mostrar “G.P.” todo el tiempo, pero moviéndose de tal manera que revela todo el ambiente extremadamente espacioso de la habitación doble de la residencia de la pareja. (Notas del equipo, 2020)

El uso del humor también fue una estrategia utilizada por uno de los factores influenciados observados para contar sobre su rutina de una manera más dinámica y atractiva a sus seguidores:

El 24/09/2020, “P.Q.” apareció por primera vez en un video con la leyenda: “yo, descarado, entrando a la farmacia del centro comercial solo para pesarme”. Con una camiseta naranja y usando sus muletas, aparece dentro de una farmacia, sonriendo y saludando a la cámara, mientras camina hacia una báscula. Los comentarios de sus seguidores son de personas que cuentan lo que hacen cuando se encuentran en esta situación y de empleados de farmacias que informan sobre clientes que tienen actitudes similares.(Notas del equipo, 2020)

La venta de la autoimagen llena de felicidad, tiempo y, a veces, dinero crea una frase muy peculiar. Cada influencer se articula de manera diferente, pero llama la atención sobre sí mismo en un aspecto determinado y poderoso. Alain Ehrenberg (apud BAUMAN, 2008b, p. 121-122) explica que “los sufrimientos humanos más comunes hoy en día tienden a desarrollarse a partir de un exceso de posibilidades, y no de una profusión de prohibiciones, como ocurrió en el pasado”. Según este autor, expresiones como tener tiempo, falta de tiempo y ganar tiempo son absorbidas por la sociedad provocando desgaste y ansiedad, sobre todo si el sujeto es incapaz de lograr el propósito. Bauman (2008b) agrega que esto se establecería como un complejo de insuficiencia que refleja toda esta aflicción de la vida líquido-moderna. Por lo tanto, el fracaso también estaría intrínsecamente ligado a no tener tiempo, y no solo a no tener dinero.

Esta afirmación conduce directamente a G.P., que vendió a sus seguidores la unión de estas dos poderosas hebras. Presentaba un estilo de vida de alto estatus , que incluía mostrar, por ejemplo, fiestas caras y viajes paradisíacos internacionales, y un vasto menú de tiempo para hacer absolutamente todo lo que quería, pero que un adulto común y asalariado, profesional, trabajador y / o de estudio, y tan organizado como es, no sería capaz en términos reales de hacer tantas cosas y sonreír todos los días del año. Efectivamente vendió la percepción de que estaba extremadamente feliz porque hizo todo eso. De hecho, también declaró que era muy bendecida, haciendo un punto de repetir esto todo el tiempo al presentar sus logros u objetos (caros) que fueron comprados o presentados, pero que se suponía que eran regalos de Dios como un premio por pronunciar la palabra gratitud en todo momento y, por supuesto, trivializar el término.En paralelo, se puso en competencia con otras personas, porque cada vez tenía más posesiones y logros y por lo tanto era mucho más feliz. Si alguien quisiera ser el mismo, tendría que imitarlo, pero aún así, no podría alcanzarlo. Así, la influencer mantuvo la sensación de inadecuación de sus seguidores, si no podían hacer ninguna de las cosas que ella proponía. Al mismo tiempo, podía renovar su constante placer y sentimiento de vivir intensamente. Es este mantenimiento del proceso de satisfacción el que crea necesidades constantes en un ciclo interminable de consumo, y con el camino de que los sujetos no serán nada sin él.

Bauman (2018b) apunta a una severidad sin precedentes en este engranaje casi perpetuo, pues las insatisfacciones frente a lo anterior llegarían a ser tan altas, que esto justificaría, por ejemplo, los numerosos casos de cirugías plásticas en individuos que destruyen su propia imagen ante la frustración de no estar nunca lo suficientemente satisfechos con la intervención anterior. Se convierte en una búsqueda incesante de un vacío que nunca se llena, y esto ocurre en todas las áreas, no solo con las cirugías. Este comportamiento fuera de lugar ha sido ampliamente alentado por los influencers digitales, que presentan consejos de belleza y salud (sin fundamento), como G.P. hizo cada video.

Es interesante analizar desde este punto de vista, porque fue posible comparar los Influencers G.L. y G.P. Este segundo se caracterizó como el influencer digital del sexo femenino con más seguidores en Brasil, incluso hablando y llevando a sus conocedores a las prácticas absurdas que indicaba, con un riesgo directo de daño a la salud mental y física. Además, con presentaciones extremadamente inútiles e inmaduras, G.P. Pasó todo su tiempo mostrando la imagen de una persona feliz y bendecida (como ya se mencionó), teniendo todo lo que quería en la vida y por una sola razón: le daba muchas gracias a Dios todos los días.

Tenga en cuenta que mientras G.L. (una influencer transexual) recibió ofensas y amenazas directas o indirectas, solo por ser una mujer transgénero –y con contenido basado en el equilibrio y el asesoramiento constante de seguimiento médico y psicológico a los seguidores–, G.P. fue elogiado como una persona maravillosa, incluso proponiendo a la gente recetas para curar la depresión como esta:

¿Te despertaste medio deprimido? ¡Quítate eso de la cabeza! Si te estiras, gracias, sal de la casa, ve a hacer cosas que te gustan con tus amigos, amigos, ¡¿vale?! Cada día que te despiertas, tienes que decir: “A regra do dia: ‘ser feliz e ser uma pessoa melhor’’’. Chicos, ¿tienen idea de lo rápido que pasa la vida? (01:03 / 01:17. Extracto de la transcripción del video). (Notas del equipo, 2020)

A partir de este comportamiento, sus seguidores abrazaron los siguientes discursos para el supuesto alcance del equilibrio espiritual y físico, a pesar de que ella presentaba la dicotomía de la ostentación de la riqueza paralela. Al mismo tiempo, el influencer G.P. mostró a sus seguidores que tenía haters, quienes, según ella, la persiguen y atacan sin ninguna razón, después de todo, era una persona muy bendecida. Al escribir este párrafo exacto en este artículo, el lector puede entender que es solo una exageración de la escritura, pero no; fueron las palabras de la propia influencer en varios vídeos. Esto fue evidente todo el tiempo, y mucho más que cualquier otro de los influenciados observados, lo que denota una inversión del habla extremadamente manipuladora.

Esta inversión del discurso es explicada por Chaui (2011; 2012; 2017) como ideológica. La ideología funciona como un ocultamiento de las relaciones sociales, dejando algo en un plano velado, además de eso, es una inversión de la realidad. Se toma la idea y se invierte la realidad de la idea misma de culpar al otro y ocultar relaciones, esta inversión del discurso proviene de las clases dominantes que crean estereotipos para ocultar los vínculos de dominación y explotación. Así, el individuo toma el valor del otro y trae consigo la legitimación de la idea de los demás como propia, y, además, con todo tipo de distorsión. G.P. hizo esto todo el tiempo, y todavía agregando una conducta narcísica.

Entendiendo todo este proceso narcísico, y comparándolo con lo que el equipo pudo ver en G.P. e incluso en la influencer T.G., que vende la imagen de mujer y madre fuertes, pero mantiene el control de los seguidores utilizando a los niños pequeños, como una madre sufriente y alimentando el discurso de odio a los hombres, y exponiendo a un sobrino enfermo. En el caso de T.G., la autopromoción utilizando terceros es muy palpable, y de nuevo, tanto ella como G.P. conducir al universo del discurso ideológico.

Fatidly, todo se está entreteniendo y componiendo lo que el equipo de este artículo entiende como la categoría de temas sociales actuales, que refuerza todo este tema previo de patrón estético y belleza actual, del machismo en la sociedad, y, el proceso de deconstrucción social y cultural. Describiendo con mayor precisión, uno puede incluso incluir los discursos de odio cada vez más perceptibles y evidentes que salen del universo virtual y llegan a lo físico.

Vale la pena comenzar aquí el análisis sobre el tema de los haters ya mencionado anteriormente. Son personas que siguen las publicaciones del influencer no porque te admiren, sino más bien esperando cualquier falla para señalar y alentar el discurso de odio.

Al predicar una vida perfecta, el ser humano queda completamente fuera, que como tal comete errores y aciertos, y el influencer puede volverse más susceptible a estas acciones. Por lo tanto, en Internet no hay espacio para que el sujeto se equivoque, ya que si esto ocurre, la cancelación está lista para realizarse. En este punto, uno puede volver al tema de los temores que comprenden el tema de la cancelación, y brevemente mencionado anteriormente. Ciertos temores reales y perceptibles serían silenciados a través de inversiones ideológicas, como la concepción del “perdedor o vencedor”, por ejemplo. Esta estandarización de muchos miedos ficticios y descrédito de otros reales, sería un dispositivo creado socialmente para convertir el miedo en algo tolerable e incluso reprimible ante un peligro inminente.

A su vez, Baum (2019) corrobora que el miedo se transmite y forma parte de una evolución cultural pasada de individuo a individuo. Esto genera personas con poder y surge el lugar de dominador que controla a otros individuos, y así se vuelve tan fácil ordenar la cancelación viniendo directamente del influencer. Él dicta lo que puede estar mal, creando una sensación de ira en sus seguidores y, al mismo tiempo, de temor por su propia integridad. Nótese que es bastante diferente de los individuos sociales que llegan a la conclusión por sí mismos, de terminar la relación comercial o la admiración a alguien, ante el descubrimiento de que esa persona es parte de algún tipo de escándalo que puede generar daño a otros, y esto se ha llevado a cabo bastante recientemente como un movimiento de grupo social. Esto se ve reforzado por Byung-Chul (2018), que presenta dos extractos sucintos que explican bien el fenómeno de la cancelación. En el primer extracto, el autor habla de cómo funciona el poder del discurso en forma de comunicación:

O poder como meio de comunicação consiste em, tendo em vista a possibilidade do Não, aumentar a probabilidade do Sim. O Não é sempre alto. A comunicação de poder reduz consideravelmente o ruído e o barulho, ou seja, a entropia comunicativa. Assim, a palavra de poder elimina repentinamente o barulho que se infla. Ele produz um silêncio, a saber, o espaço para ações.  (BYUNG-CHUL, 2018, p. 11)

En otro pasaje, habla de la sociedad de la indignación, que es prácticamente la cultura de la cancelación, y de lo efímera que termina siendo efímera.

As ondas de indignação são eficientes em mobilizar e compactar a atenção. Por causa de sua fluidez e volatilidade elas não são, porém, apropriadas para organizar o discurso público, a esfera pública. Elas são incontroláveis, incalculáveis, inconstantes, efêmeras e amorfas demais para tanto. Elas se inflam repentinamente e se desfazem de maneira igualmente rápida. (BYUNG-CHUL, 2018, p. 15)

Esto es análogo al miedo frente al mal al que una persona puede ser dirigida. Bauman (2008a) clasifica como maldad, la incapacidad de descifrar o explicar reglas socialmente rotas. Explica que este pensamiento es de origen ancestral en las religiones y se basa en el castigo de quienes han fallado en tal conducta, siendo castigados por sus acciones pecaminosas. Es decir, las personas que estaban fuera del estándar social perfecto e incluso comúnmente que estaban ofendiendo a Dios de alguna manera podían sufrir ataques de haters extremadamente ofensivos. Estos haters, guiados por la figura de poder del influencer, entienden que han sido autorizados a atacar a aquellos que amenazan la imagen o la integridad de esta persona idealizada.

Tan novedosa como la profesión del influencer digital, ya ha generado consecuencias negativas para muchos de estos sujetos, salvo económicamente, y para las personas que consumen sus contenidos. La búsqueda constante de legitimidad, de más éxito, por un mayor número de seguidores, de la carga de reproducir y afirmar el estándar de belleza o criticarlo, son constantemente solo algunos de los problemas a los que se enfrenta un creador de contenidos. Las plataformas cobran constancia a sus influencers; necesitas publicar todos los días y diversificar las herramientas si quieres que tu perfil tenga alcance. Pero muchos creadores han expresado su descontento con las demandas de los algoritmos.

Realmente cuando se habla de internet y redes sociales todo parece fugaz y extremo, porque al sujeto le gusta una publicación y le da un like, o no le gusta y da un dislikes; ya sea como un influencer o es hater; entonces aparentemente no hay término medio. Este comportamiento también presenta a personas que atacan incluso a otros influencers con agendas activistas , como fue el caso de la transfeminista (así se hace llamar), G.L. Para seguir siendo virtualmente relevante, un influencer debe estar dentro de lo que espera su público objetivo. Hoy en día, lo que algunas personas quieren escuchar, discutir y compartir es información sobre causas y problemas sociales, pero por supuesto, esto no es una regla. Es importante tener en cuenta que para todos estos involucrados, lo que importa es hablar de los temas, y no necesariamente tener un posicionamiento correcto o verdadero, y este es el gran problema que propagan muchos de estos influencers.

Los influencers en algunos de los vídeos analizados por el grupo de este artículo, hablan sobre cómo perder peso, así como sus rutinas de cuidado de la piel, el cabello y el cuerpo. Los consejos y la información se dan en forma de consejos” o experiencias personales de cada uno, incluso sin que ninguna influencia haya revelado en sus redes sociales, formaciones académicas en las áreas de salud (mental, física y/o estética). Otra influencer habla precisamente de lo difícil que es alcanzar estos estándares de belleza y estética y cómo esto puede influir en que otras mujeres no se acepten como son.

El machismo es otro tema constante en las producciones de influencers, ya sea ejemplificando situaciones vividas por estas mujeres en sus propias relaciones, o hablando de cómo reconocer estas actitudes machistas en la sociedad.

Otro tema explorado por los influencers es la deconstrucción personal. Esto está ligado al reconocimiento del machismo, el racismo, la LGBTfobia, la gordofobia, entre otros prejuicios y estereotipos arraigados en la sociedad y en los procesos de deconstrucción de conductas y posiciones individuales y sociales en el día a día. En los videos y publicaciones, se enfatiza que la deconstrucción es un proceso, por lo que todo el tiempo debe revisarse y mirarlo de cerca. Además, puede llevar años darse cuenta y desprenderse de un estereotipo o prejuicio.

Hoy en día, hablar en redes sociales de grandes agendas y algunos comportamientos, termina tomando una dimensión que entra en los temas sociales, y que han ganado en las últimas décadas la atención de los consumidores de contenidos, productos y servicios. Aquí, se puede traer Bourdieu (2007), ya que este autor considera que, en general, el advenimiento del consumismo generó el refinamiento de la estandarización social y la exclusión de todos aquellos que no siguen estos modelos que alguna vez fueron coercitivos, sino que ahora se presentan como opciones. Bauman (2008b) añade que la novedad ante lo efímero superó el valor de la permanencia, que se refleja directamente en las relaciones humanas del nuevo milenio. La necesidad de tener todo en las manos y precipita frenéticamente la disposición del objeto inanimado aún más rápido y se transfiere al factor humano, generando la eliminación del otro como una basura desechable igual, es decir, la exclusión del otro se vuelve muy fácil.

Esta inmediatez se manifiesta en la impaciencia de las personas ante el más mínimo fracaso del otro individuo, por pequeño que sea, olvidando todos los demás valores positivos que esta persona pueda tener. En este punto, el autor relaciona esto con la búsqueda de la felicidad, ya que si el sujeto tiene todo lo que quiere, no puede ser feliz, entonces esto sería visto socialmente como la culpa siendo enteramente suya. Por lo tanto, estar emancipado para tener, hablar y hacer todo lo que quieras, estaría en el umbral de la ostentación para demostrar que eres feliz, y sin ella, el sujeto sería un total derrotado. Según Bauman (2008b), entonces vendría la necesidad de que el individuo demuestre en todo momento que tiene objetos (o estatus) y que es feliz, incluso sin ser ni tener. La pérdida de cualquiera de estos factores lleva al colapso de la autoestima ante la percepción de humillación social.

Nicole Aubert (apud BAUMAN, 2008b, p. 120-121) sugiere que las sociedades actuales están en estado de emergencia. Esto se revela en el mantenimiento constante de un intenso sentimiento de urgencia a través de la necesidad social de tener algo, y así crea un flujo continuo de alerta y ansiedad, y cambia como ilusorio al tener estos sentimientos disipados y entendidos como alivio cuando el sujeto puede consumir. Este proceso produce otro efecto: los individuos se vuelven intolerantes y frustrados cuando no pueden estar satisfechos de inmediato o en el tiempo esperado.

Bauman (2008b) también menciona la pérdida de la identidad original de cada persona, y que si no fuera suficiente frente a la estandarización visual y conductual, las sociedades también están siendo llevadas a ignorar las relaciones de contacto cara a cara. Esto se ha intensificado a través de los procesos tecnológicos de todo lo que nos rodea, ya que muchas de las acciones individuales, como comprar o resolver problemas en el banco, se pueden hacer de forma autónoma y sin la ayuda de otra persona. Así, los sujetos siguen y dan más importancia a lo que se presenta como modelo de futuro, porque de nuevo, el pasado no importa. La autora evoca a Elzbieta Tarkowska (apud BAUMAN, 2018b), quien desarrolló el concepto de seres humanos sincrónicos, viviendo solo desde el presente, intrascendentes y sin necesidad de vínculos con los demás. Por lo tanto, las relaciones humanas de estos individuos se vuelven todas frágiles, superficiales y solitarias en la esfera en persona.

En el curso del análisis, la categoría que el equipo de este artículo clasificó como consumo contiene los temas de anuncios y anuncios durante los videos y publicaciones de influencers. Sin embargo, como lo demostraron los párrafos anteriores, la cuestión de la sociedad de consumo va mucho más allá de la adquisición del objeto material. Hoy en día, las redes sociales se utilizan no solo para las interacciones, sino también para este consumo generalizado.

Efectivamente, los anuncios y anuncios se perciben en grandes cantidades en Facebook, Instagram, Youtube y otras plataformas. Este incentivo al consumismo puede ocurrir directamente como un anuncio de cinco segundos que aparece antes del video de los influencers y no se puede omitir. Sin embargo, la técnica más utilizada entre las empresas es confiar en la imagen y el poder de comunicación de los influencers digitales. Por lo tanto, el comportamiento más observado fue fomentar el consumo a través de la publicidad de marcas y servicios, que está directa o indirectamente en el contenido de los influencers. Así, existe la percepción de que quienes consumen lo que propagan las redes sociales, crecen a niveles jerárquicos en la sociedad. Por ello, Bauman (2008b) considera que el principal factor de estratificación actual es el consumo, y este es el encargado de orientar la distribución de la consideración y la exclusión social. Así, el público está llamado a dar voz a quienes tienen un alto poder de consumo, muchas veces porque quieren identificarse y consumirse a sí mismos así como a esa figura de autoridad.

El Influencer L.S. (conocido como P.Q.) suelen ser discretos sobre sus hábitos de consumo de alcohol, pero son temas frecuentes en sus publicaciones en la red social Instagram. Un vídeo publicado el 26 de septiembre de 2020 muestra al influencer indicando qué tipo de consumo prefieres. En lugar de comprar una blusa, indica que prefiere gastar en hábitos alimenticios. Aunque es esencial para la supervivencia humana, la alimentación también se ha convertido en una forma de consumir y propagar un estilo de vida. Cuando L.S. muestra cómo gasta su dinero, influye en sus espectadores para que consuman de la misma manera e integren los mismos tipos de comidas en sus hábitos alimenticios.

L.S., al igual que otros influencers observados , potencialmente incluyendo al influencer G.P. –, va en contra del pensamiento Bauman (2008b) cuando promueve y fomenta un estilo de vida consumista. Su estrategia de posicionamiento sigue una línea de existencia a través del consumo.

Bauman (2008b) considera que los sujetos sociales que no están apegados a esta lógica de consumo son socialmente excluidos, porque no son percibidos como individuos capaces de mantener una sociedad de consumo, y, por lo tanto, no son considerados válidos para los gobiernos y las industrias. El autor también indica que a través de terapias obligatorias e incluso castigos, el mercado requiere que los excluidos vuelvan a la lógica del consumo para seguir alimentando este engranaje. Por lo tanto, el incentivo al consumo a través de la publicidad puede ocurrir de una manera sutil, utilizando la imagen y el poder de comunicación de los influencers para transmitir el mensaje y vender el producto o servicio que no siempre está directamente conectado con el contenido producido por ellos. Otro medio de usar imágenes y el poder de influir en los seguidores de los productores de contenido digital es la publicidad directa.

Una herramienta que “P.Q.” utiliza con frecuencia para llegar a su audiencia de 1 millón de seguidores son las Stories presentes en Instagram. La primera publicación en las historias del 20/09/2020 fue un anuncio de un restaurante llamado “XXX”. Grabó un video corto de cinco segundos con los productos de este establecimiento y etiquetó la cuenta de Instagram de la marca. El video, aunque corto, provoca una sensación de deseo en el público que lo ve (y así lo reportan los múltiples comentarios), lo que hace que el restaurante gane más seguidores y clientes. (Notas del equipo, 2020)

Cuando la publicidad no es para terceros, el foco de fomentar el consumo se centra en los propios influencers y sus productos y servicios:

(…) Del lado derecho hay otra planta más pequeña y una especie de taburete, unos ejemplares visibles del libro escrito por “M.”, titulado “XXX”. En el centro está “M.”, sentado, apoyado en una especie de banco o mesa blanca. (…) A lo largo del video, “M.” autorreferenciarse con frecuencia, indicando y citando otros cuatro videos, mostrando dónde se puede acceder a ellos, como una forma de “atraer” a la audiencia que está viendo el video utilizado en este informe hacia otros videos del mismo canal. (Notas del equipo, 2020)

Otro punto muy importante que trae Bauman (2008b, p. 117) y que encaja en los párrafos anteriores, está en lo que él llama guerras de reconocimiento. Allí, se configura el fundamento de la legitimación donde oscilaría el principio de la realidad y el principio del placer, y el sujeto tendría que decidir si estaría dispuesto a sacrificar su propio bienestar en detrimento del cumplimiento de las responsabilidades morales hacia los demás. Sin embargo, Abreu (2013) refuerza que habría un escape constante de este proceso, pues la comprensión hedonista estaría mucho más evidenciada por la percepción del yo que merezco a la que hacen referencia Douglas e Isherwood (2009).

Bauman (2008b) percibe como algo perturbador esta relación de confianza con personas desconocidas en la red virtual. Sin embargo, el consumidor / usuario se siente seguro incluso por los dispositivos de seguridad y la posibilidad de corte de comunicación inmediata si lo desea. Pero esto también es parte de este nuevo universo de cultura consumista, ya que la persona nuevamente puede descartar rápidamente lo que no le agrada, y nuevamente, tiene la posibilidad de crear y mantener varias ilusiones.

De esta manera, el autor proyecta que toda esta conducta alienante e impaciente se vuelve permanente. Esta necesidad de aceptación social virtual estaría lejos de disminuir o terminar, porque, según Francis Jauréguiberry (apud BAUMAN, 2008b), los usuarios de Internet pueden experimentar un nuevo y diferenciado sus y protegidos de las decepciones y castigos detrás de la virtualidad. Así, la mayoría de los usuarios representan personalidades irreales, con vidas irreales, que sirven de incentivo a otros para seguir este proyecto de existencia utópica. Además, el sufrimiento en las pérdidas cara a cara se vuelve nulo o muy disminuido, y nuevamente las relaciones humanas vuelven a una estructura de objeto desechable en el universo virtual. Sin riesgo.

Observando y analizando todo el material recogido por el grupo de investigación de este artículo, fue posible coincidir con Bauman (2008b) en que la socialización virtual con respecto a las interacciones entre influencers y sus seguidores, está orientada por el marketing, y así todo formaría parte de una logística diseñada para el control social y con objetivo de mercado.

El autor aún agracia con el pensamiento final de que la vida no da remedios a los dilemas y el ser humano no nace con respuestas, porque cada uno vive en medio de incertidumbres y nadie está libre de esta situación, así como, todos corren el riesgo de fracasar y decepcionarse en algún momento. Bauman (2009) añade que al buscar una vida más digna, satisfactoria y feliz, es inevitable escapar a través de la incertidumbre y los errores, apoyándose únicamente en una guía, una estrella que puede llevar a este nivel. Sin embargo, no hay que olvidar que es una elección personal de cada uno, la decisión de dejarse guiar. Así, lo que el equipo logró para terminar con esta intersección de observaciones con los estudios de Bauman, es que el fenómeno de las redes sociales e Internet no tiene retorno, y es parte de un movimiento social y futurista.

Los influencers tienen una herramienta increíble que podría usarse positivamente como medio de educación, activismo e inspiración para nuevos pensamientos sociales. Sin embargo, la manipulación del mercado para controlar a la sociedad que busca la felicidad montada, junto con una serie de factores, entre ellos el miedo a la exclusión, y precisamente porque cada sujeto puede no saber quién es, lleva al usuario/seguidor a mantenerse fatalmente a sí mismo. en este proceso ilusorio de elecciones que no son suyas, y muchas veces fútiles, distorsionadas e incluso peligrosas. Pero eso sí, la decisión es totalmente individual, ya que cada uno puede hacer su elección final.

4. CONSIDERACIONES FINALES

En general, como estudiantes de psicología, este artículo favoreció nuestra perspectiva sobre la elaboración de los sufrimientos y comportamientos de los sujetos en la búsqueda de sí mismos y del otro específicamente en el universo virtual, pero que se materializan en espacios sociales físicos y cotidianos.

La pregunta guía inicial: ¿qué hace que los sujetos sean susceptibles a cambios en su comportamiento para que el mando de alguien desconocido? Se respondió ya que el equipo entendió cómo funciona el mercado de los influencers digitales, y cómo estas personas llevan a sus seguidores a permanecer interconectados y aceptar las órdenes de alguien desconocido.

Los influencers digitales realmente impactan el comportamiento de las personas que los siguen, y pueden alterar los procesos de consumo de este público objetivo. Nuestras hipótesis también se han confirmado, y estos influencers suelen ser asesorados por empresas interesadas en invertir, proyectando una mayor subida ante el gran número de seguidores, y que pueden visualizar y consumir este tipo de productos y estilos de vida. Cuanto mayor es la proyección del influencer y con más empresas ofreciendo apoyo, más asesorados por los profesionales del marketing se vuelven, siendo asistidos aún más en la creación y mantenimiento de contenidos que dictan los conceptos de lo que es la felicidad.

Además, los influencers efectivamente dan lugar a una intensa exposición personal, convirtiéndose en el principal producto de consumo, generando así el deseo en quienes los siguen de hacer lo mismo: ser los próximos objetivos de éxito. Pronto, hay muchos otros comportamientos exacerbados de narcisismo por parte de la población desconocida, pero que anhelan la misma alta exposición y reconocimiento público. Por lo tanto, cuando un individuo del público objetivo se identifica con un determinado influencer, e incluso deseando ser lo que es o tener lo que presenta como éxito, este sujeto aceptará y consumirá lo que se le ofrezca.

Muchos influencers digitales, sus seguidores e incluso haters estarían en simbiosis con tres puntos principales de fomento de la psiquis de cada uno individualmente y proyectada para el grupo: el narcisismo, el miedo a la exclusión y la invisibilidad, y la búsqueda de la felicidad. Por otro lado, se pudo detectar que otros influencers intentan utilizar esta herramienta que puede ser extraordinaria, produciendo información de adición social de manera útil y positiva. Por lo tanto, existe el entendimiento de que cada individuo actúa y reacciona de acuerdo con su comprensión de la vida, apoyándose en lo que identifica e incluso en las elecciones que casi todos son capaces de hacer.

El equipo cree que la realización de todos los procesos de recopilación y análisis de datos de este estudio reveló algunas relaciones actuales de cómo muchas de las personas comunes se exponen en Internet y hacen uso de las redes sociales, ya que reflejan y visualizan este lugar de visibilidad de los influencers. La experiencia también mostró el valor de la contemplación de los vínculos entre las personas, incluso en lo virtual. Al analizar diferentes influencers con diferente contenido, el grupo se dio cuenta de que a pesar del deseo de tener una supuesta verdad y un determinado contenido para ser consumido, cada individuo tiene sus conflictos, deseos y proyecciones, y que son personales de cada uno y difíciles de intervenir en las redes sociales.

Con eso, el equipo entendió que el profesional de Psicología necesita no sólo estar atento y saber escuchar de verdad, sino también percibir y comprender lo que no se dice. Asimismo, debe estar dispuesto a ampliar considerablemente sus conocimientos, a fin de sumar una visión más consistente y desarrollada del contexto histórico de los individuos. Por lo tanto, los desafíos contemporáneos deben ser constantemente repensados ​​y reevaluados, lo que lleva a preguntas continuas sobre los cambios socio comportamentales que ocurren cada vez más rápido, a la velocidad de presionar un botón.

REFERENCIAS

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[1] Especialista en Neurociencia Pedagógica por AVM Educacional/UCAM/RJ; especialista en Arteterapia en Educación y Salud en AVM Educacional/UCAM/RJ; especialista en Investigación de Comportamiento y Consumo de la Faculdade SENAI CETIQT RJ; especialista en Artes Visuales por UNESA/RJ; Licenciado en Diseño por la Faculdade SENAI CETIQT RJ. Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

[2] Licenciada en Comunicación Social por la Faculdade Casper Libero/SP. Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

[3] Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

[4] Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

[5] Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

[6] Licenciado en Psicología por la UNIP/SP.

Enviado: Julio de 2021.

Aprobado: Enero de 2022.

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Liliane Alcântara de Abreu

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