ARTÍCULO DE REVISIÓN
LUZ, Maxuel Pereira [1]
LUZ, Maxuel Pereira. Abuso sexual infantil durante la pandemia de Covid-19. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Año. 07, ed. 11, vol. 12, págs. 45-52. Noviembre 2022. ISSN: 2448-0959, Enlace de acceso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/psicologia-es/la-pandemia
RESUMEN
Se sabe que el abuso sexual infantil es un problema de salud pública en Brasil, y en la pandemia, ese problema se agravó debido al aislamiento social. Debido al cierre de las escuelas, los niños tuvieron que pasar más tiempo en el interior, volviéndose vulnerables a la violencia sexual. Por lo tanto, este artículo tiene como pregunta guía: ¿cómo impactó la pandemia en los casos de abuso sexual infantil? Por lo tanto, el objetivo es analizar el abuso sexual infantil durante el período de la pandemia, presentando también algunos factores que contribuyeron a esa práctica, así como métodos que ayuden a identificar y enfrentar el abuso. La metodología utilizada en este estudio fue la revisión literaria. Los resultados muestran que, entre las formas de enfrentar el abuso sexual infantil, las instituciones destacan las obligaciones del gobierno de subsidiar la recepción, cuando sea prudente, y la información necesaria para identificar correctamente los casos. Se concluye que, en los casos de revelación de maltrato, es importante que la víctima se sienta acogida y segura para hablar de la violencia vivida, así como recibir crédito y apoyo, siendo este un momento muy difícil. También es necesario que existan profesionales capacitados para identificar casos de abuso sexual contra niños y niñas y trabajar con intervenciones tanto preventivas como terapéuticas para superar esta violencia por parte de la víctima.
Palabras clave: Abuso sexual, Covid-19, Impacto social, Pandemia.
1. INTRODUCCIÓN
Según datos del Anuario Brasileño de Seguridad Pública (FÓRUM BRASILEIRO DE SEGURANÇA PÚBLICA, 2019), cada hora, cuatro niñas de hasta 13 años son violadas en el país. El 63,8% de las denuncias de violación en Brasil son delitos cometidos contra personas vulnerables, y más de 5.636 casos registrados como violación son, de hecho, violaciones de personas vulnerables, ya que comprenden el grupo de edad de 0 a 13 años (FÓRUM BRASILEIRO DE SEGURANÇA PÚBLICA, 2019).
Se sabe que la mayoría de estos casos se dan de forma silenciada y en un ámbito intrafamiliar, ya que el agresor suele ser un familiar, amigo o allegado a la familia.
Desde esta perspectiva, como la delincuencia ocurre mayoritariamente en espacios cerrados, este grupo, durante la pandemia, fue rehén en ambientes muchas veces propicios para sufrir algún tipo de violencia sexual.
Como muchos casos fueron descubiertos en la escuela, por docentes, o observados por allegados y amigos, debido a su comportamiento en ambientes sociales, como plazas, centros comerciales e iglesias, quedarse en casa dificultó el combate a esta vulneración de los derechos del niño y del adolescente, pues, sin denuncias, se dificulta que los órganos responsables adopten medidas protectoras y efectivas, visando disminuir la reincidencia de este delito.
Este hecho se puede observar incluso en datos difundidos por el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, que revelan la disminución del número de casos registrados de violencia sexual contra niños y adolescentes durante el período de la pandemia del coronavirus (BRASIL, 2021).
En vista de lo anterior, este artículo tiene como objetivo indagar: ¿cómo impactó la pandemia en los casos de abuso sexual infantil? Frente a eso, el objetivo es analizar el abuso sexual infantil durante el período de la pandemia, presentando también algunos factores que contribuyeron a esa práctica, así como métodos que ayuden a identificar y enfrentar el abuso.
2. LA PANDEMIA DE COVID-19 Y SUS IMPACTOS
Según Mesquita e Mesquita (2020), el último día de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue alertada sobre varios informes de neumonía en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China. Se refería a una categoría actual de coronavirus que no se había identificado previamente en humanos.
Según Levandowski et al. (2021), el Covid-19 es una patología contagiosa originada por el nuevo coronavirus y su principal indicación: fiebre, cansancio y tos seca. La enfermedad puede presentar varios otros síntomas, tales como: dolor de cabeza, dolor de garganta, diarrea, pérdida del gusto o del olfato. Generalmente, estas indicaciones no son preocupantes y evolucionan a medida que avanza la enfermedad. También hay algunas personas que se infectan pero solo tienen síntomas más leves.
Santos (2021), afirma que la mayoría de las personas, un porcentaje del 80%, se recuperan de los síntomas sin ser hospitalizados. Sin embargo, una minoría enferma de Covid-19 está seriamente comprometida, ya que esta enfermedad afecta el sistema respiratorio. Entre esta minoría se encuentra la población mayor de 60 años y quienes padecen enfermedades crónicas, tales como: hipertensión arterial y otras patologías del sistema cardíaco, diabetes mellitus o cáncer, ya que tienen un gran potencial para desarrollar la forma más grave de la enfermedad.
El Covid-19 se transmite por el aire, principalmente por contacto entre personas, cuando el individuo infectado estornuda, habla o tose. Otro medio de propagación es a través de una superficie contaminada (MESQUITA y MESQUITA, 2020).
Según datos obtenidos del sitio web oficial del Ministerio de Salud (BRASIL, 2021), la enfermedad tuvo un impacto en el mundo, propagándose rápidamente, provocando muchas muertes y sobrecargando los sistemas de salud.
La pandemia ha matado a 3.739.777 personas en todo el mundo desde finales de diciembre de 2019 y, después de casi un año y medio de pandemia, el mundo de la Salud ha diagnosticado más de 173.537.280 casos de infecciones (BRASIL, 2021).
En este escenario, para contener la creciente propagación del virus, Marques et al. (2020) informa que, en los últimos meses, se han hecho varios pronósticos, ha habido un cambio en la rutina, se han cerrado trabajos y escuelas, además de medidas de distanciamiento social, confinamiento y uso de mascarillas.
3. COVID-19 Y ABUSO SEXUAL INFANTIL
Según el Código Civil (BRASIL, 1940, art. 213), el abuso sexual infantil se puede definir como:
Art. 213. Constranger alguém, mediante violência ou grave ameaça, a ter conjunção carnal ou a praticar ou permitir que com ele se pratique outro ato libidinoso:
Pena – reclusão, de 6 (seis) a 10 (dez) anos.
Art. 218. Induzir alguém menor de 14 (catorze) anos a satisfazer a lascívia de outrem:
Pena – reclusão, de 2 (dois) a 5 (cinco) anos.
Art. 215. Ter conjunção carnal ou praticar outro ato libidinoso com alguém, mediante fraude ou outro meio que impeça ou dificulte a livre manifestação de vontade da vítima:
Pena – reclusão, de 2 (dois) a 6 (seis) anos.
En Brasil, este problema es tan recurrente que, solo en 2019, hubo 66.123 registros de violencia sexual, entre los cuales el 57,9% tenían una edad no mayor a 13 años. Además, en el 84,1% de los casos denunciados, el autor era conocido por la víctima (CUSTÓDIO y CABRAL, 2021).
Así, los datos retratados por Silva y Martins (2021), durante el período de la pandemia, demuestran que “los números del segundo semestre de 2020 en el Dial 100, el 67,30% de los sospechosos son familiares […], la categoría padrastro/ la madrastra (1.145) representa la mayoría de los sospechosos de violencia sexual infantil, seguida de los padres (1.121) y las madres (767)”.
Santos (2021), afirma que estos abusos se cometen preferentemente contra niñas, y más de la mitad fueron contra niñas, niños y adolescentes negros.
Según Moreira y Magalhães (2020), la violencia sexual intrafamiliar contra niños y adolescentes se caracteriza por ser una forma silenciosa de violación de derechos, ya que ocurre en el ámbito de las relaciones familiares, lo que dificulta la identificación y, en consecuencia, la notificación a Órganos órganos competentes.
3.1 FACTORES QUE CONTRIBUYERON A LA PRÁCTICA DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL DURANTE LA PANDEMIA
Prieto (2020) revela que, ante la suspensión de clases y el cierre temporal de las áreas de esparcimiento, iglesias, templos, niños y adolescentes se han vuelto más indefensos frente al abuso sexual durante la pandemia, ya que sus interacciones se han restringido al ámbito intrafamiliar. Como resultado, terminaron perdiendo interacción con las personas de apoyo, a quienes podían revelar el maltrato sufrido, y, como consecuencia, el número de denuncias terminó disminuyendo por subregistro (SOUSA; NEIVA y FARIAS, 2021).
En consecuencia, Santos; Santana y Souza (2020) informaron que debido al escenario de crisis de salud pública, el hecho de que las escuelas estaban cerradas y, además, los ambientes de sociabilidad de niños y adolescentes prohibían el movimiento de personas, los pequeños terminaron teniendo que quedarse más en casa y, como resultado, este grupo terminó siendo más susceptible de ser víctima de abuso sexual, ya que la mayoría de los casos de pedofilia ocurren dentro de la familia.
Bessa (2021) y Marques et al. (2020), también informan que, a pesar de la disminución de las denuncias, el aislamiento contribuyó al aumento de los casos de abuso sexual infantil, principalmente debido a que las escuelas, centros comunitarios y otros lugares no pueden proteger a las víctimas en situaciones de violencia, especialmente a los niños que no puede escapar.
Otro factor que contribuyó a las prácticas de abuso durante el período de la pandemia, según Marques et al. (2020), fue la ausencia de los responsables del niño. Además, las madres que ya han sido abusadas son fácilmente omitidas cuando se enteran de que sus hijos pueden pasar por esto, debido a una grave perturbación psíquica (un efecto secundario del abuso).
Moreira y Magalhães (2020, p. 272), señalan que
Em tempos de pandemia a situação de violação tende a ser agravada em razão da mudança comportamental das pessoas que compartilham o mesmo domicílio com crianças e adolescentes, as quais se tornam os principais alvos dessas transformações de conduta e, consequentemente, acabam ficando cada vez mais expostas a situações de violência no ambiente familiar.
3.2 PRÁCTICAS QUE CONTRIBUYEN A IDENTIFICAR Y ABORDAR EL ABUSO
En cuanto a la identificación del maltrato, Marques et al. (2020), refieren que es posible que el niño tenga un miedo grave a las represalias o a la amenaza recibida por parte de su agresor, lo que dificulta aún más la solución de este problema, que genera graves consecuencias emocionales. Por lo tanto, es fundamental que los miembros de la familia sean conscientes de las actitudes de los niños.
Además, se puede observar: “el miedo al maltratador, el miedo a causar confusión, el miedo a no creer en su denuncia, el miedo a las afectaciones en la familia y a lo que le pueda pasar al maltratador son las razones más frecuentes por las que los niños no revelan el abuso” (PLATT, GUEDERT; COELHO, 2020, p. 9).
Esto se debe a que hablar de abuso sexual es hablar de un hecho traumático arraigado en la vida de la víctima, que provoca graves consecuencias en su desarrollo personal. Por ello, es fundamental que la víctima se sienta acogida y segura para hablar de la violencia vivida, así como recibir crédito y apoyo (MESQUITA y MESQUITA, 2020).
Por ello, teniendo en cuenta que este escenario implica dudas, incertidumbres, miedos y problemas no solo con la víctima, sino también con los familiares, el seguimiento y la intervención psicológica son necesarios e imprescindibles, tanto para la víctima como para sus familiares, por lo que que puedan ofrecer un apoyo emocional adecuado, especialmente cuando se trata de niños (SOUSA; NEIVA y FARIAS, 2021).
Así, Prieto (2020) y Mesquita y Mesquita (2020) muestran que, entre las formas de enfrentar el abuso sexual infantil, las instituciones llaman la atención sobre las obligaciones del gobierno de subsidiar la recepción, cuando sea prudente, y la información necesaria para identificar correctamente los casos, mejorando la educación de la población, incrementando los medios de denuncia y fortaleciendo los servicios de atención y albergue para niñas y niños, sean niños o adolescentes, sometidos a cualquier tipo de abuso sexual.
Además, se debe romper el estigma de que retratar la educación sexual de los niños es innecesario o ineficaz, ya que guiarlos en esta fase de descubrimiento sexual es capaz de proporcionar medios para comprender las prácticas de abuso, evitando así futuros trastornos emocionales y de comportamiento (SANTOS, 2021).
4. CONSIDERACIONES FINALES
Este artículo tuvo como objetivo analizar el abuso sexual infantil durante el período de la pandemia, presentando también algunos factores que contribuyeron a esta práctica, así como métodos que ayudan a identificar y enfrentar el abuso, siendo guiado por la pregunta: ¿Cómo ha impactado la pandemia los casos de abuso infantil? abuso sexual?
En vista de lo anterior, se encontró que el abuso sexual infantil ocurre principalmente en el ámbito familiar, lo cual es un problema complejo y multicausal que provoca numerosos perjuicios en el desarrollo de la víctima.
También se constató que existe una dificultad para prevenir e identificar esta vulneración debido a la pandemia del Covid-19, ya que, debido a las medidas de aislamiento social, los niños han perdido sus redes de apoyo, a las cuales podrían revelar el maltrato sufrido.
Así, se concluye que, en los casos de revelación de maltrato, es importante que la víctima se sienta acogida y segura para hablar sobre la violencia vivida, así como recibir crédito y apoyo, siendo este un momento muy difícil. También es necesario que existan profesionales capacitados para identificar casos de abuso sexual contra niños y niñas y trabajar, tanto con intervenciones preventivas como terapéuticas, para superar la violencia sufrida.
REFERENCIAS
BESSA, R. F. D. Abuso infantil intrafamiliar: aumento de casos durante a pandemia. Conteúdo Jurídico, 2021. Disponível em: https://conteudojuridico.com.br/consulta/Artigos/56542/abuso-infantil-intrafamiliar-aumento-de-casos-durante-a-pandemia Acesso em: 11 nov. 2022.
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[1] Postgrado en Educación Superior y EJA, Licenciado en Teología, Tecnólogo y Gestión Pública y Licenciado en Psicología en Coaching y Desarrollo Humano. ORCID:000-002-3297-8615.
Enviado: Agosto de 2022.
Aprobado: Noviembre de 2022.
